Empecé a sonrojarme más de la cuenta, la sorpresa es que no estaba solo, mi madre se había mudado a esta casa cuando supo que vivía aquí, la pequeña Alexa, curiosa, bajó al sótano —¡Wii, se van a casar! —dijo la pequeña toda sentimental y emocionada— Sonreí ante su reacción
Me reí al ver la cara que puso —Ay, casi, pero esos trajes les quedan chulísimos —dijo sonriendo un poco— Después subió, y al ponerme junto a ella y tomarle la mano una cámara se disparó, e imprimió la instantánea, la miré y quedé satisfecho con el resultado
Le pasé la foto a Mizuki, se veía de maravilla —Que esto sea un gran recuerdo al volverlo a ver en unos cuantos años...
—Venga, otra —le volví a tomar la mano antes de darle un beso corto en los labios, momento justo en que se disparó la cámara, y tras imprimir la instantánea sonreí mientras la miraba—
Le dí la última instantanea a Mizuki, y guardé la primera —Aquí tenemos con qué recordarnos el uno al otro... —le dije con una sonrisa para luego ir y ponerme mi ropa normal—
Subí a la sala de estar mientras tomaba a Mizuki de la mano y subía conmigo, para luego sentarme en el sofá —¿Regresamos a la catarata o nos quedamos aquí?
Mire a Rojo y sonrei --Vamos a la catarata--Le dije sonriendo mientras jalaba a Rojo hacia afuera de la casa
Con mi mano libre liberé a Aerodactyl y me monté en él, monté a Mizuki y emprendimos rumbo a la Gran Catarata
Me tardé el triple de lo esperado, pero a la final terminé en mi casa —Muy bien, hora de hacerse cargo de demonios en tamaño mini —dije para mi mismo antes de entrar—
Entré, menos mal que todos dormían, simplemente encendí la luz de la sala de estar y me senté en el sofá, a ver la tele —Fiú, menos mal que están dormidos...
Aterricé en Ciudad Oleo, en medio de una plaza… inmediatamente, lo primero que hice fue liberar a Blastoise y Dragonite; eran mis dos elecciones para el torneo, y necesitaban de todo el entrenamiento posible para el mismo. Pero también saqué a Weavile y Jolteon, dos de mis pokémon más ágiles, pues debíamos trabajar un poco en la velocidad de esos dos. —Bien muchachos, ¡hora del entrenamiento!
Me había dormido en en sofá, el barullo de mis hermanos me despertó —Genial, lo que me faltaba.... Sin hacer mas ruido de lo necesario salí a ver si había gente por estas calles
Regresé a mis compañeros a sus pokebolas una vez concluído el entrenamiento… había sido intenso, pero creía que bastante fructífero. Sonreí mientras Skarmory se me acercaba, y junto a mi pokémon nos encaminamos al centro pokémon de Ciudad Óleo para sanar a nuestros agotados compañeros. Me preguntaba que estarían haciendo los demás… Hubert, Brendan, Alpha, sus batallas se habían retrasado también aparentemente. —Deberíamos ir a buscarlos, Skarmory —murmuré, y mi pokémon se mostró algo reacio a volar ya, pero desistió de intentar persuadirme de lo contrario. Recibí mis pokebolas y tras un rápido agradecimiento partimos, dejando la ciudad bien atrás.
Mi estómago comenzó a gruñir con fuerza ya que no comía desde hace unos dos días —Bien, a ver donde puedo comer...