Romántico Cartas

Pues soy cociente de que el reto acabo, pero ya había acabado este escrito antes de que terminara, sooo...
Aquí se los dejo :3
También me da gracia como se salio el 17 tres veces, es raro, no?
PD: No creo haber usado la palabra de manera correcta. Y este me costo y no salio tan fácil pero aquí esta.

Contenido oculto: 7

Día 7: Tentaciones.
Personajes: Alguien extremamente tímido.
Palabra: Resiliencia.
Genero: Chick-Lit

Cartas

Desde que Lena se había ido con Isaac para entrenar, ella solía mandarme varias cartas con Blue. Esa misma mañana el conejito de orejas celestes había aparecido sobre mi cama con un rollo amarado a una de sus patas delanteras rápidamente la desate.

—Gracias Blue. —Dije acariciando su blanca cabecita, el conejo ya se había acostumbrado a mi y no me temía más.

Sabia que el conejo no se iría hasta que yo le diera mi propia carta en respuesta, así que el simplemente se acomodó entre mis almohadas. Me senté en mi pequeño escritorio, y desenrollé la carta para poder leerla. Cada vez que el conejito aparecía me alegraba el día, porque nadie podía entender cuanto extrañaba a Lena.

“ANA JACKSON:

Hola amor, espero que estés bien y contenta.

¡Tengo más cosas que contarte! Y perdóname por no haberte escrito estos últimos tres días, estaba ocupada, pero por fin atrape a ese duende feo. También conocí a los Griffins protectores del valle. Estoy muy emocionada pero también muy nerviosa, ellos y mi tío creen que yo puedo pasar las pruebas para conseguir la Insignia del Viento. Temo no dar la talla y no ser lo suficientemente digna para conseguirla…

Lamento no tener mucho tiempo para escribirte una carta decente. Pero quiero que sepas que deseo con todo mi corazón que estuvieras aquí a mi lado, te extraño tanto… se que si estuvieras aquí todo sería más fácil para mí, tendría más valor…

Ana, te quiero como no tienes idea, por favor espera a mi regreso, yo también espero ansiosa por verte y sentirte.

PD: Espero que Blue ya no siga destruyendo tus almohadas.

Besos, Elena LeBlanc.”

Suspire con tristeza enroscando la carta de nuevo. Me sentía mal por que mientras Lena se estaba esforzando para ser una buena hechicera yo seguía sin mejorar en nada más bien hasta había empeorado, el control sobre mi poder era cada vez más difícil en su ausencia, ella solía mantenerme en calma, me hacia sentir segura hasta de mi misma. Tenia que hacer algo, yo también debía dar lo mejor de mí.

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No podía esperar, no me podía quedar atrás, yo debía hacer algo, y pues no se me ocurrió nada más que entrenar como lo hacia mientras estudiábamos en la preparatoria para seguir participando en las peleas clandestinas de los Mágicos de la ciudad. Me gustaba mucho el boxeo y al parecer tenia habilidad así que volvería a las andadas.

Al entrar al de nuevo a aquella fabrica abandonada donde se efectuaban los encuentros clandestinos, me encontré con Theo un chico que fue compañera de nosotras en la preparatoria, y siempre anduvo tras las dos primero a por Lena y luego a por mí, pero no tuvo suerte con ninguna de las dos. Sabia que lo encontraría ahí pues el también participaba en otra categoría de concursos clandestinos Mágicos. Cuando me vio se le iluminaron los ojos y se alegro de verme de vuelta.

—Hola Ana. —Me saludo contento para luego abrazarme. —Es un gusto que hayas regresado ya me estaba empezando a sentir solo aquí.

—Hola. —Dije a duras penas debido a la presión del abrazo. —Bájame por favor…

Me dejo en el suelo despacio y me miro, aun sonriendo. En algo tenía razón no era nada malo tener a alguien con quien entrenar.

—Oye... —Me llamo con un tono triste. —Lo siento por Lena, se que tu la debes extrañar más que nadie.

Desde ese momento el chico se había vuelto extremadamente dulce y atento conmigo, no me molestaba pues al principio parecía que el entendía que había un límite, pero mientras más pasaba el tiempo más tentada me sentía a abrirle la puerta y darle la oportunidad que el buscaba desde que estudiábamos juntos, no se por que seria, si por la falta de cariño o por la falta de acción que yo tenia desde que Lena se había marchado.

Pero yo tenia que seguir firme y esperarla, sabía que había esperanza con cada carta que ella me mandaba, que yo aun me importaba. Por ella tendría que dar lo mejor de mí, entrenar y esperarla. Aunque eso no significaba que no dejara que mis amigos y amigas me ayudaran con mi resiliencia en la ausencia de la maga.