Carta para un amigo

Carta para un amigo

CARTA PARA UN AMIGO.​

Te conocí hace tantos años, nos hicimos amigos por una simple pluma ¿Te acuerdas de eso? Porque yo sí, cómo no acordarme si cayó en mi mochila, me pediste una disculpa desde tu lugar y fuiste por lo que te pertenecía.

Desde ese momento pasamos tantas cosas juntos, tú me viste llorar por los sucesos que me pasaron en ese tiempo; yo siempre te veía rabiar cuando peleabas con los del salón u otras personas. Me abriste las puertas de tu mundo, me contaste todo lo que pasaste en tu niñez, yo te comprendí, te apoyé, te escuché, te abracé…

Al igual que tú, yo te abrí mi corazón, todo el dolor que tenía acumulado lo desahogue contigo, me escuchaste, me comprendiste, me acompañaste…

Conforme fue pasando el tiempo nuestra amistad fue creciendo, estuviste a mi lado en los momentos que más lo necesitaba, como por ejemplo cuando mi mamá enfermó y estuvo hospitalizada a punto de morir, cuando mi novio y yo terminamos, la ocasión en la que descubrí que mis amigas de la infancia, con las que compartí muchos momentos, en realidad no eran para nada amigas. Todas esas cosas te las agradezco mucho.

Yo siempre traté de estar a tu lado y tú lo sabías a la perfección, nunca me aparté de ti ni en el momento más difícil de tu vida, me contaste absolutamente todo y te doy las gracias por confiar en mí.

Es cierto, en ese lapso de tiempo ambos tuvimos riñas, nos peleamos en más de una ocasión, nos dejamos de hablar como por cinco meses y siempre fue por tonterías; durábamos todo ese tiempo sin dialogar, sin platicar, sin conversar… por culpa de nuestro maldito orgullo, sí, hay que aceptarlo, los dos somos unos seres muy orgullosos.

Salimos de la escuela como los mejores amigos. Ingresamos a la misma preparatoria, tal vez fue el destino, tal vez así estaba escrito… Esta vez nos tocó en salones separados, como sufrí al no tener a mi compañero conmigo –eso nunca te lo conté-, pero no importaba la distancia, nosotros seguimos comunicándonos, tanto, que, los de la misma escuela nos preguntaban si éramos pareja, nos daba risa por las suposiciones que hacían, al final terminábamos diciendo que éramos primos.

También ahí discutimos frecuentemente, yo te deje de hablar y ya no recuerdo ni el porqué. Pero al final siempre arreglábamos las cosas.

Llegamos muy rápido al penúltimo semestre y de nuevo nos tocó en el mismo grupo –área- yo me encontraba muy feliz de tenerte conmigo otra vez –aunque no lo pareciera- por un año más antes de salir de la escuela. Todo iba de viento en popa, pero de nuevo nos peleamos, en realidad tú me dejaste de hablar y lo hiciste en el momento que más necesitaba de tu ayuda, de tu apoyo, yo estaba triste sólo que lo aparentaba, me conoces a la perfección y supongo que ya lo sabías.

Ya no estoy contigo en el salón y mucho menos en la escuela, las razones ya las sabes de sobra, me fui y no arreglamos las cosas, todas las noches sueño que de nuevo somos aquellos que se apoyaban, que se cuidaban, que estaban juntos en las buenas y las malas.

Qué triste es saber que lo que comenzó como una bonita amistad terminó en dos personas que no se miran, que no se hablan…

Sólo te quiero decir una cosa muy importante… Te quiero mucho y siempre estaré ahí cada que me necesites, no importa si no me hablas, yo te apoyaré en lo que sea.

Atte: Tu mejor amiga de la secundaria.

Te quiero mucho.

Daisuki.​

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Este es un escrito que hice inspirada en una personita muy especial, al cual espero que le guste mucho. Niño te quiero mucho. Dejen sus comentarios, sugerencias, críticas constructivas, etc. ;)
P.D.: Sé que repetí algunas palabras, lo hice porque lo creí necesario.