Escuché a alguien que parecia llamarme, por lo que me giré y vi a la chica del treecko llamándome. --¿Huh? ¿Necesitas algo? --le pregunté cuando llegó a mi lado un poco extraña.
Saqué de sus balls a mi Raichu y Frogadier, para que Riolu entrenara. --Bien chicos, necesito que Riolu se fortalezca, con lo que no seáis duros con él, sólo practicad movimientos.-- Los dos pokémon evolucionados asintieron, pero en eso oí algo, pero decidí no darle importancia. --Froaxy, tú ayúdale en velocidad, y Spark, tú en ataque.--
--Claro que necesito algo, sino no te hubiera llamado--contesté--. Me preguntaba si sabes de algún lugar en donde pueda arreglar mi bicicleta o conseguir una nueva. Se rompió al chocar con un árbol, larga historia; todo es culpa de mi Treecko. Oh, por cierto, soy Pauline. Y tu nombre es... La chica me miró extrañada. Creo que la asusté con mi parloteo.
Solte una pequeña risilla nerviosa y lleve mi brazo derecho a mi nuca. --Pu-pues lo siento, pero estoy muchísimo más perdida que tu.Pero si quieres te ayudo a buscar. --sonreí. --Ah y encantada Pauline... pues mi nombre...ni yo misma lo se... --suspiré indignada. --No recuerdo nada de mi...
--No Riolu... ¡Con más fuerza! ¡Dale más fuerte!-- Ordené al pequeño, que no paraba de darle golpes a Raichu en la tripa. Spark no parecía inmutarse. --Venga Riolu, sólo un poco más fuerte.--
Luego de un rato, llegué a Ciudad Barniz y me vi con la necesidad de sacarme mi chaqueta de invierno nuevamente. --Aún no entiendo como funciona el clima por estos lados... en fin. Miré a todos lados, necesitaba ir al Centro Pokémon para curar a mi equipo
--Oh, lástima. Yo me estaba por diri... Espera, ¿cómo es eso que no recuerdas nada?, ¿ni siquiera tu nombre? Dios santo, chica. Si tu memoria no está bien no deberías andar sola. Ven, vamos al centro Pokémon. Allí de seguro nos darán indicaciones--le dije alegremente. La niña sin nombre parecía una persona interesante. Todo el tema de la pérdida de memoria era el indicio de una próxima aventura. Miré a "ChicaSinNombre", le sonreí e indiqué el camino hacia el centro Pokémon. El asunto de por sí era misterioso, por lo que me dije a mí misma que ayudaría a la personita a mi lado a descubrir quién era en realidad.
Me dirigí al Centro Pokémon a toda velocidad apenas lo encontré. Afortunadamente, estaba relativamente vacío por lo que pude curar a mis pokémon sin problemas. De paso, aproveché de alquilar una habitación. Le di las gracias a la Enfermera Joy, y me fui rumbo al dormitorio. Descansé un rato hasta que una pregunta se me vino a la cabeza... --¿Qué habrá sido de Dennis y Carol? --pensé
--Tan solo recuerdo que me di un fuerte golpe en la cabeza, perdí el conocimiento y desperté en el centro pokémon. --le expliqué pero al escuchar lo último que dijo di unos pasos hacia atrás, asustada. --¿Eh? ¿Qué me vas a llevar de nuevo al lugar donde me escabullí? Ni en sueños. Eres muy amable pero como la enfermera Joy me vea me llevaré una reprimenda. --pensé mirando al suelo, intranquila. --Me he desconectado de varios cables, y eso no ha sido buena ide... -- No pude acabar la frase pues en ese momento sentí que me mareaba y me tambaleé un poco, tocándome la cabeza. De nuevo ese dolor...
Me levanté de la cama y salí de la habitación. La verdad, tenía muchas ganas de contarle la noticia a Dennis y Carol, si es que los encontraba. Así que llegué al recibidor y dejé las llaves en manos de la Enfermera Joy para que las dejara custodiadas. --En el caso de qué no los encuentre, espero por último ver a alguien conocido por ahí...
--Hey, ¿estás bien? No puedo dejarte aquí en este estado tan crítico. Vamos, la enfermera Joy no te dirá nada si inventamos una mentirilla--. Le guiñé el ojo y la tomé del brazo así, si se descomponía, yo la tenía sujeta para evitarle una caída--. Además, recuerda que soy una entrenadora y tengo 3 pokémon y tú... bueno, no tienes ninguno, así que estás en desventaja. Caminamos lentamente hasta el centro pokémon y entramos. Allí estaba la enfermera Joy, quien nos miró con el ceño fruncido. Le sonreí y me acerqué hasta ella. --Muy buenas tardes, enfermera Joy. No se enfade, simplemente le pedí a esta chica que me ayudara a encontrar a mi pobre pokémon perdido--mentí rápidamente. Joy pareció tragarse la mentira y me dedicó una sonrisa. --No te preocupes. ¿Quieres dejar a tus pokémon para que descansen?--preguntó. --Claro. A mí también me gustaría descansar, ¿hay alguna habitación disponible? --Sí, toma, esta es la llave. Espero que disfrutes tu estadía--y con una reverencia se alejó con mis pokémon. --Hey, ChicaSinNombre, vamos. Hablemos en mi nueva habitación--le dije a la niña que acababa de conocer.
Todo esto de la mentira me dejó muy confusa, pero decidí dejarlo pasar y seguí a Pauline con una sonrisa hacia la habitación que había pedido. Pero antes de que pusiera un pie en las escaleras, la enfermera Joy me habló. --Oye Liza, como veo que estas mejor, pedí al chico que te cuidó tus pokémon que me los devolviera por medio de un intercambio. Estan todos sanos y salvos, aquí te los dejo. --Me sonrió y dejó una bandeja con 9 pokeballs, que fui a recoger con mucha extrañeza. Los metí en la mochila y me quedé mirando pensativa como se iba la enfermera Joy con los pokémon de Pauline. --Entonces...¿me llamo Liza..? --susurré y volví con la chica mirando el suelo, tratando de recordar.
Lancé un suspiro. No logré encontrar ni a Dennis, ni a Carol, ni a ninguno de los otros holders... Sin embargo, la idea de regresar al Centro Pokémon me daba un poco de flojera, pues no me sentía cansado, así que decidí ponerme a entrenar. --¡Combusken, yo te elijo! De la pokébola salió Combusken, dando un fuertes golpes en el aire. Se veía con mucha energía y estaba dispuesto a entrenar. --¡Usa Ascuas! El ave corral liberó un montón de esferas de fuego que se esparcieron en el aire. Yo estaba impresionado, hasta parecía que el ataque se había vuelto más fuerte desde que evolucionó.
Escuché un sonido ígneo, y me llamó la atención. --¿Qué es eso? -- Decidí liberar a Charmeleon para que entrenara en lugar de Raichu. --Spark... Averigua el paradero del sonido y tráeme al culpable.-- El ratón con mechón asintió, y fue a por el culpable del ruido
--¡Perfecto! Ahora muéstrame como sigue tu nuevo ataque... ¡Doble Patada! Combusken dio un gran salto con una pierna extendida, y luego dio un giro para pegar una patada con su otra patada. --¡Bien hecho, amigo! A continuación, vi que un Raichu se acercó a nosotros. Por alguna razón, sentía que lo había visto antes.
--Vamos Riolu... ¡Sé que eres muy fuerte!-- Visto que mi pequeño chacal no podía más debido al dolor de sus brazos, decidí que dejara de atacar. --Vale, Charmeleon, suficiente.-- Le dije a mi pokémon reptil, luego, miré a Froaxy. --Froaxy, ayudalo con la velocidad-- El pokémon burburrana asintió, y ayudó a Riolu con la agilidad cuando lo vió un poco más animado. Ahora solo queda esperar a que Spark venga con el sujeto que hacía tanto ruido enredado en su cola y a rastras...
--Ejem.... --dije apareciendo cerca de Destiny--. Creo que hubiera sido mejor primero averiguar de qué se trataba, y luego decidir que hacer, ¿no crees? A mi lado, estaban Raichu que reñía por agarrar a Combusken para traerlo a rastras, como bien dijo su entrenadora. El caso estaba en que Combusken lo picoteaba por cada intento, así que ambos pokémon habían entrado en una mini-lucha.
(No lo dije, lo pensé XD) Volteé para ver de donde provenía la voz, para encontrarme con "el nuevo". Sonreí al verlo, ya que pensaba que no lo vería más después del suceso en el bosque, pero veo que no. Mejor, un nuevo amigo entrenador. --Así que... Ese ruido era de tu pokémon... Lo siento, pero no le doy vueltas a la cabeza para averiguar de donde viene un ruido.-- Dije con una risa. Mis pokémon pararon de entrenar, y miraron al chico con curiosidad. --Siento si te molestó, pero Spark y yo somos así.--
Miré a mi Riolu para contestarle. Este volvió al entrenamiento con mi Frogadier. --Entrenando a mi Riolu... Quiero que evolucione a Lucario.--