Aldor La angustia de la lucha anterior, hizo mucho peso en mí. Ahora quedó atrás. Estoy dominando totalmente. Quería mantener el control de mí mismo, pero al final la emoción pudo más. No entiendo a razones, quiero hacer algo alocado. Arriesgado. Aquella técnica que me permitió acabar con mí primer enemigo. Incluso cuando con un arma parecida. Ver al niño realizar algo parecido me hizo recobrar esa memoria. Disparó corriendo hacia el carro mientras levanto en alto el hacha de madera, y sin detenerme un paso arrojo el arma hacía El Niño. No me detengo ahí, subire a la barcaza y acabaré con èl a mano limpia en caso de fallar. Ganare esto. Contenido oculto 1. Arrojar arma desde fuera de la barcaza. 2. Subir a la barcaza 3. Atacar desde la barcaza
Iulian Observó a El Niño, podría tener mala suerte pero en cuanto a habilidades se trataba aquel hombre era habilidoso, algo que no podía decir de si mismo; pues sus esfuerzos en su último intento de defensa no habían sido malos para sus propias habilidades, pero para el general de los demás gladiadores aquello era patético; estaba molesto consigo mismo, su inutilidad podría costarle la vida a Génesis y al señor Pico en el Rodeo. Tragó saliva con dificultad tras el golpe recibido, aquello no era bueno, sus habilidades no eran buenas, al menos no las necesarias para ganar esto. "Los mensajes de mercurio" pensaba al haber visto como las dagas parecían ser guiadas por algo, como lo que pasó con su red en la arena, "Mercurio, el mensajero de los Dioses del Olimpo y también el único que puede caminar entre el río de las almas, por eso es capaz de guiar las dagas, ¿Será eso o verdaderamente tiene una habilidad tan entrenada como esa? Tendré que preguntarle" Iulian pensó en sus posibilidades, podría aturdirlo con su lanza esperando que aquello no le resulte peor, su suerte no era precisamente la mejor; atacarlo era la mejor solución, así como el hombre Pico lo estaba haciendo; también le quedaba la opción de intentar seducirlo para distraerlo, pero aun le faltaba mucho en ese arte como para intentarlo con alguien en pleno combate, hasta podría considerarse abusurdo, aunque absurdo era la palabra que más lo calificaba últimamente. —Supongo que tenemos que arriesgar un poco, la humillación ya la tengo, estoy aprendiendo a vivir con ella— avanzó hacia la barcaza y decídió atacar utilizando aturdir Contenido oculto De antemano pido disculpas; con la suerte de Iulian el Niño tira un dado de 1 y luego uno de 20 xD esperemos no sea así
Génesis Sintió un punzado en su cabeza al ser arrojada y perder por completo el control del artefacto, sin embargo, se movió rápidamente con las dagas de madera aferradas en sus gráciles manos, buscando proteger a Aldor de cualquier ataque enemigo, con su agilidad y acecho.
Aldor Monpoke Iulian Amelie Génesis Insane Contenido oculto A pesar de ir tan bien podrían perder si ese pequeño gladiador no bajaba del barco. Seguía contando lentamente mientras mantenía su control sobre la barcaza. Iulian que era el que estaba más cerca, reaccionó rápido y trató de atacar. Como no tenía arma no pudo aturdir a su oponente por lo tanto se lanzó a la refriega con sus manos limpias. El Niño, con mucha experiencia, se lo sacó de encima con un empujón. Génesis, con el descontrol de la barcaza, intentó hacer lo que pudo para mantener su equilibrio pero no lo logró y quedó revolcada contra uno de los bordes de la misma. Al final, Aldor subió de un salto cuando ya quedaba poco para que El Niño cantara el final. Esta vez no pudo arrojar el hacha, la primera cuando iba a hacerlo se dio cuenta que con su fuerza no llegaría pero sí pudo enfrentarlo mano a mano. Cuando el rival trató de evitarlo recibió de lleno un golpazo en el cuerpo que le arrojó fuera del artefacto y el grácil joven quedó sosteniéndose la espalda adolorido en el suelo. Habían ganado y los tres estaban en la barcaza para demostrarlo. ¡Génesis gana la habilidad Montar! (arroja un dado de 10 para saber con cuanto inicias) ¡Génesis gana 10 en Fuerza! ¡Génesis gana 5 en Suerte! ¡Iulian gana 15 en Fuerza! ¡Iulian gana 5 en Suerte! ¡Aldor gana 10 en Fuerza! ¡Aldor gana 5 en Suerte! ¡Aldor aprendió Salto! Los tres bajaron uno a uno de la barcaza y se pusieron a intercambiar ideas con sus rivales. Cornelio sonreía pero El Niño y el muchacho que no quiso decir su nombre no parecían tan contentos. —¡Han dado una muy buena demostración de habilidades! Tienen futuro en la arena. Si alguno quiere entrenar ahora conmigo, puedo ayudarlos a mejorar un poco esa fuerza. De mi amigo con arco no se vio mucho pero es muy bueno con esa arma y además sabe mucho sobre movimientos rápidos y esas cosas. El Niño... —Puedo hablar ¿sabes? No me caen bien, ¿oyeron? —el muchacho los señaló con el dedo. No se veía amenazante, más bien se veía herido en su orgullo pero sabían que era un sujeto con grandes habilidades por lo que había demostrado—. Si alguien quiere hablar estaré en la cocina. Dicho eso empezó a caminar hacia donde dijo. —Él puede enseñarles de todo si logran ganar su confianza —dijo Cornelio en voz baja cuando se iba. Tanto él como el sujeto del arco sólo se quedaron en la sala de entrenamiento de habilidades. Podrían decidir entrenar con ellos, era posible que les ayuden a pulir sus puntos débiles. También podrían seguir al niño si les interesaba la idea de conocerlo un poco y de paso comer un poco. Si no es eso, pueden decidir libremente qué hacer en Casa Mautino.
Aldor Esta vez... es una victoria. En la arena o entrenado en esta Casa, he tenido derrotas o dar un mal espectáculo, si no fuera por todo eso, está pequeña victoria se me hubiera subido la cabeza. El entrenamiento ha terminado. Es mejor ponerme a enfriar mí cabeza. Me siento más fuerte en comparación de cuando estuve en la arena, pero mí seguridad y confianza se mantienen aplastados. No es suficiente. Rechazo haciendo un movimiento de cabeza a la petición de seguir entrenando, tengo otros lugares a los cuales visitar. Santuario, eres por mucho al lugar que más quiero visitar desde que llegué. El pensamiento de la comida que se me prometida invadió mí cabeza, opacando facilmente el deseo de lucha anterior. Vale la pena por esta comida, el mantenerse vivo. Ir al santuario es todo lo que tuve en la cabeza desde el momento que lo recordé, no fui con prisa, pero me olvidé de todo a mí alrededor. Ignorando compartir palabras con mis compañeros o prometer una próxima batalla con Cornelio. Así de simple me marche.
Iulian Habían ganado, bueno, el hombre Pico y Génesis habían ganado; él sirvió como buen estorbo, útil a su manera ridícula; pero podía ser más útil. Las habilidades de los presentes en verdad lo habían sorprendido, pero era el Niño aquel gladiador que profesó su odio hacia ellos el que más intriga le causaba; pues había iniciado muy mal para después acabar encima de la barcaza por sí solo. "Maldita sea, debería aprovechar estos momentos para entrenar aquí y ahora; Génesis y el hombre Pico dependen de que mis habilidades mejoren" pensaba mientras veía como el hombre Pico se alejaba sin dirigirles la palabra, su comunicación como equipo había sido pésima, aquello también era importante para mejorar "Creo que ya no sólo puedo pensar egoístamente, por más que me interese entablar conversación con El Niño, creo que debo permanecer aquí y entrenar mas, no soportaré si alguien muere por mi debilidad" Avanzó primero hacia Génesis y con una mirada dulce habló —Por mi culpa te han atacado en esta prueba, sé que si entreno un poco mis músculas podrán defenderte como mis palabras creen poder hacerlo; y sé que es mucho que pedir, pero creo que deberías hablar con El Niño, es un Gladiador interesante, por un momento nos dominó a los tres sin esfuerzo, me encantaría seguirlo y hablar con él para ganarme su confianza; pero esta vez debo obedecer a la lógica en lugar de a mi curiosidad, la cual me terminará matando algún día si no aprendo a cuidarme por mi mismo —dejó ir un suspiro de pena sincero —Quiero ser mejor, por ti; por mi promesa a Gredic, por el hombre Pico, incluso con mi amigo Rundus— la miró con firmeza — y también por mi mismo. Después de hablar con Génesis, se dirigió hacia Cornelio —Como verás, yo soy el grillete de mi equipo; debo mejorar para al menos ser de utilidad, mi suerte es un misterio, creo que sólo aplica cuando debo hacer reir a los demás con mi desgracia; pero me ha apoyado para no morir. Mi fuerza y resistencia son patéticas, mis habilidades son poco útiles al menos en la arena. Así que yo me quedaré a entranar contigo, ya que lo has ofrecido tan amablemente.
Aldor Monpoke Contenido oculto No le dirigiste la palabra a nadie y con el sentido de victoria en la sangre te dirigiste al comedor. Estabas confiado y sabías que llevarías algo de carne allí para que te atendieran como a un rey. Había poca gente, pero como siempre las mesas estaban ocupadas. Decidiste ir a una que solo tenía un gladiador novato sentado con la mirada perdida en un punto del comedor. Te sentaste ahí y no tardaron en acercarse a llevarte un delicioso plato con comida. Se veía bien, tenía un gran pedazo de carne suculenta, algo de verduras, arroz y puré de calabazas. Una delicia. Sin embargo, en cuanto la muchacha esclava que llevaba eso se acercó, viste como tu compañero de mesa se alteró y empezó a hablar. —Por favor, Rosmaria, ¿has pensado en lo que hablamos? Dime, que sí, tan solo un momento, concédeme ese paseo por el solar. El joven parecía desesperado y veías como se acercaba lentamente. La muchacha todavía no terminaba de poner el plato frente a ti y estabas ansioso por degustarlo pero la distracción se lo impedía. —Señor, ya le dije que no me moleste en mi tarea o me castigarán. No tengo tiempo para hacer lo que usted pide. La mujer, alta, de cabellera negra y extremadamente delgada como muchas esclavas, temblaba y usaba el plato con comida como una especie de barrera entre ella y el muchacho. Estabas empezando a molestarte. —Dime que sí, no hago otra cosa que estar aquí desde que llegué, estoy perdido por ti, Rosmaria, dame la posibilidad de tener un momento a solas contigo. —Ya, déjeme en paz. El muchacho cada vez se acercaba más peligrosamente a la chica con tu comida. Ella retrocedía torpemente y alejaba la comida de ti. Tenías que hacer algo o eso terminaría en un problema pero tenías que tener cuidado, el menor de los fallos podría provocar un incidente como ya había sucedido. Comenta a quien calmas, de parte de quien te pones y arroja un dado de 20. Iulian Amelie Contenido oculto Decidiste quedarte a entrenar con Cornelio y el sujeto al verte asintió y te acompañó hasta la sala de entrenamiento físico. —Cuando tu suerte es mala, entrenar tu resistencia es lo principal —te dijo el gladiador mientras hacía un trote suave y te pedía que lo siguieras—. Si lo que quieres es ayudar más a tu equipo lo ideal es que mejores tu fuerza. En tu caso que estás algo alejado de la actividad te puedo dar algunos consejos. Te diré lo que hacía Gredic. Cornelio te sonrió mientras quedabas pasmado ante sus palabras. No habías llegado a la conclusión de lo que toda la escuela de gladiadores comentaba sobre Gredic. —Unas piernas fuertes son claves en la arena, aún más que los brazos pues puedes luchar sin ellos pero estás muerto si luchas sin piernas. Este trote es sólo una entrada en calor. Allí (señaló dos postes con una distancia de al menos 50 metros) y allí (señaló un sector marcado con tizas) eran los sitios donde Gredic pasaba más tiempo entrenando sus piernas. Corriendo a máxima velocidad romperás todos tus tejidos para crear músculos nuevos y fuertes. Y usando el sector marcado para dar saltos potenciarás la elasticidad y la reacción de tus músculos. Deberías probarlos. Asentiste recordando e imaginando en tu mente a tu compañero entrenando como un dios allí. —Luego de eso, tienes el entrenamiento de fuerza. Si vas a usar armas de fuerza como la lanza ve directo por el levantamiento de peso (arrojó señalando a unos bloques de yeso al otro lado de la habitación). Si vas a usar armas rápidas como dagas o arcos tienes que hacer entrenamiento personal (te indicó una esquina donde había algunos trozos de tela tirados en el suelo). Y si vas por armas para escaramuzas… como la red, te recomiendo allí (viste una barra de hierro horizontal amurada y dos pequeños discos redondos de piedra). Cornelio parecía conocerte más de lo que esperabas. Él se detuvo y se quedó viéndote. —Prueba los dos entrenamientos de pierna si quieres pero elije sólo uno de fuerza o te costará. Luego ve a comer o a dormir, lo necesitarás. (5 dados de 10 para el ejercicio de máxima velocidad, 3 dados de 20 para los saltos y debes elegir el ejercicio de fuerza y tirar un dado de 20)
Aldor El maltrato entre esclavos, es común de dónde vengo. Nací viendo eso. Una vista que dejó de tener importancia hace demaciado tiempo. Pero. Está vez no puedo fingir que no veo nada. Mí comida, esa delicia, está en medio de esta situación. Si esto fuera la mina, ver un muchacho teniendo tal autocontrol es rara. Por la noche, ella hubiera sido despojada de su ropa y tirada por la fuerza a alguna esquina. En la situación anterior, se me dijo que no debo intentar defender este lugar. Marga es suficiente para ello. La fuerza... No es la respuesta. Lo he visto poco, pero la boca de ese Iulian es más adecuada ahora. Quiero ese plato. Si esto continúa, temo volver a ver la comida en el suelo. Un desperdicio a la mayoría de los ojos. Hay que actuar con cuidado. Me pongo de pie y me acerco al muchacho hasta ponerle una mano el hombro. Queriendo detener su acercamiento a la esclava. "¿As sido esclavo? Trabajar. Llevados, hasta el límite. Debemos cumplir o ser, castigados hasta. Morir". Ser esclavo. Es obedecer y no pensar en nosotros. Y menos considerarnos por de sobre de nuestros Dominios. "Dejala. ¿Bus,cas matarla?" Si sigue luego de esto. Dejara de importarme. Èl deberá aceptar las consecuencias. Extiendo la mano libre hacía la esclavo. Pidiendo que entregué el plato de comida y así poder irse. Sino fuera una de las esclavas que me alimenta, no habría de importarme todo esto. Contenido oculto Calmar: Al muchacho Lado: Esclava. Pd: Si sale bien, y no hay más "eventos" se puede ir a la herreria?
Iulian Escuchaba a Cornelio con atención, mientras las imágenes de Gredic lo llenaban de nostalgia "¿Sería bueno preguntar por él a los demás Gladiadores?" se preguntaba mientras volvía su atención cada vez que hablaba Cornelio, entre él y sus pensamientos, no había momento de silencio en su mente. —Gredic...— mencionó sin darse cuenta mientras seguía a Cornelio, pero aquella tristeza que sentía al recordarlo debía conventirla en su motivación para superarse —Pues bien, haré los dos entrenamientos de pierna y uno de fuerza; veremos si soy capaz de mantenerme en pie — miró a Cornelio, pues al parecer había entendido todo sobre sus técnicas con ese simple entrenamiento, no es que Iulian tuviera un arsenal de ellas pero aun así le pareció interesante —Agradezco que tomes tu tiempo para entrenar a alguien con tan pocas posibilidades. Avanzó para hacer el entrenamiento de máxima velocidad "romperás todos tus tejidos para crear músculos nuevos y fuertes, vaya; suena bastante motivador" pensaba mientras iniciaba con su entrenamiento; para después dirigirse a los saltos, los cuales no parecían desmotivarlo, hacer un entrenamiento como ese era bastante útil en más de un área. Por último se dirigió a los bloques de yeso, respiró con profundidad para después exhalar con resignación —Bien, es mi momento de hacer el ridículo— volvió a respirar con profundidad para sostener los bloques de yeso, para después levantarlos.
