Poético Cazador

C de Cazador
(Actividad días de abecedario)

El sol brilla con intensidad esta mañana de invierno, su luz atraviesa el follaje de los arboles haciendo un juego de sombras que parece arte por todo el basto y denso bosque.

En la distancia te observo, majestuoso guardián del bosque, tus astas reflejan tu belleza sin igual mientras bebes del arroyo. Pocas criaturas igualan tu gracia al deambular, al existir. Hermoso venado de cola blanca y astas magnificas.

Yo, por el contrario, un humano escondido entre las inertes y silenciosas plantas, no soy nada en comparación a ti, mis ropajes ocultan mi presencia ante tus ojos, mi respiración es lenta y profunda para que no me escuches, y en mis manos, un arma que dispara fuego, metal y muerte.

Me acerco con cautela de depredador, mientras más cerca este de ti más fácil será mi objetivo. Pero eres inteligente, escuchas mis pasos y sientes mi aroma, sin pensarlo, sin verlo presientes el peligro y corres a toda velocidad. Saltando entre las ramas y arbustos te alejas de mí.

Suspiro, no serás fácil.

Debo seguir cada uno de tus movimientos, si te alejas demasiado jamás podré hacerte mío. Después de varios minutos te detienes en un descampado. Resuello y jadeo agotado. Competir contra ti en una carrera es simplemente ridículo.

Pero ahora estamos una vez más en la misma situación. Esta vez no percibes mi presencia, estoy más lejos y el viento aleja mi olor de tu sensible olfato. No ves el peligro a tu alrededor, pastas inocentemente como es tu naturaleza.

No tengo alternativa debo acabar con tu existencia.

Respiro hondo y mi arma se apuntala en mi hombro con firmeza, retiro el seguro y mi dedo acaricia el gatillo. Cierro un ojo y alineo la mira contigo. Mis manos tiemblan por el cansancio, el frio y el hambre, si fallo no podré alcanzarte otra vez.

El movimiento de mi dedo libera el mecanismo, el martillo, la aguja y el detonante son los engranes de una muerte. Una explosión diminuta sucede dentro del arma y a una velocidad imperceptible un trozo de metal viaja por el aire. No puedes reaccionar, no lo puede oír, no lo puedes ver, no puedes escapar. La bala atraviesa tu cuello antes que te des cuenta, tu columna está destrozada.

Caes desplomado al instante.

En la distancia el humo de mi arma cubre mi semblante, no estoy feliz al arrebatar una vida con el simple movimiento de mi dedo. Ahora tengo que ver tus ojos cuando me acerque a ti, y me veras con inocencia mientras acabo con lo que te resta de vida.

Me acerco entonces.

Tiemblas, manchas el verde del pasto con tu roja sangre. Tus ojos oscuros me miran. Entiendo que no sabes lo que pasa, entiendo que tienes miedo, deseas escapar pero tu cuerpo no responde, entiendo que sufres.

Mi rifle ha hecho su trabajo, ahora mi cuchillo deja su cálida funda para terminar contigo. Caigo de rodillas a tu lado y con un rápido y rudo movimiento corto tu garganta. Una lágrima sale de mis ojos al cegar una vida de esta forma. Perdóname majestuoso guardián del bosque.

Tu muerte me dará vida.​