Y por segunda vez consecutiva, habíamos llegado a Barniz, pero esta vez con Ukita de pasajero una vez que aterrizamos regresé a mi pokemon a su pokebola, después de esto se merecía un descanso. — Bueno Ukita llegamos a Barniz, ahora solo nos queda encontrarlas — dije mirando a mis alrededores, nuevamente: nadie, pero caminar para buscar a alguien tampoco hacía mucho daño que digamos
Plusle, sobre mi hombro, saludaba alegremente a cuanto pokémon volador pasaba cerca de Pidgeotto. Muchos de éstos estaban demasiado concentrados en su vuelo como para prestarle atención, pero algunos Pidgey y Pidove respondían al saludo del tipo eléctrico acompañándonos un rato durante el viaje aéreo. Ciertamente era una experiencia agradable volar rodeado de pokémon. La parvada nos dejó atrás cuando traspasamos el límite aéreo que nos adentraba en Ciudad Barniz. Pidgeotto sobrevolaba tranquilamente sobre una de las calles, generando brisas con el fuerte batir de sus alas. En un momento dado, su movimiento hizo ondear la camisa blanca de una chica que caminaba tranquilamente por el lugar, así como sus cabellos rubios. Seguimos de largo. Plusle levantó las orejas, como si la hubiera reconocido. Por curiosidad miré por sobre mi hombro. Alcancé a ver su rostro a duras penas, debido a la distancia que habíamos tomado de la joven. Volví a clavar mi vista al frente, con el ceño ligeramente fruncido. Tardé un rato en reaccionar. —Media vuelta, Pidgeotto. Aminora la velocidad y baja un poco la altitud. Pidgeotto, no sin mostrar algo de sorpresa, obedeció dando el giro de ciento ochenta grados. Cuando poco a poco nos íbamos acercando a la muchacha, corroboré que mis ojos no me habían engañado. Mi pokémon aterrizó justo enfrente de ella, pero a distancia suficiente como para no interrumpir abruptamente su caminata. Me bajé de su lomo. Plusle saltó de mi hombro y postró sus piececitos en el suelo, mirando a la entrenadora con una sonrisa. Effy había adoptado un look bastante diferente al que acostumbraba ver. Su cambio era notorio, pero seguía mostrando ese brillo tan de ella en sus ojos. Le sonreí a modo de saludo. —Tardé más de la cuenta en reconocerte —dije, acercándome junto con Plusle y Pidgeotto.
Tras un rato, Espeon se acercó a mí y se tumbó en mi regazo. Empecé a acariciarlo sin apartar mi vista el libro. Estaba demasiado interesante. -Jo, que hambre-me quejé mientras dejaba el libro boca abajo en el banco y buscaba en la mochila algo que me apaciguara un poco la barriga. Encontré un paquete de Pocky-¡Bien!-dije alegre sacándolo y empecé a comer uno. Miré a mi pokémon el cual me observaba curioso-¿Quieres uno?-pregunté mientras le daba un palito y el empezaba a morderlo. Sonreí tiernamente debió a lo adorablemente adorable que estaba y cogí el libro otra vez. ¿Tanto se tardaba en llegar aquí?
Un Pidgeotto pasó volando a poca altura del suelo; había iniciado el descenso y había pasado justo a ras del suelo, por la calle donde andaba yo, haciendo ondear mi camisa desabotonada un poco a causa del fuerte viento que ocasionaban sus alas. No me pareció algo destacable, pues Pidgeotto era un pokémon volador bastante común (aunque no tanto como el endemoniada e inexplicablemente popular Lucario) hasta que volvió y su pasajero descendió, abriendo la boca. Reconocí su voz entonces. —Nuevo look —contesté con una sonrisa antes de darme la vuelta y ver a Hubert llegar a mi lado, acompañado del Pidgeotto y… ¿un Plusle?—. Hey, eso es nuevo, ¿y éste Plusle? ¿De dónde salió?
Me moría de ganas por preguntarle la razón de su nuevo look, pero desistí al final. Después de todo, pensé que le quedaba bien. —Este pequeño... —respondí, alzando a Plusle en mi brazos— es, en realidad, un pokémon de Brendan. Hace unos días llegamos a nuestra sala del Torneo Acrílica, listos para dar comienzo a la batalla por el Bronce... Pero viendo que nuestros rivales tardaban mucho en aparecer, tomé la decisión de retirarme del lugar para volver más adelante. Para cuando me encontraba a varias cuadras, me di cuenta que el Plusle de Brendan me siguió. —¡Plusle! —exclamó el pokémon, agitando contento sus manos. —Así que lo estoy cuidando hasta el momento del regreso —continué, sonriendo—. Nos llevamos muy bien, a decir verdad ¡Oh, por cierto! Salgan amigos. Abrí dos de mis pokébolas, para que de ellas salieran Serperior y Maractus. Ambos saludaron a Effy, cada uno a su estilo.
—Ah, ya veo… tus oponentes en esta ronda son Steve y Liza, ¿verdad? Te recuerdo, yo también tuve que esperar un buen tiempo junto con Ukita a que se dignaran a aparecer —reí, moviendo la mano como para restarle importancia al asunto—. Oh, y hablando de Ukita, él debe estar en alguna parte de la ciudad junto con Dante y Emily… ven, acompáñame a buscarlos. Serperior y Maractus fueron entonces liberados de sus esféricos. El inicial de Hubert me saludó con una pequeña reverencia serena que le devolví, mientras que Maractus enactuó un pequeño baile a mi alrededor a modo de decir "hola". Ese fue un saludo que no devolví de la misma manera. Simplemente dije hola y acaricié la pequeña (y única) parte del pokémon que no estaba cubierta por espinas.
A Maractus le encantó tanto la caricia de la chica que se alejó saltando con energía hacia una dirección incierta. Como siempre, Serperior suspiró ante la loca inmadurez de su compañero. Mientras tanto, yo regresé a Pidgeotto a su pokébola, para que descansara del largo viaje que supuso llegar a Ciudad Barniz. Tras todo esto, seguimos a Effy. Plusle iba de vuelta en el suelo, desplazándose a saltitos. —¿Quién es Emily? —pregunté. Era el único nombre que no me sonaba hasta ese momento.
-¡Oh!-dije de repente, asustando al pokémon que se encontraba en mi regazo-Podría hacer unas compras, no me vendrían nada mal-hablé conmigo misma mientras marcaba la página por la que me había quedado y guardaba el libro en la mochila. Saqué la pokédex y encargué unas cuantas cosas. Cuando me llegaron llamé a los pokémon que pensaba aumentarles la fuerza. Le di un Ginseng a Shinx, otro a Pidove y por último uno a Espeon. -Tú eres muy fuerte, Emboar-le dije a mi inicial, el cuál notaba un poco celoso. Los volví a dejar libres y todos se fueron a investigar excepto Espeon que se quedó en mis brazos. Me levanté del banco, estirándome un poco y miré hacia un lado. Pude distinguir una cabellera rubia y… ¿esa era Effy? ¿Quién era el chico con el que iba? No quería molestar pero me estaba aburriendo así que me dirigí hacia la pareja alegremente.
Tras un rato por estar vagando por la ciudad y con Ukita sobre mi espalda, no me molestaba cargarlo pero parecía que iba a desfallecer si él daba un paso más, ¿acaso es que en todo su tiempo fuera se la pasó de pokemon volador a pokemon volador?, no iba a preguntarle o algo parecido, no quería entrar en detalles... encontramos a Emily sentada en una banca leyendo un libro hasta que se levantó y comenzó a caminar hacia Effy y el nuevo Hubert. Bajé a Ukita de mi espalda y me encaminé hacia Emily por detrás, para terminar reteniendola por leves segundos — Shh... el que acompaña a Effy es peligroso, no sabes que clase de cosa puede hacer— "'o decir" bromee un poco recordando lo último que había hablado con él y como la batalla con Effy me permitió salir de allí Me separé de ella y puse mi mano en su cabeza volviendo al tema "serio" y dejando las bromas — A decir verdad, él es Hubert y me supongo que si le conoces bien te podría enseñar una que otra cosa de la batalla pequeña
-¿Y por qué Effy se relaciona con personas tan peligrosas?-pregunté mirándolo curiosa con la cabeza ladeada-Hubert ¿eh? No inspira mucha confianza su nombre, no-murmuré más para mí misma que para la persona que se encontraba a mi lado.
Reí levemente dandole un muy leve empujón para incitarla a caminar otra vez hacia ellos — Hubert no es peligroso, te caerá bien a ti, ya lo verás — pero una cosa era que ella se llevara bien y que yo no dejara de pensar a donde se había ido el otro Hubert, pero suponía que la gente cambiaba para bien y solo tendría que llegar a acostumbrarme
-Mmmm…-me giré a mirar a la pareja y luego volví a mirar a Dante-Quizás después. Creo que mejor los dejo solos por ahora-le dije sonriendo cómplice-Por cierto, aprovechando que estamos un poco en intimidad, ¿te pudo preguntar eso que quería decirte antes?-pregunté esperando no poner ninguna expresión maliciosa o algo parecido.
Suspiré, entonces sería hasta que ellos llegaran a nosotros, pero a fin de cuentas era su decisión y no podía "obligarla" a presentarse si ella no quería en ese momento hacerlo — Adelante... pregunta lo que quieras — respondí encaminándome a una banca cercana y tomando asiento, solo esperaba que no preguntara algo que yo no pudiera recordar gracias a esa "pequeña" laguna
Lo seguí como una niña pequeña y cuando se sentó me puse enfrente suya de pie. -Dime, en este tiempo en el que no nos hemos visto… ¿has encontrado a alguna persona especial?-pregunté sin poder evitar sonreír de manera maliciosa, una sonrisa que compartía con el pokémon que había en mis brazos.
Había una chica leyendo una libro más adelante. Cuando con Effy nos acercábamos, notaba que se encontraba concentrada en las páginas del volumen que sus manos sostenían: parecía ser que era un libro bastante bueno. Segundos después pareció advertir el acercamiento de nosotros dos, ya que se levantó para caminar hacia nosotros. Teniendo en consideración lo que antes me había dicho Effy, aquella chica debía ser Emily. Pero su camino fuente interrumpido por Dante (¡tiempo sin verlo! Juraría que la naturaleza se lo tragó la última vez que nos vimos, porque no volví a cruzarme con él desde entonces). No sé si fue una sensación mía, pero me pareció que hablaban de mí entre susurros, ya que además me miraban de soslayo. Me encogí de hombros. Levanté una mano en alto para saludarlos a la distancia, con una sonrisa amistosa, mientras seguíamos acercándonos a ellos.
Abrí un poco los ojos sorprendido ante esa pregunta tan... curiosa, una persona especial... pues a decir verdad yo tenía muchas personas especiales, así que lo no encontraba tan incomoda como lo había pensado — Siempre he tenido alguna persona especial, Ukita, Liza, tú, Effy.... mis amigos para no aburrirte con mil y un nombres — alcé los hombros despreocupado — ¿Por qué preguntas? — le pregunté notando como Hubert nos saludaba, y como intentando no pensar en la posible respuesta de Emily devolví el saludo de Hubert mientras le sonreía
-Sabes que no me refiero a amigos. Quiero decir que si te has enamorado o has sentido algo más allá de la amistad por alguien-dije tirándome en el banco a su lado. Apoyé la cabeza en el respaldo mirando hacia el cielo. Levanté la mano y empecé a delinear las figuras de las nubes con mi dedo índice-Bueno, ya sabes, como amiga/compañera de viaje tuya quería saberlo. Digamos que es simple curiosidad.
— ¿Enamorarme de alguien? — dije al aire rascándome la nuca bastante confundido — No soy el mejor candidato para enamorarme de alguien — reí levemente — Y creo que me resultaría bastante difícil pensar en algo así.... ser pareja de alguien no.. no esta en mis planes — suspiré dirigiendo mi mirada hacia ella — Espero que no te decepcione mi respuesta....
-¿Decepcionarme?-dije riendo levemente-Al contrario, me alegra. Me estaba asustando al pensar que era la única que no quería una relación. Y más cuando mi hermana me dijo que era rara y que ella ya tenía 2 ex novios-giré la cabeza para mirarlo y vi como Espeon se bajaba de mi regazo para acercarse a su antiguo amo y empezar a olerlo, curioso.
— Supongo que entonces ya te sientes mejor — dije riendo un poco — Y, ¿que hubiera pasado si te hubiera dicho que sí? — le pregunté con una sonrisa, tenía mas curiosidad que otra cosa