Natsu Gotho Gruñó sin filtro al ver el sitio cerrado, enterrando las manos en los bolsillos del kimono para regresar sobre sus pasos, frunciendo el entrecejo ante la prefectura más inútil que había visitado hasta ahora. Observó los alrededores en el camino, esperando encontrar los ingredientes con los que no se topaba hace ya bastante tiempo hasta abrir nuevamente la puerta del Shukusha, casi contrariado de volver ahí en tan poco tiempo. Buscó con la mirada a Rengo, notando la ausencia de Kuroki. —Rengo —le llamó, moviendo la cabeza para que se movilizaran al jardín del lugar—. Entrenemos.
Kenzaburo Dejó las quince monedas sobre el mostrador y tomó la botella de sake y la guardó dentro de su kimono. Sonrió levemente ante las palabras de la comerciante; casi lo había olvidado, la gran mayoría entablaba confianza rápida con los clientes, algo como una empatía que servía para crear una conexión y lograr vender más mercancía. No eran muy diferentes a él, después de todo. Cada uno se movía por sus intereses personales, pero ese camino para el ronin había quedado atrás, ahora era un samurai. Se despidió de la mujer con el ceño más relajado, no quería crear miradas de pánico al transitar como un lobo rabioso. Si era un lobo cordial, quizá nadie le miraría de más. Observó la empuñaduras de su katana y decidió que lo mejor era alejarse de allí; su katana era famosa y no debía de levantar sospechas de nadie. Caminó tranquilamente hacia las ruinas de la ciudad, esperando encontrar algo... ¿Dónde estarían metidos Misato y Kuroki?
Shukusha [Natsu; Konoe; Rengo] Rengo la miró extrañado —¿Qué tiene de vergonzoso? Todos lo hacen, es natural — mencionó con tranquilidad, después consideró el hecho de que podría ser incómodo hablar de eso para una mujer, se acomodó algo apenado, no por lo que había dicho, simplemente por incomodar de ese modo a Konoe —¿Ves? a este tipo de incomodidades me refería, me disculpo Konoe— dijo acomodando su taza de té al darse cuenta que estaba próxima a caerse. Natsu había vuelto más rápido de lo que esperaba, ladeó un poco el rostro extrañado, le dijo que buscaba entrenar —Tengo demasiada flojera — mencionó mientras se levantaba casi por inercia, masajeando un poco sus hombros los cuales aun le ardían un poco —Está bien, no podemos descansar —dijo hacia Natsu mientras estiraba sus brazos para después mirar a Konoe —Ven Konoe, tú también necesitas entrenar; ambos pueden ir en mi contra —cerró los ojos y sonrió ampliamente —Puedo con ambos. Rengo avanzó hasta el jardín, se detuvo un momento absorto en algo, pero no se podía distinguir en qué —¿Por qué no ir?— dijo al aire, una pregunta extraña que no parecía coincidir con su previa conversación. Contenido oculto Insane Yugen Konoe puede negarse a entrenar. Rengo es nivel 3 Natsu y Konoe nivel 1 ¿Qué dados deben tirar? Tirar un dado de 15 caras. Este representará el ATAQUE Tirar un dado de 10 caras. Este representará la DEFENSA. (el dado de defensa nunca cambia) Tirar un dado de 5 caras. Este dado representa la SUERTE de tu personaje; si en el dado sale “4” o “5” se le sumarán +5 de ataque. Tirar un dado de 5 caras. Este dado representa un ESQUIVE de tu personaje; si en el dado sale “5” esquivarás el ataque de tu oponente Puntos de vida= 60 Natsu Konoe Rengo PV= 60 +4 ataque -1 suerte PV= 60 +3 defensa -2 suerte Fuerza= 7 Protección= 8 PV= 80 Ruinas [Misato; Kenzaburo] Misato avanzó hacia la estructura principal mientras Kenzaburo llegaba al lugar, observando como Misato comenzaba a explorar aquel sitio. Se podía distinguir un pequeño pantano que se formó por la destrucción del suelo, haciendo brotar el agua debajo; Misato ya había cruzado el puente destruido hacia el templo en construcción de pagoda que estaba hundido y abandonado; se podía distinguir que al pie de aquel templo había un sitio para la oración, un pequeño cementerio rodeado de estatuas de zorros. El clima húmedo de Chiryu había llenado de moho cada rincón olvidado; aun así, en el puente hay varias ofrendas, así como en cada estatua de zorro. Misato llegó al templo, ignorando la reciente presencia de Kenzaburo pues estaba del otro lado del templo; se podían escuchar las ranas croar en la orilla del pantano. Y en el templo se podía distinguir un altar a Inari. Contenido oculto Kuno Vizard rapuma ambos pueden ingresar al templo si desean. Si es así deben tirar un dado de 50 caras 1-14= Caerán durísimo por una madera podrida, se romperán una pierna en el proceso. 15-30= Sienten crujir la madera pero logran brincar antes de caer al vacío 31-50= Encuentran algo interesante Santuario [Kuroki] La mujer lo miró con curiosidad mientras le dedicaba una amplia sonrisa —¿Qué es lo que te parece apasionante? —preguntó mirando después hacia el templo —No tiene nada interesante, es un viejo templo que necesita ser organizado y evaluado— mencionó mirando hacia la pequeña de pelo blanco la cual cambió de expresión al notar la presencia de Kuroki, frunció el ceño. La mujer tenía un mon imperial en su ropa; lo que significaba que venía de Kioto o representaba algo para el Emperador. —Si eres una molestia —mencionó la niña. —No seas así Kawa; no eres nadie para detener a una persona ante su curiosidad — lo observó con una sonrisa que le podía resultar familiar; pero no entendía de dónde, pues jamás había visto a esa mujer —Se ve que eres alguien que disfruta de la cultura, si no fuera así no te hubieras alejado de la ciudad para visitar un viejo templo —se acercó a él y lo tomó del hombro — Esperamos a alguien, si. Deseo tanto poder verlo —miró a la niña que respondía por el nombre de Kawa, la cual la observaba con un rostro que demostraba algo de miedo ante aquella mujer que parecía ser bastante amable y simpática. —Dime, ¿Quién es tu Dios?— un pregunta fuerte de parte de aquella mujer, la cual no lo soltó del hombro. Contenido oculto Gigavehl
Kuroki Fusatada Kuroki... Te has metido antes de tiempo en donde querías meterte... a ver si ahora sí haces lo que te propones. Era claro que no tendría ni la menor idea de lo que estaba por hacer, si bien me sentía un poco extraño, me daría cuenta pronto de lo que estaba por hacer. La mujer me respondió, para mirar al templo y soltar un comentario, miré a la niña pero su ceño frunció... El ambiente era curioso allí, como fuese. Terminé por responder. —La leyenda de este sitio, Chiryu, me resulta curiosa.—afirmé con calma, pero luego empecé a caer en cuenta. La vestimenta de esa mujer... era demasiado similar a un mon imperial... Imperio... Kioto... Taira... Mierda... ¡¿En dónde he ido a caer?! No alteré mi expresión aunque mi corazón empezaba a saltarme, cuando originalmente venía a indagar en la leyenda terminé cayendo en algo muy, muy peligroso. Pero parecía que no caían en cuenta... Aún así, escuchar el comentario de la niña me hizo activar algo. Quería que me largara... ¿por mi bien? Pero sin que pudiera decir nada que era la intención, la mujer me tomó del hombro, haciendome dar un inconsciente respingo para mirarla aún con expresión serena. La seguí escuchando, en silencio... Bueno, sí. De hecho desde lo de Mara me interesaba profundamente las culturas pero... ¿Kawa? Nunca había escuchado ese nombre antes. Kuroki... de verdad te hizo falta indagar más en Tsu, aunque quien sabe, tal vez tampoco lo sabrías. ¿Porqué la pequeña miraba a la mujer con cierto temor? ¿Porqué si parecía tan simpatica? ¿Porqué... me tomaba del hombro..? Mierda... ¿es que acaso era como lo que quería hacerme Itami? En algún momento mi respiración se cortó sin darme cuenta, mi tensión era palpable pero no alteraba mis facciones, la mirada de esta mujer me era extrañamente familiar... ¿porqué? Dioses, no esperé estos resultados. Pero tenía que ser fuerte y encarar mis acciones, eso es lo que aprendí de Kamakura. Cuando estaba por responder que de igual manera entraría al Santuario para hacerme el idiota y fugarme de otra manera, con tal de que me soltara me hizo la pregunta que provocó, todo se detuviera a mi alrededor... Solo una helada brisa de aire, o es al menos así como lo sentí, sopló. Dejandome sin aliento de nuevo. ¿Qué debía hacer? ¿Decir la verdad? ¿Decir que conozco a Mara? No... no cualquiera conoce a ese Dios. ¿Debía hacerme el tonto? Si el sello de Rengo tenía que ver con Mara estaba más que jodido... Piensa, Kuroki, tenías que dar una respuesta perfecta. Como mínimo, para no armar escándalo con alguien como ella, quien seguramente daba con nadamas ni nadamenos que con la líder misma de los Taira. Akishino... —¿Mi Dios? Bueno... Soy solo un viajero, estudio las culturas que me parecen interesantes, así que en eso tienes razón. Mas, no tengo ningún Dios a quien siga dévotamente. Aunque muchos dicen que debería ser un hombre de fé... ¿Porqué la pregunta? ¿Si me lo permite? ¿Usted tiene una cultura el cual me pueda interesar escuchar?—sonreí verídicamente interesado, pero a la vez, en el fondo, estaba helado. Un solo jodido paso en falso y todo se venía abajo para mí... Bueno... Al final, admito que este es el camino que he elegido, así que afrontaré las consecuencias que se vengan.
Misato Aoyama Había cruzado el puente encontrando la devastación que la naturaleza había dejado, como lo supuse el poder de los dioses no podía ser menospreciado por nosotros los mortales; cuando me ubique en la entrada del templo vi un altar a Inari en el centro de todo. Sentí por un momento el impulso de entrar....pero ¿Acaso podía contar con la bendición de Inari? Mi renuencia por el mundo espiritual fue muy marcada hasta el incidente en Tsu; yo...no era tan perceptiva, al menos no como mi hermana mayor cuyas dotes para ser una Miko eran natas, únicamente podía honrar a Inari con mis rezos y trabajo en los arrozales. Pero mi corazón siempre albergo temor por los seres sobrenaturales. Al punto de desear dejar de lado mi religión...seguro los kami habrían querido cobrar tal mentalidad osada no solo el día de la desgracia de mi clan sino en la misma estancia en Tsu donde pude haber muerto como parte de los Minamoto. Deje escapar un suspiro de pesar pues no sentía la fe...al menos no de momento. —perdoneme Inari... Me alejé al escuchar el croar de las ranas en la orilla del pantano, por el sonido supuse que eran más ranas con Batracotoxina, me acerque tomando la misma tela que había utilizado y esterilizado en Nagoya; podía aprovechar el momento para despejar mis dudas mientras recolectaba para entrar o no al templo a pesar de la notable inestabilidad del suelo. Envolví a las ranas en la tela con gran facilidad ( ser sigilosa tenía sus indiscutible ventaja) al guardarlas quede agachada en la orilla, permitiendo que la brisa meciera algunos de mis cabellos a la par de observar al resto de ranas salpicar en las aguas turbias. —¿Uh? Ese es— al mirar al horizonte divisé la figura de un hombre conocido; era Kenzaburo quien hace más de un rato fue a una casa de armamento para conseguir monedas. Al verlo levanté mi brazo a cierta altura para llamar su atención sin embargo decidí ir a su encuentro, tal vez podía estar interesado en acompañarme al templo o notificar alguna novedad. —Hola señor Kenzaburo, es...—cuando lo alcancé le saludé con una sonrisa pero voltee a ver las ruinas con cierto desden— bueno un lugar algo misterioso pero también puede ser peligroso, el suelo del templo parece estar muy deteriorado...creo que deberíamos pensarlo muy bien antes de ver...usted decida pero con cuidado— dije apelando a la posibilidad de sufrir una grave lesión en el sitio. Una que pudiese comprometer la misión. Al ver el rostro del samurai parecia ver cierto malestar que estaba por desaparecer por iniciativa del mismo. Sabía que no debíamos buscar problemas. —Kenzaburo...¿Alguna novedad en la ciudad? Espero no tenga problemas que reportar...aún no sé dónde pueda estar Kuroki. Permanecí al lado del espadachín a la espera de alguna sugerencia, como líder de la misión correspondía a el dirigir nuestros pasos con la mayor sabiduría...y aunque antes no lo hacía, confiaba plenamente en el.
Natsu Gotho Siguió a Rengo hacia el jardín, sacando la espada enfundada mientras se mantenía erguido. Miró de soslayo a la mujer. Al menos podría ver si sería útil o una carga en el viaje con anticipación. Fue entonces que escuchó la voz extraña en su cabeza, escuchando a Rengo después de ello, llegando a sus recuerdos aquella mujer con la que se encontró la primera vez en uno, Mara, y seguido de ella el hombre de sonrisa cínica. Rodeado de aquellas sombras incesantes. Sin embargo... Era demasiado débil para hacerle frente a cualquiera de los tres mencionados, y se había dado cuenta en cuanto la espada del viejo palpitaba. Elevó las pupilas al frente, retomando el paso para atacar a Rengo. —No te distraigas —murmuró.
Konoe Suzumiya Shukusha La puerta corredera se deslizó y Konoe dirigió su mirada hacia la fuente del sonido. Nuevamente era Natsu. Observó el breve intercambio de palabras entre él y Rengo y se dispuso a pedir que por favor la dejaran presenciar el entrenamiento cuando el la llamó también. —¿Rengo-san?—repitió con evidente sorpresa. El rubor de sus mejillas aún se mantenía por todo lo acontecido y pareció algo confundida en un inicio. ¿Entrenar? ¿Ella? Llevó su mano al mango de su propia katana enfundada en el hakama rojo. No la había usado nunca más allá de aquellos entrenamientos clandestinos con Sora. Era hábil y rápida pero no demasiado fuerte. Aquello no era más que otro entrenamiento... ¿qué motivos tenía para rechazarlo? Si quería cumplir su misión, si quería salvar a su gente, necesitaba fortalecerse. No lo lograría solo con voluntad. Rozó el mango del arma con la punta de los dedos como reconociendo su propia estructura y accedió al cerrar firmemente la mano sobre la empuñadura. Se incorporó del suelo. —No tengo razones para negarme—dijo—. Si me lo permiten, será un honor. *** La mano le tembló ligeramente cuando sostuvo la katana enfundada frente a sí misma. Afianzó el agarre buscando calmar su propio corazón que aleteaba como una mariposa de alas trémulas antes de asentir a las palabras de Natsu. Probablemente ni siquiera fuera su intención, pero sonaba como un mentor a sus oídos. —No lo haré Gotho-san—murmuró en voz baja—. Jamás me permito errores. Tomó aire para llenar sus pulmones hasta el máximo y percibió el aroma fresco de las flores del jardín. Esa fragancia delicada y suave. Era como un bálsamo. Soltó el aire con lentitud por la boca... Y se lanzó hacia el frente.
Kenzaburo El lugar le resultó similar a una ciénaga pero de escombros y arrugó la nariz con un mal presentimiento. El hombre vio a Misato hacerle señas y esperó a que la mujer se acercara a su posición. Kenzo observaba con detalle hacia los lados, no había rastros de Kuroki aún. ¿Seria para preocuparse? No lo sabía con exactitud. —Crucé caminos con Natsu en la herrería. —se cruzó de brazos y cerró los ojos, recordando como aquél miserable había evitado su confrontación como si ni siquiera hubiera existido. —Aunque no sé a dónde se dirige ni si ya se encontraba aquí desde no sé cuanto. Si compromete la misión iré a por él. ¿Sabes si Takano le dio un plan secundario en caso de que fallemos? Es un misterio pero no ahondaremos en él. Al menos de momento. —comenzó a caminar hacia el templo, esperando que Misato le siguiera. —En los comercios confirman que se encuentra una mujer del imperio. Un soldado, imagino. Un mon imperial está relacionado con la élite del Imperio: los Taira. —se detuvo a pocos pasos del comienzo del puente y miró a Misato. —Señorita Misato, cruzaremos el puente con cuidado, contamos con mi mejor carta. —y comenzó a silbar una melodía de tres tonos, el famoso llamado para que Ayame corra a su encuentro. —Podrá tratar con nuestras heridas. Andando.
Misato Aoyama "Cruce caminos con Natsu en la herrería" Al escuchar el nombre de Natsu fruncí el ceño por un repentino temor que recorrió mi piel. "Pienso en un número de personas interesadas que pondrían rondar la cercanias, aunque pueda sonar ridículo" Lleve un dedo a mis labios pensativa estaba ocurriendo algo similar a lo comentado a Yin; pensaba una y otra vez que podría motivar a Natsu a seguir nuestro rumbo ¿Casualidad? O ¿Iria también a Tsu? De ser aquello último debía estar muy alerta a cualquiera de los movimientos a nuestro alrededor. —Takano nunca penso en Natsu para nuestra misión, solo podemos ser tres en Tsu de lo contrario solo tendríamos más problemas—afirme mientras seguía a Kenzo hasta las ruinas del templo— Solo espero esté de paso y sea el único o empezaré a creer que algo trae entre manos...pero tiene razón señor Kenzo aún queda mucho camino por recorrer. Entonces el samurái mencionó la posibilidad de una mujer ligada a la casa imperial; el clan Taira. —Solo espero no sea tan imprudente si llega a toparse con ella, no dudo de su habilidad pero no sabemos que pueda lograr aquella mujer. Solo eso faltaba, alguien de peso en el clan Taira tenía presencia en Chiryu, cabía la posibilidad de tener el infortunio de cruzar caminos con un enemigo temible, por favor dioses... En la entrada del templo Kenzaburo silbo una melodía corta, supuse que era un llamado personal para la Shinobi Ayame. Con un nudo en la garganta esperé atenta para ver cómo el se preparaba para cruzar hasta el altar....¿Lo logro? En efecto eso hizo, vi con gran alivio como el habia sorteado el peligro de las ruinas. No pude evitar sentir una pequeña sensación de frustración, muy en el fondo sentía que estaba huyendo de las pruebas de Inari como una cobarde...odiaba pensar en eso. —ire con usted ahora—sentencie con firmeza, apretaba mis palmas como si rezará con gran fervor...decidí entrar. >>Incluso con una pierna rota no pienso abandonar mi misión aceptaría lo que fuese...el castigo o la bendición de Inari.
Shukusha [Natsu; Konoe; Rengo] Rengo se distrajo; a pesar de las palabras de Natsu quien lo atacó sin demasiada fuerza, así que Rengo esbozó una sonrisa —Deberías comer mejor; seguramente es eso, me han dolido más golpes estrellándome con un árbol —mencionó riendo para después atacarlo; pero fue en vano, Natsu había atacado con poca fuerza pero su velocidad fue superior para esquivar su ataque, siguió riendo al ver su torpeza al atacarlo —Necesitamos entrenar, ¿Habrá algo interesante en el Santuario? Después Konoe aprovechó aquel momento para atacar a Rengo, pero este bloqueó su ataque sin dificultad, mirándola con amabilidad —Nada en el mundo es más blando y débil que el agua, mas no hay nada como el agua para erosionar lo duro y fuerte — se alejó preparándose para el siguiente ataque de ambos. —¡Qué lo débil venza a lo fuerte y lo blando venza a lo duro! — sonrió hacia ambos —Es algo que todos conocen pero nadie practica. Contenido oculto Insane Yugen Rengo es nivel 3 Natsu y Konoe nivel 1 ¿Qué dados deben tirar? Tirar un dado de 15 caras. Este representará el ATAQUE Tirar un dado de 10 caras. Este representará la DEFENSA. (el dado de defensa nunca cambia) Tirar un dado de 5 caras. Este dado representa la SUERTE de tu personaje; si en el dado sale “4” o “5” se le sumarán +5 de ataque. Tirar un dado de 5 caras. Este dado representa un ESQUIVE de tu personaje; si en el dado sale “5” esquivarás el ataque de tu oponente Puntos de vida= 60 Natsu Konoe Rengo PV= 60 +4 ataque -1 suerte PV= 60 +3 defensa -2 suerte Fuerza= 7 Protección= 8 PV= 80 Ruinas [Misato; Kenzaburo] Kenzaburo brincó con una maestría digna de un veterano en solitario como él; llegó hasta el altar del templo sin ningún problema, mientras tanto Misató brincó pero le faltó un poco más para evitar las maderas frágiles, para después alejarse de Kenzaburo y así evitar caerse a un precipicio. Ayame no tardó en aparecer, miró a ambos; los dos se encontraban bien, Kenzaburo estaba en el viejo altar mientras Misato esperaba del mismo lado que Ayame. El altar era un sitio prácticamente destruido; pero la estatua de Inari se mantenía firme; a sus pies no había ofrendas, seguramente por el difícil acceso, además de que aquel sitio se había vuelto una especie de sitio sagrado, el cual se mantenía intacto por respeto a los monjes que murieron allí. Kenzaburo investigó un poco, encontrando a dos zorros de piedra uno a cada lado de Inari; uno sostenía en sus fauces una hoz para corte del arroz, una estatua típica, la hoz era de piedra al igual que el zorro. El otro sostenía una joya, a diferencia del otro, esta piedra era real y parecía valiosa; estaba llena de polvo, seguramente su costo era alto, posiblemente su historia sería interesante si alguien la supiera. Contenido oculto Kenzaburo ha encontrado un joya; puede tomarla o dejarla rapuma Kuno Vizard Santuario [Kuroki] La mujer lo observó con suma curiosidad, su sonrisa no se apagó, tampoco acrecentó; su mano aun en el hombro de Kuroki, firme y sin aparente acción de soltura —Buscas la leyenda de este sitio —dijo mirando al templo — Yo te la contaré, así mientras espero; verás, la leyenda trata sobre un niño que se acercó demasiado a un sitio por curiosidad; el muchacho se llamaba... —miró a Kuroki fijamente, se mantuvo así para después inclinarse un poco y así poder estar a su altura. —Kuroki — dijo con tranquilidad mientras Kawa miraba hacia otro lado, esquivando aquella situación —Si, si, un niño muy entrometido —apretó su agarre a su hombro — Indagó en temas que no debía indagar; vino a este templo irrumpiendo una plática muy importante —Pero Kuroki recordaba bien que Kawa no parecía hablar con ella, Kuroki no la había interrumpido, al menos no con Kawa —La leyenda contará la historia de como ese niño tan puro y bueno murió en un sitio tan pacífico, la leyenda contará que fue un sacrificio, creará nueva vida alrededor de un templo tan abandonado como este. El cual crecerá en creyentes bajo el nombre de su nuevo Dios — observó a Kuroki mientras acariciaba su cabeza con suavidad —Si, pobre niño tan curioso; era tan curioso que el mismo caminó hacia su muerte, si. Pues a quien he estado esperando es a ti —sonrió —Estás estorbando mucho y eso no puedo permitirlo. Lo soltó mientras se erguía. Contenido oculto Miró hacia Kawa, quien no tuvo más que mirarla con precaución —Elimínalo; demuestra que eres capaz de seguirme, veamos si en verdad eres alguien irremplazable como dices—Dijo la mujer recargándose en el arco torii. Kawa se acercó a Kuroki desenvainando su katana. Contenido oculto Gigavehl La pelea es inminente. Puedes intentar huir; pero hay dos personas involucradas para evitarlo, así que tus probabilidades se reducen. Si deseas huir lanza un dado de 20 caras. con 15 o más logras huir. Si no huyes recibes el primer ataque sin tu dado de defensa (sólo entrarían en juego tus puntos de atriburos) Si decides pelear: Kawa es nivel 3 Kuroki es nivel 2 Kawa Kuroki Ataque= 6 Defensa= 9 PV= 80 Ataque= 13 Protección= 2 PV= 80
Kuroki El ambiente llegó a su cumbre... Cuando la mujer empezó a relatar la leyenda del sitio. ¿Un... niño..? Ay... Carajo... Cuando mencionó mi nombre, era obvio que no podía evitar expresar shock como temor. ¿D-De dónde me conocía? ¿Sabría que soy un Minamoto? No... Decía que interrumpía algo. Pero cuando había arribado no parecía del todo eso... ¿verdad? Su agarre, su caricia me hacían congelarme en mi sitio, ¿estorbar? —¿Acaso es que nos hemos visto antes?—. Pregunté visiblemente tenso pero a la vez algo asustado. Luego le habló a Kawa, seguía sin conocerla de nada, pero sin pensarlo se levantó para desenvainar su katana. Gemí, haciendo lo mismo. —Esta bien... Esta bien... Afrontaré las consecuencias.
Natsu Gotho Esquivó al retroceder con parsimonía, sin perderlo de vista. Sin embargo el que la espada del viejo no dejase de palpitar comenzaba a inquietarlo un poco, como si algo a su alrededor estuviese realmente mal. Un total fastidio. Los lazos... La amistad, el cariño, no necesitaba nada de eso, aquello solo retrasaría el obtener poder, pero aún así había algo que estaba pasando por alto y ahí estaba el anciano como un insecto molesto, avisando como solía hacer. Observó a Rengo entre las pestañas, hablando de tal forma que nada parecía tener coherencia a oídos externos. —¿Quién está en el templo? —el fastidio salió impreso en su tosca voz. No volvió a atacar a Rengo, esperando una respuesta al volver la espada a su cintura, mirando de soslayo a Konoe. La ropa de Miko, sus creencias sobre la paz y la justicia. Sin percatarse, volvía a estar inmerso en sitios desagradables, con personas molestas. Ensimismado pestañeó, apartando su mirada de Suzumiya. La sacerdotisa dulce que lo invitó aquella noche, la sangre deslizando por la comisura de sus labios al ver a Mara por primera vez, el temor inexistente al asesinar aquella desconocida, el recibir un objeto maldito a cambio. Vivir con la muerte persiguiéndolo desde su más tierna edad. La invitación a pertenecer a los Taira. La ciudad imperial. —Rengo —murmuró casi como si existiese alguna comunicación visual. Los templos... Jamás le habían traído una buena noticia.
Misato Aoyama No logre llegar al otro lado; apenas estaba por dar otro paso el piso se tambaleó con un crujido aterrador, solo pude permanecer al otro lado mientras Kenzaburo lo superó con creces. Mi corazón sintió un deje de frustración por no haber podido superar aquella pequeña prueba, sentí lejos tener el perdón de los kami...pero tampoco sentía merecer algún castigo de su parte, debía agradecer que no fuese el crujido de mis huesos y un alarido de dolor los que hicieran eco en las ruinas. —¿Una joya? Aún destruido el templo guarda tesoros bien conservados—Dije observando el techo todo cubierto de suciedad y grietas— muy buena adquisición Kenzo. Al darme la vuelta cruce la mirada con Ayame, la Shinobi que nos acompañaba, había acudido al llamado del samurái para prestar su ayuda...por fortuna no serían requeridas. Al verla recordé la rabieta por haber tenido un desliz en Shizuoka y más cuando Kenzo esquivo su golpe al entrar a Chiryu...el orgullo podía entender lo que se sentía tenerlo herido. —Siento que ya he visto de momento mucho en este lugar...al menos me voy con el consuelo de no tener el desprecio de los dioses y —sostuve el frasco de perfume junto a las bolsa de ranas— un par de ranas venenosas junto a una valiosa herramienta que podría ser útil en un futuro. No sabía si tendría futuro en esta misión pero no me gustaba ahondar en pesimismo ni malos augurios. Acaricie el una vez más el Lalago...así como mi familia seguía viva confiaba en mi suerte para permanecerlo también. —Espero encontrar a Natsu y aclare si Takano le envío pero la verdad lo dudo....espero esté solo—Me acerque a la salida pero no sin antes avisar— Iré al santuario que está en las afueras, si gusta acompañarme a buscar a nuestra misteriosa emisaria imperial por supuesto estaría bien por mi. No me siento nada tranquila de tenerla cerca. Parti sin más dilación a las calles, con rumbo al santuario; no estaría tranquila hasta dar con Kuroki...no podíamos estar dispersos en ese momento.
Shukusha [Natsu; Konoe; Rengo] Rengo observó confundido a Natsu —¿No querías entrenar? — se giró hacia Konoe quien aun estaba preparada para el ataque, volvió la vista hacia Natsu, no sabía que hacer, como siempre le conflictuaba pensar en un plan en medio de otra actividad —También la curiosidad te llama ¿Verdad Natsu? A mi también. Miró su katana enfundada, no le gustaba visitar los templos, sintió las punzadas en la espalda y masajeó su cuello —Seguramente Konoe disfrutará ir al templo —dijo algo resignado —Si ambos quieren ir los acompañaré Contenido oculto Insane Yugen Fue un entrenamiento corto pero tienen 50 EXP y nadie resultó herido :3 Natsu Konoe Rengo PV= 60 +4 ataque -1 suerte PV= 60 +3 defensa -2 suerte Fuerza= 7 Protección= 8 PV= 80 Ruinas [Misato; Kenzaburo] Kenzaburo se mantuvo observando la joya mientras que Misato decidió seguir la pista que el mismo Kenzaburo le dió; Ayame la miró, iba a detenerla; pero no lo hizo, se giró hacia Kenzaburo cuando ella ya no estaba presente —Tú eres el líder de tu equipo, debes imponerte en la toma de decisiones. Por suerte ellos poseen pies sigilosos, creo que estás al mando de personas bastante útiles. Contenido oculto rapuma Santuario [Kuroki] La mujer negó mientras observaba como Kawa atacababa a Kuroki con fuerza; para después esquivar el ataque del chico el cual parecía ser sumamente fuerte; pues el aire alrededor de Kawa se sacudió. —No nos hemos visto antes; sólo estábamos destinados a conocernos el día de hoy —mencionó la mujer separándose del arco. Buscó en su ropa y sacó un papel rectangular, parecidos a los que usaba Rengo. Lo colocó en el arco con una sonrisa. Misato se acercó al templo, el sitio parecía ser testigo de una batalla; pues pasando el arco torii; podía distinguir una pelea debajo de los frondosos árboles de arce. Allí estaba Kuroki; peleando contra una niña con el mismo color de cabello que él. Justo en el arco, una mujer parecía estar observando tranquilamente el combate. Al sentir la presencia de Misato se giró. —Es el día de los curiosos ¿Cierto? — mencionó con una sonrisa —No des un paso mas o te arrepentirás. Contenido oculto Gigavehl Kuno Vizard Kuno, si decides acercarte tendrás que tirar un dado de 20 caras :3 Kawa Kuroki Ataque= 6 Defensa= 9 PV= 80 Ataque= 13 Protección= 2 PV= 59
Kuroki Hasta yo me sorprendí con la reverenda fuerza que estaba por darle a Kawa si no esquivaba mi ataque, claro, al habernos detenido en aquella casa había entrenado un poco más y había dado con una excelente forma de atacar de forma extremadamente agresiva pero poco defensiva, como fuese, era serio mientras escuchaba a la mujer. ¿Destino? ¡¿Destino?! ¿Pero esta loca de qué me hablaba? —Ya... Parece que mi sola presencia ya afecta a terceros ¿eh? Interesante—. Dije, esta vez serio y sin separar la vista de mi oponente, mas de reojo vi que colocaba un papel en uno de los pilares... eran... similares a los de Rengo. Todo este embrollo de rituales empezaba a incomodarme al punto de querer saber qué pasaba con todo eso. —¿Pero cómo sabías que iba a terminar aquí? Mi curiosidad es real, mas de las tantas posibilidades... ¿Como? ¿Cómo justo aquí?—. Pregunté, veridicamente intrigado cuando la mujer habló de nuevo, al desviar mi vista un instante me paralicé... Misato. ¡¿Qué hace aquí?! Ese simple instante hizo que Kawa aprovechara para dar una estacada el cual a duras penas eludí y me pasó a rozar, haciendome gemir. Defintivamente tenía que tomarmelo muy en serio. —¡¡No intervengas!! ¡Esto es personal! ¿Entiendes?—. Exclamé hacia Misato, casi que suplicándole que se largara de aquí. >>Toma en serio su advertencia, luego te explicaré—. Añadí como ultimo, mierda. De los momentos en que nadie debió verme ahora todo se me había ido al garete... ¡¿Cómo voy a explicar esto?! Gruñendo, aferré mi agarre en mi katana y me arrojé a atacar a Kawa.
Natsu Gotho La voz deleznable se deslizó por sus tímpanos como un chirrido incesante. Aquello no era más que una advertencia directa, recordando el último templo en donde vio a Rengo con la sangre esparcida sobre su cuerpo. —Olvídalo —atajó sin dar tregua a escuchar una idea contraria pese a ser él quien insistió en no permanecer ignorante, sin embargo... Si Rengo volvía a estar cerca de la muerte. Estiró la mano hasta la frente del chico, dando un pequeño zape en todo el centro sin perturbar su propio semblante ambivalente. Idiota. Se quedó en silencio por un momento al regresar su mano al costado de su cuerpo de forma desinteresada, pensando, hablando con la criatura sin incluir a Rengo en la conversación. Fue entonces que miró a Konoe. Si ella estaba con el mocoso, podía mantenerlo alejado de lo que sea que sucedía en el templo, confiarlo a la desconocida e ingenua mujer, sin embargo el volver a escuchar aquel demonio lo hizo entornar los ojos. No moverse indiscriminadamente. No perderse. No marcharse.
Contenido oculto Voy con la pelea para que esta acabe lo más rápido posible y no atrasar a los demás Santuario [Kuroki] La mujer sonrió observando a Misato mientras tomaba su decisión, después de giró ante la pelea —Digamos que estorbas en los planes de alguien— dijo tranquila mirando sus uñas, limpiándolas —Si tu sigues metiéndote en temas que no deberían interesarte, dañarás una estrategia diseñada hace ya muchos inviernos atrás. Y eso no puede pasar. Por eso mueres aquí y ahora. Se giró hacia Misato —Y si tú no das media vuelta y te marchas; seré yo quien te elimine, será tan fácil como aplastar una hoja seca Kawa volvió a atacar a Kuroki, sus ataques no eran tan fuertes como los de él pero eran constantes; en cambio su velocidad era formidable; seguía esquivando los ataque de Kuroki. Contenido oculto Gigavehl Kuno Vizard Giga te había puesto 80 pv pero eran 70 jajaja así que ya edité en este post. Kawa Kuroki Ataque= 6 Defensa= 9 PV= 80 Ataque= 13 Protección= 2 PV= 55
Kuroki Gruñí por lo bajo no solo por la agilidad de Kawa si no porque esta vez su ataque fue más contundente, haciendome gemir de dolor y destrozando en cierta parte mi ropa, chasque la lengua mientra suspiraba y me concentraba más. —¿Desde cuando alguien como yo estorba de dicha manera los planes de alguien? ¿Qué clase de peso tengo? Como sea, ninguno se va a detener, supongo—. Dije para volver a concentrarme. Vamos Kuroki, tienes que conseguirlo.
Santuario [Kuroki] La mujer negó mientras esperaba ahora en silencio. Kawa volvió a dirigir un ataque fuerte hacia Kuroki —Rengo, sabes demasiado— mencionó Kawa mientras trataba de esquivar el ataque; esta vez le fue imposible; Kuroki comenzaba a entender los movimientos evasivos de Kawa, haciendo un gran corte en su hombre haciéndola soltar un chillido de dolor. Contenido oculto Gigavehl Kawa Kuroki Ataque= 6 Defensa= 9 PV= 62 Ataque= 13 Protección= 2 PV= 45
Kuroki —Ya decía yo que ustedes son seguidores de Mara... Aún así, me sorprende que estén fuera de Tsu, supongo que ya sabían que vendría aquí. Por él... ¿no es así?—. Dije, tratando de eludir el ataque que esta vez venía con todo pero lo recibí a una brutalidad tal que terminé por quitarme las partes rotas del kimono, exponiendo mi desnudo torso ahora, mirando con furia a Kawa. >>Ustedes no llegarán a Rengo—. Setencié, mientras suspiraba profundamente. Mara, sabes que me llevo demasiado bien con Rengo, ¿de verdad me dejaras a mi suerte en este momento tan importante? ¿Justo cuando planeo ayudarlo de corazón en su causa? Contenido oculto Por lo que quieras Kuroki... esquiva eso, por favor...