Comencé a sonreir tontamente, mientras me quedaba acurrucado en ella, feliz, sonrojado y un poco nervioso, pero feliz
—Nunca pensé que encontraría a mi ángel en la tierra, pero parece que si... —sonreí— Y sí la encontré, eres mi ángel en la tierra
No dije nada, estaba un poco apenado, y notablemente sonrojado, simplemente sonreí en señal de que me sentía halagado
Me quedé mirándola —La única manera de que deje de amarte es que suelte mi último aliento —tomé una de sus manos—
Sonreí y me levanté para apagar las luces —Yair llegó, vamos a darle un susto —sonreí maliciosamente mientras lo esperaba en la entrada—