Casilleros

Tema en 'Planta baja' iniciado por Yugen, 9 Abril 2020.

  1.  
    Gigi Blanche

    Gigi Blanche Equipo administrativo Game Master

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    Kou 3.png

    Me aseguró que se encontraba bien y suspendió un silencio entre nosotros que sentí reflexivo. Su mirada se paseó por los alrededores, como si quisiera abordar un tópico específico o como si deseara continuar la conversación, pero no sabía de qué forma. ¿Debería echarle una mano? Podría hacerlo perfectamente, cualquier pregunta o comentario de rutina bastaría. Al final no hizo falta. Mencionó el proyecto que nos había tocado juntos antes, recordé súbitamente la máquina parlanchina que había sido el tal Atkinson dentro del coche y reprimí un suspiro. Era gracioso que ahora se suponía que fuese el espía de Riamu de esos dos.

    —Ya quedó hecho —resolví con calma, moví los pies y me detuve brevemente a su lado, en una señal silenciosa de que fuéramos subiendo juntos—. El viernes pasado hicimos la entrevista y durante el fin de semana la transcribí, sólo nos queda entregarlo.

    Se suponía que le regresara la pregunta, por supuesto. Giré el rostro hacia ella, y al hacerlo noté de soslayo algo que me hizo mirar sobre mi hombro. Kakeru estaba allí pero no había reparado en mi existencia, por lo que desistí al instante.

    —¿Ustedes?


    Kakeru 2.png

    Un poco me había acostumbrado a topar con Kohaku los últimos días. Inconscientemente lo busqué en el tren y a la salida de éste, y me decepcioné al no encontrar su cabeza en ningún lado. No me gustaba sentirme dependiente de ciertas personas, aún si al final del día era lo que acababa ocurriendo, y aún menos llegaría a verbalizar dichos deseos. Se suponía que éramos amigos, ¿no? ¿Por qué me costaba decirle algo tan simple como quedar en la estación?

    Había venido escuchando música y al entrar en los casilleros saqué el móvil del bolsillo para pausarla. Me estaba quitando los auriculares frente a mi casillero cuando una voz a mi costado captó mi atención.

    —Creo que se te cayó esto, ¿puede ser?

    Di con los ojos oliva de una de mis compañeras de clase. Era... Miller, si no recordaba mal. Me estaba extendiendo un paquete de pañuelitos descartables que, a decir verdad, sólo le quedaban dos a lo sumo, y uno de ellos ya estaba usado y hecho un bollo. Tenía la costumbre de guardarlos con los limpios cuando no se humedecían demasiado y no fui consciente de ello hasta que lo vi allí, en manos de alguien más. Me dio un poco de vergüenza y asentí, aceptando el objeto con una leve sonrisa. ¿Sería extraño?

    —Ah, sí, deben haberse caído cuando saqué el móvil —expliqué sin motivo aparente, regresándolos a mi bolsillo.

    Los auriculares me habían quedado parcialmente enrollados en torno a mi otra mano, Miller advirtió el detalle y se acercó un paso más.

    —¿Venías escuchando música? ¿Qué escuchabas? —indagó.

    La curiosidad le chispeaba en los ojos como a una cría de cinco años y no encontré motivos decentes para negarme a su solicitud. Le mostré la pantalla del móvil, donde salía el nombre de la canción y su artista: Let me down slowly, de Alec Benjamin.

    Uh, I know him! —exclamó, muy contenta, y el inglés repentino me pilló en frío—. Aunque no lo he oído mucho, sólo dos o tres canciones.

    —Yo igual, pero son pegadizas.

    —Sí, sí, he's very catchy. —Me analizó de forma concienzuda, detalle que me echó algo de nervios encima—. Te pega, en cierta forma. Tienes cara de pop-ish boy.

    Me estaba costando un poco seguirle el ritmo a la mezcla de idiomas, pero al oírla pensé de primera mano en el Papa y el Vaticano y se me debió notar el desconcierto. Ella arrugó el ceño, pensativa, y soltó una carcajada. Yo también usé ese tiempo de gracia para finalmente comprender a lo que se refería y se me aflojó una risa, más suave que la suya.

    Well, you look kinda popish too!

    —¿Lo tomo como un cumplido? —busqué saber, un poco más relajado, y ella asintió con energía.

    —Ya sabes, ser un poco sneaky no tiene nada de malo, pero la amabilidad también se subestima mucho. ¡Y con lo que cuesta a veces!

    La chica no me conocía de absolutamente nada, pero en cierta forma y desde su ignorancia la sentía genuina. Ensanché la sonrisa y asentí; más allá de la relación conmigo, creía que llevaba razón.

    —Deberíamos juntar a los papistas que escuchan pop del mundo —propuse—, seguro hacemos un lindo grupo.

    The pop-ish popish folks! You son of a bitch, I'm in.

    Me tomó un segundo extra relacionarla con el meme, y eso que hizo la seña con la mano y todo. Se me aflojó una risa divertida y el sacudón me destensó parte del cuerpo.

    —Está decidido, entonces.


    los dados dijeron que juntara a Abby y Kakeru y yo obedecí

    ahí quedan
     
    • Fangirl Fangirl x 2

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