Zoroark-Liza rio aún más y no pude evitar sonreir algo más calmada mientras me acercaba a ésta. —Algo escuché sobre eso...qué interesante... En ese momento, la pokémon miró a Dante y se transformó en él a la vez de que se sentó en el banco a su lado y lo miraba con una sonrisa burlona. —Anda Dante, tienes un hermano gemelo. —reí al verlos y tomé la última ball mientras, preparada para enseñarle a nuestro "viejo amigo".
Cuando vi al zoroak transformarse en mi, agradecí que Ian estuviese perdido por allí, ¿Dos Dantes?, ¡le fascinaría!, ahora tendría dos blancos a los cuales lanzar sus pokemon como si de un concurso se tratase... — Me imagino que el tercero debe ser toda una sorpresa no?
—Así es. —asentí mientras devolvía a la inquieta Zoroark a su pokeball y lancé la última. Una gran ráfaga de aire agitó el lugar y Lugia salió finalmente afuera. Observó con seriedad el lugar que lo rodeaba y fijó su mirada en Dante. Reconocía a ese chico, lo ayudó hace tiempo junto a su entrenadora y más personas en la lucha contra Ómicrom, y por ello le estaba agradecido igual. Observé a Dante con una sonrisa y pasé a preguntar. —¿Lo recuerdas? Porque él a ti sí. —respondí a la vez que el pokémon legendario inclinaba levemente la cabeza apoyando lo que decía.
Una gran ráfaga de aire llegó hacia nosotros justo en el momento en que liza liberó a su tercer pokemon, abrí los ojos que se habían cerrado por la ráfaga de no hace mucho, y apenas pude distinguir bien noté que era Lugia, un legendario que me miraba fijamente, como si ya me hubiera visto antes y eso parecía por la pregunta de Liza. Me levanté y caminé hacia Lugia para verlo sorprendido — Lamento decirte que... yo... yo no lo recuerdo... hay muchas cosas que.. bueno, me gustaría y no puedo recordar
Aquello que dijo no me sorprendió mucho, de cierto modo sabía que era probable que en ese lapsus de tiempo no recordara nada de la lucha contra Lugia, por lo que traté de no indagar mucho en el tema, pero sí explicarle algo. —Cuando recuperaste la memoria dándote un golpe en la cabeza estabas junto a nosotros combatiendo contra él, por eso Lugia te recuerda. —le resumí en pocas palabras y miré al pokémon legendario. —No tienes que preocuparte, es normal que no recuerdes todo, es algo así como lo que le pasó a Des o a mi, siempre hay un pequeño lapsus de tiempo que no se llega a recordar. Guardé a Lugia una vez me hizo un gesto de incomodidad, ya que notaba como la gente de alrededor se le quedaba mirando impresionados y me acerqué de nuevo a Dante una vez coloqué la ball en mi cinturón.
— Lo que si recuerdo a la perfeccion es ese golpe....— dije tocandome la parte trasera de mi cabeza haciendo una leve mueca como si el golpe huviera sido ayer
—Debió ser feo..—dije algo preocupada sentándome de nuevo en el banco, cuando de repente recordé algo...o mejor dicho a alguien. —¡Ah! ¡Jenna! ¡Me olvidé de ella! —exclamé alarmada y me levanté de golpe para hacerle una señal a Dante para que me siguiera y eché a correr. Dios, espero que no se moleste conmigo...el tiempo se me pasó volando. (@Jenna Bodt Fubar, aparece~ (?))
[Ahora aparezcooooo~] Me había cansado de buscar, así que volví a la ciudad y me senté en un banquillo escuchando música. Creo que me dormí un rato, no sabría decir cuánto y aún Liza no había aparecido ya que si me hubiera visto durmiendo, supongo que me hubiera despertado. De todas formas, decidí esperar un rato más para ver si venía ya que pudo haber tenido más contratiempos, qué sabía yo. Me crucé de hombros y cambié de posición. La verdad, habían pasado como cinco minutos y pensaba en irme. [No sé qué decir, auch xDDD]
¿Jenna? ¿quien era jenna? no quice detenerme a preguntar ya que liza ya habia salido corriendo para no quedarme tan atrás
Llegué corriendo a una pequeña plaza con Dante tras de mi y logré ver la figura de Jenna sentada en un banquillo, a lo que suspiré con alivio, no tuve que ir muy lejos. Llegué a donde ella y la llamé para que supiera de nuestra presencia. —¡Jenna, Jenna, Jenna! Perdón por tardar, tuve un pequeño contratiempo por el camino. La Ciudad es más grande de lo que parece...—suspiré una vez me puse en frente.
Yo sonreí y me levanté al verla correr hacia a mí. ¡Por fin!, pensé. —¡Por un momento he creído que te habías ido! —dije riendo mientras estiraba mis extremidades.
—¡Eh! Que yo nunca dejo a nadie tirado. —repliqué inflando mis mofletes mientras miraba como se estiraba y giré a ver a Dante llegar donde nosotras.
Volví a sonreír y me disculpé, y ella se giró para ver a un compañero qe seguramente hubiera arrastrado con él. No lo conocía de nada, una de las amistades de Liza, como la anterior, deduje. Yo, vuelvo a repetir, mi círculo de amistades era casi inexistente y eso en cierto modo me causaba impotencia. ¿Por qué? Ni idea.
Aterricé sobre Ciudad Barniz en cuanto la vi desde lo alto… finalmente la había encontrado, allí estaba Liza, estaba buscándola ya que hace tiempo que no la veia, y sabía que estaría por Barniz o alrededores… Descendí en cuanto la vi y bajé a saludarla… junto a ella se encontraban Dante y una chica a la cual no conocía. —Liza, Dante, tiempo sin verlos —les dije a los dos en cuanto descendí, luego volteé a ver a la otra chica con intriga—. A ti no te conozco, ¿quién eres?
¡Nooooo, otra más no! ¡Pasar más vergüenza no! gimoteaba en mi interior, me retorcía internamente. Yo callé y activé mi "modo planta decorativa que solo dice hola y sonríe para causar simpatía". Incluso hablar con Liza se me dificultaría, puesto que todos ellos tenían pokémon muy bien entrenados y... ¿y yo? Yo... Yo solo estaba de bulto, ahí, haciendo el pasmarote. Oh sí, ¿quién no tiene el vicio de morderme las uñas? Nadie, vamos. Yo empecé a mordérmelas por pura manía que no me podía quitar, ni con vinagre ni con nada, para tranquilizar mis nervios y vergüenzas. [Sí, así soy yo en la realidad, jo~]
Miré a la chica con curiosidad mientras regresaba a Skarmory a su pokebola… dijo hola y sólo sonreía ahora, pero se la notaba nerviosa… no era mi problema, pero me resultó curioso de todos modos… Clefairy se escapó de su pokebola y recibió la nueva ciudad con una gran y amplia sonrisa… suspiré, este pequeño siempre se escapaba, comenzaba a ser un dolor de cabeza… la pokémon hada se dirigió hacia la chica extraña y le sonrió, como para que no estuviera nerviosa, simpática con todos como siempre (al contrario de mí, debía admitirlo).
Noté cierta tensión en Jenna al ver cómo reaccionó ante la llegada de Effy, al igual que Dante y decidí cortar con la incomodidad. —Hola Effy, y lo mismo digo, hace tiempo que no te veo por ningún lado. —sonreí con simpatía y miré a todos. —Por cierto, ésta es Jenna. Jenna, estos son Dante y Effy. —les presenté indicándole a cada uno con la mano, algo más tranquila al deshacer el hielo producido en ese momento. Observé a la Clefairy con curiosidad, se veía simpática, y le sonreí una vez la miré para luego volver a ver a los demás.
—Oh Liza, tú no la conoces… ésta es Clefairy, la conocí en Pueblo Pincel… esta pequeña me siguió desde la ruta 304 y se metió en mi equipo a la fuerza —me detuve antes de continuar, recordé la razón por la que estuve en esa ruta… y no era algo que quería recordar, era algo triste. Me repuse rápidamente y miré a la otra chica—. Hola Jenna, como dijo Liza mi nombre es Effy, soy una entrenadora pokémon también… ehm no una tan fuerte como Liza, pero entrenadora al fin y al cabo. Clefairy saltó arriba y abajo como para que la recogiera, y eso hice… sorprendentemente, a pesar de su tamaño, Clefairy no pesaba casi nada, y podía cargarla y sostenerla suavemente entre mis brazos sin mucho esfuerzo.
Luego de estar preguntándonos a dónde ir, Togekiss y yo volvimos a Ciudad Barniz. Al aterrizar, miramos a nuestro alrededor. La plaza de la ciudad estaba algo vacía. Es como si desde el torneo no pasara nada en la ciudad.
Llegué a Barniz, pero mirando el huevo con curiosidad. --El pobre pokémon que nazca morirá de hambre... O si no se perderá por mi culpa... Voy a ser la peor madre que existe por estos lares. Espeon rodó los ojos, ya que él sabía lo que era estar conmigo. Liberé a charizard, y le di el huevo. --Charizard, a partir de ahora quiero que vayas calentando el huevo ¿vale? Mi inicial asintió, y subió un poco su temperatura corporal mientras llevaba el huevo en sus mano. Espeon se paró delante de Charizard y se sentó en el suelo. Acto seguido, el felino se rió. Charizard pasó de ser un pokémon competitivo a ser un empollahuevos.