Ciudad Aqualia

Mimi Honda

Encajaba en el planteamiento. Ellas sabía de todo el asunto más que yo, que me había mantenido lejos de todo un tiempo y solo había visto a Balor y Adara una única vez.

Balor tenía secuestrada a Cait para atraer a Adara y joder el Campeonato de Gimnasios y Emily por su parte había obtenido la llave de los Suburbios de Pueblo Atracadero de parte de Shai, el líder de la zona.

Los Suburbios... un lugar muy lindo para una batalla final. Pero era acertado cuanto menos.

—Bueno, está claro entonces. No irás sola Em—aseguré sin un instante de duda y puse mi paso sobre el dorso de la suya—. ¿Cuando hemos salvado el mundo a solas? Confío en vosotras y creo que Liza tiene verdaderos motivos para confiar en Balor. Así que supongo que confío yo también, qué remedio. Incluso si de primeras la idea me crispa.

Milcery se acercó finalmente con los éclairs y el té y lo dejó sobre la mesa. También trajo la ingente cantidad de postres que había pedido Emily.

>>Conseguiré las medallas que me faltan; Maeve y Shai. Y cuando estemos listos iremos y rescataremos a Cait. Lucas imagino que ya debe estar al tanto de todo y a Ian lo vi al sur de la ruta dieciocho de camino a Ciudad Entrerríos. Es obvio que estamos juntos en esto.

 

Liza White

Revisé los alrededores de nuestro asiento con detenimiento antes de inclinarme para ver mejor aquella curiosa llave. Ya había tenido que lidiar con otra conversación secreta que no fue demasiado secreta, así que era mejor curarse en salud. Así que Shai nos había dado la herramienta que faltaba para poder terminar con todo esto de una vez por todas, ¿eh? Me preguntaba si Lucas estaría en estos momentos enfrentándose al líder, porque de ser así debía darme algo de prisa para reunirnos con Balor a tiempo.

—Cuenta con nosotros, no lo dudes —le guiñé el ojo, apoyando las palabras de Mimi—. Hemos salido de situaciones peores que esta, ¿cierto? Es evidente que no hubiésemos logrado tantas cosas si no hubiésemos trabajado juntos. Como diría Nikolah, somos una familia.

—¡Mi~! ¡Mi~! —canturreó Ginger, aunque no supe si estaba de acuerdo con mis palabras o solo se alegraba de ver los dulces sobre la mesa.

Acerqué uno de los bizcochos que había pedido y troceé la esquina con cierta pena, porque el emplatado era bastante lindo. En cualquier caso mereció totalmente la pena, porque estaba de lo más tierno. Le dejé la cuchara a la Alcremie para que lo probase por sí misma y la observé con una leve sonrisa, algo distraída.

>>Independientemente de lo que pase a continuación, hay que admitir que lo que están haciendo esos dos parece de película. Que se preocupen así por una debe ser muy romántico~.

Contenido oculto

Ella enganchando temas bien discreta (???)

 

Mimi Honda

Me llevé la taza de té a los labios y tomé un sorbo.

—Es romántico supongo—dije después, despreocupada, una vez dejé nuevamente la taza en el plato y acaricié la cabecita de Hagane, que seguía levitando en el aire—. Ya no estoy interesada realmente en el romanticismo así que si les va bien me alegro por ellos y si no... bueno, quizás no estaban hechos el uno para el otro después de todo.

Hablaba muy en serio. Estaba cansada y harta de desplantes y rechazos. Era mejor así... al menos me ahorraba sufrimientos innecesarios. Incluso si no había podido sellar mis sentimientos del todo. No era de piedra, eso era evidente. La prueba de Maeve lo había dejado muy claro. Incluso si había cerrado bajo llave cualquier sentimiento romántico seguía sintiendo como cualquier persona y por encima de todo, conservaba mi empatía y mi sentido del deber.

>>Estaría bien si le dijeras a Ian, Em. Porque no cuentes conmigo para hacerlo.

Se me escapó una risa sin gracia al mencionarlo y partí un éclair por la mitad. Generalmente la masa era bastante seca pero el hecho de estar rellenos de crema los suavizaba y equilibraba las texturas. Era un balance delicioso.

—¿Algo más que queráis comentar? Oh, sobre la prueba de Maeve...—jugueteé con un mechón de cabello—. Los encargados de ese lugar... Arceus, lo hacen a propósito ¿no?

 

Mimi Honda

—¿Qué dices, tonta? Yo te veo—le respondí a Emily y apoyé la mejilla en la palma de la mano—. Siempre me has parecido sexy. Y no tienes ni idea de la envidia que te tengo por culpa de eso.

Señalé su pecho con un gesto de la mano antes de volver a soltar una risa por la nariz y reincorporarme en la silla. Por extraño que pudiera parecer no sentía pudor alguno. No estaba tensa ni nerviosa por ser tan sincera. Suponía que simplemente, con los sentimientos de antaño bien enterrados, ya no me importaba realmente.

>>Eres muy bonita, Em. Y tú también Liz—les dije con sinceridad y me giré para mirar a White con una pequeña sonrisa—. Gracias a lo que me dijiste... bueno, el caso es que pude salir en bikini en el Estadio de Cory. Fue raro... pero se sintió bien. Y me quedaba increíble, no es por presumir~

Guiñé uno de mis ojos francamente divertida.

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Imao. ¿Qué lleva ese té? (?)

 

Liza White

Debía admitir que durante un instante me sentí un poquito incómoda, cuando Mimi reaccionó ante mi comentario de esa forma. Lucía despreocupada, pero no pude evitar mirarla mientras comía en silencio, pensando si quizás estaba siendo un mal tercio o algo así. Recordé que nunca llegué a preguntarle cómo acabó todo con Emily pero... bueno, pude hacerme una idea en ese entonces.

Alcé la mirada de forma distraída mientras se colaba el tema de los azafatos de Maeve, llevándome la cuchara a la boca con calma.

—¿Hm? ¿Los azafatos? —repetí de manera inconsciente, volviendo a partir otro trozo para dárselo a Alcremie. Era evidente que no estaba tomando el mismo significado que ellas por el tono inocente en mi voz—. Sí, claro. Algunos eran muy monos.

>>¡Y claro que podrías, Emi! Eres una gran entrenadora, ¿por qué no te iban a escoger?

No, definitivamente no me estaba enterando de nada. Apenas me volví hacia Mimi cuando se dirigió a mí y le dirigí una sonrisa amable, las mejillas ligeramente sonrosadas. Se sentía bien cuando ayudabas a alguien con un gesto tan ínfimo como ese.

—No ha sido nada, Mims. Tú me ayudaste cuando perdí contra Arlene, ¿recuerdas? —puntualicé, dejando la cuchara sobre la mesa—. En ese entonces me sentí algo perdida y aunque no lo creas supiste cómo ayudarme, así que... Considera que estamos en paz.

 

Mimi Honda

Le di un trocito de éclair a Hagane que lo devoró con ansias. Me encantan los éclairs, sin duda eran mi postre favorito de todos. Entre las panna cota y los cupcakes.

Me sentía bastante segura allí. Estar en compañía grata, comer por primera vez en horas y disfrutar de una charla tranquila con amigas siempre era de agradecer. Incluso si era la antesala del huracán que parecía estar por desatarse. Difícilmente podíamos disfrutar de momentos así por eso atesoraba cada uno de ellos como si jamás fuera a repetirse.

Era eso lo que me estaba haciendo actuar con tanta sinceridad.

Mims.

—¿Huh? Solo te dije que haríamos una pelea de bolas de nieve cuando todo acabase—le respondí con una risita burlona—. ¿De verdad te ayudó?

Clavé la mirada en la taza de té y apoyé mis palmas en la misma agradecimiento el calor resultante. Era cálido y reconfortante.

Realmente... tenía tanto que decir.

>>La verdad... agradezco haberme decidido a venir hasta Gérie. Creo que si no lo hubiera hecho no nos hubiésemos vuelto más cercanas. Me ayudaste cuando estaba confusa y perdida por el tema de Em y nunca te lo agradecí apropiadamente. Aunque claramente eso no pudo salir peor... —di unos golpecitos con las uñas en la taza antes de volver a alzar la mirada—. estuviste ahí para mí cuando más sola me sentía y te lo agradezco.

 

Liza White

—¿Eh? ¿Cómo que solo la batalla? —bufé, frunciendo el ceño algo ruborizada. ¡Sincerarse y que no lo recordasen era vergonzoso, Mimi!—. Tienes memoria de pez, que lo sepas. Y aún te tomo la palabra.

Lo cierto es que, si bien apenas fue una conversación breve y bastante simple, me había servido para desahogarme. Saber que Mimi ya se encontraba varios pasos por delante de mí y yo era incapaz de pasar de Aldea Risco me bloqueó, llegando a pensar que quizás me quedaría atascada para siempre en el inicio. Pero nada más lejos de la realidad. Apenas habíamos empezado a ser más cercanas por aquel entonces y me enternecía pensar que había acudido a ella aún así.

Supongo que ya me generaba confianza por aquel entonces, quién sabe.

—Realmente las circunstancias fueron... algo extrañas, sí —dejé escapar una ligera risa por la nariz, rememorando el pasado. Si Dante y yo no hubiésemos decidido hacer cupcakes, si Mimi no lo hubiese notado en el momento adecuado y hubiera deseado participar, quién sabe lo que hubiera pasado. Me incliné durante un momento y coloqué mis manos sobre la suyas, notando el calor que desprendía la taza. La sonrisa que le dirigí estaba cargada de ternura—. Pero estoy satisfecha por cómo se sucedió todo. Saber que ambas estáis bien y que he podido ayudar de alguna forma es suficiente para mí.

Lo último lo dije mirando de reojo a Emily, queriendo evitar dejarla fuera de la conversación. Solté a Mimi entonces y le piqué una mejilla, intercambiando miradas entre ambas.

—Y me alegra que seamos amigas, porque Emi siempre lo fue pero tú no me noticeabas, bu~ —bromeé, pero lo que decía iba realmente en serio. Me hacía feliz contar con una nueva amiga—. Cuando todo esto acabe propongo hacer algo para celebrarlo. Un viaje de chicas, escucho sugerencias~.

 

Mimi Honda

—Oye—le espeté y le solté un golpecito ligero en la mano con la propia. Pero estaba sonriendo. Era incapaz de disimular la sonrisa—. Solo si ese pez es un Feebas y evoluciona a algo tan hermoso como un Milotic te lo acepto. ¿En serio quieres hacer esa batalla? ¿Y si pillo una gripe me vas a cuidar tú?

Lo cierto es que recordaba la conversación perfectamente, punto por punto. Había sido sincera con ella y ella lo había sido conmigo. Le había dado ánimos asegurándole que siempre había sido una gran entrenadora. Después de lo sucedido con Dante el día de los cupcakes... había decidido abrir la puerta. Dejarla entrar esperando que no se arrepintiese de hacerlo. Aunque no le había hecho saber que podía acercarse si quería, si deseaba cruzar el puente entre ambas, esperaba que lo supiera. Qué tenía esa posibilidad. Y si no, me había asegurado que lo tuviese claro ahora.

Podía acercarse más a mí si quería, le estaba dando luz verde para hacerlo.

Le di un nuevo sorbo a la taza.

—Yo estaba pensando en unas vacaciones a algún lugar cálido. Diría Alola, pero tuve suficiente con Udan. ¿Tú que crees Emily?

 

Liza White

Estaba por coger el último trozo del plato cuando Ginger se me adelantó, y solo me quedó el amargo sabor de la derrota mientras escuchaba la respuesta de Mimi.

—¿Hm, cuidarte? Lo siento, no creo que pueda hacerlo —me encogí de hombros, despreocupada, conteniendo a duras penas la risa —. Seguro se me acaba olvidando~.

Estaba claro que bromeaba, pero el hecho de que me atreviese a hacerlo reflejaba lo cómoda que me sentía allí. O bueno, al menos hasta ese entonces, porque Emily tuvo la brillante idea de deslizarse hacia mí y susurrarme al oído algo que ni siquiera se me había pasado por la cabeza.

Después de lo quemada que estaba aquel día fue imposible disimular la sangre en mi rostro ni el breve escalofrío que me recorrió la espalda, haciéndome dar un ligero respingo sobre la silla. Las chicas siguieron hablando sobre algo que no alcancé a entender y me limité a hacerme pequeña en mi lugar, intercambiando miradas discretas entre ambas de vez en cuando.

¿C-Competencia? A Mimi nunca se le ocurriría algo así... ¿Verdad?

 

Mimi Honda

Rodé los ojos ante la respuesta de Liza pero mi gesto no mostró hartazgo ni cinismo. No era la primera vez que bromeaba conmigo, en cualquier caso. Ya lo había hecho cuando me mencionó el tema del bikini en el Estadio de Aqualia.

—¿Ah?—cuestioné al volver a mirarla—. No puedes hacer eso. ¿Y si muero? ¿Podrás vivir con ello? Volveré como un Froslass para atormentarte eternamente.

Era divertido bromear así. Antes no tenía la oportunidad de responder a las provocaciones porque casi siempre me molestaba y terminaba ruborizada. Pero aquello, desde que había regresado de Sinnoh... había quedado en el pasado.

Muchas cosas habían quedado en el pasado.

No me pasó desapercibida la forma en que Emily se acercó a Liza ni la posterior reacción de esta, aunque no alcancé a escuchar nada de lo que le dijo. Evidentemente era algo que no me incumbía y que no quería que escuchase. Apoyé nuevamente la mejilla sobre la palma de la mano y enarqué una ceja, observándola con un nuevo interés.

Estaba roja como un Octillery bajo el sol. ¿Qué con eso? ¿Estaba ocurriendo algo que no me habían contado entre las dos?

Hmm~

—¿Molesto?—pregunté con una sonrisa de circustancias y me erguí en la silla sin levantarme—. Porque si molesto me voy. Tengo bastantes cosas que hacer.

 

Mimi Honda

Venga ya Emily, no era ninguna tonta. En mi vida había visto a Liza ruborizada así. De modo que fuese lo que fuere que le había dicho había tenido ese efecto en ella. El suficiente para tensarla y ponerla roja como un Corphish a la plancha. Pero tal vez era meterme en asuntos que nuevamente no me incumbían. Si no querían decírmelo yo no iba a presionar ni insistir.

Intercambié una breve mirada entre ambas, pausada y atenta, y levanté las manos, mostrando las palmas en señal de inocencia.

—De acuerdo—dije simplemente. Apuré lo que quedaba de té y le di a Hagane el trocito de éclair antes de tomar mi bolso y sacar mi tarjeta de crédito—. Liz, sé que dijiste que me invitarías esta vez pero yo pagaré la ingente cantidad de pasteles que se han comido Em y su Pokémon. Supongo que tendrás que envitarme otro día.

Tenía cosas que hacer. Había una amenaza flagrante ahí en medio y claramente era un mal tercio en esa conversación. Fuera lo que fuese que Emily y Liza tuvieran no me correspondía a mí estar en medio.

Tras pagar, sin admitir quejas ni réplicas por parte de ninguna, me eché el bolso al hombro y abandoné la pastelería.

—Nos mantendremos en contacto señoras. See ya.

 

Liza White

Me removí en el asiento cuando Emily me acercó la bebida a la mejilla y solté un ligero suspiro, agradeciendo el tibio contacto. Fruncí el ceño ante sus palabras, sin embargo, pero no añadí nada más. Había sido un detalle bastante nimio y podía pecar de exagerada pero después de lo sucedido en las costas, dándole una vuelta extraña a mi modo de ver el mundo y luego el encuentro con Ragan, estaba quizás un pelín susceptible. Un poco mucho.

No obstante, para cuando pude recuperar el cauce de mis pensamientos, tenía ante mí una escena cuanto menos extraña. No supe en qué momento Mimi había empezado a mirarnos de esa forma, claramente generándose las ideas equivocadas, pero para cuando quise soltar un "¡No, no, no es lo que parece!" ella ya había pedido la cuenta y restado importancia al asunto, aunque para mí sí la tenía. No hubo lugar a réplicas: pagó la cuenta, nos despidió y me dejó con un sabor bastante amargo en el pecho.

Ah, mierda. Iba a tener que contarle mi desastre en algún momento con tal de quitarle esa idea de encima.

—Espero que no se haya molestado —suspiré, levantándome junto a Emily y devolviendo a Ginger a su pokéball. Me acaricié la nuca con una mezcla de culpa e incomodidad—. En fin, supongo que me toca ir a combatir al gimnasio. Nos vemos en menos de dos días, Em.

Y tras agitar mi mano con suavidad abandoné yo también la pastelería.

 

Mimi Honda

Ryuutaro consiguió algo de oro. Así que ahora solo necesitábamos almejas... y sólo se me ocurría un lugar donde encontrarlas.

—Ryuutaro, eres el único que puede pescar. ¿Puedes intentar a ver si pillas alguna almeja?

¿Qué eran las almejas a todo esto? ¿Como Cloyster o así...?

Contenido oculto

1- Pez común
2- Pez común
3- Pulpo
4- Calamar
5- Almeja
6- Piedra brillante
7- Piedra brillante
8- Pez marino
9- Pez marino
10- Centollo

Piedra brillante x1
Calamar x2
Almeja x1

-100 Arlines

 

Lucas Diamond

Vaya cúmulo de emociones... Un merecido descanso nos ayudó a recomponernos y poder asimilarlo todo. Mis pokémon lo agradecieron, y yo también. Pero tras eso, tocaba volver a la rutina, y esta vez en forma de recolecta.

Vamos, almejitas, venid aquí.

Punto de recolección (pesca) (dos tiradas)
1- Pez común
2- Pez común
3- Pulpo
4- Calamar
5- Almeja
6- Piedra brillante
7- Piedra brillante
8- Pez marino
9- Pez marino
10- Centollo