Ciudad Óleo

--No, no lo creo, pero yo no le queria hacer nada a tu hermana--Le dije a Yair mientras me acercaba a el

 

--Pues mira lo que causaste entonces!--Le grite enojado mientras la veia--

 

Miraba todo sin mostrar emoción alguna, sentado en una silla

 

Pero yo no tengo culpa que esa rubia empujara a tu hermana--Le dije a Yair mientras bajaba la mirada

 

--Cualquier chica corre si le despeinas el pelo en un momento especial, no hay mas excusas--Le dije enojado-_

 

Miré al suelo
--Vale, es cierto yo tengo la culpa de todo, y comprendo que ahora me odies, pero espero que en algun momento me perdones--Le dije a Yair

 

--Pues espera todo lo que quieras, te advierto que va a ser muchoo tiempo--Le dije enojado--

 

--Pues te esperaré, me da igual cuanto tiempo sea, solo quiero que vuelvas a ser mi amigo algun día--Le dije a Yair

 

--Veras que nunca--Le dije enojado a mizuki mientras la veia--

 

Mire a Yair
--.....no.....perdome porfavor....--Le dije mientras unas lágrimas caian por mis mejillas

 

Miraba todo inexpresivamente, me daba igual todo lo que pasara, todo eso cambió al ver a Mizuki llorar, me puse triste, pero lo que más me importaba era que Yair volviera a ser amigo de Mizuki

 

--no, no y no!--Le grite enojado mientras veia a mi hermana lastimads...mi unica familia--

 

Miré a Yair
--Yair.....porfavor--Le dije mientras le miraba

 

Me levanté para intentar irme, pero no me fuí, me quedé ahí, triste y a punto de llorar...

 

Mire a mizuki
--No, ya no, con esto ya te pasaste--Le dije enojado mientras aun la veia--

 

--Pero yo no le queria hacer nada a ella--Le dije a Yair mientras miraba al suelo

 

--Lo se, pero fuiste tu la que causo esto desde un principio--Le dije enojado mientras la veia--

 

Mire a Yair
--Pero...en realidad fuistes tu la que la enojo, ya que tu le dijistes fea--Le dije a Yair

 

--Excusas, excusas y mas excusas!--Le grite enojado y harto de esto--

 

—Vamonos... —le dije a Mizuki mientras salía de la habitación— No merece la pena seguir

 

—Vamonos... —le dije a Mizuki mientras salía de la habitación— No merece la pena seguir