Ciudad Aqualia

Liza White

El viento soplaba con fuerza en ciudad Aqualia, y Zazú pudo sentirlo en la presión que ejercía contra sus alas. Le pedí que descendiera a las afueras, y a pesar de que graznó tratando de oponerse, porque era así de orgulloso, acabó obedeciéndome y aterrizó con el mayor de los cuidados. Saqué al bajar de su lomo una de las manzanas que había recolectado y se la ofrecí, acariciando su plumaje en agradecimiento por el viaje.

El Staraptor lo aceptó con algo de recelo, arrancándome una pequeña sonrisa de los labios.

Recordaba vagamente el lugar al que Mimi se refería. Había pasado por aquella plaza cercana a la playa de camino al estadio y me había perdido buscando la pastelería para el recado de Ginger. Era una cafetería modesta, con unas preciosas vistas y el olor a sal le daba cierto toque vacacional. Distinguí la cabellera rubia de Mimi, recogida en dos coletas, meciéndose con la brisa marina. Había guardado una mesa, y parecía esperarme para pedir algo.

—Perdona, Mims, ya estoy aquí —la saludé, suave, apartando una de las sillas para tomar asiento a su lado. Me alisé la ropa de forma inconsciente, algo agitada después del vuelo. Apenas había reparado en si le molestaría el mote—. Apenas he parado en todo el día, estoy agotada. Espero no estar quitándote demasiado tiempo.

Al verme llegar uno de los chicos que atendían la cafetería nos tomó nota, y aproveché para pedir un batido de fresa. De repente se me antojaba algo dulce para recuperar fuerzas. Me volvi entonces hacia Mimi, dedicándole una pequeña sonrisa.

—¿Dónde te habías metido? Me tenías algo preocupada.

 

Mimi Honda

La cafetería era pequeña y poco concurrida pero tenía cierto encanto rústico. Realmente todo en Gérie tenía ese encanto rústico, como anclado en el pasado. Tomé asiento en una de las mesas y aguardé en silencio.

No tuve que esperar demasiado tiempo. Apenas había tomado una mesa cuando Liza apareció de la nada como si hubiera sido invocada y se sentó a mi lado. ¿Ya? ¿Tan rápido? No pude evitar sorprenderme al verla aparecer tan pronto, pero quizás... ¿quizás había atrapado a algún Pokémon volador que le hiciera de transporte? Con todo, no pasé por alto el apodo que había usado para llamarme.

—¿Mims?—murmuré.

Era cierto ¿no? Aquel viaje... nos había hecho más cercanas. Hasta esa misión en Gérie la había visto como una conocida, una chica que era también holder pero nada más. Cuando me escuchó con todo el tema de Emily tras preparar cupcakes con Dante, empecé a confiar en ella, a decidirme a crear un puente entre ambas. Nadie me había apodado así nunca. Y no pude contener el impulso de jugar nerviosamente con un mechón de cabello mientras negaba con la cabeza ante su disculpa.

—Tranquila, yo te he llamado—dije—. Si me robas tiempo será porque así lo quise.

Aproveché el acercamiento de uno de los empleados de la cafetería para pedir un té rojo y unas pastas. Tanto caminar por aquella ruta semi-desértica me había dejado agotada.

¿La había preocupado? ¿En serio?

—Ah, lo siento. Realmente... no he estado haciendo gran cosa pero se siente como si hubiera desaparecido por meses, Arceus—respondí con un suspiro pesado y apoyé la mejilla en la palma de mi mano—. Estuve en Clasiópolis, en el Dojo... no me fue muy bien.

El chico regresó con el té y el batido que Liza había pedido y rodeé la taza con mis manos.

Tan cálida.

>>Iba a ir ahora a por la cuarta medalla. Supongo que ya debes tenerla.

 

Liza White

Mimi le restó importancia a la interrupción y me quitó cierta presión de encima sin saberlo. Al menos, el tiempo ya no jugaba en mi contra. No había venido solo para soltarle la información y marcharme. Disfrutaba genuinamente su compañía y no me había dado cuenta de ello hasta nuestro viaje por Gérie, donde nuestros encuentos habían sido más asiduos sin quererlo ni beberlo.

Tomé el batido entre mis manos, llevándome la pajita a los labios de forma distraída, y sorbí mientras la escuchaba relatar el motivo de su supuesta desaparición. Tampoco habían sido tantos días, pero estaba tan acostumbrada a ver a los holders resolviendo problemas a cada momento que una ausencia me hacía saltar las alarmas de alguna forma.

—¿Uhm? ¿El dojo? —murmuré y dejé el batido sobre la mesa, inclinándome hacia delante con cierto aire reflexivo—. Es un lugar que merece mucho la pena, pero es bastante intenso. Aún tengo agujetas —Me masajeé el hombro, soltando un suspiro—. Pasé todo un día ahí dentro, así que puedo darte consejos si los necesitas en algún momento.

Asentí cuando mencionó la cuarta medalla, rememorando los sucesos en la mañana.

—Hmh, la conseguí hace apenas unas horas. El gimnasio de Cory se encuentra en la misma playa, en una antigua academia de surf. Ah, sí —apoyé el mentón sobre ambas manos, ladeando mi sonrisa con cierta diversión en el rostro, anticipando su respuesta—, es obligatorio ir en bikini.

Claramente estaba mintiendo, pero oh, no podía desaprovechar la oportunidad de bromear con ello.

 

Mimi Honda

La escuché en silencio en lo que esperaba que el té—que parecía haber sido calentado por el lanzallamas de algún Pokémon tipo fuego—se enfriase. Estaba segura de que apenas habían pasado algunos días desde que no nos veíamos, pero una parte de mí sentía que eran meses.

—Dímelo a mí—respondí con un nuevo suspiro cuando comentó la dureza del Dojo. Claramente había sobrestimado mis capacidades. Había cruzado las piernas bajo la mesa, una sobre la otra—. Es brutal. Pero no me desagrada realmente. Quiero decir, es todo un desafío y superarlo será demasiado gratificante. Porque sí, lo voy a superar... no me quedan dudas de eso.

Soplé sobre la taza de té buscando enfriar su contenido. Me sentía... algo más tranquila. No sabía si era la brisa marina o si tenía que ver con la presencia de Liza, pero en cualquier caso era como un bálsamo relajante. Suponía que ese era el efecto que tenía en la gente. Inspiraba calma, seguridad. Y yo no era inmune a ello.

Aproveché que el té había empezado a enfriarse para tomar un sorbo mientras la escuchaba. Un gimnasio en una academia de surf... tipo agua ¿cierto? Me caería de la silla si fuese tipo fuego pero al menos resultaría menos predecible. Sin embargo, no había previsto el resto de sus palabras y mientras tomaba con los ojos cerrados, tranquila y en silencio, la sorpresa hizo que el maldito té se desviase de su trayectoria. Sentí ahogarme y empecé a toser con fuerza.

¿Perdón?

—¿¡Ah!?—exclamé cuando logré recuperarme del ataque de tos, ligeramente ceñuda, contrariada, ruborizada hasta lo ridículo—¿C-cómo que es obligatorio ir en bikini? ¿Qué clase de fanservice desubicado es ese?

 

Liza White

Asentí, una sonrisa de ojos cerrados, sosegada, percibiendo la determinación en las palabras de la chica acerca de su paso por el dojo. No necesitaba decírselo, confiaba en sus habilidades tanto como ella confiaba en las mías. Éramos holders de Galeia, al fin y al cabo. Estábamos ganando una gran reputación en aquella nueva región, pero ello no demeritaba el duro trabajo que había detrás.

Todo el esfuerzo y el sacrificio acababa teniendo sus recompensas, y sabía que ella pronto las obtendría.

Había empezado a sorber del batido disimuladamente, tras mencionarle a Mimi el "pequeño" detalle acerca del bikini. Traté de aparentar seriedad cuando lo cierto era que me estaba muriendo de la risa. El color no tardó en subirle al rostro y empezó a toser, consternada, y de verdad que estuve por darle golpecitos en la espalda si no fuera porque había acabado rindiéndome ante las carcajadas que pugnaban por salir de mis labios.

Arceus, tenía que haberlo inmortalizado.

—Ponerse el bikini es obligatorio, sí, pero únicamente en la... Únicamente en la prueba, no me has dejado terminar —me detuve un instante para tomar aire, sin poder dejar de reír. Definitivamente era una suicida—. Luego puedes ir en uniforme si quieres. Tenías que haberte visto, Mimi. ¡Parecías un Octillery al sol!

Me sequé una lagrimilla del rostro, enderezándome en la silla después del pequeño ataque de risa. Fue en ese momento en el que noté que hacía tiempo que no reía así. Se sentía demasiado cálido.

—No deberías acomplejarte, ¿sabes? Aún eres joven y bonita, tienes que aprovecharte —le guiñé el ojo, bajando la voz con cierta complicidad. Solía ser bastante despreocupada con ese tipo de cosas y estaba a gusto con mi cuerpo, por eso quizás había llegado a hacer la batalla de gimnasio en bañador. Pero podía llegar a entenderla.

Me apoyé en el respaldo entonces, algo más tranquila. El sonido de las olas rompiendo contra la costa se sentía similar a un arrullo. Me ayudó a lograr adquirir parte de la seriedad necesaria para tratar el tema.

>>En cualquier caso, creo que debería empezar a ponerte al día. ¿Has oído acerca de lo sucedido en las Cavernas Místicas, Mimi?

 

Mimi Honda

Se rio. Nunca la había visto reír así. No era una risa burlona ni jocosa realmente. Sonaba clara y fresca, genuina, aunque no por ello dejaba de ser bochornoso. Mantuve el ceño fruncido, sin embargo, mirándola con evidente crispación. ¿Qué era eso de que la prueba era obligatoria? ¿En serio? Ni muerta saldría en público en bikini, no estaba por la labor de restregarme por la cara uno de mis mayores complejos.

—Qué gracia—solté con sarcasmo y le di un ligero golpecito en la palma de la mano, una protesta casi pueril—Muy graciosa White. ¿Se te ocurrió solita?

Me llevé la taza a los labios y tomé otro sorbo. Lo hice meramente por disimular la evidente vergüenza pero Liza parecía no estar por la labor de dejarme descansar. Dentro de todo... no era realmente tan humillante, resultaba extrañamente cálido. Conciliador. Como si fuésemos simplemente un par de amigas, de chicas normales, y no entrenadoras que se pasaban la vida tratando de salvar el mundo. Hacía tanto tiempo que no escuchaba a nadie reír así. Probablemente desde mucho antes de todo lo que había ocurrido con Emily.

—¿Huh?

Desvié la mirada. En otra ocasión probablemente aquel cumplido hubiese inflado mi ego de plástico y me hubiera hacho sonreír con soberbia. Le hubiera seguido el juego solo para responderle que era evidente y que lo sabía de sobra. Pero de hecho... no lo era. No me tenía tanta estima como hacía creer a todo el mundo. Mi vanidad era puro cuento para enmascarar mis inseguridades.

—Eres una tonta—murmuré con un tono casi quejumbroso, muy leve, prácticamente inaudible. La cara me ardía y apreté los labios, tensa, incapaz de encontrar una forma apropiada de responderle.

No esperaba un comentario así, al menos no por su parte. Aunque era evidente que era esa clase de personas que trataban de hacer sentir bien a los demás. Lo había hecho antes. Su actitud maternal era encomiable.

Dejé escapar un suspiro pesado y regresé mi mirada a ella cuando volvió a hablar.

>>Ni siquiera sé que son las Cavernas Místicas—me erguí en la silla soltando el mechón de cabello con el que había estado jugando. Le dirigí una mirada de circustancias—. Ni me lo digas. Esto va a ser largo ¿verdad?

 

Liza White

Me permití alzar la comisura de los labios de forma apenas perceptible. Lo había notado, ¿cierto? Lo suave que había sido con su respuesta. Podía haberme gritado, insultado a su manera o replicado como estaba acostumbrada a ver desde lejos, cuando trataba con otros holders. Pero no lo había hecho. En su lugar se había tensado y lucía algo molesta pero no se había tomado a mal mis palabras, algo que me preocupó en un principio. Jamás se me ocurriría usar los complejos de otros salvo para darles mis propios ojos y que se viesen a sí mismos durante un solo instante.

Creo que se había dado cuenta. Qué ternura.

Asentí con calma ante su pregunta, disculpándome de antemano con la mirada. Aparentemente se había perdido demasiada información y ya me había ofrecido a explicarles el asunto de Lion a todos, ¿no? Iba a tener que hacer un esfuerzo, aunque estuviese algo cansada. La conversación me había devuelto algo de las energías igual.

—Las Cavernas Místicas se encuentran en Pueblo Progreso, al oeste de Villa Cruce. Ahí se encuentra el siguiente gimnasio. No pude ayudar esta vez pero al parecer Adara y los Celthic volvieron a hacer de las suyas. Está todo solucionado, no te preocupes —me apresuré a explicar, aprovechando la pausa para sorber otro poco. Me tomé unos segundos para poner la información en palabras—. Fue la propia Destiny la que me informó de ello, en Progreso. ¿Recuerdas lo rara que estuvo en nuestro viaje con ella por la ruta 14? Al final pudimos charlar con tranquilidad y me acabó confesando lo que le preocupaba.

>>Ella también está aquí de incógnito, Mimi. Es una detective encubierta y su jefe es... Cian, el líder de gimnasio de Pueblo Progreso.

Le conté el miedo que había sentido cuando me confesó que tenían como sospechosos a los holders de Galeia, por la relación entre Macrocosmos, su principal enemigo, y Corporativas Chance. Tenía sentido viendo la situación pero ahora que sabíamos más datos gracias a la reunión podía respirar tranquila, y así se lo hice saber. Ya no estábamos en el punto de mira, ahora éramos aliados; Cian y Destiny y los holders de Galeia.

—Como ves, ha sido un día demasiado agitado —Llevé un mechón de cabello rebelde tras mi oreja, suavizando mi expresión—. Nos reunimos hace apenas una hora con Cian en Progreso, con la intención de atar varios cabos —Me detuve para verla a los ojos, algo incómoda por tanta información—. ¿Todo bien por ahora? ¿Voy muy rápido?

 

Mimi Honda

—Ah, los Celthic—hice una clara mueca de molestia al escucharla y me llevé el té a los labios para tomar un pequeño sorbo—. Debí haber supuesto que tendría algo que ver con esa panda de chalados.

Ugh.

Habían estado dando problemas prácticamente desde que llegamos junto a los otros locos del Team Howl. El asunto en Risco, las ruinas, el secuestro de Zach y la extorsión a Arthur. ¿Qué pasaba con eso? Me pregunté qué habría pasado realmente y lamenté tampoco haber estado ahí en su momento para ayudar en lo que quiera que fuese que hubise ocurrido. Se suponía que eso era lo mínimo que tenía que hacer. Estábamos juntos en esto.

La miré con interés, ligeramente contariada cuando mencionó que Destiny era una detective encubierta que trabajaba para el líder de Pueblo Progreso y que nos había tenido en la mira como sospechosos. Enarqué una ceja. ¿Por eso estaba actuando tan rara? ¿Porque sospechaba de nosotros? Bueno, ¿quién podía culparla teniendo en cuenta nuestra relación con todo el asunto de Chance y su conexión con Macrocosmos?

Era absurdo, pero no era ilógico pensarlo.

—Liz, soy rubia pero no idiota, incluso si puedo parecerlo—respondí ante su evidente temor de que hubiera sido demasiada información para digerir. Solté una risa ligera y mordí una galleta—. Tranquila, lo entendí. Tengo cerebro suficiente para eso.

>>Supongo que realmente me he perdido un montón de cosas—volví a apoyar la palma de mi mano en mi mejilla. Fue en ese momento que me percaté de algo y acerqué mi mano a su cabello para quitarle una hoja de árbol. Mi ceño se arrugó ligeramente. Definitivamente había venido volando en algún Pokémon. No le di mucha más importancia; ni siquiera supe de dónde había nacido el impulso. Simplemente arrojé la hoja al suelo—. ¿Algo más que deba saber? ¿Alguna pista sobre cómo pararle los pies al bastardo de Chance?

Contenido oculto

Estoy disfrutando como una idiota de esta interacción not gonna lie (?)

 

Liza White

Le dirigí una mirada de circunstancias ante su respuesta, jugando con el contenido del vaso de plástico entre mis manos.

—Bueno, disculpa por intentar ahorrarte el dolor de cabeza que me dieron a mí —protesté, con cierta molestia fingida. El fastidio apenas duró pues la vi inclinarse para acercar su mano a mi cabello, y la dejé hacer para comprobar que se trataba de una hoja que se había quedado adherida a mi cabello. Encendí la cámara de mi videomisor, comprobando con aire distraído que mi estado no era tan deplorable—. Ah, gracias. Zazú es algo intenso aún cuando de viajes se trata.

>>Como sea, nos hemos dividido el trabajo para intentar pasar a la acción. Zach parece trabajar con Adara, que a su vez sirve de chivo expiatorio para Macrocosmos. Tenemos que intentar hacerle una encerrona y averiguar más acerca del reloj que lleva, que usa las Eternitas para poder dinamaxizar fuera de un nodo y bloquear las dinas de otros. Yo me encargaré de hablar con Lion, e intentar sacar algo en claro. Es imposible que no sepa lo que está pasando. Por último, Adara. Tenemos al team Howl y a Balor de nuestro lado, pues solo parecen interesados en detenerla en su locura. Ese sería básicamente el plan de acción.

Prácticamente estaba todo dicho, pero aún había algo que me preocupaba. La conexión de Chance con los eventos del futuro, el lugar del Enmascarado en todo esto. Sentía que el problema iba mucho más allá de lo que imaginábamos, pero al menos podíamos permitirnos vivir en la ignorancia de momento. Quería disfrutar al menos de la tranquilidad de aquella pequeña reunión, de una charla amena con una amiga con el murmullo del mar de fondo. Quería sentirme una chica normal por un instante, lejos de preocupaciones que unos adolescentes no deberían tener que sentir.

—Creo que con eso estás oficialmente al día, enhorabuena —comenté, satisfecha—. Con terminar de conseguir la medalla ya nos alcanzarías, y quién sabe. Quizás podamos recorrer alguna ruta de nuevo juntas.

 

Mimi Honda

—¿Zazú?—repetí al escuchar el apodo de su pokemon y se me escapó una risa casi burlona pero que no pretendía ser hiriente—¿Como el Chatot del Rey Pyroar?

Era una película animada que había visto alguna que otra vez cuando era pequeña. Liza podía ser realmente infantil a veces. En cualquier caso, el tema de la conversación no era ese. ¿Reloj? ¿Eternitas? De acuerdo, Zach llevaba un reloj extraño que tenía la capacidad de dinamizar Pokémon fuera de un nodo de energía dinamax, además de inutilizar las de otros. Algo así como... mi megabrazal pero trasladado a la dinamax. Sonaba problemático. Me sorprendió saber que el Team Howl estaba de nuestra parte. Cualquiera lo diría con los motes ridículos que nos habían puesto.

Terminé el té y lo dejé nuevamente sobre el plato poco después de que Liza terminase de ponerme al corriente de todo. Era relajante en realidad. Solo estar allí, charlando, disfrutando de la brisa fresca del mar. Fingir que éramos tan solo dos chicas normales y no teníamos sobre nuestros hombros la pesada carga de evitar que un loco terminase con el mundo tal y como lo conocíamos.

—Mmh—murmuré para mí misma y cerré los ojos, integrando toda aquella información en mi cabeza. Al menos ya tenía mi próximo movimiento más que claro. Obtener la cuarta medalla. Tipo agua... no sonaba como una empresa demasiado complicada.

Alcé la mano llamando la atención del chico que nos había atendido antes, uno de los empleados de la cafetería y le pedí la cuenta. Pagué tanto el batido de Liza como mi propio té con pastas.

>>Considéralo un "espero que a la próxima me invites tú"—comenté y divertida le guiñé uno de mis ojos. Me incorporé de la mesa y tomé el bolso de la silla para colgarlo al hombro—. Espero que eso responda a tu quizás sobre volver a viajar juntas. De momento me centraré en obtener la medalla. Nos vemos pronto, Liz. Nos mantenemos en contacto.

Y sin decir nada más abandoné la mesa.

 

Liza White

Obvié el comentario sobre el mote de mi pokémon, aunque el ardor en mis mejillas me acabó delatando. Sí, venía de ahí, pero no era como si fuera a confirmarlo en voz alta.

Terminé el batido y antes de poder siquiera sacar la cartera Mimi se me adelantó, pagando por la cuenta de ambas. Iba a protestar, porque en su momento Destiny hizo lo mismo y no me parecía justo, pero la intención de Mimi acabó haciendo que relajara el gesto en mi asiento.

¿Invitar para obligarme a hacerlo a la próxima? Era una forma original de verlo, debía concedérselo.

—Trato hecho —dejé escapar una sonrisa, risueña, mientras me levantaba de mi asiento para recoger mis cosas. Mimi tenía claro su objetivo y yo debía hacer lo propio—. Buena suerte en el gimnasio, lo harás bien.

Así, terminamos abandonando la agradable cafetería, cada una de nosotras tomando su propio camino. Mi Staraptor me esperó a las afueras, después de haber disfrutado de un apacible vuelo. Me subí a su lomo e hice un ligero mohín inconscientemente, mientras este se preparaba para emprender el vuelo.

Tenía un nombre divino, hmpf.

 

Mimi Honda

Estaba mentalizada a obtener la medalla, mi cuarta medalla. De modo que nada más separarme de Liza mis pasos se dirigieron a la playa, hasta el estadio que antaño había sido una academia de surf.

Tipo agua... no pude evitar recordar a Monomaru y me pregunté como estaría después de tanto tiempo. ¿Y Raiden? ¿Kichiro y los demás? Tomé aire y exhalé con lentitud. Estarían orgullosos de ver a su entrenadora siendo conocida por toda la región. Estaba segura de eso.

Ese siempre había sido mi sueño.

Solo necesitaba seguir hacia delante.

Contenido oculto

Suzaku-kun vengo al gimnasio uvu

 

Una chica guió entonces a Mimi, como siempre, pero... primero le advirtió de que tendría que mojarse en la prueba, ¡así que debía ponerse un bañador! Disponían de varios bikinis y bañador con distintos diseños, así que podía elegir el que más le gustase. Tras eso, entró en el pasillo de la prueba, y tres agujeros llenos de agua se ubicaban frente a ella. Tres Wartortle salieron de pronto de ellos.

Y la guía, repitiendo su explicación, le indicó el funcionamiento de la prueba del gimnasio.

—¡Bien, aspirante, atención! En esta prueba, deberás recorrer el pasillo avanzando por el camino hasta alcanzar el final. Pero, ¿cómo hacerlo, te preguntarás? ¡Sencillo! Como puedes ver, ante ti hay tres agujeros llenos de agua. ¡La clave para cruzar al otro lado es bucear a través de ellos! Descubrirás que se extienden en un camino que va hacia delante. Si no sabes nadar bien, ¡tranquila! Nuestros Wartortle te echarán un cable.

>> En todo caso, cada uno de los caminos lleva a una sala diferente. ¡En cada sala, te esperará un entrenador que usará a un pokémon específico, centrándose en una de las cosas que hayas escogido! Por ejemplo, si vas a la sala del ataque, ¡te enfrentarás a un pokémon muy poderoso ofensivamente! Así, deberás superar tres salas, y, por tanto, tres combates. ¡Y ojo, que tus pokémon no se curarán hasta llegar al final! ¿Estás preparada? ¡Pues adelante!

Coordinados, como en una coreografía, los Wartortle mostraron unos carteles y, en una especie de baile, lo alzaron, mostrando tres iconos, indicando a qué sala iba cada camino subacuático. ¿Con cuál... empezaría?

>> Sala del ataque
>> Sala de la velocidad
>> Sala de la defensa

 

Mimi Honda

Mi gesto palideció cuando la empleada me guió hasta el probador. Frente a mí, convenientemente expuestos, había bikinis y bañadores de distintos diseños. ¿De verdad iba a tener que hacer la prueba en ropa de baño?

Rodé los ojos.

¿Por qué? ¿Los Pokémon acuáticos no podían apuntar bien y iba a acabar empapada de cabeza a pies?

Con cierta reticencia revisé los distintos modelos. Algunos eran más reveladores, otros más recatados. De distintos estampados y colores. Incluso me encontré uno con la cara de un Squirtle con gafas de sol. ¿Ah? Enarqué una ceja, contrariada, y seguí buscando... hasta que finalmente di con uno de mi agrado. Era rosa y blanco, ligero. Tenía su toque sexy pero no dejaba de ser mono.

Me lo coloqué con evidente vergüenza porque casi había olvidado la última vez que me había puesto uno. La sensación de exposición, como si solo andara en ropa interior. ¿No era prácticamente lo mismo en cierta forma? y me acerqué al espejo para mirarme. La parte de arriba del bikini realzaba mis pechos haciéndolos parecer más voluminosos, lo que era un plus considerable. La parte de abajo tenía unos nudos lazados a la altura de las caderas. No era un estilo recargado ni estaba lleno de accesorios y volantes... pero no estaba mal.

Me miré de lado, de espaldas. Insegura aún. Era mono, pero...

En ese preciso instante las palabras de Liza hicieron eco en mi cabeza. Las escuché con perfecta claridad, como si pretendiese darme el empujón de confianza que necesitaba.

No deberías acomplejarte, ¿sabes? Aún eres joven y bonita, tienes que aprovecharte.

—Tonta—susupiré y llevando mis manos al cabello liberé mis coletas rubias permitiendo que mi cabello suelto se deslizara sobre mi espalda y hombros como una cascada de sol ligeramente ondulado, rizado en sus puntas. Agité la cabeza buscando adecentarlo y entonces mi reflejo me devolvió una mirada llena de determinación.

Tenía que hacerlo. Tenía que ganar esa medalla. Me había quedado demasiado atrás. No era algo que podía permitirme. No si quería lograr lo que pensaba conseguir con todo eso. Tenía un club de fans esperando por verme darles el espectáculo que buscaban.

Era extraño... pero al final las palabras de Liza sí habían ayudado después de todo. Me permití una sonrisa segura que mi reflejo me devolvió y abandoné el probador con pasos firmes.

En el momento en que la empleada me explicó el resto de la prueba comprendí el porqué de la necesidad del bañador. Había que bucear a través de los agujeros dispuestos en el suelo. Era una broma ¿verdad? No es que no supiese nadar bien, es que de plano no sabía nadar. Mi semblante mostró ni desazón interna... hasta que vi aparecer a los Wartortle y supe que iban a ayudarme con eso.

>>De acuerdo—hablé finalmente y me aproximé al Wartortle que sostenía el cartel apropiado. ¿Por qué se complicaban tanto estas pruebas?— ¿Qué tal la sala de la velocidad?

Realmente esperaba que ese viajecito subacuático fuese rápido.

 

Así pues, Wartortle agarró a Mimi con una sonrisa. La tomó por el brazo con sutileza y cuidado, pero... cuando ambos saltaron al agua, la velocidad a la que fue arrastrada fue tremenda. Salieron de un salto, y si bien Wartortle se aseguró que saltase fuera del agua y cayese de pie sin ningún problema al salir, pero sin duda, estaría algo mareada después de aquello.

Y más que se iba a marear. Un Barraskewda saltaba de un lado a otro entre dos túneles de agua que había al fondo, mientras un chico de torso definido corría en círculos por la sala. Se dirigió a ella, presto, hablando con tanta velocidad que parecía no hacer ni una pausa. El concepto de "comas" no existía para él.

—¡Hola aspirante bienvenida a la sala de la velocidad aquí no perdemos el tiempo así que espero que estés preparada porque vamos a tener una batalla rápida!


BARRASKEWDA: Agua
Lvl. 38
Salud: 200/200
AP: 100/100
Ataque: 155
Defensa: 90
Ataque especial: 60
Defensa especial: 80
Velocidad: 216 (<162)
Equipo:
- Pañuelo elegido (multiplica la velocidad del portador x1,25. A cambio, solo puede usar un único movimiento)
Habilidades pasivas:
- Hélice caudal (ignora habilidades pasivas o activas (como Colector o Señuelo) que neutralicen o redirijan ataques)
Habilidades activas:
-Golpe mordaza (40 Potencia, Siniestro, físico, impide al rival usar ataques de sonido por dos turnos. -12 AP)
-Hidroariete (50 Potencia, Agua, físico, -15 AP)
-Psicocolmillo (40 Potencia, Psíquico, físico, -10 AP)
+280 experiencia

 

Mimi Honda

Todo me daba vueltas nada más salir del agua. No había sido un viaje rápido, había sido supercónico. ¿Conocía Velocidad Extrema el Wartortle? Ni siquiera sentía haber tragado agua y debería haberlo hecho, porque la sorpresa y lo inesperado de la carrera hasta la sala me había arrancado una exclamación de sorpresa del pecho.

En cualquier caso, allí estaba mi primer desafío. Un Pokémon que se movilizaba entre túneles acuáticos como una exhalación y un chico que, huelga decir, no estaba nada mal. Lástima que tuviese que abrir la boca y fastidiarlo.

Esbocé una sonrisa desafiante.

—Muy bien entonces—dije llevando mi mano a mi cintura—. Será una derrota rápida.

>>Ve Goro, ponle un poco de freno a esa cosa: ¡Batería Asalto!


RILLABOOM: Planta
Lvl: 39 (100)
Salud: 242/242
AP: 80/100
Ataque: 156
Defensa: 111
Ataque especial: 68
Defensa especial: 82
Velocidad: 100 (<75)
Equipo:
-Minibotas (+2 velocidad)
Habilidades pasivas:
- Espesura: potencia de habilidades tipo planta x2 cuando sus PS bajan de 1/3.
- Estamina: cuando sus AP bajan de 1/4, regenera 5 AP por turno hasta tener de nuevo más de 1/2. Se puede reactivar si vuelven a producirse las mismas circunstancias en el combate.
Habilidades activas:
-Malicioso (baja en un 50% la defensa física del rival durante dos turnos. -30 AP)
-Mofa (Impide al rival el uso de ataques que no sean ofensivos por dos turnos. -20 AP)
-Desarme (30 Potencia, Siniestro, físico, elimina el efecto de un objeto equipado al azar, si tiene más de uno, lanza un dado de 3 caras, siendo los resultados de 1-3 los objetos de arriba abajo. -12 AP)
-Doble Golpe (20 Potencia, Normal, físico, golpea dos veces. -20 AP)
-Batería Asalto (45 Potencia, Planta, físico, baja en un 25% la velocidad del rival. -20 AP)

 

—¡Wow, pretendes bajar mi velocidad, pues no te servirá usa doble Psicocolmillo!


BARRASKEWDA: Agua
Lvl. 38
Salud: 66/200
AP: 80/100
Ataque: 155
Defensa: 90
Ataque especial: 60
Defensa especial: 80
Velocidad: 162 (<122) (-25%)
Equipo:
- Pañuelo elegido (multiplica la velocidad del portador x1,25. A cambio, solo puede usar un único movimiento)
Habilidades pasivas:
- Hélice caudal (ignora habilidades pasivas o activas (como Colector o Señuelo) que neutralicen o redirijan ataques)
Habilidades activas:
-Golpe mordaza (40 Potencia, Siniestro, físico, impide al rival usar ataques de sonido por dos turnos. -12 AP)
-Hidroariete (50 Potencia, Agua, físico, -15 AP)
-Psicocolmillo (40 Potencia, Psíquico, físico, -10 AP)
+280 experiencia

 

Mimi Honda

Aquel extraño Pokémon era lo bastante rápido para golpear a Goro por partida doble con enorme contundencia, a pesar de la considerable bajada de velocidad que ocasionaba un movimiento como Batería Asalto.

Fuera como fuese, el rival también había quedado bastante malherido y comandando el mismo movimiento nuevamente dimos fin a la prueba de velocidad.


RILLABOOM: Planta
Lvl: 39 (100)
Salud: 118/242
AP: 60/100
Ataque: 156
Defensa: 111
Ataque especial: 68
Defensa especial: 82
Velocidad: 100 (<75)
Equipo:
-Minibotas (+2 velocidad)
Habilidades pasivas:
- Espesura: potencia de habilidades tipo planta x2 cuando sus PS bajan de 1/3.
- Estamina: cuando sus AP bajan de 1/4, regenera 5 AP por turno hasta tener de nuevo más de 1/2. Se puede reactivar si vuelven a producirse las mismas circunstancias en el combate.
Habilidades activas:
-Malicioso (baja en un 50% la defensa física del rival durante dos turnos. -30 AP)
-Mofa (Impide al rival el uso de ataques que no sean ofensivos por dos turnos. -20 AP)
-Desarme (30 Potencia, Siniestro, físico, elimina el efecto de un objeto equipado al azar, si tiene más de uno, lanza un dado de 3 caras, siendo los resultados de 1-3 los objetos de arriba abajo. -12 AP)
-Doble Golpe (20 Potencia, Normal, físico, golpea dos veces. -20 AP)
-Batería Asalto (45 Potencia, Planta, físico, baja en un 25% la velocidad del rival. -20 AP)

 

¡Rillaboom sube de nivel!
Rillaboom aprende Fitoimpulso
+2 PS
+1 Ataque
+1 Defensa
+1 Defensa especial
+1 Velocidad

¡Corvisquire sube de nivel!
+1 Ataque

Tras aquel gran golpe, Barraskewda cayó irremediablemente debilitado. Sonriente, su entrenador, algo más calmado, lanzó la mejor de sus felicitaciones a modo de guiño y dijo:

—Enhorabuena, ¡fue un gran combate! ¿Lista para escoger la próxima sala?

Dos Wartortle más emergieron de los dos túneles disponibles. Sus carteles rezaban los nombres de las otras dos salas...

>> Sala de la Salud
>> Sala de la Entereza

 

Mimi Honda

De esa forma el rival cayó finalmente debilitado y cuando el chico nos felicitó, sonreí. No como lo había hecho desde que llegué a la sala, era una sonrisa cálida pero llena de confianza.

—Thank you~—respondí. Había olvidado que estaba en bikini ¿verdad? Goro se giró y alzó el índice en mi dirección, sonriente. Gesto que no tuve reparos en devolverle.

Caminé hasta los Wartortle, decidida. Después de la derrota en el dojo, aquella pequeña victoria me había dado otro chute de confianza.

>>¿Qué tal la sala de la salud?