A la primera ni entendía de que me hablaba con lo de que no era mi estilo pero me pegaba, hasta que apenas le dió por fluir a la corriente que servía en mi cabeza que lo asocié con el gorro, ese gorro que ni puta idea. Por un momento la confusión que traía en la cara por su culpa se había desvanecido para pasar por la contrariedad absoluta; la niñata le debería importar una mierda lo que me ponía en la cabeza, pero ahí estaba quejándose por su pelo y luego con un brillo divertido en los ojos, por lo que al terminar de desenredar los audifonos con la mala gana de siempre le escaneé de cuello a cabeza. —Lo tomé prestado —murmuré alzando los hombros como a quien poco le importa, dejando de verla—. Y dudo devolverlo. Lo curioso de toda la jodida movida era que ni recordaba que era suyo, solo solté las asquerosas palabras unas tras otras con toda la intención de que se pirara de ahí, espantada, o lo que fuese, porque parecía una pulga de aquí para allá desbordando de todo menos repudio por mi, o por cualquier otra mierda. Vaya estúpido inicio de día. —Y estuvimos a punto... o bueno, aún falta la nota y eso —llevó la mano tras la nuca, mostrándole la hilera de dientes. No era un misterio el hecho de que Kasun se colocaba un poco nervioso, notándose en cuanto sin perder su tinte de amabilidad de siempre le preguntó si quería subir con nosotros a clase, señalándonos en lo que Mason respondía mi pregunta. Sinceramente no mes esperaba una respuesta en la cual él hiciera una similitud con alguna otra cosa, por lo que me causó gracia lo objetivo que sonaba. Un soldadito, en pequeñito. La sonrisa sin tinte se me reflejó en el rostro, ladeando el mentón en la dirección de David; y es que bueno, lavándose las manos tan descaradamente en la primera oportunidad... —¿Y no crees que prefiera una compensación de su amigo de hace un año? —murmuré, dando con los orbes bicolor de ella en algún momento. Zoldryck retomó el caminar de nuevo a nuestra posición en lo que comenzaba a cerrar la conversación. No olvidaba el hecho de que había salido de mi boca las palabras, por lo que el asumir el enrrollo que me tiraba Mason, y de lo que era ajeno Zold al saber que con unas gracias para él bastarían, no dejaba de otra, y tampoco lo veía como un inconveniente el ser consecuente. >>Espero no decepcionar a la señorita entonces~
Pobre chico, lucía tan exasperado con mi mera presencia que, y que Dios me perdonara, era muy divertido. Lo vi desenredar los auriculares sin mucho cuidado y se me ocurrió una tontería. Tontería que solté, por supuesto, antes de darle tiempo a responderme el asunto anterior, porque así funcionaba mi cerebro. A su manera, quizá, ninguno de los dos tenía filtro. —En casa tengo sin usar unos audífonos inalámbricos, como estos pero un poco más viejos —le mencioné, dándole unos golpecitos a los que llevaba puestos, y sonreí muy entusiasmada—. Si quieres te los traigo, grumpy~ ¡Regalo anticipado de cumpleaños! O atrasado, ni idea. Luego volvimos al poderosisimo gorrito. Me reconoció que lo había tomado prestado pero que dudaba devolverlo, y la pequeña sonrisita divertida se me torció hacia un costado. —¿Hmm? ¿Y eso por qué? —seguí indagando, sumamente entretenida en esta estupidez de hacerme la imbécil.
Katrina estaba en su salsa con la atención de Kasun encima, como era normal, se le notaba en el cuerpo aunque también parecía que se estaba conteniendo a sí misma de preguntar algo, vete a saber el qué. Igual si estaba tensa de antes lo arrojó por la ventana, no fue especialmente notorio para nosotros si debía ser honesto, parecía la chica de siempre. —Nunca se sabe, igual y les hacen un milagro o algo —comentó ella, balanceando el maletín. Medio me hice el tonto con el comentario de Craig, si acaso me permití una risilla floja y seguí con la atención dividida entre él y el otro par, aunque el chico fue cerrando la conversación y Katrina básicamente le siguió los pasos, porque por muy inteligente que fuese también era una criatura de hábitos. Donde veía oportunidades solo las tomaba y tres potenciales víctimas eran una oferta que no desaprovecharía. —No la subestimes —concedí casi en voz baja y despegué la espalda de los casilleros, inclinándome un poco en dirección a Craig para hablarle más o menos en secreto—. Se aburre demasiado si tiene pocas opciones. Lo de que esperaba no decepcionar a la señorita me hizo estirar la sonrisa apenas y caminé hasta quedar en medio del pasillo, repasando a los chicos con la vista, luego a Katrina que pareció decirme con la mirada que era hora de que fuese cerrando la boca. Así lo hice, pues porque no tenía delirios de poder que probarle a nadie y esperé. —¿Y bien? ¿Vamos subiendo? —preguntó unos segundos después.
Era innegable el que por un momento me mostré más receptivo, aunque la mierda de mirada que me cargaba continuaba ahí, desconfiado, pero interesado porque era una porquería estar comprando audifonos cada que se me dañaban por el cable, primero dejaba de sonar uno y luego el otro. Qué hartera. Miré tras ella los estudiantes pasar porque no quería verla a ella directamente. —Como si los fueras a dar de gratis —escupí, regresando las pupilas carmín al móvil que me saqué del bolsillo, buscando en la lista de reproducción a Eminem, volviendo a escucharla retomar el tema del gorro—. Porque el clima anda jodido, no seas idiota. Y es que era obvio, ni que tuviese cara de andar comprando gorros maricas, y fue entonces que cerré el casillero, dando play en la pantalla táctil, colocándome primero el audifono derecho. >>Cuando quieras hacer un trueque por tus audifonos me hablas —murmuré, afianzando la mochila—, puedo hasta darte este feo gorro a cambio.
Mi predicción había sido que me rechazaría de plano, pero en vez de eso ¡hizo algo muchísimo peor! Fruncí el ceño al instante apenas escucharlo, solté el aire por la nariz y lo señalé, incluso si él ya había puesto su atención en el móvil. —¡Oye! No seas grosero, no tengo ninguna segunda intención. Era bastante irónico decirle que no fuera grosero precisamente a este chico, que soltaba una palabrota cada tres. Soltó algo de un trueque, suponía que desde su perspectiva tenía bastante sentido. No contaba, claro, con que estuviera ofreciéndome algo mío por... otra cosa mía. Saberlo me quitó la molestia de encima y dibujó una sonrisita en mi rostro, como si me anduviera revolcando en una broma interna. —¿Feo? Yo creo que está bastante cute. —Me incliné suavemente hacia él, hasta invadir su espacio pero sin tocarlo, y bajé el tono de voz—: By the way, ¿te dije que ese gorro es mío~?
Me di cuenta que frunció el ceño en algún momento, haciéndome murmurar un "¿ah?", medio confundido por el comportamiento cambiante. Dizque grosero y todo me llamaba la insolente. Le ignoré lo siguiente, no es como si fuese a creerle lo que decía solo por decirlo, siendo una niñata que apenas y conocía. Bloqueé el móvil, echándolo al bolsillo del pantalón escolar luego de afianzar la mochila, porque ya no faltaba nada para el timbre, y ya bastante llevaba llegando tarde en esta porquería de instituto, pero cuándo la niñata se sonrió con algo que no logré descifrar me quedé ahí, acentuando el ceño fruncido, sin moverme un ápice pese a que ingreso a mi clara burbuja personal, con toda la intención de gruñirle hasta que soltó lo segundo. By the way, ¿te dije que ese gorro es mío~? Sentí las putas mejillas calientes. Tanto así que me obligué a no mirar hacia otro lado para no verme como un jodido idiota. —Qué va —murmuré, sin quitarle la mirada de encima, y se me trabó la puta lengua, recordando el día en que ésta se coló al baño equivocado, iba con un... con un gorrito, un gorrito que podía ser perfectamente éste. Mi cara continuó con las jodidas facciones tensas, siseando en lo que estaba por abrir la boca, interrumpiendome el timbre de clases, apareciendo Katherin entre la multitud. A veces era tan conveniente el tenerla cerca. Se me abalanzó en el brazo. —Ey, Hal, vamos tarde —saludó a Abby con la amabilidad de siempre—. Disculpa que te lo robe, pero lo necesito para excursarme con la profesora sobre la no entrega del proyecto — se le notaba el afán en la voz, dejándome llevar por el pasillo para dejar a la otra atrás. En lo que comenzabamos a subir las escaleras la escuché reír con suavidad, soltándome ya el antebrazo. —Me debes una, Alek~ Mira que ponerte tan rojo... que vergüenza ajena. >>Cállate.
La verdad, no sabía si quejarme o no. No, no, corrijo: no sabía si tenía derecho a quejarme o no; quejarme iba a quejarme anyway, por supuesto. Me encantaba que se anotaran señoritas al club, eso podía verlo hasta un ciego, pero ¿a que estaba teniendo mala suerte con... bueno, las señoritas en específico? ¿Por qué las dos nuevas, que encima eran nuevas en la escuela de por sí, me miraban como si tuviera los peores pecados de mi alma pegados en la cara? Tsk, tsk, no lo entendía. ¡Era una injusticia! Pero mira, Dios le daba sus batallas a sus mejores soldados, ¿no? ¡Tenía sentido! Estaba de buen humor, pese a todo; como casi siempre, bah. ¿Joey de mal humor? Posible, no mucho, pero posible y desafortunado. Not this time, tho! Alcancé los casilleros con ritmo liviano y una sonrisa casual pegada al rostro, pero antes de encarar hacia tercero identifiqué a una de las pocas señoritas que (aparentemente y según recordaba) me toleraban hoy día. Mi sonrisa se ensanchó y fui donde ella, quien estaba ya cerrando su casillero en la hilera de segundo. Era difícil leerla, por supuesto, pero había algo en su seriedad ligeramente distinto a lo usual. O al menos así me parecía a mí. —Mira Blee, yo te quiero tal y como eres, ¿pero no te parece que me dejaste un poco abandonado? —Le puse ojos de cachorro al instante, ella me observó de soslayo y ladeé la cabeza, apoyando el hombro en los casilleros—. ¿Ni un poquitito? La vi tomar aire, soltarlo por la nariz y fabricarse una sonrisa para dedicármela. Repasó ligeramente mis facciones y se encogió de hombros, sosteniendo algunos libros encima de sus piernas. —¿Me dejas opciones, acaso? —Por supuesto que no. Una sonrisa amplia me descubrió la dentadura, a ella se le contagió apenitas y me di por servido. Lo noté, ella notó que lo noté y desvió la mirada, regresando a la seriedad de antes. Vamos, se hacía la dura y por nada. —¿Todo bien, entonces? —insistí, recibiendo sus ojos otra vez. La luz opaca de afuera incidía sobre ellos y volvía al celeste aún más grisáceo—. Hace, como, una eternidad que no hablamos, ¿no? —Ha estado... algo complejo —reconoció en un murmullo, separando una mano de sus libros para acomodarse el cabello tras la oreja—. Pero también ha estado peor, así que no pasa nada. Me hacía a la idea de que insistir con Bleke era una causa perdida, de por sí significaba bastante que hubiese soltado esa información tan escasa. Reajusté ligeramente la posición, como si una incomodidad repentina me hubiera reptado por las piernas, y me pensé la respuesta. —I see. —Fruncí apenas el ceño, sopesando las posibilidades, y renové la sonrisa—. ¿Y si este humilde campesino te invita a un zumito de la máquina ayudaría en algo? No solía ser precisamente generoso, pero era Blee y andaba de buen humor. La chica pestañeó y acabó por ceder, obsequiándome una sonrisa que, aunque pequeña, lució bastante sincera. —Está bien. Pero vamos a que te cambies los zapatos, que si te dejo te los olvidas puestos. Contenido oculto pos nada, ahí quedan los niños al servicio de la COMMUNITY
Sonreí un poco al entrar al instituto, era algo extraño que anduviera con buen humor, ya que, habían días que me levantaba sin ganas de saber de la vida de los demás, cosa que agradecía por que no quería ser mala onda con nadie en estos momentos. Avance como si nada y, si habían personas a mi alrededor no me importo mirar, ya que, estaba demasiado concentrada escuchando algunos sonidos que había aprendido tocar ayer en el piano después de haber salido de aquí. No me di cuenta en que momento llegue a mi casillero, así que solo me dispuse a meter cosas y al mismo tiempo sacar lo que necesitaba, cambie algunas cosas que urgían hacerlo. Me quede unos momentos con el casillero abierto, repitiendo los sonidos una vez mas, talvez en el receso me pasaría por la sala de música a ver si me salían, después de todo tenia un buen oído musical, aunque desarrollarlo me costo muchísimo, pero como yo era yo, y nunca me rendiría sin haberlo logrado, llego el día en el que todo fue diferente y hasta ahora escuchar estos tipos de sonidos me ayudaban mucho, y como ya me sabia los sonidos de cada nota musical. Pues para mi, ya era algo fácil. —Llegara el momento en que te robaran, por ser tan despistada Fiorella. Casi doy un grito, por la impresión y por el susto, no había sentido a nadie acercándose. Levante mi vista y la fije en Adara, ella esta con unos de mis auriculares en la mano y no tengo ni la menor idea en que momento me los quito, alce una ceja al mismo tiempo que la miraba como si ella estuviera loca, ¡casi me mata del susto!. —Realmente me sorprendo al ver como te pierdes escuchando esto —la mire entrecerrando los ojos, mirando como ella alzaba los auriculares—. Y el pelo te acompaña ¿sabes?, deberías de cortártelo. Realmente ella se estaba volviendo loca, vea que recomendarme cortarme el pelo era el peor consejo que alguien me podía dar, por nada del mundo me lo cortaría. —Estas loca ¿no? —casi grite—. No soy como tu, no me ando cortando el pelo por diversión —casi me dio ganas de reir, pude ver el destello de frialdad en su ojos, algo que nunca cambiaba en ella. —No grites —susurro—. Podemos hablar como personas civilizadas. La mire. —Contigo no se puede hablar como personas civilizadas, Adara —puntualice—. Pero dejando atrás ese tema, quería hacerte una propuesta —ella alzo una ceja haciéndome señas que continuara—. ¿Quería saber si te querías unir al club de música?. —Al club de música?. —Si, el líder es muy simpático, para decir verdad y puede que te caiga bien —Adara me miro con rareza—. ¿Que?. —No nada, me sorprende que alguien para ti sea simpático —me miro por un momento, para después llevar su vista al frente—. Pero no lo se, ayer me inscribí al club de fotografía. Me imaginaba, ella no iba a tardar mucho en unirse, a ese club. —¿Enserio?. —Aja. —¿Y que tal?, ¿Cómo te fue?. —Si quieres saber si el líder es simpático como el tuyo, no lo se, apenas pase unas cuantas palabras con el y tengo muchas para describirlo menos la palabra simpático, esa si no existió en mi mente. Alce una ceja, entonces ella se despejo de casillero y avanzo por los pasillos pero antes de hacerlo se giro. —Si deseo unirme, te estaré avisando roja. Nos vemos —alzo la mano en forma de despedida. Me alegro haberla saludo, pero conversar con Adara era lo mas difícil que podía existir.
Era una verdadera suerte que me hubiese tocado un grupo de proyecto tan diligente como el que me había acabado tocando, pues terminamos el trabajo lo suficientemente rápido como para poder revisarlo las veces necesarias antes de entregarlo; también nos permitió entregárselo al profesor puntualmente, claro. En definitiva, sirvió para aliviar un poco la carga que ya de por sí era hacer aquel proyecto, y me permitió tomarme con algo más de calma la espera de las notas. Habíamos hecho un buen trabajo, ¿cierto? No había manera de que no tuviésemos una nota decente después de todo, estaba segura de ello. Sea como fuere, había decidido no preocuparme demasiado por ello hasta que las notas no estuviesen realmente colgadas, ya que no tenía mucho sentido pasarlo mal por algo que ya escapaba completamente de mi control y de verdad que necesitaba tomarme la escuela con un poquito más de calma, como hacían Kashya, su hermano o el propio Fred. Así pues, incluso si afuera hacía algo de mal tiempo aquel día, yo llegué a la academia con un humor bastante bueno. Eché un vistazo a mi alrededor en cuanto alcancé mi casillero, distinguiendo no muy lejos de mi posición la figura de Bleke con... ¿Joey? ¡Síp, ese era Joey! Ah, cierto, Kashya me había contado que esos dos, curiosamente, se conocían. Sopesé la posibilidad de acercarme a saludarlos, pero después de un rato me di cuenta de que me daba demasiado vergüenza irrumpir entre los dos, así que lo dejé pasar y simplemente seguí a lo mío haciendo el cambio de zapatos. Contenido oculto dejo a esta pendeja por aquí para uso comunitario as well, y un tiempo de cortesía antes de empezar a caerle a la gente a la fuerza (????
Podría decirse que lo del trabajo como tal había salido bastante bien, quizá mejor de lo que había premeditado con anterioridad al haber creído que terminaría haciendo todo sola, y colocando alguna queja sobre el grupo para que se hicieran aparte a hacer nada, equivocándome gratamente, -algo que no aceptaría abiertamente-. No era orgullo, más bien era aún la incredulidad de que las personas designadas tuviesen interés en hacer deberes, y hacerlos bien hechos. Por otra parte, la notica de Zoldryck sobre su buena nota me había llenado de tranquilidad, al ser testigo y vigilante de que siguiese estudiando lo necesario. Más de las horas necesarias... pero había valido la pena el impulsarlo a ello. Abrí el casillero, haciendo el cambio de calzado y sujetando una de las ligas que dejaba dentro, comenzando a atarme el cabello en una coleta alta, en lo que el apoyo de un mentón sobre mi hombro me hizo sonreír ligeramente, porque a distancia reconocía la colonia masculina que me recordaba el aroma de la madera. —Buenos días, Gen, ¿me has extrañado? Detuve el movimiento del cabello, quedando con la izquierda sujetando la coleta y la derecha cerrando el casillero. —Un poco, sí. Sentí la sonrisa sin verlo en realidad, aquella mofa que solía decorarle el rostro. —¿Será?~ Retiró el peso luego de un rato, aprovechando entonces su distancia para terminar el peinado en mis hebras, girándome luego hacia él, con la mochila al hombro. >>Sabes que sí, Zeld. Contenido oculto Y como todo mundo, dejo a dos más acá
Un nuevo días mas para estar con los ánimos altos, a decir verdad no había día que yo no estuviera feliz, después de todo tenia una familia que hacia todo lo posible para que yo, estuviera bien físicamente y emocional, y eso ya era algo que me alegraba el día. Tal como lo hacia cuando jugaba basquetbol, era mi deporte favorito y era algo que disfrutaba mucho. Era algo que me apasionaba, mas que cualquier cosa en esta vida aunque no podía dejar de un lado la lectura. Y ahora que lo pensaba bien, tenia muchas ganas de unirme al club de lectura, pero como no conocía a nadie, me tocaba buscar al líder cuando tenga algún tiempo. Y si no me faya la memoria, cuando conocí a Emily hable con ella algo de ese tema, talvez tenia suerte y la encontraría por aquí. Solo tocaba ver si la suerte esta vez estaba a mi lado. Camine por los casilleros y pare cuando encontré el mío, sonreí un poco y guarde lo que había traído de mas, cosa que al terminar y cerrar mi casillero, reconocí una figura no muy lejos de donde yo estaba. Y si mi mente y mis ojos no me traccionaba era Emily, estaba cambiándose de zapatos. Así que me dispuse a caminar hacia ella, y sonreí un poco a posicionarme a su lado, solo esperaba no asustarla. —Hola, Emily. Contenido oculto Holi por aquí te dejo a la niña uwu Amane
Era realmente curioso, a decir verdad, lo mucho que podía cambiar la experiencia de hacer un trabajo escolar cuando el mismo no se basaba en ser simplemente un reporte escrito. A mí me daba bastante igual, honestamente, pues siempre había hecho los trabajos escritos y me había ido realmente bien, pero... hubo algo especial en aquellas reuniones; algo que me hizo empezar a entender por qué Emily se esforzaba tanto en hacerse amiga de todo el mundo. Entregamos el vídeo editado sin mayor inconveniente y ahora solo quedaba esperar a que nos diesen los resultados, aunque tenía plena confianza de que íbamos a tener una buena nota en general; Kenneth también había entregado a tiempo su proyecto, por cierto, algo que de alguna manera también lograba aliviarme. Así pues, aquella mañana llegué a la Academia con la tranquilidad de siempre, saludé a Emily a la pasada y me encontré una mini-reunión inesperada cerca de mi propio casillero, imposible de ignorar hasta para mí. —Blee, buenos días —le dije a la muchacha, con el mismo tono suave que utilizaba siempre, y deslicé la mirada hacia su acompañante no mucho después—. Joey. ¿Qué tal estáis? Mientras me dedicaba a mi propio cambio de zapatos, tal y como había decidido hacer, noté la presencia de Kashya entrando a la Academia y dirigiéndose a su casillero, por lo que pude incorporarme a tiempo para devolverle el saludo que me dirigió. No era que ella hubiese hecho alguna clase de sonido como para diferenciarla del resto de alumnos, ni mucho menos, pero parecía que había desarrollado alguna especie de radar que conseguía pillarla cuando estaba cerca de mí incluso si no pronunciaba palabra alguna... como solía hacer, por otro lado. Me quedé algo atenta de su camino, por pura inercia más que otra cosa, y se me formó una especie de sonrisa divertida al notar que, justamente, comenzaba a hablarle a Bleke y Joey. Esa interacción podía llegar a ser muy curiosa, sobre todo teniendo en cuenta que a la primera sí la consideraba su amiga pero al segundo... bueno, digamos que era complicado. Aun así, decidí que no era correcto cotillear de esa manera, y de todas formas, justo en ese instante me di cuenta de que alguien más había llegado a mi lado. —Ah, Isla-chan, buenos días~ —saludé, sonriente, una vez giré el torso para poder saber de quién se trataba—. ¿Qué tal todo? ¿Te estás adaptando bien a la escuela?
Sonreí un poco cuando me acerque a Emily, una chica se había pasado a saludarla cosa que me di cuenta, que ella devolvió, aunque claro estaba no conocía a nadie en esta academia, y no era algo que me ponía mal, sabia que después empezaría a conocer personas. Me aleje de mis pensamientos, cuando escuche su voz. Sonreí ante el saludo. —Muy bien, adaptando, adaptando no, creo me falta conocer muchas cosas por aquí —sonreí desviando la mirada—. Pero se que solo me costara unos días, y ya sabré donde queda cada lugar, por ejemplo la biblioteca —murmure ladeando la cabeza—. Y por eso, ¿quería saber si conoces quien es el líder del club de lectura?
Aboqué toda mi atención a la chica en cuanto esta comenzó a responderme a la pregunta que le había hecho, correspondiéndole al mismo tiempo a la sonrisa que también me había dedicado, y fui asintiendo con la cabeza de vez en cuando para hacerle ver que estaba atendiendo a sus palabras. Podía entender lo que decía, al fin y al cabo no era tarea sencilla acomodarse a una nueva escuela, y menos con el curso ya tan adelantado. —¡Lo importante es tener buena actitud! —exclamé, ampliando apenas la sonrisa al pronunciar las palabras, y levanté el brazo levemente con el puño cerrado para hacerle una señal de ánimo con el mismo. Luego siguió contándome sobre lo que tenía interés en conocer de la academia, a lo que pude volver a suavizar las expresión y relajar la postura para seguir con el tono casual de antes. >>La biblioteca está en este pasillo, justo entrando. Es de lo primero que se ve, no tiene pérdida~ —le expliqué, girando el torso hacia dicho pasillo y señalé con el dedo el interior del mismo, volviendo la vista hacia ella un segundo después—. En cuanto a la líder del club de lectura... no sé exactamente quién es, pero conozco a algunas miembros. Durante el receso quizás puedas buscarlas en la biblioteca misma, y si quieres, te puedo ayudar a encontrarlas~
Mientras le iba respondiendo a su pregunta, note que asentía en todo lo que decía, hasta que ya hube respondido a la pregunta que me había hecho, sonreí un poco al ver su exclamación con emotivismo, ella realmente era una chica que resplandecía por todos su poros de alegría y algo como aquello era algo que realmente me alegraba muchísimo. Me de dique a observarla hasta que me respondió la pregunta que le había hecho, solo asentí cuando me mostro por el pasillo donde quedaba la biblioteca, entonces si era algo así eso quería decir que en verdad no había perdedero, cosa que agradecía. Sonríe con agradecimiento por la explicación y, los detalles que me había dado como llegar al lugar que quería. Me encontré con su mirada cuando volvió a verme, después de haberme explicado todo, bueno yo aun seguía con la sonrisa pintada rostro. Asentí cuando me dijo que no sabia quien era exactamente la líder del club. —Gracias, por la explicación de antes —murmure ladeando la cabeza—. En cuanto a las que son miembro de club y ayudarme a encontrarlas, por mi no hay problema —sonreí—. Tu solo dime donde te espero, y allí estaré. Solo espero no interrumpir ningún plan que tengas para el receso.
No llegamos muy lejos, realmente, apenas Blee me instó a dar la vuelta para dirigirnos a tercero tuvimos que detenernos. Una de las chicas del club de lectura había aparecido ante nosotros, tan silenciosa como un auténtico fantasma, y pensé que... bueno, las pintas le pegaban. Blee despegó las manos de mis hombros y se colocó a mi lado, dedicándole una sonrisa a la recién llegada. —Buen día, Kashya —le respondió, ayudándome a refrescar su nombre. Luego el fantasmita se dirigió a mí y alcé las cejas, sorprendido. Me señalé con el índice y miré a Bleke, luego de regreso a Kashya. ¿Cómo sabía mi nombre? —Vaya, se ve que soy más famoso de lo que pensaba~ —bromeé, en tono liviano—. ¡Muy bien! Afuera está un poco feo pero nada que arrancar el día con buen pie no solucione, ¿verdad? En especial si me encuentro a... ¡dos tercios del flamante club de lectura! —¿Qué tal estás tú, Kashya? —agregó Blee unos segundos después de mi monólogo innecesario.
La indicación que le di sobre la biblioteca pareció alegrar especialmente a la chica, lo que acabó por sacarme una expresión algo más divertida al relacionarla, casi sin poder evitarlo realmente, con Kashya y su tendencia a siempre buscar el sitio más parecido a una biblioteca en cualquier estancia en la que estuviésemos. Quizás no conociese tanto a la chica que tenía delante de mí, pero eso no me impidió tener la certeza de que se iba a llevar relativamente bien con el resto del club de lectura. Sin embargo, a medida que la chica seguía hablando, empecé a notar una sensación extraña en el pecho y me quedé paralizada un par de segundos, hasta que finalmente se me iluminaron las neuronas y caí en que estábamos a jueves, lo que significaba que tenía una cita para almorzar con Anna y los demás. Honestamente, entre el proyecto y todo lo demás, se me había olvidado por completo, y si bien siempre solía traer algo de comida extra por si acaso, no sabía si iba a ser suficiente como para cubrir el desliza que había tenido. —¡Lo siento, Isla-chan! —exclamé después de un rato, volviendo en mí, y sentí como mis mejillas empezaban a colorearse—. Acabo de recordar que hoy sí tengo planes para el receso. ¡Pero mi amiga seguramente no! Seguramente iba a pasar el receso en la biblioteca de todas formas, así que puedo hablar con ella para que se reúna contigo y te ayude con lo que haga falta. Además, ella está en el club y sabrá mucho mejor que yo cualquier cosa relacionada al mismo. Solo esperaba que los otros no se molestasen mucho por mi equivocación y consecuente falta de bentos para todos... Contenido oculto hey so, me recordaron que sí que tenía a emi ocupada este receso ehe sooo si quieres, por no dejarte colgada, en el receso puedo caerte con ka-chan para lo del club y tal; solo si quieres, anyway, ya me vas diciendo uwu Al parecer, ambos habían tenido intención de alejarse de los casilleros justo antes de que yo apareciese, hablándoles e interrumpiendo así aquel plan inicial. Lo cierto es que no me percaté de ello hasta ese momento, en el que simplemente resultó algo demasiado obvio a la vista, pero tampoco mostré demasiada preocupación por haberles interrumpido, la verdad. Bleke me correspondió al saludo sin mayor problema, detalle que reforzó mi despreocupación al respecto, y después pude notar como Joey se sorprendía por el hecho de que lo conociese. Quizás no se había parado a pensar nunca en ello, ni idea, pero para mí lo raro hubiese sido no conocerlo, entre Jez, Emily, y, desde hacía poco, Kenneth; casi que parecía destinada a tenerlo orbitando cerca de mi círculo, más bien. —En realidad te has encontrado con la mitad, ahora somos cuatro en el club —acoté con tono neutral, simplemente por querer que la información que tuviese al respecto fuese adecuada, y volví a centrar mi atención en Blee cuando tomó la palabra tras el mini-monólogo del chico—. Todo bien, también. Este tiempo no me molesta. Tras decir aquello, sin cambiar una pizca mi tono de voz o expresión, volví a girarme hacia mi casillero para realizar el cambio de zapatos, y una vez terminé, repetí el movimiento giratorio para recuperar la posición de antes, mirándolos. >>¿Os acompaño arriba?
La sorpresa de Joey fue un poco graciosa y me recordó cuánta pista solían perderle los extrovertidos a las personas que no eran como ellos. El chico, en particular, se asemejaba a un torbellino de energía; era difícil que pasara desapercibido. Con todo, me dio un poco de ternura y lo dejé hablar hasta que dejó un huequito de silencio. La aclaración de Kashya me hizo parpadear. Llevaba un tiempo sin aparecerme en el club por diversos asuntos, ¿habría habido modificaciones? Cierto era que la presidenta no hacía mucho acto de presencia, ¿se habría ido definitivamente? —¡Ah! —exclamó Joey tras pensar un poco, lucía contento—. Morgan, ¿cierto? Había olvidado que se unió también. Vaya, arruinó todo el aesthetic, ¿cómo se atreve? En cuanto Kashya mencionó el clima, deslicé la mirada afuera y tomé aire por la nariz. No tenía preferencias demasiado marcadas en cuanto a eso, pero... quizá me hubiera venido bien algo de sol, sí. —Claro. —Le sonreí a la chica al ofrecernos subir juntos y miré a Wickham, quien se había quedado muy quietito esperando—. Tus zapatos, Joey. El muchacho dio un respingo y prácticamente salió corriendo hacia las taquillas de tercero. La tontería me hizo sonreír un poco, fui junto a Kashya y caminamos sin prisa hacia el pasillo. En cuanto llegamos, Joey ya nos había alcanzado. Lucía algo agitado, ¿para qué se había apurado tanto? —Bueno, señoritas —murmuró, haciéndose el caballero pese a ello, y ejecutó una reverencia frente a nosotras—, ¿las escorto hasta su clase~? Contenido oculto no sé si tendrás tiempo a postear again bebi, so podemos asumir que subieron juntos y ya uwu
Aun seguía sonriendo cuando termine de hablar, entonces me di cuenta de las expresiones de Emily eran como si acabara de recordar algo por que de pronto de la nada, se paralizo. Pero claro no supe cuanto tiempo se quedo de ese modo, por que después reacciono y pude ver sus mejillas un poco coloradas. Seguro que se había acordado que iba a estar ocupada, y como lo supuse ella me lo confirmo después. —Oh, no te preocupes Emily —sonreí un poco negando—. Gracias, entonces estaré en la biblioteca esperándola —desvié mi mirada por los pasillos, en poco tocaría la campana para subir—. Thanks por todo. Puedes decirle a tu amiga que solo pronuncie mi nombre y listo. Sonreí volviendo mi mirada a ella. —Podemos ir subiendo juntas si quieres. Contenido oculto Holi, gabi no te preocupes entonces Isla estará en la biblioteca uwu. Aquí cierro por el momento con Isla <3.
Eran días extraños y ya no sabía si culpar de ello a mi amor por el desastre o quién sabe qué mierdas, si éramos honestos. Había en esta tranquilidad ilusoria, a pesar de tener que convivir con fantasmas, algo que comenzaba a ponerme los pelos de punta, como si tuviese un puto monstruo respirándome en la nuca, murmurando que esta calma solo era lo que sucedía antes de una tormenta. Igual no era que yo fuese a iniciar el fin del mundo ni nada, ¿qué derecho tenía para decirle a la gente que me rodeaba que esta tranquilidad me resultaba inquietante? Estaba salido, pero no tanto, así que solo seguía fluyendo de forma más o menos normal aunque con la mano pegada a la palanca que encendería las alarmas. En cualquier caso, esa mañana cuando me levanté para prepararme oba-san había llegado temprano para prepara runa tanda de desayunos y ya tenía una parte lista. Estaba en la cocina, con el cabello negro atado en un moño prolijo, metiendo unos pancakes en una de las cajas de bento y cuando me notó aparecer giró el cuerpo hacia mí para dedicarme una reverencia. —¿Te pidieron que vinieras tan temprano? —La señora no se sentía muy bien anoche, preferí venir a prepararles el desayuno. —Esos son muchos pancakes —concedí con el tono plano de siempre, mirando los que estaban en un plato. —El señor me dijo que tienes... una amiga —resolvió la otra con calma, dedicándome una sonrisa un poco extraña, y tomó la caja para extenderla hacia mí—. Imagino que querrás compartirlo con ella. Que papá anduviese ventilando mis secretos con oba-san no era una sorpresa, pero no por ello me dio menos vergüenza ni me sentí menos expuesto, así que recibí la caja de pancakes sin decir una sola palabra y luego de tomar también el bento del almuerzo me retiré de la cocina. Guardé todo en la mochila, salí de casa e inicié el viaje hacia la Academia. Corría la noticia de un campamento, pero no me enteraba de una mierda y no sabía muy bien con qué cara esperar lo que al resto les hacían ilusión, así que simplemente no le presté atención a la situación. Suponía que sería un problema del Altan del futuro, ni más ni menos, porque al del presente solo le alegraba que el clima no estuviese horrible. Crucé el patio frontal, entré al edificio y desvié los pasos hacia la línea de casilleros de segundo, caminando hasta el casillero de Anna. Pensé en solo dejarlo allí, pero luego me oxigenó el cerebro y me di cuenta que por muy robótico que pudiese ser, tampoco era tan frío por deporte. Además, oba-san llevaba razón en que me gustaba compartir cosas con ella, así que abrí la mochila, rompí un hoja a la mitad y traté de escribir de la forma más legible que pude. Si se entiende me voy a sorprender Papá es un chismoso y ahora en casa saben que tienen que mandarte comidita Es para ti, tú decides si te lo comes aquí o te lo llevas a casa. No es la gran cosa, pero espero que te guste Me quedé mirando mi nota con cara de circunstancias, pero no podía hacerlo mucho mejor sin quedarme media hora ahí escribiendo, así que solo saqué la caja de bento que tenía los pancakes, puse el papel encima y la dejé dentro de su casillero donde pudiese verla. Cerré la taquilla, me ajusté la mochila en la espalda de nuevo y dejé el pasillo para poder ir a hacer el cambio de zapatos antes de que se me olvidara. Contenido oculto luego de una ehem interrupción staffera Gigi Blanche ola, no hace falta que me respondas ni nada obvi, pero lo tenía pensado desde antes de año nuevo pero no lo hice en su momento porque me andaba muriendo y ya luego la primera semana de enero no estuve en casa entonces se me enredó toda al cuestión a Estaba y no estaba familiarizado con las mecánicas de esta escuela, digamos que no estaba acostumbrado a tanto rollo extracurricular en parte porque no me metía en nada y otro poco porque otras escuelas no se empeñaban tanto con eso. Por eso la cosa esta del campamento me había llamado la atención desde el primer cuchicheo que escuché en los pasillos, aunque no sabía si me gusta la idea o solo me ponía nervioso. Digamos que sonaba bien por la parte de que podría compartir con la poca gente que me agradaba, pero luego estaba el resto de personas y dejaba de sonar tan bonito. De nuevo, digamos que me estaba haciendo un cacao mental sin venir a cuento, así que por una vez decidí solo dejarlo estar y aprovechar no solo que ya no me veía tan apaleado como antes, sino que el clima estaba algo más decente. En mi camino por el patio frontal se apareció Kurosawa, la chica salió de la nada y se posicionó a mi lado, ofreciéndome una lata de café con sabor a vainilla o algo así. La recibí un poco en automático, miré a la chica como si fuese un alien y me di cuenta que tenía los gestos algo cansados. —Te debo una disculpa bastante grande por lo de la fiesta. —Bueno, yo casi te muerdo la cara el otro día frente al tablón —dije mientras abría la lata de café—. Estamos a mano. —¿Te sientes mejor del golpe de la cara? —Me sigue doliendo más la dignidad siendo honestos —respondí porque no tenía ganas de poner mucha resistencia y no tenía caso siendo que se había acercado cuando el golpe estaba ya disipándose—. ¿Irás al campamento ese del que hablan? —Puede que sí, ¿tú? Me encogí de hombros como toda respuesta, se dio cuenta que no andaba muy hablador con eso y guardó silencio en lo que hacíamos el tramo hasta el edificio, donde cada uno se separó hacia el pasillo correspondiente. No le presté mucha atención a la gente que estaba en los casilleros de tercero, seguí a mi bola y dejé la lata de café dentro de mi taquilla mientras me cambiaba los zapatos. Contenido oculto ya esto fue por deporte, tenía ganas de rolear a gakkou cay y a shiori que hace tiempo la tengo media muerta, ambos quedan a disposición de la comunidad