Estar siendo arrastrada por aquel "anciano" por ciudad Barniz no era muy interesante. Cuando empezó a enseñarme cosas demasiado básicas no pude aguantar la risa. --¿En serio? ¿Me enseñas los baños y lo que es el vidrio? --le dije mirándole con cara de WTF!?
--Eeh, creo que se lo que es un charco, espera... --me detuve a pensar un segundo. --sí, se lo que es un charco. Mejor sigamos para acabar antes. --le contesté saltando el charco sin rozarlo y siguiendo adelante.
--Vale --contesté avanzando--, así que no te conformas con pocas cosas ¿eh? Pues te mostraré algo que seguro no conoces --avancé unos pasos mientras la arrastraba--. Esto, señorita --le dije señalando el local frente a nosotros--, es la Guardería Pokémon, un lugar donde cuidan a tus pokémon, los entrenan e incluso aparecen huevos de "la nada".
(LOOOL!!! "Hemos encontrado este huevo misterioso junto a tus pokémon, no sabemos de donde ha salido" XDD)
(Aviso que la Liza amnesica no sabe nada sobre "ese tema", es muy inocente, de ahí lo que voy a poner a continuación XD) Miré al anciano extrañada. --¿Y cómo es que aparecen esos huevos de la nada? --Le pregunté inocentemente. En verdad no sabía como podían aparecer así de repente.
Solté un pesado suspiro, y me decidí a sacar provecho de la situación. --¿Qué como aparecen de la nada, me preguntas? Pues........ realmente no tengo idea --dije soltando rizotadas--. Es un misterio tan grande como el origen de los pokémon; sin embargo, me han dicho que en el Lago Helado habita alguien que conoce la respuesta a este acertijo y a muchos más. Es por esto que he decidido que me embarcaré en una aventura para encontrarlo. --me volteé ligeramente hacía la chica-- El podría ayudarte con tu amnésia; así que es tu decisión: Puedes a compañarme en la busqueda de ese hombre en el Lago, o puedes quedarte aquí a admirar charcos. Tu decides. --Al terminar mi discurso comencé a avanzar en dirección al Lago.
No se por qué pero no me tragaba nada de lo que me dijo, aparte de que empezaba a sospechar de ese peculiar anciano, así que para sacarme mis dudas decidí seguirle junto Pikachu para resolver todas mis dudas sobre él y quien sabe, a lo mejor si que hay algo interesante ahí.
No se por qué pero no me tragaba nada de lo que me dijo, aparte de que empezaba a sospechar de ese peculiar anciano, así que para sacarme mis dudas decidí seguirle junto Pikachu para resolver todas mis dudas sobre él y quien sabe, a lo mejor si que hay algo interesante ahí.
--Paso de buscarla... Mejor me voy...-- Di he esto, me puse en pie, y bajé con Lucario a la calle. --¿Te apetece un paseo? --le pregunté a mi pokémon. Este asintió, y decidí ir a un viejo lugar.
Estaba sentado tranquilamente sobre el pasto en compañía de mi pokémon inicial, cuando de repente... --¿Com?, ¡Combusken! Mi pokémon de un momento a otro se puso en estado de alerta, y comenzó a correr en una dirección determinada... --¡Combusken, espera!, ¿a dónde vas? --exclamé siguiéndolo. Al parecer, nos dirigíamos al Lago Helado...
(Me quedé re atrás en el rol, lel). "Liza" se había marchado ya hace tiempo. Nuestro pequeño encuentro y lo que creí que sería el inicio de una gran amistad había sido destrozado por mi idiotez. Creo que es mi carácter lo que aleja a las personas algunas veces, por eso prefiero la compañía de mis pokémon; ellos me apaciguan. Salí del centro pokémon y comenzé a pensar: ¿a dónde ir? Ya no tenía bicicleta, eso me demoraría bastante. Decidí ir al Lago Helado, parecía un lugar interesante. Además, podría entrenar a Magby por el camino y al llegar, a Elekid. Saqué a Magby de su pokéball y me encaminé silbando hacia el lago helado.
Llegué a Ciudad Barniz rápidamente aun con la capa puesta y con nieve por todos lados. Corrí al c.p y me encaminé a recepción. Por suerte, la enfermera Joy no estaba y mi pokeball se encontraba sobre la mesa, por lo que la cogí y saqué a Mienshao para cerciorarme de que esta era mi pokeball. Si, mi pokémon me saludó amigablemente y yo le sonreí. La metí de nuevo en su ball y corrí de nuevo hacia el lago helado. Debía averiguar que estaba ocurriendo allí.
Volví al lugar y me dirigí derecho hacía el centro pokémon. Cuando llegue subí al techo del mismo y me recosté donde estaban mis cosas.
(¿No curaras a Gyrados?) Llegué con calma a la ciudad, con mi ánimo mucho mejor al estar en un lugar cálido. Entré alegremente al centro pokémon y dejé mis pokémon al cuidado de la enfermera, mientras yo conectaba el cargador de mi Game Boy a un enchufe, para que recuperara batería. --Es bueno estar de vuelta. --dije entre suspiros.
(Cierto...) -- Olvido algo...-- Cuando Gabite subió le pedí un favor "haz un hoyo en el techo" y así caí en medio del c.p-- enfermera, perdon, cure a mi Gyarados por favor-- le dije dándole mi pokeball con la serpiente marina.