Di cuatro pasos y medio antes de caer rendida sobre un banco. Eché la cabeza hacia atrás y miré al cielo durante unos momentos. Noté la suavidad de la piel de Totodile por mi brazo antes de ver su cara a centímetros de la mía, sonriente, se podría decir. Acaricié su frente suavemente con el dedo índice de la mano derecha mientras le sonreía. — Ya estamos aquí, cosita — murmuré suavemente. Togepi se revolvió en mi regazo y me tiró de la camiseta, llamando mi atención. Me incorporé ligeramente y le sonreí al pequeño pokemon que me miraba. Larvitar estaba de pie junto al banco, los brazos cruzados y mirando en otra dirección. A veces pensaba que no me quería, pero en realidad era un dulce aunque no lo mostrase. No aguanté demasiado tiempo sentada puesto que tenía un millón de cosas que hacer. Estaba muy agradecida ya que un señor muy amable que iba hacia esta ciudad me dejó entrar con él montada en su Staraptor y gracias a él estaba allí. Me puse en pie y comencé a andar con Togepi en mis brazos y Totodile colgado de mi espalda mientras que Larvitar caminaba a mi lado, mirándolo todo concentrado. Era la primera vez que iba sola tan lejos de casa y estaba un poco desorientada, pero no asustada, más bien curiosa. Caminando sin rumbo por las calles me encontré con un grupo de personas y decidi acercarme. — Disculpadme — interrumpí su charla — ¿Por casualidad conocéis a una chica llamada Emily? Contenido oculto: off Hola~ Me presento como nueva compañera de rol, podéis llamarme Ashy o Ana, como más os guste~ Espero que este primer post esté bien, me siento como una completa principiante así que si veis que tengo algo mal o algo que deba corregir no dudéis en decírmelo, porfi >-<
Después de pactar nuestra alianza como equipo para las Grutas bebé, Hubert, Elisa y yo estuvimos discutiendo sobre las diferentes formaciones y estrategias que podíamos usar. Effy nos dijo que sus pokémon se encontraban en las grutas también, así que supuse que otros entrenadores habían hecho lo mismo. —Ian... la última vez que lo vi fue en Óleo—dije pensativo. No lo había vuelto a ver desde entonces, y si había formado equipo con Effy de seguro andará por la ciudad. No me hubiera extrañado que se perdiese, Acuarela era enorme. —Disculpadme—escuchamos y giramos al mismo tiempo—¿Por casualidad conocéis a una chica llamada Emily? La voz pertenecía a una chica de cabello albo y corto, sus ojos eran de un color carmín intenso y tenía una expresión de curiosidad en el rostro. Traía un Togepi entre brazos, un Totodile en la espalda y un Larvitar que la seguía de cerca. —Sí, somos sus amigos—le respondí algo confundido—. ¿Se conocen?—pregunté mirando al grupo en busca de una señal de que conociesen a la chica.
Hubert sugirió que también presentará a un pokémon para ir a las grutas, pero no sabia a cual de todos enviar, ¿Drifloon, Misdreavus, Petilil o a Phantump? Bueno, el último era todavía un besito recién nacido, así que debía pasar tiempo con él para que se acostumbrara a mi. —Puedo enviar a Drifloon —pensé en voz alta mientras acariciaba mi barbilla —, ¿pero no se preocupara mucho si no estoy con ella? —no le pregunte a alguien en particular. Entre mis pensamientos había logrado escuchar el nombre de alguien, fue dicho por Effy y luego Chad lo repitió, asi que como siempre no me molesto preguntar. —¿Y quien es Ian? —y luego una chica se acercó y pregunto por Emily, el entrenador de Fósforo respondió que eran amigos y dejo una pregunta. Me quede mirando a la chica, tres pokémon a su alrededor, un adorable Togepi, un Totodile y un Larvitar, se veía muy divertido como todos actuaban de una manera distinta con su entrenadora, pero la risa salió cuando Drifloon se acercó a la chica y como siempre revolvió sus cabellos, luego fue a saludar al Togepi de la chica. En todo momento Phantump se mantuvo al lado de Chad, oculto tras el, de verdad no lo entendía.
Observé al grupo de cuatro personas y los pokemon alrededor de ellos, claramente eran entrenadores y entonces escuché la respuesta de uno de ellos. Así que todos eran amigos de Emily. Agradecí mi suerte por la rapidez con la que había encontrado a gente que conociese a Emily y entonces miré al chico que había hablado. — Me llamo Noah — me presenté — Emily y yo fuimos amigas cuando éramos pequeñas, pero ella tuvo que marcharse y hace mucho tiempo que no la veo. Vi como un bonito Drifloon se acercaba y entonces me revolvió el pelo, haciendo que algunos mechones cayeran sobre mis ojos. Los aparté de mi rostro soplando y entonces pude ver como Togepi movía animadamente los brazos hacia el otro pokemon que parecía estar saludando. Sonreí cuando también Totodile alargó su pata intentando alcanzar al pokemon de tipo fantasma. — ¡Totodile to! — exclamó mi pokemon de agua mirándome feliz. Mientras tanto Larvitar miraba hacia el pokemon que flotaba junto a mi con desconfianza y yo le sonreí. Cuando el pequeño vio ese gesto giró la cabeza hacia otro lado e hizo como si me ignorase, ante lo cual mi sonrisa solo se hizo más grande.
—Yo soy Chad, mucho gusto, Noah—me presenté con una sonrisa y un gesto amistoso. Si era amiga de Emily ya no era una extraña y eso cambiaba las cosas—. Uhm... Emily...—repetí con voz pensativa. Como el Staraptor de Dante me trajo hasta allá, el entrenador no debía andar lejos, por tanto Emily tampoco. Era mejor asegurarse. —¿Alguien sabe dónde está Emily?—pregunté mirando a Effy , Hubert y a Elisa. Podía llamarla por holomisor, pero si estaba por la ciudad, no había necesidad. Flare había estado olisqueando el aire en dirección a la nueva entrenadora, con una expresión de curiosidad. Finalmente la Fennekin se acercó a Noah a inspeccionarla de cerca. Contenido oculto: Flare —Oh, ella es Flare, mi Fennekin—reí viendo como miraba a la entrenadora. Su Larvitar la miraba desconfiado, como a todos los presentes. Me recordó un poco a Fósforo de pequeño—Ah, casi lo olvido, éste de aquí es Fósforo, mi inicial—señalé al Blaziken que saludó a Noah con un gesto de cabeza—¿Eres entrenadora?
Y al final Drifloon había vuelo a mi lado, se poso sobre mi cabeza y no se movió de allí, Flare habia saltado de mis brazos apenas la nueva entrenadora llego y se quedo olfateandola, me saco una risita pequeña. —Yo soy Elisa, un placer —me presente ante la chica, luego procedí a lo mismo con mis compañeros —, esta es Drifloon —apunte a mi cabeza —, y el que se oculta atrás de Chad es Phantump. Luego la pregunta respecto al paradero de Emily me llamo la atención, la ultima vez que hable con ella fue tras la batalla que mantuvo con Mimi, se me puso la piel de gallina al recordar los gritos de la rubia, si que era aterradora cuando se molesta. —Bueno, la ultima vez que la vi fue en Tempera, pero fue hace tanto que dude este allí.
El Drifloon que se había acercado voló de vuelta hacia una chica que se presentó como Elisa y asentí hacia ella y hacia el chico que se presentó como Chad. No solía hablar mucho por lo general, sobre todo con personas que acababa de conocer, a pesar de que eran amigos de Emily. Al parecer realmente no sabían el paradero exacto de la chica. Observé como un bonito Fennekin saltaba de los brazos de Eli y se acercaba a mi, olfateándome. Me puse en cuclillas suavemente, buscando el no asustar a la bonita pokemon y escuché como Chad me decía que su nombre era Flare y que era suya. Le sonreí a la pequeñina y alargué la mano, acariciando el pelaje de detrás de su oreja. — Hola, bonita — le dije. Miré de nuevo hacia arriba cuando mencionó el nombre "Fósforo" era muy original. Le sonreí al pokemon y luego miré a Chad para responder a su pregunta. — Sí, soy entrenadora, pero aún soy principiante — aclaré suavemente. También miré a los pokemons de Elisa, dedicándoles una ligera sonrisa a cada uno. Parecía que todos los entrenadores de allí le tenían mucho cariño a sus pokemons. Totodile se bajó de mi espalda de un salto y se acercó a Flare, saludándola, mientras que Togepi se asomaba entre mis brazos con curiosidad pero con precaución y Larvitar seguía prácticamente ignorándonos, pero esta vez mirando a Flare con el ceño fruncido.
No sabía cuanto tiempo llevaba acostado en esa banca, sumido en mi inmundicia; tal vez horas, días o incluso semanas.... o puede que sólo 5 minutos. Como fuese, me la había pasado todo ese tiempo lamentándome por ser una basura sin utilidad, desalentándome a cada momento, mientras mi subconsiente me invitaba a saltar de lo más alto de las cataratas y ponerle fin a la tortura. Sin embargo, era demasiado vago como para levantarme. Y fue esa misma vagancia, junto con mi estado depresivo, lo que me impidió hacer nada para defenderme mientras era picado reiteradas veces en el cuerpo con un palito. Incluso permanecí impasible tras caer de bruces contra el suelo. La persona que me picaba no dejaba de hablar, mientras seguía picoteando mis brazos, piernas y torso; la verdad es que no entendía nada de lo que me decía, y tampoco me importaba. —... Tras 15 minutos de incesante picoteo, la cosa comenzó a resultarme un tanto molesta, por lo que hice acopio de fuerzas y rodé un poco para ver quien era esa persona tan molesta que no tenía otra cosa por hacer más que picar a la gente con un palito. Al girarme, sin embargo, me quedé embobado al ver a la chica más linda de todas frente a mí: Pelirroja, alta, con esa bata y esas gafas que le daban un aire intelectual magnífico, además de un hermoso y escultural cuerpo. ¡Vamos, que era Iota de quien hablábamos! No pude evitar poner, por unos instantes, una cara de idiota. Incluso me tallé los ojos para comprobar que no era un sueño o una alucinación. Lamentablemente sí que lo era, porque al volver a mirarla me encontré con una chica castaña, vestida con gorra y short, y aunque también bastante bonita, no se acercaba ni de lejos a mi hermosa Iota. Mi ánimo volvió a decaer estrepitosamente. —Vaya, sólo eres tú... Liza.... —exclamé con desgano, incorporándome lentamente, hasta quedar de pie—. Sabes, tienes el poder de hacer todavía más desdichada a la gente de lo que ya lo es, por un momento me hiciste creer que eras... —Me callé de golpe, recordando que no hacía mucho que Iota me había pedido ayuda en Torre Dorada, y que en realidad nunca había acudido. Entonces se me prendió el foco y nuevas fuerzas acudieron a mí. >>Ya se lo que debo hacer —exclamé—, espero no sea muy tarde —miré de soslayo a Liza y sin pensarlo dos veces la tomé de la mano, mientras corría hacía el centro de la ciudad, arrastrándola en el proceso. Encendí rápidamente el Holomisor que le había quitado hacía ya tiempo a un entrenador despistado, y mandé un breve mensaje que decía: "Todo aquel que busque una aventura y no tema perder la cabeza, que me busque en la Torre Dorada. Firma: Ian". —Muy bien Liza —exclamé, deteniéndome al fin en una zona poco concurrida de la ciudad y liberando a Salamance— tengo algo muy importante que hacer —hice una pausa y sonreí con amargura—... y tú vas a ayudarme. Y sin darle tiempo a negarse (porque evidentemente iba a hacerlo) hice que mi pokémon dragón despegase con ambos abordo rumbo a la Torre Dorada, antiguo hogar de Ho-oh. Contenido oculto @Nami Roronoa @Bruno EVF @Hey Miguel @Liza White Ya podemos empezar al fin XD
—Óleo… no creo, pero puede que siga ahí. Aunque también puede que siga por aquí… Acuarela es gigante después de todo —razoné ante la respuesta de Chad. Estaba por contestarle a Elisa que Ian era otro entrenador pokémon cuando nos vimos abordados por una jovencita desconocida. Se introdujo como Noah y preguntaba por Emily, a quien al parecer conocía de pequeña… y justo tuvo la suerte de toparse con nosotros sus amigos. El mundo sencillamente era muy pequeño. O quizás era que esa chica tenía demasiada buena suerte. —Emily se marchó con Dante si mal no recuerdo, aunque no sabría decirte si siguen paseando por la ciudad o se han marchado —respondí al interrogante de la muchacha—. Soy Effy, por cierto. En ese momento, mi Holomisor brilló informando que tenía un nuevo mensaje. Lo abrí sin dudarlo; se trataba de un mensaje más bien breve, y para mi sorpresa provenía de Ian. La Torre Dorada, ¿eh? Nunca la había visitado, pero recordaba que Hubert me había contado de aquel lugar donde había capturado a Lucario, y Mizuki también me había mencionado que allí capturó a su Aerodactyl. Sabía donde quedaba, por lo que lo primero que hice fue liberar a Skarmory. Miré a mi alrededor; Hubert y Chad habían visto sus holomisores, el mismo mensaje a ambos. Elisa no parecía haber recibido nada, pero no me sorprendía ya que ella había dicho que no conocía a Ian. Hubert y Chad habían liberado a Pidgeotto y Altaria respectivamente, y al igual que yo se disponían a partir. Sonreí. —¿Listos para una nueva aventura? —pregunté sin dejar de sonreír, montando a bordo de Skarmory—. ¡Adelante, Skarmory, vamos! Y tras exclamar eso, partimos a través del vasto cielo azul. Contenido oculto @Bruno EVF @Hey Miguel
Elisa aceptó formar equipo con nosotros para hacer lo de las grutas bebé, a partir de lo cual terminamos formando una pequeña ronda aparte, donde discutimos los pokémon más idóneos para que entraran en las grutas. Maractus, ni corto ni perezoso, se acercó a escuchar lo que decíamos… En un principio no di demasiada importancia a este hecho, ya que el nopal era de por sí tan curioso como alegre… Serperior le miró de reojo, adivinando lo que se vendría más adelante pero, por alguna razón, prefirió acallar sus objeciones. Sumidos en nuestro repaso de estrategias, tardé un breve momento en advertir que se había acercado hasta nosotros una entrenadora a lo que no conocía. Era muy bonita, de cabellos albinos y ojos del color del vino. Y preguntaba por Emily, lo cual obviamente me llamó la atención y me llevó a formular deducciones diversas, que iban desde la relación que mantenía o mantuvo con la entrenadora, hasta la cantidad de tiempo que llevaban de conocidas. Pero la única certeza era el hecho de que había tenido mucha suerte en preguntarnos a nosotros por ella. No respondí, porque el resto ya se encargó de hacerlo. Pero, en eso, mi Holomisor sonó. Al sacarlo de mi bolsillo, corroboré que estaba infestado por la arena de la habilidad de Tyranitar. Se ve que se había estropeado en las batallas que Tyranitar mantuvo con el Torneo Óleo contra Mizuki y Chad. De modo que me costó reconocer la figura de Ian cuando su versión holográfica apareció entre mis manos. Parecía Quasimodo. Al margen de esto, su mensaje era claro: "Todo aquel que busque una aventura y no tema perder la cabeza, que me busque en la Torre Dorada. Firma: Ian". ¿La Torre Dorada? ¿El antiguo hogar de Lucario? Vaya, en principio me hubiera alegrado por mi pokémon ir hasta allí, pero tenía que tener en consideración que era Ian quien nos convocaba. Conociéndolo, debía tratarse de un lío bastante grande. ¿Pero quién se puede negar a una buena aventura? Al menos, yo no. Por lo que, ya montado en mi Pidgeotto, le devolví la sonrisa a Effy. —Las grutas pueden esperar un poco más —reí, hablándole a Chad— ¡En marcha, no perdamos tiempo! Así, regresé a Serperior y Maractus a sus pokébolas y monté vuelo tras el Skarmory de Effy. Contenido oculto Nota aparte: no podemos ir directamente a la Torre Dorada, debemos ir caer directamente en la Mazmorra Arcoíris :P
Cuando Noah me dijo que era una entrenadora le ofrecí una sonrisa y me dispuse a hacerle otra pregunta, cuando mi holomisor sonó seguido por los de Hubert y Effy: era un mensaje de Ian que nos llamaba para una aventura que iniciaría en la Torre Dorada, lugar del que Hubert me había hablado hace tiempo. Antes de que me diera cuenta, ambos entrenadores ya habían sacado a sus tipo volador y yo hice lo mismo con mi Altaria. —¿Listos para una nueva aventura? —dijo Effy con una sonrisa entusiasta mientras subía a su Skarmory—. ¡Adelante, Skarmory, vamos!—exclamó elevándose. —Las grutas pueden esperar un poco más —añadió Hubert con una risa— ¡En marcha, no perdamos tiempo!—finalizó despegando sobre su Pidgeotto. —¡Espérenme!—me quejé subiendo a mi dragón volador—. ¡Tendremos que continuar nuestra charla en otro momento!—le dije a Noah en un tono apenado y apurado. Haciendo ademanes de partir, paré súbitamente y saqué un pedazo de papel de mi mochila y con ayuda de un bolígrafo, anoté algo en él. —Este es el número de holomisor de Emily, Noah—indiqué pasándoselo—. ¡Volveré pronto, Eli!—le prometí con una sonrisa. Agarré bien a la pequeña Flare y la acomodé en su asiento preferido. Fósforo se montó en la parte trasera, apoyando su espalda contra la mía. Altaria se elevó y haciendo gala de su ligereza y velocidad aérea, no se rezagó ante los tipo volador de Effy y Hubert. En cuestión de segundos, estábamos a pocos metros por detrás, ansiosos por llegar a la torre. Contenido oculto Ahora que Noah tiene el número de holomisor de Emily, podés rolear desde acá la llamada y etiquetar a Gabi para que te responda desde Lienzo, que es donde se encuentra ^^
La otra chica en el grupo de cuatro respondió a mi pregunta diciendo que Emily se había ido con un tal Dante y se presentó como Effy... ¿Quién sería ese Dante? De un momento a otro los holomisores de tres de los entrenadores recibieron un mensaje al mismo tiempo y tanto Effy como el chico del cual no sabía el nombre montaron en sus pokemons voladores y desaparecieron rápidamente en el cielo. Chad se entretuvo un poco más, pidiéndole a los dos entrenadores que lo esperaran, para poder escribir algo en un papel y luego me lo dio, diciéndome que era el número de holomisor de Emily. — Gracias — murmuré antes de que él también emprendiera el vuelo. Miré por encima de mi hombro a Elisa y a Larvitar que se encontraba a una distancia prudencial de la chica e introduje el número de Emily en mi holomisor para poder mandarle un mensaje. Lo escribí rápidamente "Emi, soy Noah, no sé si te acordarás de mi, pero estoy en Ciudad Acuarela" Respiré hondo releyendo el mensaje varias veces antes de suspirar y mandarlo. Ni siquiera sabía si Emily se acordaba de mi, tal vez mi idea hubiese sido un poco loca. Contenido oculto Gracias <3
Y tres holomisores sonaron y segundos después tres chicos partieron, me quede sorprendida un momento, ¿y eso que fue?, mire al cielo y vi como el Altaria de Chad se camuflaba entre las nubes. Bueno, al menos dijo que volvería. Mire al frente y vi a Noah usar su holomisor, estaba segura que para contactar a Emily, fruncí la nariz y lleve una mano a mi cabeza, Drifloon seguía allí tranquila. Sentí una fría brisa y al voltear vi a Phantump mirándome curioso. —No nos presentamos como se debe —dije acariciando la cabeza del pokémon —, me llamo Elisa y seré quien te cuide —hable con una sonrisa —. Claro, si me aceptas como tal, ¿me dejarías entrenarte? —pregunté deteniendo mi caricia. Lo vi dudar un momento, pero al final levitó hasta mis brazos, la sonrisa volvió a mi rostro, quizá tarde en acostumbrarse al equipo, pero se que se llevara bien con todos. —Bueno Noah, creo que solo seremos nosotras dos, claro que si no te molesta —comente girándome a la alvina sin borrar la sonrisa.
Finalmente llegamos de nuevo a la ciudad más alta de Galeia: Acuarela. — Bueno, pues aquí estamos — murmuré bajándome de Tranquill tras Dante — ¿Debería ver primero por mis pokémon o buscar a la chica que me acaba de llamar? — me pregunté a mi misma, con el ceño fruncido de forma pensativa. Contenido oculto @Nekita
Y finalmente después de un rato de vuelo, llegamos a acrilica. Bajé del Tranquill de Emily y justo después de que ella bajara comencé a buscar a mi pokemon volador con la mirada, ya debería de estar aquí, así que no debía estar lejos — Me imagino que harás lo que creas conveniente en este momento...— murmuré llevando una de mis manos a mi nuca sin saber muy bien que decisión apoyar — ¿Cuál de las dos cosas crees que puede esperar?
Esperé, tal vez por una respuesta de parte de Emily pero esta no llegó. Suspiré ligeramente, con la intención de que Elisa no me escuchase pero, aunque eso sí lo conseguí, no conseguí que Totodile no se diera cuenta porque el pokemon se acercó y se abrazó a mi pierna acariciándola suavemente con su pata. Le sonreí y me aclaré la garganta cuando Elisa se giró hacia mi después de haberle hablado a uno de sus pokemons. Asentí hacia ella y sonreí ligeramente. — Claro, no hay problema — le dije.
— Si lo supiese no preguntaría — murmuré jugando con un mechón de pelo, nerviosa — Vayamos al Centro, a lo mejor encontramos a la chica y puedo hablar con ella — decidí al final y segundos después nos encaminamos a nuestro destino.
Suspiré un poco por su respuesta y luego deje salir una pequeña risa — Supongo que estas en lo cierto... mi error — me alcé de hombros y cuando propuso lo de ir al centro pokemon asentí levemente para comenzar a seguirla, tal vez de paso encontraría a Staraptor
— ¡Eh! — exclamé mirado a un lado antes de llegar al Centro — ¡Son Elisa y la chica! ¡Que casualidad! — cogí la mano de Dante y lo arrastré hacia las jóvenes — ¡Hola chicas~! — las saludé con una sonrisa.
Estaba allí, de pie con Elisa, cuando escuché una voz que me resultaba conocida saludándonos. Me giré y me quedé estática. Era Emi, no había cambiado mucho, seguía pareciendo esa chica dulce y divertida que no paraba quieta. Noté como mis manos comenzaban a temblar y, después de mis manos, mi labio inferior. — E-Emy... — temblé. No pude resistirme y salté a sus brazos abrazándola con fuerza y haciendo pucheros sobre su hombro.