—No lo se, supongo que sí... Yair, tú sabes que quiero volverme más fuerte... y decidí ponerme a buscar un lugar donde pueda lograr eso. El problema es que aún no se donde rayos queda ese lugar —admití; realmente quería entrenar mis habilidades de batalla en algún lugar, pero no conocía ningún lugar así... ¿qué debía hacer ahora?
Decidí escuchar en silencio. Mi rostro cambió a un estado serio. Espero que no esté enfadada conmigo o algo por el estilo.
—No lo se, ¡ese es el problema! —exclamé, ¿acaso no escuchó lo que acababa de decir?— Es que no tengo idea... ¿dónde voy a poder practicar mis habilidades de batalla, si Destiny es demasiado fuerte para mí y tú nunca quieres pelear, Yair? Estuve pensando lugares, pero hasta el momento estoy en blanco...
—No exactamente —admití, suspirando—. Creí que eramos el mismo nivel, que podíamos entrenar juntas... pero eres demasiado fuerte para mí, no sólo un poco. Y reaccioné muy mal en el momento, me disculpo por eso, pero tampoco soy de las que le gusta perder... y por eso quiero volverme más fuerte, para no perder nunca más. ¿Y cómo voy a mejorar si siempre pierdo?
Sonreí. --De las derrotas te haces más fuerte. Yo perdía continuamente, y ahora... Bueno, aunque pierda, me gusta. Me gusta perder, hace que aprenda de los errores que cometí.
—Pues a mí no me gusta perder —me resigné, cruzándome de brazos—. Las derrotas no te hacen más fuerte... sólo te hacen hacer el ridículo. Y la verdad estoy harta de perder. Me enfoqué en Yair, que no decía nada hace rato. —Oye tú, Yair, ¿qué piensas al respecto?
--Pues la verdad no se...primero me encargare de estos desmayos...y ya despues vere que.hacer...--Le respondi adolorido--
—¿Cómo vas a ocuparte de esos desmayos? —pregunté, repentinamente curiosa—. ¿Acaso hay una forma de hacer que se detengan?
—Bueno, algo tienes que hacer... si tus desmayos son tan comunes, no puedes seguir así —le indiqué, suspirando—. De lo contrario, recorrer el mundo pokémon se tornará muy problemático para ti...
—Eso sería bastante triste, en especial si te gusta tanto viajar y ser entrenador pokémon —comenté... ¿acaso estaba él renunciando? No, no podía dejarlo renunciar. Lo había visto cuando peleó contra mí, cuando capturó a Ninetales, cuando me mostró orgulloso su Pidgeotto... le gustaba demasiado esto, no podía dejarlo... Entonces, súbitamente, tomé una decisión. —Destiny, tengamos otra batalla.
—Tenemos que hacerlo —insistí... era por Yair, tenía que demostrarlo—. Si no es ahora, mañana, pero tendremos una batalla... una batalla real, entera, seis contra seis, y le demostraremos a Yair porque no puede simplemente dejar este viaje.
--¿Seis contra seis?-- repetí asombrada. --Vale, pero sin cambios... Y tiene que ser mañana. He de encontrar la manera de comunicarme con Alpha...