Ciudad Barniz

Umbreon no fue capaz de esquivar el ataque y este le dio de lleno.
——Ataque Rápido Umbreon!—— (75 de tu daño y 15 del envenenamiento)

UMBREON: Siniesnte)
Sincronía: Cualquier problema de estado que sufra lo sufrirá también el rival.
Salud: 85/190
fuerza: 145 (20)
Resistencia: 260 (20)
Agilidad: 0/2 (70 de Velocidad) (5)
Movimientos:
-Última palabra (120 Potencia, Normal; solo puede usarse cuando el usuario sea el último pokémon en pie del equipo y el equipo rival tenga al menos dos pokémon activos) (Usos: 1/1)
-Ataque rápido (30 Potencia, Normal; para esquivarlo, hacen falta 2 puntos de agilidad, no uno)
-Tóxico (envenena gravemente) (Usos: 1/2)
-Finta (30 Potencia, Siniestro, ineludible) (Usos: 5/5)

 

Llegué con Jenna de nuevo a Barniz. Una vez Noivern aterrizó, me quité las gafas y bajé, al igual que Espeon, el cual aún llevaba mi chaleco. Vi a Charizard llegar también, el cual seguía cumpliendo su misión.
--Ya está.

(@Jenna Bodt Fubar )

 

Yo bajé con delicadeza, sabiendo donde ponía los pies para que el huevo no se cayese. Suspiré y me dirigí hacia Destiny.

—¿Ahora vas tu sola?

 

—¡Lucario, Foco Resplandor otra vez!


MEGALUCARIO: Lucha/Acero (Asesino)
Adaptable: Aumenta los ataques de su mismo tipo en 20 puntos
Salud: 80/140
Fuerza: 255
Resistencia: 140
Agilidad: 2/4 (120 de Velocidad)
Movimientos:
Esfera Aural (80 Potencia, Lucha, ineludible) (Usos: 1/2)
-Contador (Devuelve un ataque físico recibido por duplicado) (Usos: 2/2)
-Foco Resplandor (80 Potencia, Acero) (Usos: 2/4)
-Copión (Realiza el mismo ataque que usó antes el rival) (Usos: 3/5)

 

Me quedé pensando.
--Tenía pensado hacerle una broma a cierta persona, pero se la haré cuando vuelva. Aunque ahora que lo pienso... Mejor le hago dos... -- dije pasando a planear ciertas cosas.

 

Yo reí.

—¿A quién le harás esas bromas? Ah, y lo decía por si querías venir conmigo y creo que Liza viene, no lo sé.

 

Sonreí y me encogí de hombros mientras devolvía a Noivern a su ball.
--A un chico. E iré, sí. Cualquier cosa menos estar sentada y esperar.

 

Volví a sonreír, pero esta vez pícaramente.

—¿A qué chico? —insinué, con voz socarrona.—¡Ah, y perfecto! En cuanto la veamos se lo diremos, ¿te parece bien?

 

--Está bien -- dije contestándo a lo último, pero giré mi cabeza hacia un lado para que no me viera cara a cara.
--Y es un chico, simplemente.

 

Me sorprendió que girara la cara así, con esa brusquedad, así que me sentí culpable y bajé la cabeza, mirando el huevo.

—Bueno...

 

--Aunque...
Volví a mirar al frente, intentando imaginar su reacción.
--A lo mejor si lo hago tan así no picará... En fin... ¡Oye Jenna! ¿Te apetece hacer algo?

 

Como me había quedado mirando el huevo, preguntándome qué pokémon saldrá, no entendí una frase que dijo.

—¿Huh? ¿Hacer algo como qué?

 

Me llevé las manos tras la cabeza y me puse a pensar.
--No sé, algo para entretenernos... Una carrera por ejemplo.

 

Puse los ojos en blanco y puse una mueca.

—¿Carrera a pie o carrera subido a un pokémon? —bostecé cansada.— De todas formas, no. Siempre pierdo en eso a pesar de que amo correr. Acaban ganándome, a veces con trampas .

 

Reí levemente.
--¡En pokémon! ¡Pero no quiero trampas!

 

Yo negué con la cabeza.

—Tengo malos recuerdos de ello... Además, tengo sueño y hambre.—admití, volviendo a bostezar.

 

Vaya por Dios...

--Si quieres te puedo invitar a algo de comer y luego duermes donde quieras -- Le dije llevando mi mano al bolsillo trasero de mi pantalón para sacar mi cartera.

 

Yo sabía que ella estaba decepcionada. Pero, ¡venga ya! Cuando alguien propone una carrera, es porque SABE que tiene más posibilidades de ganar que la otra persona y dejándola en mal lugar. Y, digamos, que no quería pasar ese mal trago de chafar mi orgullo y que se regodeara en mi cara, como me solía ocurrir.

—No te preocupes, creo que yo tengo dinero en mi mochila. Solo necesitamos un sitio donde comer.

 

La miré por un momento y alcé una ceja.
--¿Que parte de te puedo invitar no entiendes? -- le dije riendo --. Déjame a mi, tú tranquila.

 

Yo reí un poco.

—Está bien, está bien, tú ganas. —me encogí de hombros mientras sonreía— ¿Y qué lugar conoces?