Miré al liligant derumbarse en el suelo y no pude si no salir de mi asombro. ¿Habia ganado? ¿Tan rápido? Miré a Mienshao que se acercó sonriente y le choqué la pata en señal de victoria y esta me correspondió. Nos giramos y fuimos a donde estaba aquel hombre. --Pues, creo que a mi inicial en su evolución final, Samurott. --le pedí con una sonrisa.
Scizor, Combusken y yo quedamos anonadados con el cambió de Girafarig. Pásó de esa jirafa feliz y contenta, a una enojada y monstruosa. Sin embargo; eso no iba a hacer que nos echaramos para atrás. --¡Esquívalo y usa Tijera X! Scizor pegó un salto a gran altura para evadir la mordida de Mega-Girafarig y luego cruzó sus dos pinzas en forma de X y se dirigió a la jirafa para golpearla. SCIZOR: Bicho/Acero (Balanceado) Salud: 140/140 Fuerza: 200 (15) Resistencia: 200 (20) Agilidad: 2/3 (90 de Velocidad) (25) Movimientos: -Demolición (40 Potencia, Lucha, derriba pantalla luz y reflejo) -Puño Bala (30 Potencia, Acero, para esquivarlo requiere de dos puntos de agilidad) -Tijera X (60 Potencia, Bicho) (Usos: 3/4) -Gallardía (Restaura ½ de sus PS y aumenta en 15 su Fuerza)(Usos: 1/1) TURBO: 0/55 -Duplo: Los dos próximos ataques se aplican dos veces. -Última Voluntad: Se sacrifica a cambio de curar ½ Vida a sus aliados y dejar inmóvil por un turno al jefe. -Último Arcano: 45 Daño, Lucha, se aplica tres veces (tres dados)
--Pues.... si eso quieres, ten una Samurottita, aunque, ¿ya tienes a Samurott? Porque, de no ser así, ¿no crees que es mejor tener una megapiedra de un pokémon al que ya puedas megaevolucionar, como es Mienshao, y más tarde conseguir la de Samurott?
Distraído con la piedra, ni un segundo pasó hasta que se dio cuenta Jaden de que Girafarig cayó de un golpe. --Vaya... --dijo, con una gota de sudor en su frente--. Dos seguidas... en fin, qué menos del Caballero rojo. Entonces, chico, ¿quieres también un megaaro y una megapiedra? Lamentablemente, solo me quedan una Scizorita y una Blazikenita para darte...
Miré pensativa al hombre. --¿Usted tiene una megapiedra para mienshao? --le pregunté educadamente y mirando después a mi nueva pokémon. Aquel hombre tenía razón.
--¡Muchas gracias! --exclamé sonriente y me coloqué el megaaro en mi muñeca y guardé la Mienshita en la mochila.
Quedé pensando. Por mi, me llevaría las dos, pero eso era imposible. Sin embargo, tenía que tener en cuenta que podría mega-evolucionar a mi inicial sólo cuando éste sea un Blaziken; así que... --Creo que me llevo la Scizorita; pues Combusken aún no puede mega-evolucionar.
Mirando mi megaaro muy emocionada empezamos a caminar yo y Mienshao hacia la salida, pero me acordé de alguién y decidí esperarle. --¿Vienes Steve? --le pregunté sonriente apoyada en el marco de la puerta.
--Claro, toma --dijo el hombre dándole la Scizorita--. Y buena suerte a ambos. (En cuanto pueda subo las mega-fichas a vuestras fichas)
Combusken y yo miramos con emoción la mega piedra. Scizor también se veía un tanto asombrado. Luego de regresar al Caballero Rojo a su pokébola, me puse el mega-aro yle di las gracias al hombre de la mansión. Entonces, escuché que Liza me llamaba. Sonreí y, junto a Combusken, fui a donde ella para salir de aquel lugar. --¡Esto es increíble! --exclamé observando el mega-aro. --¡Combusken, Combusken!
--¡A que sí! Son unos bonitos complementos también. --reí mirando el megaaro de mi muñeca también. Mienshao me acompañaba alegre por la victoria y yo la miré igual. --¿Que tal si vamos a curarlos al c.p, Steve? --le pregunté.
--¡Claro! --exclamé. En el camino, recordé la pregunta que le había hecho a la chica. --Oye, y al final no me dijiste, ¿cómo capturaste a Fennekin?
Miré al chico entristecida por lo que le iba a contestar a continuación. --Yo...yo no lo se, sufro amnesia desde hace varias horas por un golpe en la cabeza. --le expliqué cambiando de tono mi voz y quitándome la gorra para enseñarle mi frente vendada para que viera que era verdad lo que decía. --No se nada de mi pasado ni quien soy...
Entré a la ciudad un poco debil, pero nunca iba a caer, tengo demasiado orgullo como para hacerlo-- ¿Donde estan todos?-- me pregunte debilmente, pero no buscaba a los entrenadores sino a mis pokémon los cuales estaban en mi mochila junto a los de Liza
Quedé totalmente impresionado. El golpe se veía que había sido fuerte... y reciente. --Oh... que mal --dije con pesar--. Pero supongo que estás autorizada para estar afuera, ¿no?, porque si no puede ser muy peligroso; porque creo que te debieron haber vendado en el centro Pokémon.
--No, no lo estoy, me escapé. --le expliqué. --Pero tan solo me duele la cabeza y a veces tengo mareos, nada más. Mienshao no sabía eso y no parece que le hiciera mucha gracia.
Mientras caminaba debilmente entré a una casa por accidente y encontre a un persona con un raro guante en la mano-- ¿Hola?-- le pregunte estupidamente mientras observaba su guante