de Inuyasha - Cariño Inmortal.

Cariño Inmortal.

Hola. Disculpa la espera y te advierto que no a sido lo mejor que he escrito, pero ya no quiero darle más larga. Entiendo si no te gusta. Solo espero que lo disfrutes.

Cariño Inmortal.​

Fábula ancestral, sueño hecho verdad​

Estaba tan nerviosa salía de la universidad y vi a mi caballero de imponente mirada. Recordé que esta noche sería mi presentación ante la sociedad. Costumbre común entro los de la alta clase. Me sonrojó al verlo tan formal, como siempre.

Belleza y fealdad juntas hallarán​

−Hola –salude con una suave sonrisa. Él sólo asintió con la cabeza y me condujo a su auto−. ¿Qué tal el trabajo? –pregunté curiosa. Entre nosotros ese silencio era pacifico, tranquilo; él no es de muchas palabras.

Más que una amistad​

−Como siempre –lo vi mirarme y le sonreí. Él siempre había sido tan dulce conmigo. Sesshoumaru es el hombre que quería, esa bestia de corazón frío, aquel ser de ojos dorados imposible de alcanzar, mi mejor amigo.
−¿Te veo esta noche? –él asintió y me dejó en la entrada de mi casa.
−Cuídate –dijo él.
−Sí –y le di un rápido beso en la mejilla.

Algo allí cambió en su corazón​

*** ​

Relájate Kagome, pensé con nerviosismo. El vestido turquesa de corsé es bellísimo, llegaba hasta un poco más debajo de la rodilla, muy esponjoso, los tacones negros altos, el cabello levemente agarrado en un tocado y ligera de maquillaje. Esa era mi imagen está noche.

Una historia ideal, mágico final​

Seguramente él me lo reprocharía, pensé. No le gustaba verme muy descubierta, hoy era mi primera vez, me anunciarían como partido libre, es decir, para encontrar esposo. Tengo que admitir que él es muy posesivo, jamás he besado a un chico por su culpa. Tiene la extraña idea de mantenerme virgen para toda la vida y, lo está logrando. No puedo contrariarle nada.

Bella y bestia son​

Jadeé al escuchar la música, el inicio estaba cerca. Las chicas comenzaron a salir. La pasarela estaba llena de muchachas como yo, bellas castañas, despampanantes rubias, tiernas pelirrojas y, arrogantes azabaches.

Siempre será igual, siempre sin pensar​

Cuando fue mi turno lo busque con la mirada. Sonreía yo a todo aquel que veía, pero él, estaba con su mirada fría, característica, como siempre. La sociedad le temía, por su actitud, por su carácter, pero yo sabía que era la persona más dulce y con buenos sentimientos de este mundo, o así, lo veía yo.
Fruncí levemente el ceño al ver como miraba a otro chica en vez de a mí. Ni siquiera note un cambio cuando me vio. Dentro de mí todo se encogió. Había elegido el turquesa porque decía que le gustaba como me quedaba. Cuando termine corrí hacía el balcón, sólo quería llorar.

Siempre existirá como la verdad​

−¿Estás bien? –escuché. Acelerada y con él corazón en la boca me di la vuelta.

***​

De que el sol saldrá​

Aún recuerdo como se veía al buscarla a la universidad. Siempre con esos jeans y la camisa rosada. Adoraba los rizos de su cabello, sus mejillas rosadas y esos labios carnosos, jamás probados. Tengo que admitir que es mi culpa. Nunca dejaré que un hombre la toque, cosa que me ha costado varios arrebiatos de ella.
Está noche está preciosa, sus ojos chocolates brillan intensos y esa sonrisa, dulce, cariñosa tan acaramelada está resplandeciente. Jadeó al mirar su cuerpo, la piel blanca, el vestido que aprieta sus senos y resalta su cintura, la altura y esbeltez que le da los tacos a su figura y el peinado tan elaborado pero, a la vez sutil.

Fábula ancestral, canto celestial​

Intenten distraerme en otra cosa. No debía sentir estás cosas por ella. Se supone que debo protegerla. Es sólo una niña, muy hermosa, sexy…sólo una niña. La veo bajar algo desesperada, frunce los labios de esa forma que no me gusta, porque solo pasa cuando está a punto de llorar.
−¿Estás bien? –pregunte despacio, tanteado el terreno.

*** ​

Es tan singular ​

Me mira tan pasivo. Lo veo acercarse despacio cada vez puedo percibir su loción a hombre, esa fragancia tal envolvente. Sus ojos dorados me miran furtivos, gimo mentalmente. Sus gruesas manos tocan mi rostro.

que te hace cambiar​

−Sesshoumaru –susurró. Mi corazón se acelera. Su mano se mueve hasta mis hombros y pasan por mi brazo, haciéndome temblar levemente.

Lo que estaba mal​

−Estás hermosa –me sonrojó y bajo la mirada.
−Pensé que no lo habías notado.
−¿Quién no podría hacerlo? Todos te miran, el vestido es muy abierto.
−No vamos a seguir con eso. Por dios tengo diecinueve años y no he besado a un chico –coloque mis brazos en jarra.

Siempre como el sol​

*** ​

surge la ilusión​

Y aquí vamos otra vez, pienso.
−Todavía eres una niña, Kagome –infla sus mejillas y me fulmina con la mirada.
−Claro que no. Además es tú culpa. Creo que moriré virgen, no quiero eso. Yo quiero saber que se siente amar –mi corazón se estrujo de sólo pensar que otro hombre le tocara−. Quiero que un hombre me ame y que no te tema –eso último acabo con la poca cordura que tenía.

Fábula ancestral​

Mis cuerpo la acorralo contra el balcón y tome su estrecha cintura. No pude evitar rosar mis labios contra su cuello, la escuche gemir, por dios es tan delicada.
−Yo seré el único hombre en tu vida –besé su cuello y respingo.
−El único que pueda tocarte –me apreté más a su cintura.
−El único que te va a enseñar de la vida –golpee mi aliento contra su oreja y mordí el delicado lóbulo−. ¿Estás de acuerdo?

música inmortal​

−…Si…−cuando la solté vi sus piernas flaquear. Su cara estaba ruborizada, la tomé del brazo y la llevé al centro de la pista.
Quería que todo el mundo se diera de cuenta que ella en silencio me pertenecía. Que nadie jamás podría poseerla. Un suave vals empezó dándole comienzo a su primer baile de sociedad. Yo quería ser el primero en todo y, así era y sería.

Bella y bestia son​

Sabía que la gente nos miraba sorprendidos. Yo era el ser a aquel que todos temían, llamado la bestia, de corazón frío, sin compasión; seguro pensaban cómo un ser tan bello como ella podría estar conmigo. Y es que no tenía explicación mi hermosa bella, mi chica, ella me pertenece.

Fábula ancestral​

Tome su cintura y la guié. Nuestros cuerpos se movían acompasados, tranquilos y, lentos.
−Sesshoumaru…
−…Uhm…
−Yo…−su mirada cobró fuerza−, Te amo.

música inmortal​

Por primera vez, bajo la mágica noche sonreí. Su mirada seguía segura sobre mí, no me importan qué pensarán los demás, o qué dirán, me conformó tenerla así para el resto de mi vida. Tomé su mentón y con cariño le susurré:
−Yo también –y sin más junté mis labios con los suyos. Dejándoles a todos presentes que yo era su único dueño.

Bella y bestia son​

*** ​

Danzábamos por toda la pista. La luz nos iluminaba el vestido era perfecto, él es perfecto. Lo amo, a su lado todo es posible y nada está mal. No importa lo que haya tenido que esperar porque al final no es una bestia como todos dicen, si no un mágico caballero, que está atrapado bajo una fachada de indiferencia y yo soy la única capaz de apreciarlo.

Bella y bestia son.​

FIN​