Casanova

Casanova

Aca vuelvo con un fic nuevo, espero que les guste y lo disfruten.
Las criticas son bienvienidas (:

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Ahí iba él otra vez, él chico perfectamente imperfecto.
¿Una palabra para definirlo?
Ah, sí. Idiota.

Es un chico muy apuesto, dulce, con un cuerpo perfecto, pero sobretodo es un idiota insensible.
¿Cómo sé qué es así? Porque salí con él, bueno en realidad salí con ese chico por lo menos dos meses, y lo peor de todo es que así de estupido y mujeriego qué es lo amo.

Dios, me siento tan idiota de quererlo tanto; y debo admitir que cuando lo conocí sabía lo tarado que es y aún así me enamoré de él.

Mejor empiezo por donde todo este embrollo comenzó…

-Capitulo 1-​

Cherry Kiss.​

Era una mañana cualquiera, todo volvía a empezar como siempre. Debía ir a la universidad, hablar con mi amiga Sango, trabajar.
Era la misma rutina todos los días, era agotadora y aburrida, pero no puedo cambiar mi vida, así es y nadie puede cambiarla, pero supongo que hay veces que puedes divertirte ¿no?

En fin, hoy volví a llegar tarde a la facultad y como siempre tuve que pedirle los resúmenes de la clase a la más inteligente, Kanna.

Pobre de Kanna, siempre olvidaba darle sus resúmenes y generalmente terminaban tirados en el desorden de mi departamento y ella nunca me reclamaba nada, es mas, ella se sabía todo; creo que no hacia nada más que estudiar, siempre tiene la misma cara todos los días, y pocas veces la he visto sonreír.

Luego de “robarle” los resúmenes a mi compañera, me encaminé a mi trabajo donde ahí encontré a mi mejor amiga Sango. Ella es amiga mía desde que tengo memoria, siempre hemos hecho todo juntas excepto en la elección de carreras. Yo escogí psicología y ella medicina.
Sinceramente espero que cuando ella se convierta en la “Doctora Sango Tsukihana” jamás en mi vida tenga que pisar un quirófano. No es que no la apoye, es que le tengo terror a las agujas y a la sangre, y tan solo pensar en ello hace que comience a marearme.

Entré al restaurante y me puse el delantal para atender a la clientela.

― ¡Buenos días!―dijo mi amiga―¿Cómo te fue con los estudios?

―Más o menos

―Dejame adivinar. ¿Otra vez llegaste tarde y le pediste los resúmenes a Kanna?

Suspiré.

―Me mintieron. La universidad es igual a la escuela, nada cambia―dije tomando los platos sucios de la mesa―Excepto que ahora hay que trabajar.

―No te quejes y sonríe, mañana será otro día―ella guiñó el ojo.

― ¿Por qué siempre dices eso?

―Porque me encanta molestarte

―Tranquila, que de eso se encarga mi rutina―dije con un tono agotador en mi voz

― ¡Deja de quejarte y trabaja! ―me dio un pequeño empujón en la espalda

―Sabes, no te entiendo―la miré una vez más―Tu padre te paga la universidad, la renta del departamento y aún así trabajas en un restaurantucho conmigo ¡Tu padre es un gran empresario!

Como siempre ella se echó a reír.

―No puedo depender de mi padre siempre y lo sabes―aún sonreía, pero mantenía un tono serio en su voz―. Además…

―…además?

― ¡Me encanta molestarte en el trabajo!

Se río una vez más, pero esta vez más fuerte, no pude evitar la contagiosa risa y me reí con ella.

Pasaron las horas muy rápido y ya era la hora de cerrar.
¡Las 8.00 PM! Aún no puedo creer que nuestro jefe cierre todos los días el restaurante a esa hora, según él es para que los clientes tengan más ganas de volver. De todas formas el lugar siempre estaba lleno de personas por alguna razón.

Tomamos nuestros abrigos y salimos a la calle toda oscurecida. Hacia frío, era típico, es otoño.

―Kagome ¿Tienes algo qué hacer esta noche?

―Pues, hoy es viernes no tengo nada para mañana―estrujé mi cerebro en búsqueda de algún recuerdo, pero nada, simplemente no tenia nada que hacer―. Pensaba solo ordena mi departamento, pero creo que no tengo nada planeado.

― ¡Genial! ¡Entonces me acompañaras en mi cita doble!

― ¿Eh? ¿Cómo que cita doble?

―Pues sí, ¿Recuerdas a Miroku?

¿Cómo olvidarlo?
Miroku Nakamura era el novio de Sango, llevan saliendo dos semanas.
Cabello negro, ojos azules, con un cuerpo bien formado, parece un buen chico, pero cuando lo conoces ya le encuentras su mayor defecto: Mujeriego.

―Sí, Miroku tu novio ¿Cómo lo voy a olvidar?

―Bueno, él me habló de que un amigo suyo no tenía novia y yo le hablé que vos estabas en la misma posición y entonces…

― ¡¿Me armaste una cita a ciegas?!―grité furiosa

―No, media cita a ciegas

La miré estupefacta esperando una respuesta.

―Osea, es una cita doble. Pero una de las parejas no se conoce―explicaba muy tranquila―, por lo tanto es una media cita doble

Hubo un silencio de casi treinta segundos hasta que mi cerebro reaccionara.

― ¡Me niego! ¡Ni loca acepto!

― ¡Vamos! Puede que sea divertido

― No, no, no y ¡NO!―gritaba en el medio de la calle― Miroku es un pervertido ¿Qué tal si el otro es un violador serial? ¡Me niego!

―Vamos, Kagome. Hazlo por mi

Hizo su carita de perrito mojado, sabiendo que siempre me convencía haciendo esa cara.

―No.

―Por favor―volvió a insistir―. Te prestaré mi vestido; el que tanto te gusta.

― ¿Y me lo regalaras? ―pregunté curiosa

―Sólo si vienes a la cita.

―Esta bien, voy ¿A qué hora?

―A las 10.00 PM, en el restaurante Cherry Kiss.

―Bien, nos vemos ahí.

―No, ¡Te vienes a mi departamento a arreglarte!

― ¿Segura? No quiero moles…

― ¡Qué te vienes a mi departamento!

Me tiró del brazo en dirección a su departamento, en donde me arreglaría para ver a ese extraño.

 

Re: Casanova

Bueno, perdón por tardar.
Este capitulo se les van a aclarar todas las dudas del InuKag o SesshoKag (:
Muchas gracias por todos sus comentarios, enserio los aprecio (:

Bueno, aca va el capitulo.

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-Capitulo 2-

Love Fantasy
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¿Tan desesperada me veía que mi amiga me hizo una cita a ciegas? Ya sabía que desde que mi antiguo novio me dejó estuve muy mal ¿Pero fue para tanto?
Bueno, no importa, cada vez que me pongo a pensar en mi ex mi mundo se achicaba y se volvía gris y lo único que tenia color era su imagen. Lo sé, suena patético.

― ¡Ya esta! ―dijo Sango orgullosa de si misma como si hubiera terminado una obra maestra, pero en realidad lo único que hizo fue arreglarme― ¡Te ves hermosa! ¡Ve al espejo!

Me acerqué al gran espejo en el que me reflejé.
Llevaba un vestido negro por arriba de las rodillas, que se me pegaba tanto al cuerpo que parecía que gritaba: “Cobro diez dólares la noche”.
Estaba tan maquillada que ni mi madre se daría cuenta de quien soy.

Esa no era yo. Bueno, técnicamente lo era, pero esa no era le verdadera Kagome.
La verdadera Kagome no se pintaba ni los labios y lo único que hacia para verse bien era delinearse un poco y peinarse, a ella jamás le importó usar ropa ostentosa y pintarse los ojos, pero esta vez la que eligió mi vestimenta fue Sango.

― ¿Te gusta? ―preguntó, aún alegre

―Esta no soy yo.

―Pero te ves hermosa.

―Sí, pero aún no entiendo porque debo arreglarme tanto―me quejé

―Porque es una cita.

―De todas formas, ¿el chico no debería quererme por quien soy y no por como me veo?

― ¿Y por eso ibas a ir con esas fachadas de siempre?

―No, pero…

― ¡Basta de peros!―estalló― ¡No has tenido una cita en meses! ¡Quiero que te recuperes de una vez! ¡No soporto verte así!

Aunque me gritó pude sentir su tono de preocupación, y sus ojos mostraban aún más dolor.
Me sentí culpable por hacerla sentir de esa forma.

―Lo lamento.

―No te disculpes―suspiró y continuó―. Discúlpame a mí, te grité como una tonta, como si fuera toda tu culpa. Lo siento.

―No importa.

No quise discutirle de que era mi culpa, porque si lo hacia terminaríamos peleándonos enserio, y lo que menos me gustaría sería eso.
De todas formas, aunque me haya dicho de que la culpa no era mi, todavía me sentía culpable.

―Vamos, mientras más rápido termine esto, mejor.

Salimos de su departamento y mi amiga condujo hasta el restaurante.

Estaba muy nerviosa, me temblaban las piernas y el corazón iba más rápido que un motor.

―No estés nerviosa―dijo tratando de calmarme―, es una cita no una obra de teatro donde tienes que actuar frente a miles de personas.

― ¡Pero ni siquiera conozco al chico! ¿Cómo quieres que no esté nerviosa?

―Respira hondo y olvídate de ese pequeño detalle ¿Si?

― ¡¿Pequeño detalle?!―estallé―¡¿Y qué sería un gran problema?! ¡¿Qué tenga tentáculos y se coma a la gente?!

―Tranquilízate, Miroku me contó como es el chico, y yo confío en él ¿Tú confías en mi?

―Sí, pero tengo miedo.

―No debes tenerlo, porque eres una chica hermosa e inteligente―otra vez empezaba a animarme―. Escucha, estamos a sólo 3 cuadras del restaurante; y quiero que cuando entremos, entres como si fueras la mujer más hermosa del mundo ¿Entiendes?

―Pero, Sango…

-¡‘Pero Sango’ Nada! Lo único que quiero que hagas es que te veas fabulosa y que ese chico muera por ti.

―Está bien, lo haré.

Suspiré una vez más y ella continúo su camino.

Llegamos en menos de cinco minutos, los minutos más largos de toda mi vida.
Salimos del auto entre toda la oscuridad de la noche y caminamos hasta la puerta donde paramos para ver si estábamos bien.

―Muy bien, ahora haz lo que te dije, o por lo menos no te tropieces cuando entres.

―Haré lo que pueda.

Ella me abrió la puerta y yo entre buscando a el pervertido y a su amigo.
Parecía como si todos nos miraban en ese ambiente tan silencioso y lleno.

―Ahí están.

Susurró en mi oído mientras señalaba con la mirada a dos ¿Hombres?, bueno estaba seguro que uno era Miroku, pero el otro estaba de espaldas y lo único que vi fue que tenía una gran melena oscura, creo que la única cosa que lo señalaba a ser un hombre eran esos grandes y musculosos brazos, aún así no estoy segura de quién o qué sea.

Sango se acerco a Miroku y lo beso como siempre.

―Hola, Kagome―me saludo el novio de mi amiga―. Te ves muy bonita.

―Gracias.

―En fin, este es mi amigo Inuyasha.

La persona con la que estaba se dio la vuelta para mirarme.

Lo vi, ese chico era hermoso.
Tenía los ojos negros, mucho más negros que la noche; su rostro era tan hermoso que no le encontré ni un solo defecto; y sus labios solo basta con decir que quería besarlos en el momento que los vi.

En ese momento sentí que no había nadie más que ese chico y yo, en sólo un segundo me olvide de quienes me rodeaban y sólo lo vi a él.

―Hola―dijo ese joven―como te dijeron soy Inuyasha, y tú debes de ser Kagome. Es un gusto.

Me sentía en una fantasía.
Era como si me hubiera desmallado antes de entrar al restaurante y lo que estaría viviendo ahora sería un maldito espejismo creado por mi imaginación, pero no es así; ese chico era de verdad, era una persona que estaba conociendo ahora mismo.

―Emmm, ¿No vas a hablar?

Abrí la boca pero no salían las palabras.

¡Maldición! pensé Estoy demasiado nerviosa como para hablarle.
Era verdad, estaba nerviosa, mis brazos estaban duros y mis mejillas estaban teñidas de un rojo muy fuerte.

― ¿Qué le pasa a tu amiga?―le preguntó mi cita a Sango

―Debe estar nerviosa, ¿Estás bien Kagome?

― ¡Soy Kagome, es un gusto!

Vomité las palabras tan rápido que todos me mirarón con una cara de sorpresa y luego, tan solo se echaron a reír.
Dios, me sentí tan patética en ese momento.

―Es un alivio que no seas muda―dijo Inuyasha aún riéndose―, pero es genial que seas tan linda.

Me puse aún más roja y miraba al suelo avergonzada, lo que causaba más risas.
Esta iba a ser una noche de ensueño muy larga…