Pegué un respingo cuando sentí como de repente la joven (¿Noah había dicho en el mensaje?) me abrazaba, claramente lloriqueando. — Tranquila... — acaricié levemente su espalda. Aunque no lograba recordar con exactitud quien era, no soportaba ver a la gente llorar. >> ¿Mejor? — pregunté al rato, mirándola con expresión preocupada.
Sollocé en silencio sobre su hombro hasta que noté como mis lágrimas por fin se detenían. Hacía mucho tiempo que no había visto a la chica y me había emocionado demasiado. — S-sí, lo siento por eso — murmuré limpiándome las lágrimas con los puños. Sorbí ligeramente y retorcí mis manos entrelazadas. — ¿T-te acuerdas de mi? — pregunté con la boca pastosa y la respiración aún un poco irregular.
— Mmm... — miré a otro lado, pensando si debía decirle la verdad o una mentira piadosa. Me mordí el labio inferior mientras centraba mi vista en Dante, dudosa. >> No del todo. Me suena tu nombre pero no logro recordarte. ¿Eres de Galeia? — pregunté finalmente tras un suspiro.
Di un suspiro tembloroso y asentí. Debería haberlo supuesto, éramos bastante pequeñas y Emily tenía más cosas de las que preocuparse. — Sí — murmuré — éramos amigas cuando éramos pequeñas, pero tuviste que irte y no nos hemos visto desde entonces — conté.
Me senté en un banco cercano, suspirando. — Nosotros íbamos mucho a Témpera pero... — murmuré — De todos modos, pasó tiempo hasta que reconocí a Liza también así que no me extraña — opiné finalmente, poniéndome de pie — Como sea, venid al Centro a pedir una habitación — miré a ambas chicas con una sonrisa y volví a coger la mano de Dante para caminar hacia el edificio.
Y no paso mucho tiempo desde que llegamos a Acuarela para encontrarnos con un algo de gente, en este caso un par de chicas: Elisa y Noah la chica del video que nos había dicho que estaba por aquí, ¿nueva entrenadora?, eso casi podía asegurarlo. Pero, bastó para que Emi saludara para que la chica corriera hacia ella y le abrazara de repente, incluso tuve que hacerme a un lado para evitar interferir con ese gesto. Después de un corto tiempo de su abrazo, se separaron y la chica preguntó lo inevitable, Emily por su parte me miró unos breves segundos y yo me alcé de hombros sin saber exactamente que hacer pero por suerte ella si supo responderle de forma "adecuada" y finalmente se reveló que ellas, se conocían desde niñas. Vaya... que coincidencia. "Como sea, venid al Centro a pedir una habitación" Y de pronto volvió a tomar mi mano y llevarme con ella hacia el centro pokemon — Es un placer conocerte — dije cuanto antes ya que nosotros ibamos un poco más adelantados, ya cuando estuvieramos todos en el centro me presentaria tranquilamente
Todo había sido rápido, Emily Dante aparecieron, Noah salto a saludar a la chica y hablaron un poco. Yo me mantube a distancia acariciando la cabeza de Phantump. Cuando Emily sugirió ir al centro Pokémon yo le mostré una sonrisa. —Me parece bien, luego podemos ir a la cafetería y así se ponen al tanto ustedes dos —propusé caminando con tranquilidad al centro.
Asentí hacia la propuesta de Emi. Me vendría bien el tener una habitación en la que quedarme. Ni siquiera había pensado en eso, puesto que estaba demasiado perdida en mis pensamientos. Totodile se volvió a colgar en mi espalda, Togepi en mis brazos y Larvitar continuó caminando detrás de mi. Dirigí un asentimiento de cabeza hacia el chico con el que iba Emily ¿Podría ser Dante? Ese chico que habían mencionado anteriormente. Aún no lo sabía con exactitud puesto que el otro no se había presentado, pero bueno, no es que tuviese mucha oportunidad con Emi arrastrándolo. Sonreí hacia la chica. Escuché las palabras de Elisa y me parecieron una buena idea. También sería buena manera de ponernos al día.
Al alcanzar el Centro me dirigí hacia la enfermera Joy para pedirle una llave y después me acerqué al grupo nuevamente. — Aquí tienes — le entregué el objeto metálico a la chica — Será mejor que subas y descanses, venir desde Témpera debe haber sido terriblemente agotador. Yo debo comprobar un par de cosas así que cuando te encuentres mejor, mándame un mensaje y hablamos — dije sin dejarle posibilidad de interrumpirme hasta que hubiese acabado.
Seguí a la pareja hasta que llegamos al centro, y, cuando Emi me tendió la llave me di cuenta de todo lo que estaba realmente cansada. En el momento en el que había salido de casa no me había dado cuenta a causa de la adrenalina y los nervios que invadían mi sistema pero ahora, en frío, sentí como mi cuerpo estaba pesado y me costaba moverme. Intenté hablar un par de veces pero Emi no me dejó hasta que ella acabó por lo que finalmente dije: — Sí, realmente llevas razón, estoy muy cansada, será lo mejor — le sonreí y luego me dirigí a las habitaciones saludando a los tres que quedaron abajo con la mano. Cuando llegué arriba busqué la habitación hasta que di con ella y entonces entré. Cerré la puerta una vez que Larvitar había pasado al interior del cuarto y me dirigí a la cama. Dejé la llave sobre la mesita y me dejé caer de espaldas sobre el cómodo colchón una vez que Totodile se había bajado de mi espalda. Me arrastré hasta el centro del mueble y me acurruqué, dejando a Togepi entre el diminuto hueco de mis piernas y pecho. Totodile se acomodó encima mía, como era su costumbre y Larvitar se hizo una bolita sobre la almohada. No era yo la única que estaba agotada puesto que, a los segundos, los tres pokemons ya estaban completamente dormidos. A penas tardé un par de minutos en seguir su ejemplo.
Al terminar las compras decidí regresar a Ciudad Acuarela, venia sobre el lomo de Flygon acompañado de Hydreigon y Poochyena en mis brazos, aterrice de una forma suave y me dirigí junto con mis pokemon al Centro Pokemon, comer algo quizá y alistarme para salir al bosque con mis otros compañeros. —Bien esto esta algo mas tranquilo, parece que todos se han separado, Meh! es típico de ellos...— exclame pensando en los chicos y en lo agitadas y diferentes que eran sus formas de ser.
Apenas Noah recibió la llave se esfumo a buscar su habitación, yo me dirijo con la enfermera y le pedí que revisará rápidamente a Phantump, solo porque era un bebe y quería asegurarme de que tenga muy buena salud. Tras confirmar que estaba perfectamente saludable pedí una habitación, al rece ir la llave di las gracias y volví con Emily y Dante. —Bueno, yo creo que también iré a mi habitación —les mostré un sonrisa y entendí la llave para que vieran el número de esta —, si me necesitan estaré en esta habitación. Di media vuelta y me despedí con un gesto de mano mientras caminaba al pasillo en busca de mi cuarto. No tarde en dar con el, abrí la puerta y el bebe fantasma fue el primero en entrar, Drifloon le siguió el paso. Una vez dentro me lance sobre la cama y me quite los zapatos sin usar las manos, no me importo su paradero. —Descansemos antes de presentarte al resto, Phantump —dije cerrando los ojos y respirando con tranquilidad. Contenido oculto: Despierten @Miss Phantomhive @Nekita @Ashayla
Y al final, las chicas se encaminaron a sus respectivas habitaciones y di por hecho que eso de "hablar" entre todos realmente no iba a suceder este día y que probablemente no sucediera en un largo tiempo. Pero decidí no darle mucha importancia y decidir pedirle un cuarto a la enfermera Joy, cuando me dio la llave la guardé en mi bolsillo y prácticamente me encaminé hacia Emi. Me coloqué detrás de ella y pase mis manos por su cintura para abrazarla y me encorvé un poco para recargar mi cabeza en su hombro después de haber besado su mejilla con una pequeña sonrisa — ¿Te encuentras bien Emi? — pregunté en un leve murmuro esperando tranquilamente su respuesta. [Es lo mejor que he podido hacer ahora mismo con esta corta inspiración xDD]
— Estoy bien~ — respondí con una sonrisa, apartando la mirada de la escalera para darle un beso en la mejilla — Vamos~ — lo cogí de la mano antes de volver a salir, buscando un banco que estuviese a la sombra dónde me tiré arrastrando al chico — ¡Qué calor! — me quejé dejándome caer sobre su regazo, acabando tumbada en el sitio, mirándolo — ¡Pu! — murmuré llevando mis manos a sus mejillas para jugar con ellas.
Sonreí ligeramente cuando sentí sus labios sobre mi mejilla, distracción suficiente como para no darme cuenta hasta un par de segundos después, que estaba siendo arrastrado fuera del centro pokemon, terminando en un banco que estaba situado en una cómoda sombra y Emi una vez que se acomodó comenzó a jugar con mis mejillas, tomé una de sus manos situadas en mis mejillas y besé ligeramente la palma de su mano y le sonreí. — Te ves adorable — murmuré sin perder mi sonrisa y acariciaba levemente su cabello con una de mis manos
Este último tiempo pasé haciendo... nada. La verdad, nada de nada. Me quedé esperando como una estatua a que dieran anuncio alguno sobre el primer concurso de Galeia, pero nada que llegaba. Eran como esos anuncios de esas películas que te dejan esperando como loco. Eeeeen fin. Fue mucho tiempo el que desperdicié haciendo nada, y no podía hacerlo más. Sino el cupón gastado por mamá Stephanie en esa cara tienda para reflejar una nueva etapa en mí no tendría sentido... así que debo ponerme a actuar. Y para eso... debo levantarme (Lol). Estiré mis brazos, me restregué los ojos, y proseguí a darme una larga ducha. Esos días en que sólo veía películas inspiradas en coordinadores exitosos debían quedar atrás.
Emily se había quedado alli, en mi regazo y no sabía si mi comentario iba a causarme uno de sus típicos golpes que me daba cuando le avergonzaba algo que le decía o si simplemente me pediría que no le dijera eso como solía hacerlo, claro que siempre hacía caso omiso ya que esa clase de cosas era inevitable no decirselas, y no era posible que yo evitara hacerselo saber. — Emily.. traerá algo de aperitivos del centro, ¿si? — dije tranquilamente ayudandola a reincorporarse y que estuviera sentada en la banca — Volveré ~ — me acerqué a ella y besé su frente con una ligera sonrisa antes de comenzar a encaminarme al centro
Salí, en compañía de Blaziken y Phanpy, en dirección a la cafetería del CP para tomar un desayuno. Pasé por la barra de menús y luego fui a tomar mi desayuno, el cual estaba espectacular: Huevos revueltos con salchicha, pan tostado con mantequilla, rebanadas de quesillo y un buen chocolate caliente. Blaziken y Phanpy estaban con mis otros pokémon comiendo su alimento, cada uno en silencio. La flojera de este último tiempo nos había vuelto tan rutinarios, que ni Phanpy robaba comida a los otros ya. Yo alcé mi vista sin espera de algo nuevo, cuando vi una cara conocida a lo lejos... ¡Era el Poké-hippie! —¡Hey!, ¡Dante! —exclamé.
Y finalmente había entrado al centro pokemon. Realmente no estaba prestando mucha atención a mi alrededor, tal vez por el hecho que solo estaba enfocado en ir por un postre, y solo porque el dulce siempre me había gustado y mi cuerpo no era especialmente malo deshaciéndose de eso y para que mentir, después de todo lo ocurrido mi cuerpo jamás volvería a ganar mucho peso, ya que rara vez comía mucho y con muy poco yo ya estaba satisfecho. ¡Hey! ¡Dante! Casi al instante visualicé al origen del sonido, Steve, quien al parecer estaba disfrutando un gran desayuno. Sonreí ligeramente y moví mi mano de lado a lado para saludarlo — Hola, Steve — dije entre un par de risas acercándome a él mientras sacaba un par de golosinas para pokemon y darsela a Blaziken, al pequeño elefantito junto a los demás pokemon de Steve. A fin de cuentas, siempre volvía a re-abastecer las golosinas pokemon
Sonreí al ver como el hippie se acercaba para saludar. Observé como les dio golosinas a mis pokémon... ¡y todos cambiaron de ánimo rápidamente! Vaya, la verdad es que hasta sentido tenía... si todos los días comían el alimento del mismo sabor y hacíamos las mismas cosas... obvio que el ánimo igual. ¡Cielos, Steve! La monotonía te dejó mal, ¿eh? Suspiré, y prosegupi a hablarle al chico: —¿Qué te cuentas, Dante-diente? —comenté, haciendo alusión a la confusión de mi madre con su nombre.