Mire a Rojo --Pues yo se manejar una bicicleta y con la motoneta seguro que me estrello con todo lo que vea--Le dije a Rojo sonriendo
Apagué dicho vehículo —Tienes que controlar el acelerador —le dije con una sonrisa— Una escena cómica acontecía afuera, Haxorus huía despavorido de Sylveon, dada su desventaja de tipo
Me encogí de hombros, y jalando a Mizuki pude salir del sótano, y al ver las ventanas se podía ver a Haxorus huyendo despavorido de Sylveon, no dudé en reirme
Miré la escena y Sonrei --Jaja, Haxorus tiene miedo de Sylveon es un poco por su tamaño, pero tambien es comprensible ya que Haxorus esta en desventaja de Sylveon--Le dije sonriendo
—Las Hadas vencen a los Dragones —le dije con una leve sonrisa— Hawlucha, Mankey y Heracross se unieron a la correteadera, del lado de Haxorus
Mire a Rojo --Ya lo sé, he dicho que tambien es comprensible que corra ya que esta en desventaja con Sylveon--Le dije sonriendo
—Hawlucha, Mankey y Heracross también lo están, no me extraña que huyan de Sylveon —le dije mientras miraba a los mencionados correr detrás del tipo Dragón— Y no sabía que Sylveon fuera tan intimidante
Todo terminó cuando Haxorus, Hawlucha, Mankey y Heracross se detuvieran, Sylveon se acercó a ellos gruñendo fieramente, y éstos se cubrieron, espantados —Uy, creo que la hicieron enojar...
Sylveon comenzó a reirse, ya que ellos estaban muy asustados, se sentó y como era su costumbre comenzó a lamerse una pata, en lo que respecta a los que estaban en desventaja con ella, seguían a cubierto, aterrados
Miré a Sylveon y Sonrei --Pues enrealidad no estaba enojada--Le dije sonriendo mientras me sentaba en el sofa
—La Hada contra Goliat —bromeé un poco, al notar que no le harían daño, los demás Pokémon encontraron en el sótano un lugar más que cómodo, y este era tan amplio que incluso Blastoise podía entrar y dormir allí—
Reí un poco, la totalidad de mi equipo Pokémon había encontrado su comodidad en el sótano y todos manifestaron estar a gusto —¿Tienes hambre? Por que cocino
Sonreí y comencé a cocinar lo mejor que podía, el olor era exquisito y abría el apetito —Ponte a gusto, mi casa también es tu casa —le dije a la chica con una gran sonrisa—
Empecé a oler la comida y me entro aun más hambre --Jaja, vale--Le dije sonriendo mientras me acomodada en el sofá