Dediqué una sonrisa, para luego abrazar suavemente a Mizuki —Sip, y te voy a agradecer algo, me enseñaste a no rendirme, cuando lo había olvidado, gracias
—Hay un espectacular salón de baile, y me preguntaba si querías ir conmigo, o si no, vamos a un centro comercial o que se yo