(Buscate, pero está al revés. Cuando tenga el ipad la hago bien(Se me olvidó)) Contenido oculto @Liza White @juanjomaster @Nekita @Fabian @OnlyYops Le guiñé un ojo. --De Alpha. Y tengo la broma perfecta. Puede que sea un poco pervertida, pero es perfecta.
Tome la mano de destiny la cual me ayudo a levantarme... --Me duele todo aun...--Le dije adolorido y intentando levantarne con tu ayuda--
Puse el brazo derecho de Yair en mi hombro, y con mi mano libre le agarré por la cintura para ayudarlo. --Tranquilo.-- Le dije sonriendo.
Gallade ya estaba recuperado... le agradecí a la enfermera Joy, y tras asegurarle por enésima vez que no fui yo quien rompió la ventana me decidí a dejar este Centro y esta ciudad. Y entonces los ví a ellos dos. En parte me sentía medio mal por como había explotado, pero quizás era mejor así... no soy una persona de muchos amigos, mi personalidad choca con otras con facilidad, y peor aún cuando pierdo, cosa que odio... y dos veces seguidas, ni hablar... Sin embargo, me fui acercando lentamente a ellos... por lo menos quería despedirme apropiadamente de Yair.
Sonreí ante su agradecimiento. --No las des. -- le dije sonriendo. Vi a Effy acercarse. Espero que no vuelva a enfadarse conmigo...
En cuanto me acerqué, no supe que decir. Me quedé muda por un momento, y ambos fijaron sus miradas en mí... ¿qué se suponía que debía hacer en esta situación? —Pensé que seguirían entrenando... ¿qué hacen en el centro? —fue el único comentario que se me ocurrió en el momento.
—Para variar un poco —suspiré; sus desmayos eran ya una cosa que no debía sorprender a nadie a esta altura—. Supongo que lo despertaste con un poco de agua de Greninja... la Pistola Agua de Wartortle nunca fallaba en nuestros viajes.
--Emm.... No sabía si decírselo o no, pero bueno... --Como no soy buena despertando a la gente, y eso era un desmayo... Recurrí al... Boca a boca -- respondí sonriendo nerviosamente.
Ahora mis dos cejas se alzaron rápidamente de la sorpresa; esa sí que era una respuesta que no me esperaba. Y entonces, al ver que Yair también parecía confundido por esta revelación, no pude evitar echarme a reír. Hasta que, un minuto después, recordé que debía estar enfadada. Maldición.
--Pero que quede claro que yo no he sido infiel a nadie. Al ver que se reía me dio buenas vibraciones, y di un suspiro de alivio. A continuación, oí lo que Yair dijo. --¿Eh?-- pregunté incrédula