Santuario [Kuroki] La mujer —Estoy más cerca de él de lo que puedas creer y entender — su voz era tranquila —Eres tú quien no lo verá nuevamente, no lo conoces lo suficiente. En cambio yo sé que es lo que busca, y yo seré quien lo ayude a obtenerlo. Kawa peleaba con gran fuerza, una que era motivada por un odio aparente —Di tus últimas palabras —mencionó al atajar fuertemente en el torso desnudo de Kuroki; este a su vez también atacó con gran violencia hacia Kawa, haciéndola retroceder y escupir sangre. —Mira lo que ha hecho tu curiosidad; tu forma de querer ser amigo de un demonio como lo es él— mencionó aquella mujer cruzándose de brazos al notar que en un ataque mas, el joven podría caer muerto. Sonrió mientras se acercaba lentamente a Kuroki alejando un poco a Kawa, la cual se mantuvo alerta. —Puedes llevarte tu vida si es que me cumples un favor —aquella mujer sonaba amable nuevamente —Jamás vuelvas a hablar con Rengo; te alejarás de su camino, evitarás cada palabra que te dedique; darás la espalda ante el poder ayudarlo. Y sabrás que lo has hecho por salvar tu propia existencia. ¿Qué importa perder una amistad a cambio de tu vida? Contenido oculto Gigavehl Puedes seguir peleando a muerte o cumplir este favor. Si decides no pelear mas y cumplirlo, este favor se volverá tu "deuda de honor" que cumple con la desventaja que tiene tu personaje Kawa Kuroki Ataque= 6 Defensa= 9 PV= 45 Ataque= 13 Protección= 2 PV= 24
Misato Aoyama El camino hasta el santuario había sido uno muy sereno, gente iba y venía en la ciudad...eso fue hasta que me alejaba y una paz siguio....siguió hasta formarse lentamente una palpable tensión, una guerrera podía oler la sangre y escuchar el sonido del acero chocar contra otro...¿Será? Dioses esperaba equivocarme... Pero no fue así... En lo que debía ser un templo para la oración y meditación en nombre de los dioses, allí mismo un combate uno a uno se llevaba de forma encarnizada y peor aún...mi temor se había hecho realidad...Kuroki enfrentaba a una extraña mujer con claras intenciones asesinas. Junto a ella otra mujer de mirada filosa observba el duelo pero no tardó mucho en reparar en mi presencia. Entonces soltó una advertencia amenazando mi vida...pero más que intimidarme otro detalle llamo poderosamente mi atención ¿Porqué Kuroki estaba siendo atacado por la chica? El no era más que un aprendiz de guerrero muy prometedor...¿Será por ser un Minamoto? Kuroki no revelaría una información tan delicada de buenas a primeras. —Kuro..tu voz suena como que ocultas algo...—susurre mientras observaba al albino parecía tan nervioso que nisiquiera se molestó en disimular conocerme...recordé entonces la pequeña conversación de Hideyoshi con los azai, el diplomático parecía tener un interés en vigilar a Natsu y a Kuro por igual. Vaya problema la información parecía salir sin siquiera intentar obtenerlo. — Señorita solo soy una creyente que venía a orar al gran Kami inari por la prosperidad de este pueblo...no podía faltar a mi acostumbrada visita a los templos en busca de redención—me excuse con una aparente serenidad. Debía evitar una batalla a toda costa si quería contribuir a nuestra labor en Tsu. Y continuo soltando más información ¿Estorbar en los planes de alguien? ¿Kuroki se están entrometiendo en que? El solo era un huérfano de madre quien en busca de justicia, siendo un joven aprendiz no debería haber hecho demasiado en el pasado. ¿En qué te has metido Kuroki? —me retiraré si eso le alivia—afirme mirándola a sus siniestras orbes—solo debo decir que los temas delicados suelen ser los primeros en salir a luz... más temprano que tarde alguien se dara cuenta y según todo fluya, puede resultar en desastre o salvación—unas palabras muy ambiguas y cripticas, las mismas eran tanto para la mujer que no tenía reparos en librar un combate a muerte en terrenos sagrados públicos como para Kuroki quien ahora ocupaba mi atención ; un extraño asunto donde estaba inmiscuido...hablé en voz fuerte y clara para ambos. —Sin más me retiro, mucha suerte. Y así di la vuelta para alejarme, a medida que lo hacía un sudor frío recorría mi piel, mis ojos humedecieron por un instante ¿Ahora que habías hecho Kuroki? El chico podía ser algo imprudente como Mao, ahora debía confiar en que salga vivo o sino...no...aquella chica lo lamentaría. Ya estaba lejos, ahora regresaría con el señor Kenzo sin decir más detalles, lo último que necesitaba es su intervención en este asunto. Pero sabría la verdad ya había escuchado suficiente. Contenido oculto Amelie pues mejor declinó de la pelea, más que todo por qué posiblemente tarde un par de días en conectarme (puede que hasta el jueves) como sea nos leemos!
Kuroki Fusatada Vaya... Parece que todo se había acabado... ¿No? Al parecer algo me había caído encima porque mi capacidad innata de esquive era nefasta hoy. De verdad hasta estaba decepcionado yo mismo... No podía creerlo... tanto entrenamiento para nada al final. Tembleé, mientras escuchaba a Misato irse, era lo mejor, al menos mi historia no moría aquí, ella por lo menos conocía parte de la misma, también sucediendo lo mismo con Rengo. No pude evitar llorar en silencio, tanto superar tantas cosas para llegar a Kamakura para que al final sucediera esto. Tanto me esforcé por no caer muerto o ser descubierto por Kato para acontecer esto. Menudo asco... ¿Dejar de hablarle a Rengo? ¿Valia la pena? Creo que sí... Pero me frustraba en serio porque los rumores que escuche no me delataban nada peligroso. Que asco... Tanto querer aprender las artes Ninjas para acabar así. Pero era un Taira... ¿no? No iba a dar la espalda... Escupí sangre, mientras una brisa final soplaba, mirando a ambas mujeres. Yo solo sonreí, riendo, con extraña calma... Al menos vería a mamá... —Sin dudas una vida vale más que una amistad, si. Rengo puede o no ser un demonio... Pero prefiero que antes me vea morir intentando defenderlo antes que huir como cobarde. ¿Sabes? Podrá ser o no un buen chico. Pero hice una promesa... Y no solo a él, a muchos más, así que acabemos con esto. No te daré el gusto, tal vez la leyenda aquí deba concluir con que al menos no morí dandole la espalda al que ahora porta a Shi.—reí, al recordar las palabras de mi padre en Nagoya. >>Al menos debes admitir eso... Y como pude, saqué mi katana, aquella que Mao, no, Masuyo ya me había recomendado un nombre. Esperanza... si... Eso es lo que tenía hoy... aún podía hacer un cambio, aún podía intentarlo, arrastrar conmigo a esa mocosa que seguramente esta igual de retorcida que esta mujer. El intento es lo que vale... ¿no..? —Tu Dios impide que los hombres se conviertan en otros Dioses... Así que iré a verlo como tanto deseé... Al menos, estoy seguro que podré estar a lado de Rengo, cuidándolo, cuidando lo que quiero. Poco me importa la verdad o si solamente deliro. Tal vez peco de idiota, y de tener fe ciega... pero bueno, es la promesa que le hice a mi madre—. Añadí, para volverme a colocar en pose. En realidad, todo mi viaje estaba ligado a esto... desde lo de Chikusa se halló muerto en un Santuario. Así que supongo implícitamente estaba vinculado a esto. Rengo, Masuyo, Misato, padre, Takano, Takeda, Matsuda, Heya, Daichi... Kenzaburo... Terminen lo que no pude terminar...
Santuario [Kuroki] —La valentía es inútil cuando se está muerto— mencionó la mujer —Sin ti, todo será muy sencillo. Te agradezco Kuroki, has sido un estorbo pero tu muerte nos servirá de mucho —sonrió —Y no irás a ver a ningún Dios, no; serás utilizado hasta que no quede nada mas de ti. Kawa se abalanzó atacando; pero su fuerza no fue suficiente para romper la defensa que había armado Kuroki debido a su arduo entrenamiento. Si caía, no lo haría de manera débil. Kawa tembló ante la resolución de aquel joven —¿Por qué todos lo defienden? —preguntó molesta —¿Qué tiene de especial para que sacrifiquen sus vidas por alguien así? Impertinente, vago... La mujer miró a la pequeña —¡Cállate y concéntrate Kawa! Contenido oculto Gigavehl Kawa Kuroki Ataque= 6 Defensa= 9 PV= 43 Ataque= 13 Protección= 2 Agilidad= +2 defensa PV= 24
Kuroki Fusatada —Quiero ver que lo hagan... No moriré sin dar una pelea—. Dije con serenidad, viendo los ataques de Kawa y sin miedo respondí, pero increíblemente las grandes fuerzas chocaron, aún así, no cambié ni mis sentimientos ni mi expresar... nada, solamente estaba centrado y decidido en algo, acabar y llegar hasta el final, no moriría como un cobarde, ni como alguien llorando por sus errores. Yo tomé este camino y acepto la muerte pues es lo que yo decidí... Mi mano cicatrizada por el pacto es clara señal de ello. Luego escuché a Kawa, riendo debilmente, sin gracia... —Pues ese vago tiene un pasado, como cada uno de nosotros. Es una lástima que ustedes no puedan ser capaces de aceptar que al final... todos sufrimos en mayor o menor medida—. Dije, para volver a esperar el ataque, estaba en desventaja, así que quería que me impresionaran.
Santuario [Kuroki] —¿Un pasado, dices? ¿Me estás diciendo que porque ha sufrido tiene derecho a gozar de privilegios?— mencionó Kawa molesta mientras recibía el impacto de la katana en un brazo, respondiendo con otro corte en la pierna de Kuroki, quien seguía de pie —Huye de sus responsabilidades y el mundo lo recompensa con personas que lo defienden; ¡No es justo! Protegido por Mara, por Kyogi, por Itami, también por ti ¿Qué es lo que ha hecho bien cómo para ganar eso? Escuché que Kato casi logra matarlo, es una lástima que no lo hiciera. Muchos problemas hubieran terminado si dejara de existir. La mujer al fondo ya no parecía hablar mas, pero estaba molesta. Contenido oculto Gigavehl Kawa Kuroki Ataque= 6 Defensa= 9 PV= 34 Ataque= 13 Protección= 2 Agilidad= +2 defensa PV= 17
Kuroki Fusatada Miré genuinamente confundido a Kawa... ¿Protegido por todos? ¿Pero de dónde sacaba eso? —Ojalá pudiera hablar... Pero no me importó pagar un precio por conocer su vida. Dejarle de hablar es lo mismo que morir, por eso prefiero luchar ahora, tampoco es como que tenga mucho que perder, simplemente no podré hacer todo lo que quiero. Kato, el solamente ve por él mismo. Sufrir para gozar privilegios... Yo tambien he sufrido, y no cuento con ningún privilegio. Yo creo que simplemente lo están malinterpretando—. Dije, serio, volviendo a esperar el ataque.
Santuario [Kuroki] —Todo en esta vida depende de la perspectiva del observador— mencionó la mujer —Mira tu muerte por ejemplo; para mi será beneficioso, para los que te aman será un dolor que no podrán superar. Kawa avanzó en ataque, recibiendo únicamente un rasguño de la katana de Kuroki, en cambio en él, la vida se escapaba lentamente, se aferraba; pero era inevitable, Kuroki estaba en clara desventaja. —¿Pagar el precio?—Kawa sonrió —Todo lo cercano a él se marchita, tomaste la peor decisión. Espero que tu muerte lo destruya, que no pueda levantarse nunca mas de haber perdido a un amigo. Contenido oculto Gigavehl Kawa Kuroki Ataque= 6 Defensa= 9 PV= 33 Ataque= 13 Protección= 2 Agilidad= +2 defensa PV= 9 Shukusha [Natsu; Konoe; Rengo] Rengo nunca había visto cambiar de parecer a Natsu, mucho menos así de apresuradamente. El pequeño golpe en su frente lo sacó de sus pensamientos —¿Me estás ocultando algo?— preguntó llevan su mano a su frente, fue entonces que sintió un gran escalofrío recorrer su espalda, haciendo que cada herida ardiera. Por simple reacción volteó hacia atrás, posiblemente esperando encontrarse un rostro familiar pero con poco entusiasmo de encontrar. No había nadie. Miró a Konoe, se le notaba preocupado —¿Hace frío? — preguntó abrazándose a sí mismo. Contenido oculto Insane Yugen Fichas actualizadas
Natsu Gotho Shukusha-> santuario El palpitar del filo no lo dejaba en paz, como si fuese alguna crónica de una muerte anunciada, tal cual el día en que Rengo estuvo a un paso de la muerte. Deslizó las filosas pupilas por el chico al escuchar sus palabras, sintiendo una sensación extraña en la nuca, casi como un peso de algún material férreo. Mara en su cabeza, el traje de Miko de la mujer que se unía al equipo, los recuerdos de Rengo en un pantano de sangre. Algo seguía mal. Muy mal. —Estaré en la herbolaria —mintió con parsimonía, dándose vuelta. Al pasar por el lado de Konoe murmuró, lejos de los oidos de Rengo—. Que el idiota permanezca aquí. Salió a paso calmo hasta pasar la puerta y dar un par de pasos más, acelerando el andar ante la punzada en su nuca a la vez que fruncía el ceño, fastidiado, volviendo a enlazar comunicación con la voz en su cabeza. Si el demonio se hubiese quedado callado, sino hubiese mencionado el santuario ellos hubiesen seguido entrenando... Sacó la espada del anciano en conjunto a un pequeño frasco de su manga, dejando el veneno deslizarse por el filo para guardarla nuevamente en la funda. Bufatoxina. Sus filosas pupilas se posicionaron en el arco torii, sintiendo la brisa revolotear sus hebras azabaches, viendo los últimos rayos del sol destellar, fue entonces que al ir subiendo encontró la razón de las palabras del demonio. Kawa. Miró entonces el cuerpo agitado del otro lado, identificando su presencia de inmediato. El cabello albino contrario al suyo, los orbes brillantes y decididos, el alma pura. Kuroki. La mujer desconocida observando lo que parecía una batalla a muerte. <<¿Me estás ocultando algo?>> Mantuvo la izquierda apoyada sobre el mango de la espada, dando pasos suaves como un animal precavido. Mara. Shi. ¿Qué significaba todo aquello?
Kuroki Fusatada —Todo depende de la perspectiva... así es... Es una lástima que ustedes... estén cegados por Mara y solo ansien su poder, ustedes no pueden controlarlo, ustedes no lo merecen—. Dije, empezando a faltarme el aire, empezando a sentir mucho... mucho cansancio. Aún así no me rendiría. —Mi muerte le dolerá, claro que lo hará... pero yo sé que por eso le hará más fuerte, yo mismo le dije que estaba dispuesto a todo—. Añadí, volviéndome a aferrar al agarre de mi arma. ¿Porque se extendía esto? Juraría que algo más pasaba aquí, pero cómo fuese, solo necesitaba un momento para que Kawa se distrajera, cumpliré la promesa de mi madre de nunca dar marcha atrás a mis combates que sé tengo posibilidad de ganar, por mínima que fuese. No pude darme cuenta que estaba Natsu, así de centrado estaba en el combate. Haz sentir orgullosa a tu madre, Kuroki
Santuario [Kuroki] La pelea seguía; pero fue interrumpida por Natsu; haciendo que Kawa se distrajera un poco, recibiendo un corte cerca del cuello; si no hubiera defendido posiblemente no lo contaría; alejó a Kuroki simplemente haciéndole un leve corte en la mejilla —¿Qué es lo que haces aquí? ¿Por qué no fuiste a Kioto como te lo pedí? —preguntó Kawa con molestia. La mujer se giró y sonrió —El que debería portar a shi ¿No es así?— mencionó mientras lo observaba sin signos de agresividad —Ahora la tiene el inútil de Masaki, todo por culpa de Kawa; ella se debió haber encargado de permanecer a tu lado. Ahora está intentando remediar sus errores. Observa bien, juzga con tus propios ojos. Kawa se alejó un poco, comenzaba a sentir el cansancio del combate —Necesito matar a este niño; no interfieras. —No podrá interferir; pero tú no eres nadie para decirle que hacer a un portador de shi de ese modo, aprende a respetar tu lugar— mencionó aquella extraña mujer con una sonrisa familiar, a pesar de nunca haberla visto. Se notaba tranquila, como si estuviera viendo una ceremonia, no una pelea a muerte. Contenido oculto Contenido oculto Gigavehl Insane Kawa Kuroki Ataque= 6 Defensa= 9 PV= 28 Ataque= 13 Protección= 2 Agilidad= +2 defensa PV= 7
Contenido oculto Natsu Gotho El cuerpo del mocoso ante sus ojos se veía agitado, como si estuviese como un péndulo a punto de agotarse el movimiento. El idiota estaba poniendo su vida en bandeja como si no tuviese un mocoso que estuviese esperando verlo nuevamente. Imbécil. Fue entonces que al identificar a la mujer que hacía viendo la batalla tranquilamente su semblante cambió ligeramente al no esperarse aquello. Tenía similitudes, pero escucharlo directamente de Mara lo hizo mantenerse en desconocimiento hacia la existencia de Kuroki, casi como si no fuese más que un insecto sobre la pradera. Masaki. Su ceño se frunció ligeramente al hablar en aquella penumbra de su mente, reviviendo aquella sensación de repelús al regresar a aquel momento en dónde la lluvia caía sobre su rostro en conjunto a la sangre resbalando por su espalda. El frío en su nuca lo hizo mantenerse calmo ante la ausencia de amenaza hacia su presencia. Aquella mujer... Era de cuidado. —Kawa —le llamó plano, sin emoción o sentimiento alguno, afilando sus pupilas ámbar—. Deja de perder el tiempo con un mísero insecto. Lárgate, Kuroki. Niño estúpido. Pestañeó con parsimonía, sintiendo las fichas en su mente flotar sobre un tablero desdibujado, sabiendo de lleno que cualquier paso en falso sería un viaje sin retorno.
Santuario [Kuroki] —Ya veo, Natsu Gotho ¿Verdad?— mencionó aquella mujer —Entiendo, entiendo —decía sin ver hacia Natsu —Es una lástima Kawa bajó su katana, la presencia de Natsu en aquel lugar había cambiado algo. —Siempre lenta, Kawa— mencionó aquella mujer sonriendo. Kawa se alejó del agónico Kuroki con una mueca de fastidio. Mientras tanto la mujer deshizo el talismán que había colocado en el arco torii hace unos momentos atrás, después se acercó a Natsu lo observó de pies a cabeza, deteniéndose en su muñeca, sonrió. —Espera un día mas. Mañana podrás ver a Masaki — iba a sacudirle el cabello pero se detuvo alejando su mano — Aunque no creo que seas capaz de quitarle a shi— Se giró hacia Kawa con una expresión de molestia hacia la pequeña niña —Avanza. Kawa obedeció con la mirada en el suelo, estaba herida pero avanzaba como si no tuviera ni un rasguño, asustada ante la voz de la otra mujer quién miró hacia Kuroki, quien ya respiraba con dificultad —El destino es algo cruel, ha decidido darte una oportunidad mas; pero no me malentiendas, planeo algún día matarte —Sus ojos eran obscuros pero su sonrisa era apacible. Ella y Kawa se alejaron del santuario. Contenido oculto Gigavehl Insane Natsu al rescate, tremendo timing Kuroki Ataque= 13 Protección= 2 Agilidad= +2 defensa PV= 7
Kuroki Fusatada Ver la presencia de Natsu me hizo distraeme e impidió diera el golpe que estaba por tornar a mi favor el encuentro... Tan cerca de matarla de una puta vez... Solo gruñí mas bien molesto por fallar que por el corte, el agotamiento y la frustración eran absolutos, este combate estaba durando demasiado, me sorprendía poder aguantar tanto. Escuché la breve plática de la mujer como de Kawa, Masaki... ¿Aún tiene a Shi? —¿Y porqué no se la quitan? Quiero decir... deben estar ya conscientes a quienes de verdad debería pertenecer algo así, y como mínimo esas personas es a ustedes. Deberían haber reglas...—. Dije, más confuso que otra cosa, Natsu era una persona aterradora, podría planear cualquier cosa, no es como que me llevara siquiera bien con él porque casi ni hemos hablado, pero realmente la situación era mas que horrible. Solo quería que todo acabara, sea con mi muerte o yo matando a Kawa. Pero parecía que no iba a suceder, tal vez, ninguna de las dos. Natsu, comprendo tus intenciones mas no creo que de verdad sea tan sencillo huir, ese jodido papel. Al menos agradecía que no estuviera Rengo, tampoco es como que me de alegría que me viese de este modo, pero por lo menos esa mujer parecía tolerar la presencia de Natsu, pese que ya no portaba a Shi, seguía siendo el elegido... ¿Porqué? —¿Mara te envió? ¿Natsu? ¿Te dijo que presenciaras la muerte del chismoso de turno? Ya me imagino todo lo que él ha de opinar de mi.—reí sin mucha gracia ni energías, mi comentario no era ni de lejos agresivo, era mas bien confuso. Creí que Natsu era una persona que dejaba a su suerte cargar con los errores que uno cometía. —Tienes razón, Kawa. Sé demasiado... Pero no comprendo porqué no fuiste con Natsu después de la muerte de Hana. Fue un escándalo en Tsu, lo lógico era acompañarlo—. Dije, mas me sorprendió ver que la mujer cedía con tan solo lo que ordenó Natsu... ¿Porqué? El ambiente... juraba que cambiaba con la presencia de él, no porque técnciamente me salvara la vida. Dioses... me siento tan inútil y humillado... Escuché y miré a Kawa cuando se dirigió a mí, solo le dediqué una mirada de odio absoluto... Solo tuviste suerte, maldita estúpida. Tanto tu como yo estábamos por matarnos. Al abandonar el sitio, me quede solo con Natsu, le miré habiendo relajado mis facciones, para después mirar a otro lado, incapaz de sostenersela, sintiendo mis ojos cristalizarse. —Si vas a esperar a Masaki será conmigo, tengo asuntos pendientes con él... No van a poder ustedes dos solos, Natsu, no cometas mi error. Aún no es hora de ver a Shi, ni a ese idiota. El hombre que estuvo contigo en Higashiomi, el médico, el que te acopañó en el cementerio, es mi padre. Rengo sabe eso—. Dije, para tragarme mis lágrimas, era más mi verguenza por tener que ser rescatado que el daño físico, mirándolo. —Kenzaburo y Misato seguramente volverán, no quiero involucrarlos en esto... creo que deberé pasar por muerto ahora—. Concluí, arrodillandome con una pierna mientras enterraba mi katana en el suelo, jadeante. —Siento si te decepcioné... Sabes que solamente no fue mi día—. Dije al aire, podría confundirse que le hablaba a Natsu pero realmente se lo dije a Mara. Ni yo entendía porqué le hablaba ahora, como si él me hubiese mandado... ¿O había sido así? El... "Destino" Menudo asco de día...
Natsu Gotho Esperó paciente al verlas hablar con algún ente sin perder la compostura, observando a Kawa bajar la katana a lo que escuchó a Kuroki hablar, escudriñándolo con la mirada al no parar la jodida lengua, manteniéndose distante a su palabrería para volver la atención a aquella mujer que comenzaba a caminar en su dirección. La sensación gélida se incrementó al verla estirar la mano, sin embargo no se tensó al estar dispuesto en recibir la caricia si aquello no ponía el filo en el cuello de Kuroki de nuevo, aún así percibió el cómo se detuvo. Masaki. Se mantuvo sereno al verlas marcharse, atento al sonar de sus pasos y el arrastre de sus vestimentas hasta perderlas de vista entre la oscuridad de los árboles. Kuroki se había vuelto un objetivo para aquella mujer, y algo le decía... Que cumplía cada una de sus metas. Apático caminó hasta Fusatada, mirándolo desde arriba al estar apenas sosteniéndose por la espada clavada en el suelo, evaluando de mera vista cada una de sus heridas. Su palma izquierda le abofeteó el rostro, entornando de nueva cuenta los orbes, gruñendo: —Cierra la boca Kuroki —siseó con su ceño fruncido sin importarle si hablaba ahora con Mara—. Aprende a cerrar la maldita boca —repitió fastidiado ante la información que acababa de darle Kawa sin medir sus palabras. La katana del viejo palpitó de nueva cuenta. Fue entonces que chasqueó la lengua. Shi estaba cerca. —Volverás con tu ridículo grupo luego de esto —murmuró pasando la izquierda al rededor de su espalda y la derecha flexionándole las rodillas, encaminándose hacia la clínica. Necesitaba atender sus heridas.
Kenzaburô Se quedó abstraído, observando de cerca la joya nueva que estaba en su poder. La alzó a la luz del sol para ver a través de ella y sonrió. Entonces bajó la mano y oyó a Ayame a su lado. —Mis decisiones son finales. Si no los encuentro en el punto de reunión me iré. —dijo sin más, lanzando al aire la joya y atrapandola con la otra mano. La guardó en el interior de su kimono mientras reía ante su informante. Luego le dijo el acertijo que había oído de Murai, en uno de sus interrogarios. ¿Ella podría revelar el misterio? Entonces observó a Misato y se acercó a ella. —¿Has encontrado algo interesante en el Santuario? —miró en derredor. —El chico. —dijo en referencia a Kuroki. —¿Dónde se encuentra? Comenzó a caminar entre las ruinas, buscando algún pasaje. Buscó a Ayame con la mirada para interrogarla. —¿Donde dices que se encuentra el pasaje a Tsu?
Kuroki Fusatada Cuando intente levantarme una tremenda bofetada me asoló, haciendome gemir de verídico dolor y sorpresa, tsk. Como si necesitara otro sermón. —¿Querías entonces que me tomaran como tu aliado? Estaba dispuesto a morir Natsu—. Gemí, hablando cansado, muy cansado, mientras una lágrima escurría. —Pero admito que a veces hablo demasiado... Lo siento—. Concluí con tono más que triste. Sentí como me ayudaba a levantarme, usé mi katana como soporte y avancé como pude a su lado hacia la Clínica, sin poder guardar mi arma pues era mi soporte para mi estado tan agonico, negando ante lo último. —No, ya no puedo volver con ellos... Misato me ha visto, me va a interrogar y por lo tanto Kenzaburo hará lo mismo. No quiero delatar que tu hiciste lo que hiciste en Tsu, Natsu. Si se vuelven a cruzar caminos no será bueno ni para ti ni para mi. Dime lo que quieras pero yo he aceptado las consecuencias, podrían tomarme como traidor después de guardar algo como esto, saber que tu la mataste—. Dije, seguro de mis palabras pero el tono cansado y triste se mantenía. >>Pero estoy en deuda contigo, gracias. Era morir o dejar abandonado a Rengo, tampoco estaba dispuesto a darles el gusto—. Dije como ultimo, claro que temía que Natsu me dejara ahí botado si se hartaba de mí, pero sentía que tenía que explicarle, al menos... que viera que no era como Mao. Solamente mi plan entero acababa de irse al caño desde que Misato decidió ver todo eso. A tal grado que seguramente, tenía que tomar otro camino, completamente inesperado y distinto.
Ruinas [Misato; Kenzaburo] Ayame analizó las palabras de Kenzaburo, aquel conjunto de palabras podrían ser algo muy importante —¿Por qué te dijo eso? —dijo al ser incapaz de entenderlo —Seguramente mi maestro podría develar ese misterio; pero como te he dicho antes, no sé como poder encontrarlo. Es el mejor shinobi en Japón. Kenzaburo guardó la joya, para después avanzar y encontrarse con Misato, la cual parecía muy abstraída en sus pensamientos, Kenzaburo no notaba eso; pero Ayame si; le dio un golpecito en el hombro a Kenzaburo para que la dejara pensar en silencio. —El chico volverá— sacudió una bolsita con monedas frente a él —Tengo su dinero. Ayame guardó la bolsita con monedas de nuevo en sus ropas para después mirar por las ruinas —Creo que si caíamos por allí...—mencionó señalando la tabla rota que logró esquivar Misato. —hubiéramos llegado a las cavernas; pero dudo que lo hubiéramos hecho enteros. No le gustaba hablar tanto frente a las personas; pero era necesario —El pasaje está en los baños del Shukusha, es un sitio secreto; tendremos que utilizarlo de noche, no quiero que nos sigan o alguien nos haga preguntas. Contenido oculto rapuma Kuno avisó que no postearía hasta el jueves Kuno Vizard Santuario [Kuroki] Kawa observó a Kuroki con una mirada asesina, mientras que la mujer simplemente seguía su camino, alejándose de ellos sin siquiera responderle a aquel niño tan curioso. Natsu curó a Kuroki; su sangre estaba por todas partes; pero gracias a Natsu aun se mantenía caliente y brotando. Estaban ellos allí, él único capaz de tomar la decisión final era Natsu. Rengo no estaba presente y ninguna voz resonaba con su opinión. Contenido oculto Gigavehl Insane
Kenzaburô —El shinobi siempre fue muy enigmático, esas palabras me las regaló, me dijo que era la forma de encontrar a tu maestro. Pero creo que estoy estancado en ello. —miró a su informante y alternó con Misato tras el llamado de atención de Ayame. Kenzo afirmó con energía. —Entonces esperaremos a la noche. —dijo para empezar a caminar. Le mostró la joya a Ayame. —Debe ser una ofrenda a los dioses, ¿cuánto valor tiene para ti? Caminaron en silencio entre las ruinas, sintiendo los pájaros a la distancia. Aún quedaba mucho tiempo para la noche, debían de ser cautelosos. —Hay una mujer del Imperio aquí mismo, eso podría ser un problema. No tenemos que levantar sospechas, si los detectamos tendremos que mantenernos lejos de ellos. Podríamos fracasar en esta misión si es el caso. Recordar el objetivo prioritario. —masajeó la empuñadura de su katana al recordar a Natsu. ¿Estaría implicado con los Taira? Debería de informar a los Minamoto en Kamakura. —Alquilaré las habitaciones para nosotros y para el chico. Si no aparece tendré que rastrearlo y traerlo de los cabellos. —caminaron fuera de las ruinas, dirigiéndose al motel. —Aproposito, tengo esto para ti, ten. —le tendió a Ayame la botella de sake y sonrió levemente, recordando el altercado en el bosque hace ya muchas lunas atrás. —Tengo un encargo para ti. —le susurró unas palabras mientras se acercaban al hotel.
Natsu Gotho Santuario -> Shukusha Entornó los ojos al escucharlo hablar de nueva cuenta. ¿No podía guardar silencio un rato? Fue entonces que notó la sangre continuar goteando, deteniendo sus pasos para recostarlo en el suelo al saber que no podía sostenerse. Debía tratar la hemorragia, de lo contrario ni siquiera llegaría vivo a la clínica. Deslizó los orbes ámbar con parsimonia, buscando dos ramas para comenzar a realizar un torniquete, dañándose las mangas del kimono para amarrarlo entorno a la más profunda. —No creo que seas de los idiotas que pueden ser sigilosos y optan por ir a hablar como si nada con dos mujeres como ellas —siseó realizando un nudo fuerte y firme, dudando ahora de sus propias palabras al recapitular lo que sus oídos escucharon desde que presenció todo aquello. Si fue tan imbécil de alzar la voz y dar a conocer que sabía sobre Mara, que tenía conocimiento sobre que él mantenía comunicación con el demonio, sobre que sabía su crimen en Tsu... Frunció el ceño. —Junta tu mierda mocoso —gruñó tratando el resto de heridas de menor grado; pese a lo tosco de su voz, su tacto permanecía pasible—. No eres bienvenido a nuestro grupo —siseó, mirándolo a los ojos, apático—. Luego de lo que hiciste aquí, no debes acercarte a Rengo, si en verdad te importa que siga con vida. Se levantó del suelo luego de sanar las heridas ajenas, mirándolo por última vez al darle un pequeño zape en la frente, antes de echarse a caminar. —Vuelve con tu grupo —atajó seco. Tenía tanta información fragmentada en su cabeza que apenas estaba comenzando a hilarla, sin embargo, comenzaba a entender de lleno que, si los Minamoto seguían teniendo en el clan a un niñito con la boca tan floja... Terminarían todos muertos.