--Pues... si no recuerdo mal, tengo una Charizardita X, Charizardita Y, Porygonita, Slowkinita, Sigilita, Claydolita, Greninjita y Gyaradosita.
--Otro que quiere una piedra antes de poder usarla --se dijo él--. Chico, la Porygonita puede megaevolucionar Porygon Z, no a Porygon-2. ¿No crees que es mejor tener una piedra de un pokémon que ya puedas megaevolucionar y, cuando tengas a Porygon-Z, obtener ya su piedra?
Está bien, está bien... solo digo que, cuando enfrentes a esos dos chicos y usen a Megascizor o a Megamienshao, dime, ¿qué harás? En fin, el megaaro y la Porygonita son tuyas.
Miré a la chica con incertidumbre. ¿Por y para qué había hecho eso? Lo más probable es que quería encontrar respuestas, pero no era la mejor forma y lo más probable es que no lo hiciera. Lancé un suspiro y le dije: --Mira, en este día han pasado muchas cosas, así que pronto debe anochecer. Yo sé que no quieres estar pegada a cables y esas cosas; pero por último hazlo en el momento de dormir, si no puedes caer en desmayo o algo así. Si te escapaste es porque aún no podías salir y por lo tanto, aún no era seguro. Mientras yo la aconsejaba, Combusken, confundido, nos observaba.
-- Ahora que recuerdo...-- Sali de la casa del joven con el megaaro en la muñeca derecha. Empece a buscar por la ciudad a la chica castaña.
Me sorprendí bastante al escuchar su consejo. Le sonreí calidamente y asentí. --Esta bien Steve, te haré caso. --le dije aún sin perder mi sonrisa. --Pero tan solo iré en la noche, vale? De repente me empecé a marear de nuevo y me senté en un banco a mi lado para no caerme. Mi cuerpo empezó a tiritar de frío y lleve mi mano a mi mejilla derecha para no tocar la herida. Tenía fiebre. Intenté con todas mis fuerzas parar de tiritar para que Steve no se diera cuenta pero no podia.
Con solo la mirada encontre a Liza-- ¡Liza!-- le grite para llamar su atencion, pero claramente me acerque a ella
Escuché que me llamaban y sin parar de tiritar miré a un chico que se acercó a mi. Al parecer él también me conocía. --¿Qui-quién e-eres tú? --le pregunté con la voz entrecortada por los incansables tiriteos. El cielo empezaba a tornarse diferente, dando paso a oscuras nubes de tormenta que se aproximaban a Ciudad Barniz a mucha velocidad, pronto comenzaría a llover...
Vi como la chica intentaba disimular sus temblores, así que suspiré; quedando con las ganas de decir "Te lo dije". Entonces, el cielo comenzó a oscurecerse por varias nubes que anunciaban lluvias; así que le dije a Liza; y de paso a un chico que acababa de llegar: --Va a empezar a llover, así que vamos rápido al Centro pokémon. Afortunadamente, tal edificio se encontraba muy cerca de nosotros, así que sólo era caminar unos cuántos pasos.
--Esta bien... --murmuré mirando el cielo y Mienshao me levantó del banco en el que estaba para sujetarme por si me caía del mareo que tenía encima. Llegamos a la puerta del c.p y las primeras gotas de lluvia hicieron acto de presencia. Mi pokémon me sentó en uno de los asientos del centro pokémon y se quedó a mi lado asegurándose que estuviera bien. Miré a todos lados buscando con la mirada a los dos chicos, pero aun no habían entrado.
Entré en compañía mi Combusken, y luego de pedirle mi llave a la enfermera Joy, recordé el asunto de Liza, así que le expliqué lo que conversamos, por lo que la enfermera prosiguió a donde la chica. --Espero que no vuelvas a escapar, Liza... --le dijo--. Sin embargo, tu amigo habló con nosotros y casualmente acertaron, pues viendo tus éxamenes, sólo tenías que estar unas horas en reposo... pero como escapaste, el tiempo aumentó levemente. Pero una noche será más que suficiente para que te recuperes debidamente.
--¿T-tengo que ir ya? ¿No pu-puede ser más ta-tarde? --le respondí con cada vez más frío y tiritando más fuerte. Un leve tono rojizo apareció en mis mejillas, dando señas de que la fiebre aumentaba. Mienshao me miraba preocupada, y estaba de acuerdo con Steve y la enfermera Joy en que debía volver a la habitación.
--Tiene que ser ya --afirmó la enfermera. Luego, tocó la frente de la amnésica entrenadora y le dijo: --Además tienes fiebre, tenemos que irnos ya mismo para que te apliquemos los tratamientos necesarios. La enfermera Joy ayudó a Liza a pararse para poder llevársela a la habitación donde la examinarían y le harían los respectivos cuidados.
Seguí a la enfermera Joy resignada hasta que recordé algo. Me giré un segundo y miré a Steve. --Steve, ¿puedes cuidar de Mienshao mientras, por favor? --le pedí agarrando la ball de esta y mirándole.
Al escuchar la petición de Liza, sonreí. --¡Claro, Liza! Aunque no nos conozcamos desde hace mucho... Para eso están los amigos, ¿no? Entonces, regresé a Mienshao a su pokébola y la metí en mi mochila. --¡Suerte! --le dije voleandole la mano. --¡Combusken, Combusken! --exclamó Combusken con la misma intención.
Sonreí ante la respuesta del chico y dije una última cosa antes de irme: --Gracias... --le respondí con un hilo de voz por mi estado y me fui con la enfermera Joy a otra de la muchas salas aburridas de tratamiento.
Me demore "mucho" en llegar donde ella pues el chico del inicial de fuego se la había llevado al c.p, pero claro, no me quede ahí parado lo que hice fue seguirlos rápidamente.