Ceguera [Inuyasha&Kagome] Drabble

Puf, hace mil años (? que escribí algo pequeño de estos dos. No sé, se me vino a la mente, espero que les guste, recién salido del horno.

Título: Ceguera
Serie: InuYasha
Pareja: Inuyasha&Kagome
Summary: Parecía que siempre había estado ahí, pero la ceguera de un par de ojos abiertos es más común de lo que parece.
Advertencias: Me salió del alma(? , más que nada enfocado en sentimientos. Espero no estar rezagada con la pareja xD
Disclaimer: Inuyasha no es mío, pero disfruto escribiendo de él, todo lo hago sin fines de lucro, sólo satisfacción.


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Le gustaba mucho esa mirada, era tan carente que verla en un día en que las cosas no parecen ir exactamente bien era un gran incentivo. Sin duda, la mirada se sentía cotizada.


¿Qué estaba observando? Nada en especial, sólo a lo que estaba en su entorno. Qué bonito cielo, de saber que luciría tan azul abría abierto los ojos hace mucho tiempo.

Pasaba algo… sí, lo sentía en el fondo de su corazón, y era razón para dar motivo a seguir sin parpadear al menos por unos instantes más. Lo quería mucho, lo ansiaba y estaba deseosa de comprender qué más había.

¿Llegaría a tocarle? Seguramente no, era una locura pretender tocar los ojos de otra persona; por más hermosos que luzcan, no es algo que puedas palpar.

Sólo te permiten observarlos, y nada más… no sabía si era cosa de egoísmo o la razón de no causarle un daño.

En algún momento sintió como si fuera algo parecido a un espejo… que reflejaba la ternura que con ahínco se obstinaba en seguir enfrascada, saliendo cada cierto momento.

Las cejas se encorvaron y le hicieron cambiar de expresión.

Hoy era su día, en el que por fin liberada de cualquier complejo, había dedicado palabras dulces que no querían salir con facilidad.

Inuyasha tomó el papel con las dos enormes palabras escritas en él, y el rostro ruborizado de la chica dejó de parecer extraño a él y relajó sus facciones.

Parecía que siempre había estado ahí, pero la ceguera de un par de ojos abiertos es más
común de lo que parece, pues de nada sirve mirar todo si el cerebro no deja procesarlo cómo
es debido.

“Te amo” estaba escrito en la hoja, pero al escudriñar en la mirada de ella, fue capaz de verla también en sus ojos… y estaban tan gravadas, que nunca podrían borrarse.

Y el deseo fue mutuo, al momento en que el joven también anheló poder sentir los ojos de ella… aunque no hacía falta, porque la mano de Kagome tomó de su brazo y compartió un momento en que sus latidos sonaban junto con los suyos.

Muy al ritmo, muy perfectos… el día se nubló, y no dejó de ser una bella mañana.