Mientras caminábamos no podía parar de sentirme culpable, ya que cuando veía la pokeball de Ataro o Chuchu ambos me miraban con frialdad o fulminante—Vaya...en verdad lo siento—murmure pero ellos solo desviaron la mirada.
Asentí, me desvié un momento, y compré una chaqueta de universitario negra y blanca, y otra pero gris y blanca para Mizuki —Me queda chula —me puse mi chaqueta, que me quedaba como anillo al dedo—