Caverna Témpera

La sensación de la victoria me sentaba muy bien, y observé a mi compañero un poco más animado que antes. —Tu tampoco lo has hecho mal Devan —le comenté y proseguí a seguirlo, mientras acariciaba a Kukupa y le daba una galleta de obsequio por el combate.
Primero Frogadier, luego Devan y por último mi persona y mis pokemon, ya estabamos afuera.

 

Mimi Honda

Tras abandonar la Torre de los Dragones puse pronto rumbo en dirección a la Caverna Témpera.

Si las indicaciones de Dex no estaban erradas, en el interior de la Caverna Témpera se hallaba un extraño portal hacia una realidad o submundo paralelo denominado Mundo Espejismo, donde era posible capturar pokémon de sexta generación. Me había tomado el tiempo en redactar una pequeña lista de los nuevos miembros que decidí incorporar a mi equipo cuando salí de la ducha.

Esperaba que pudiera encontrarlos allí.

Contenido oculto: Listita

Tyrunt
Espurr hembra
Espurr macho
Punkaboo

 

Orgen

De vuelta en la caverna me dirigía paso a ciudad témpera, donde combatiría y estaba esperanzado de hacer a mi equipo pokemon mas fuerte de lo que ya era. Con la ayuda de algunos fósforos y el olfato de Matuku, volvimos a la salida vislumbrando la ciudad y a las personas ajetreadas en su día a día. —Bueno amigo, de aquí a la torre. —le comenté a Matuku, mientras éste emocionado saltaba sobre mi hombro derecho.

 

Nikolah Cruz

Devan llegó a mi lado, montado en su Mightyena. Era gracioso porque Mightyena no era demasiado alto y Devan iba arrastrando los pies. Parecía como si él fuera un niño con uno de esos juguetes en los cuales te montas, pero tienes que moverte con los pies. La imagen era cómica. Ahogué una risita, y le hice señas para que me siguiera. Me adentré en la cueva con paso decidido.

La cueva estaba bastante, bastante oscura. Yo obviamente no veía en la oscuridad, así que bauticé mis primeros pasos en el lugar dándome en la frente con una estalactita que se encontraba bastante baja. Lancé un "Auch" que rebotó en toda la cueva. Eso hizo que soltara una pequeña risita traviesa, y empezara a conversar con mi propio eco. Era una conversación bastante interesante, la única porquería era que el eco repetía todo. ¿O era yo el que lo hacía? Me encogí de hombros, y seguí caminando, mientras me tropezaba en la oscuridad.

Contenido oculto

Morde

 

De nuevo estaba dentro de la Caverna Témpera. El lugar era tan oscuro como siempre, hasta el punto que Nikolah se golpeó, o eso parecía por su grito de dolor.

Saqué a Noibat de su Pokéball y dije:

— Será mejor que vayamos detrás de Noibat. Nos puede guiar y avisarnos si nos vamos a golpear... aunque prepara tus oídos.

Solo con recordar los chillidos que pegaba Noibat cuando quería me causaba dolor de oídos. Y eso que estaba callado en aquel momento...

 

Nikolah Cruz

— Será mejor que vayamos detrás de Noibat. Nos puede guiar y avisarnos si nos vamos a golpear... aunque prepara tus oídos.

— ¡Ok!— respondí alegre, y luego sentí que alguien me lamía la nuca.

Un escalofrío recorrió mi espalda, pero no de miedo, sino a algo parecido a cuando un hielo viaja por tu columna bajo tu remera. Me dí vuelta y no vi nada, así que me encogí de hombros y seguí adelante, aunque podía jurar que había escuchado una pequeña risita detrás mío.

 

Al parecer algo había perturbado a Noibat, porque en aquel momento se puso a chillar de forma violenta. Me había parecido escuchar algo riéndose, pero no logré adivinar qué era.

— ¡Noibat, cálmate! —grité en un intento por superar el volumen de ese chillido. Pero era inútil; con tanto ruido que estaba creando no era capaz de escucharme...

 

Nikolah Cruz

El Noibat de Devan se alteró, al parecer, pues comenzó a soltar una sarta de chillidos que perforaban mis oídos. Estar en una cueva lo hacía peor, pues todo hacía eco, e incluso algunos pedazos de estalactita comenzaron a caer, aunque apenas eran fragmentos que eran más una molestia que un peligro.

Me fui acercando lentamente, sonidos tranquilizantes, para intentar calmarlo, haciendo gestos con las manos. Nunca había tratado con un Noibat, pero se parecía mucho más a un niño asustado que a un pokémon salvaje. Pero estaba complicado hacer que me escuchara por encima de sus propios chillidos. Así que se me ocurrió una idea. Me puse cerca de él, y comencé a tocar un sonido tranquilizante con la armónica, casi como una nana. Lo suficientemente cerca como para que me escuchase por encima de sus chillidos, pero sin aturdirlo ni asustarlo más. Era difícil encontrar las notas entre tanto ruido, pues yo había aprendido de oído a tocar, y la teoría se me escapaba.

Pude notar por el rabillo del ojo como dos brillos azules y pálidos destellaban en la oscuridad. Pude notar como un pequeño Sableye se acercaba, mucho más pequeño de los que yo había visto antes. Este no debía tener más de treinta centímetros de alto, y se encontraba mascando unas gemas. Se acercó con los ojos brillando con la curiosidad de un niño, y se sentó al lado mío, al parecer, disfrutando del sonido de la armónica. Yo seguí tocando un poco más, pasando de la nana a algo más alegre, y pude notar como el Sableye se dejaba la gema en la boca y comenzaba a aplaudir emocionado. Luego se levantó y se trepó a mi espalda, y comenzó a hurgar en mi mochila. Yo no le presté demasiada atención, tampoco cuando agarró una pokéball sin querer y se atrapó a sí mismo. Tan solo seguí tocando. Al parecer, ahora tenía un nuevo amigo.

 

Cuando Nikolah se acercó con su armónica a Noibat y empezó a tocar, el murciélago se fue calmando poco a poco hasta que, finalmente se calmó. El problema vino cuando, poco después, se colgó del techo y se quedó dormido.

— Gracias por dormirlo —dije de forma irónica.

Intenté removerlo, pero estaba tan profundamente dormido que resultó imposible...

Contenido oculto

Es que me estoy imaginando a Noibat y muero de adorabilidad <3

 

Nikolah Cruz

Ignoré el comentario irónico de Devan, pues estaba concentrado en una pequeña roca redondeada que caminaba. No se había percatado de mi presencia, y tan solo seguía caminando, tranquila, despacio, con su pequeño apéndice rocoso en la cabeza. Era fascinante. Apenas podía verla, pero la silueta era suficiente para imaginarme varias cosas.

Me levanté y vi que Devan estaba intentando sacar a Noibat del techo, él cual se había dormido.

— Déjalo que duerma. Seguro que el pobre está exhausto de tanto chillar. Y las nanas funcionan sobremanera con los niños. Me sirvió bastante en ocasiones pasadas.— dije, con una sonrisa.— Mételo en la pokéball, al parecer tengo un nuevo amigo que puede guiarnos por aquí.

Dicho y hecho, saqué a Sableye de su pokéball, él cual de inmediato se sentó delante mío, con cara de expectación. Me lo quedé mirando unos segundos, e incliné la cabeza, movimiento que fue imitado por Sableye. Le dediqué una amplia sonrisa en la cual mostraba los dientes, y fue replicada a la perfección. Solté una carcajada, que fue imitada por Sableye en su extraña lengua. Le hice señas para que se encaramara a mis hombros, pero se terminó colgando de mi mochila. Sonreí y retomé la armónica, tocando un ritmo suave pero alegre, que Mimo pareció disfrutar.

>> De ahora en más, te vas a llamar Mimo.— le indiqué a mi nuevo amigo.— Ahora, ¿quieres ayudarnos a salir de esta cueva? No por dónde vinimos, obvio.— agregué, al ver que indicaba con su manita la entrada por donde habíamos ingresado.

Mimo pareció entender, pues asintió, y señaló hacia delante. Hacia delante sería, pues.

Contenido oculto

Ignoren el segundo dado, fue un error jeje...

 

Contenido oculto

¡El día de los Pokémon siendo adorables! :3

— Déjalo que duerma. Seguro que el pobre está exhausto de tanto chillar. Y las nanas funcionan sobremanera con los niños. Me sirvió bastante en ocasiones pasadas. Mételo en la pokéball, al parecer tengo un nuevo amigo que puede guiarnos por aquí.

Tenía razón; entre los chillidos y la armónica de Nikolah, Noibat debía estar agotado. Así que lo guardé en su Pokéball mientras observaba al Sableye que iba a hacer de guía. Imitaba cada movimiento de su entrenador y, en cierto modo, resultaba adorable a la par que siniestro.

La armónica, mientras tanto, seguía devolviéndome a un pasado al que no quería volver en aquel momento, así que decidí ignorar su sonido...

 

Nikolah Cruz

Sableye me iba guiando por cada paso, pero al parecer, me guiaba por el camino que él seguiría. Había una diferencia importante entre hacer que un pokémon de treinta centímetros de alto entrara por un agujero, y que un humano de un 1.89 metros cupiera en el mismo lugar. Hacía que hubo que hacer varios desvíos. Llamamos la atención de lo que parecía un Duskull, pero el pokémon tan solo nos dedicó una mirada aburrida, antes de seguir flotando por la cueva con su pose de anciano. Me preguntaba por qué había tantos pokémon fantasma en el lugar. Tal vez una horrible tragedia había ocurrido, y los espíritus de los que habían sufrido esa tragedia eran los pokémon que ahora pululaban la cueva. O tal vez el lugar tenía un aura negativa que atraía a las almas en pena.

Deje de tocar la armónica por unos segundos, y tomé a Mimo. Lo miré durante unos segundos. Parecía un niño, un niño pequeño. Y de pronto, se me ocurrió una idea. Agarré mi mochila, me la puse en el pecho, y puse a Mimo al medio, agarrado de mi mochila como si fuera uno de esos contenedores de bebés, que los padres suelen usar para llevar a sus hijos. Mimo parecía contento, pues no puso objeción. Se ve que disfrutaba de tener los pies y brazos colgando, sin tener que usarlos para mantenerse.

De esa manera, seguí por el camino que Mimo me indicaba, aunque parecía que Devan se había quedado atrás. Algo parecía haberle llamado la atención en la entrada de la cueva.

Contenido oculto

Te lo dejé ahí picando, tu turno (?
/SPOILER]

 

El ser guiado por un Sableye acarreaba un problema bastante grave: se metía por sitios en los que un humano no podía. Así que tocó perderse por el lugar en un intento por seguir al pequeño Pokémon siniestro. De algún modo, acabé en la entrada de la caverna... pero la que iba desde la ruta 304. Algo me llamó poderosamente la atención en ese lugar.

¿Un espejo? ¿Por qué había un espejo allí? Y lo más importante: ¿por qué estaba viendo cosas a través de él?

— Ven a ver esto —le dije a Nikolah. Tenía la sensación de que se podía pasar hacia el interior...

 

Nikolah Cruz

— Ven a ver esto.— indicó Devan, con un gesto.

Yo me acerqué curioso, y pude ver como lo que parecía un enorme espejo. Pero este espejo era extraño, pues no reflejaba el otro lado, ni al Ónix que acababa de surgir de improviso del suelo, al cuál no le presté un soberano pepino de atención. Extrañado, estiré la mano para tocarlo, y me fui acercando.

— ¿Qué es est...? ¡AHHHH!— grité, pues pensé que era más sólido el espejo.

Había puesto fuerza de más, y me había caído derecho al otro lado, con Mimo y todo.

 

Nikolah Cruz

Aparecí del otro lado del espejo, rodando en el suelo. Me levanté, me sacudí la tierra, escupí un par de piedras que había tragado, y me senté a esperar a qué Devan cruzara la puerta. O espejo. O espuerta. O puespejo. ¿Puertaespejo? Espejuerta. Tal vez puerpejo. Seguramente era puertajo. O esperta. Me quedé cavilando esos nombres durante bastante tiempo, con Fennekin, que había salido de su pokéball, y se había sentado a mi lado. Yo estaba completamente concentrado en encontrarle un nombre al extraño protal por el cuál acabábamos de cruzar.

 

Volví a atravesar el espejo y éste pareció desaparecer de mi vista, pues no lo volví a ver. Sin duda había sido una experiencia extraña, pero al mismo tiempo satisfactoria. Saqué a Noibat de su Pokéball para que volviera a hacer de guía; afortunadamente salió despierto, pero no sabía en qué momento iba a perder el control de nuevo, así que avisé a Nikolah:

— Prepara tus oídos, por si acaso.

 

El silencio pareció acrecentarse entonces, la oscuridad dentro de aquella cueva tan solo aplacada por la luz que se colaba a través de la entrada de la caverna no era suficiente para vislumbrar el interior, unos pasos más allá de donde Devan y Nikolah se encontraban. El silencio era hosco, poco halagüeño. Y entonces, se escuchó un sonido. Pisadas con lo que parecía ser las suelas de unas botas de tacón.

—Vaya... ¿es que ya no se puede tocar música tranquila sin que unos mocosos te molesten?

Las pisadas se oyeron más cercanas cada vez. Y entonces, iluminada tenuemente por la luz flamígera de un Rapidash apareció una chica que debía rondar los diecinueve años. Era alta, delgada, de facciones rudas y fruncía el ceño con fruición. Su cabello rojizo, salvaje y desordenado, recogido en dos coletas le conferían el aspecto de un Sandlash salvaje. Había una chispa desafiante en sus ojos verdes.

>>Estoy de muy mala leche, ¿sabéis?— soltó cruzada de brazos—. Mi novio me dejó y nadie compró entradas para nuestro concierto inaugural. ¡Incluso si tenemos todo lo necesario para ser el mejor grupo punk rock del universo! ¡Así que más os vale prepararos para ser aplastados!

Contenido oculto: Sana

Definitivamente era una chica joven. Y definitivamente tenía aspecto de cantante punk... incluso portaba una guitarra eléctrica atada al hombro por una suerte de correa. ¿Pero qué estaba haciendo allí?

—Oh, qué contrariedad.

Una sombra silenciosa, de andares misteriosos se acercó entonces y se colocó al lado de aquella joven tan estrafalaria. También era una chica, probablemente de su misma edad. Pero tenía el cabello liso y largo, morado. Un mechón del mismo le cubría un ojo —aunque el otro brillaba con cierto aire burlón, rojizo— y se veía mucho más tranquila y serena que su acompañante. Tenía una sonrisa gentil en los labios y un aura de templanza y serenidad.

—Parece que tendremos que darles una lección, Sana— sentenció con suavidad mientras un Haunter revoloteaba a su alrededor, acrecentando la atmósfera oscura que parecía rodearla.—Ardo en ansias de descubrir que tan buenos son los entrenadores de esta región.

Contenido oculto: Aya

La otra chica la miró de reojo.

—Vamos a destrozarlos.

—Juju... por supuesto.

¿Quiénes eran esas dos...? ¿Acaso... era momento de una batalla?

Contenido oculto

Aquí tenéis a las villanas (?)
Podéis hacer un cooperativo o elegir a una de las dos y darles duro por separado (???)
Suerte chicos <3

 

Nikolah Cruz

Incliné mi cabeza hacia un costado con la aparición de dos nuevas personas en la cueva. Eran bastante inusuales, y casi desparejas. Una parecía ruidosa, llevaba una guitarra en su espalda, y estaba enojada porque su novio la había dejado. Nunca había entendido por qué la gente se ponía así. A mí siempre la gente me dejaba, y no me enojaba. La otra parecía sacada de uno de esos clubes nocturnos en los cuales la gente se reúne a tomar y a escuchar como alguien relata poesía mientras toca los bongós. Tenían a su lado un Rapidash y un Haunter, y no parecían tener ganas de hacer amigos. Lo cual me decepcionó, pues parecían personas muy interesantes.

— ¡Hola! ¿También andan perdidas en la cueva? ¡Nosotros también! Acabamos de venir de un lugar bien chido, y atravesamos un espejo que nos llevó a una cueva súper enorme y súper rara, con pokémons que nunca había visto, y me pude hacer amigo de uno, aunque casi me arranca los tendones de la mano.— dije, y levanté la mano derecha, tanto para saludar efusivamente de mi forma habitual como para demostrar las profundas huellas que los dientes de Alicia habían dejado.— Si miran con atención, puede que hasta se me vea el hueso. Lo cual es grave, ¿pero qué se le va a hacer?

Me encogí de hombros y reí. Señalé hacia la joven con el Haunter.

>> Tú ve con la chica de pelo color berenjena, Devan. Se parece a ti, puede que hagan buenas migas.

Luego, concentré mi atención en la pelirroja.

— Tú habías dicho que eras de una banda, ¿no? ¡Eso es genial! Y creo que mencionaste punk rock, ¡yo sé algunas canciones! Obviamente, no sé tocar la guitarra como al parecer tú sabes, aunque me habían empezado a enseñar unos vagabundos, pero los desalojaron de dónde estaban y nunca más los volví a encontrar. Entonces solo sé tocar la armónica. Mira, te demostraré.

Dicho y hecho, saqué la armónica de mi mochila, y Mimo aprovechó para salir de su pokéball. Se puso al lado mío, e imitando todos mis movimientos, me acompañó en mi pequeño concierto improvisado.

Contenido oculto: Canción

No encontré una versión en armónica, así que imagínensela (?

 

De la nada aparecieron dos chicas de aspecto estrafalario y que parecían con ganas de pelear. Y sin embargo, Nikolah no estaba viendo eso último y se lo tuve que aclarar:

— Creo que no vienen de buenas.

Preparé entonces una Pokéball mientras esperaba a ver con qué salían...

 

Cuando Nikolah mostró la mano mordida los ojos de la chica de cabello morado parecieron destellar con interés. La otra, sin embargo, apartó asqueada la vista. Su rostro palideció. Se puso tan blanca que podría pasar por una hoja de papel.

—Qué asco, no me enseñes eso.

Aya por el contrario se llevó la mano al mentón.

—Interesante.

—¿Interesante?— replicó la otra con los ojos muy abiertos— Oh Arceus, como sea... ¡Vamos Rapidash, es hora de calcinar a este mocoso idiota que cree que puede tocar punk con una armónica!

El Rapidash que la acompañaba rascó el suelo con sus pezuñas y relinchó, molesto. Su crin de llamas pareció arder con más brío, iluminando con ella las paredes de la caverna. La otra chica por su parte caminó resueltamente hasta tomar posición frente a Devan.

—En lo absoluto—torció la afirmación del muchacho—. Venimos de buenas... ¿qué mejor intención que la de combatir? A mi me parece la mejor intención de todas, juju~.

Como si sus palabras fueran alguna especie de comando el Hauter que flotaba a su alrededor se colocó frente a Devan, listo para lanzarse al ataque en cualquier momento.


RAPIDASH: Fuego
Cuerpo llama: Si lo tocan con un ataque de contacto, el rival lanza un dado de cinco caras. Si sale uno se quema.
Salud: 130/130
Fuerza: 180
Resistencia: 150
Agilidad: 3/3 (105 de Velocidad)
Movimientos:
-Lanzallamas (75 Potencia, Fuego; el rival lanza un dado de 5 caras. Si sale 1, se quema) (Base 60,+15 STAB) (Usos: 3/3)
-Nitrocarga (40 Potencia, Fuego; restaura un punto de agilidad perdido (Base 30, STAB +150) (Usos: 2/2)
-Tóxico (Envenena gravemente) (Usos: 2/2)
-Placaje (40 Potencia, Normal) (Usos: 4/4)


HAUNTER: Fantasma/Veneno
Levitación: Inmune a ataques de tipo tierra.
Salud: 90/90
Fuerza: 165
Resistencia: 100
Agilidad: 3/3 (95 de Velocidad)
Movimientos:
-Puño fuego (50 Potencia, Fuego) (Usos: 3/3)
-Puño hielo (50 Potencia, Hielo) (Usos: 3/3)
-Bola Sombra (75 Potencia, Fantasma; el rival lanza un dado de cinco caras y si sale uno retrocede) (Base 60, +15 STAB)) (Usos: 5/5)
-Rencor (Anula los usos del movimiento anterior) (Usos: 1/1)