Ciudad Barniz

Abrí mis ojos un poco más con sorpresa, demasiada sorpresa y le miré incrédulo por un segundo — ¿Es para mi?...— pregunte en un murmullo mirando la comida y luego a ella, realmente no me lo habia esperado

 

Pasaron muuuuuuuuuuuuuuuchas cosas antes de que pudiera reaccionar. De la nada, una chica llegó. Era alguien que yo había visto antes, y esa vocecita y el "¿te conozco? me hizo sacar toda duda... era la Lady Mimi Honda.

Tragué saliva nerviosamente. Nos conocíamos de antes, pero no eramos precisamente amigos, más bien conocidos... y constrastabamos demasiado. Fue esa noche, en la que su padre iba a lanzar un gran producto de combate pokémon, y a dicha ceremonia fueron invitados líderes de gimnasio, miembros del Alto Mando, campeones de la liga, en fin... todas las eminencias. Y bueno, papá me dijo que fuera a sociabilizar con la hija del señor, pero fue muuuy complicado, es más... no pude decir absolutamente nada, puesto que ella me mandaba a traerle vasos y platos diversos; puede que hasta me haya confundido con un camarero y no se dio cuenta hasta más tarde.

Y entonces recordé... recordé que hace un rato atrás le dije a Liza el chiste de "Froslass me recuerda mucho a una chica que conocí hace unos años". ¡Prácticamente la había invocado!

—L-liza... ¡Es ella!, ¡es ella!(...) ¡Oh por Dios, es ella! —dije en pánico.

¿Se lo tomaría bien?, ¿se lo tomaría mal? No lo sabía, pero la repentina aparición no me dejó reaccionar de otra forma...
Sin querer, no saludé a Hubert puesto que no podía reaccionar más... me encontraba aterrado.

Paralelamente, Froslass levitó hasta la recién llegada y la miró de arriba a abajo en forma despectiva. Pareciese que pudo detectar su "clase" —creo que así se dice, ¿no?—, y eso signficaba algo como una rivalidad para ella, al parecer.

 

— No, no... si tengo algo de hambre pero... no creí que.. pues esto fuera para mi — dije rascándome la nuca algo apenado por mi explicación tan vaga — Casi nunca ceno.. asi que intuí que era tuyo...¿tú no gustas?

 

— Gracias... — dije finalmente sentándome en la silla del escritorio y tomar los cubiertos e iniciar a comer lo que Emily había traido antes de que se enfriara

 

Asentí levemente a su aviso y después de unos minutos terminé de comer lo que ella había hecho junto con la enfermera Joy, tome la bandeja y la fui a dejar abajo para no tenerla en el cuarto, una vez que volví, aprovechando que Emi se estaba bañando, me cambié de ropa rápidamente una vez que la logré encontrar en mi mochila

 

— Muy buena gracias...— dije recostandome de lado para seguir viéndola — No tenías que haberte molestado

 

Cerre los ojos levemente al sentir nuevamente como besaba mi mejilla y sonreí inconscientemente — Gracias...— murmuré cerrando los ojos lentamente — Por todo...— dije finalmente antes de caer dormido

 

Mimi Honda

Antes de que Hubert pudiese responder, una voz que, de algún modo se me hizo conocida —impregnada en lo que parecía ser... ¿terror?—, me hizo voltearme. Quién lanzaba aquellos alaridos tan molestos no era otro que aquel chico... Steve... —¡odiaba cuando algo me sonaba tantísimo y era incapaz de recordar de qué!—; que gritaba sin cesar en estado de pánico, pálido, como si hubiese visto un fantasma. Traté de procesar sus palabras...

—L-liza... ¡Es ella!, ¡es ella! (...) ¡Oh por Dios, es ella!

Un momento, ¿se estaba refiriendo a mí?

Fruncí el ceño ligeramente.

—¿Perdón?

¿Acaso me conocía? ¿Sabía quién era yo? ¿Y por qué estaba tan asustado?

La mirada despectiva que me dirigió —al parecer— su Froslass, (¡Por fin, un pokémon de mi región!) me hizo fruncir el ceño aún más, pero no añadí nada. Tal vez porque estaba terriblemente cansada, o tal vez porque no vi necesario devolverle el gesto a un pokémon.

En realidad, era ese chico y el miedo que parecía procesarme lo que llamaba poderosamente mi atención...

 

Después de dormir un par de horas abrí lentamente mis ojos para intentar distinguir algo de la habitación del centro pokemon,encontrándome con la sorpresa de que Emily estaba frente a mi cama, dormida. Me levanté lentamente para evitar hacer ruido y tomé una sábana del ropero, se la coloqué y con cuidado la tomé entre mis brazos para cargarla a la cama mas cercana (en este caso la mia) y dejarla allí con cuidado cubierta por las sabanas.

Yo por mi parte me encaminé a su cama para intentar dormir nuevamente por un rato mas,solo un poco mas

 

Estaba a punto de responder a Mimi, cuando el cambio de expresión en el semblante de Steve detuvo las palabras en mis labios. Spritzee retrocedió cuando notó al entrenador entrar en lo que parecía ser cuasi un estado de pánico; por las dudas, se quedó levitando junto a mi cabeza.

Steve miraba a Mimi con cierto recelo, y algo habrá susurrado al respecto al oído de Liza. A juzgar por lo que sus labios articulaban, la conocía, pero no le inspiraba precisamente buenos sentimientos; a tal punto que se le pasó por alto responder a mi saludo. Lo peor para él fue que su accionar no pasó desapercibido a los ojos de la joven Honda, que lo increpó con un seco "¿Perdón?"

Tomé la resolución de mantener silencio y esperar lo que sucedería a continuación.

 

Por segunda vez en el día, volvía a encontrarme en la misma situación que hacía rato logré escapar, situaciones con alguna que otra discusión o momentos embarazosos en las que yo no tenía nada que ver, pero que llegaba a acabar allí en medio Arceus sabrá porqué.

Solté un largo suspiro de exasperación y me senté en el césped de una zona verde que se encontraba justo a nuestro lado de casualidad, y me quedé mirando a los presentes, tratando de enterarme por lo menos un poco lo que estaba ocurriendo mientras acariciaba a mi pequeña Glaceon, quien se encontraba en mi regazo haciéndome compañía. Pero, era tal el cansancio que sentía en aquellos instantes que solo me concentraba en mantenerme lo más despierta posible y así acompañar luego a Mimi al Centro Pokémon, pues no quería dejarla sola de nuevo y que se enfadara conmigo. La cosa era...¿aguantaría mucho tiempo en este estado?

"L-liza... ¡Es ella!, ¡es ella! ¡Oh por Dios, es ella!"

Justo en un momento en el que mis párpados se estaban cerrando, la voz de Steve me hizo espabilar un poco y me le quedé viendo entre sorprendida y asustada.

—¿P-Pero qué te ocur..? —pregunté mirándolo sin entender y algo alterada, pero otra voz me impedió continuar hablando y giré mi vista ahora hacia ella.

"¿Perdona?"

Oh por dios, otra discusión no...todo menos eso...

Miré a Hubert en un momento determinado, el cual se encontraba al igual que yo a la espera de qué pasaría a continuación pero...pero yo quería ir ya al centro, y descansar finalmente de este pesado día. No es justo...

 

—Me he perdido totalmente hace un buen rato...—bostecé con los ojos cerrados una vez escuché a alguién sentarse a mi lado, pero no me hizo falta mirar para saber que se trataba de Emily.

Glaceon por su parte, miró acurrucada en mi regazo a la chica algo curiosa, y la saludó en su mismo tono de voz haciendo su sonido característico y levantando una patita, sonriente.