[Capitulo Trece]: Las cosas pasan sin darnos cuenta

Entre en seguida a la cocina para empezar la obra.
— Una ventaja de trabar aquí es que podemos comer gratis —sonreí— pero bueno... —miré el traje por la ventanilla para pasar los platos— ¿Le digo la verdad o seguimos siendo amigos Gakupo-san? —dije como broma mientras empezaba a cocer las berenjenas en mantequilla— pero vea el lado positivo, si uso mis habilidades en usted nadie le reconocerá, aunque... —una cosa vino a mi mente— ¿Recuerda que prometió a Mikuo ayudarle en su turno? —reí levemente— eso quiere decir que llevará ese traje hasta las cinco de la tarde.

 

Llevé mi mano a mi cuello, ¿cómo podía tener una boca tan grande? Tal vez por eso mi padre me ordenaba que hacer, yo no era bueno para tomar buenas decisiones. De alguna manera, eso me deprimió un poco.
—No quisiera escuchar sus burlas...enserio que no —sin más me puse de pie y comencé a quitarme el short y la camisa para ponerme el vestido. Mis músculos resaltaban demasiado, parecía travesti de esos raros que en ocasiones te encuentras. Sin querer mirar me puse las botas con tacón y me acerqué a Len, trastabillando un poco en el camino—. ¿Qué opinas? No seas cruel.

 

Miré tratando de no reír, hice la sonrisa más amable que pude.
— ¡Bastante bien! —sonreí nervioso— mejor de lo que esperaba —no dije más y volví a el platillo— pero si quieres un consejo, trata de pararte más femeninamente porque en esa pose si das algo de... ¿Gracia? —reí— debo admitir que esto es peor que cualquier broma de Mikuo ¿No lo piensas?

 

—En estos momentos creo que todo es mejor que este atuendo —me deje caer con un suspiro en una silla cercana— ¿Cómo se supone que deba caminar con esto? —alcé un pie mostrando la bota, hasta que recordé que llevaba puesta una falda, la bajé de inmediato un poco apenado. Continué hablando para no delatarme— ¿La dirección no piensa en la salud e integridad de sus estudiantes? No creo volver a ser el mismo después de esto —enfaticé con dramatismo.

 

— Pues Luki-san pasó por lo mismo y sobrevivió, y eso que a él le agregaron unas bolas por pechos —temblé— por eso entré como cocinero para evitar eso de los trajes, los de este café son algo enfermos, pero escuché que son ajenos a la academia, sólo le pagan una suma por dejarles vender aquí y así mismo, por ello la academia no puede intervenir ya que entramos por voluntad propia —terminaba los últimos detalles y fui a donde la mesa de Gakupo para dejar el platillo— aún así espero que esto pueda alegrarle el día Gakuko-chan —guiñe el ojo a broma mientras me reía levemente.

 

Suspiré.
Tomé el tenedor sin ánimos y traté de sentarme de alguna manera para que no se me vieran cosas que no quiero mencionar. Los guantes me estorbaban así que me los quite y los deje a un lado de la mesa. Ensarte un trozó de berenjena en el tenedor y lo lleve a la boca, debía admitir que estaba delicioso, tanto que me había sacado una sonrisa cuando ni siquiera tenía ánimo.
—Esta exquisito Len, felicidades —seguí comiendo sin decir nada, hasta que mi pesimismo paso—. Igual, si trato de no pensar en ello no es tan malo, ¿quién diría que todo lo que ha hecho Mikuo se queda corto a comparación de esto?

 

— Pues no es tan malo, creo ya has visto que casi todos en la facultad son mujeres —comenté— y son chicas agradables y comprensivas, también casi todo los chicos de la academia ya se han vestido de mujeres —me incline hacía él, tocándole el hombro— así que no deberías preocuparte tanto, incluso Mikuo termino vestido de mujer una vez ¿Recuerdas?

 

—Sí, pero... —suspiré. No quedaba más que aceptarlo, después de todo era el trabajo que había elegido. Recogí mi plato con una mano y lo lleve a la cocina para limpiarlo, antes de irme sacudí el cabello de Len— Gracias por todo Len —estaba lavando el plato hasta que recordé que él no había comido nada—. ¿No piensas desayunar Len? Yo te haría algo a ti pero...am...sabes que soy un inútil en eso jeje

 

Mi estómago hizo un sonido raro cuando Gakupo preguntó sobre mi comida.
— Pues creo que si haré algo para mí —me sonroje— pero será algo sencillo, una milanesa y una ensalada, eso será suficiente para mí —entre a la cocina y empecé a preparar el huevo con las especias para batirlo— pero... —hablé desde la cocina— ¿Qué piensa usted de Shion-san, Mikuo y Luki-san? —tratando de cambiar de tema— ¿Qué opina sobre la situación? ¿Cómo deberíamos actuar? Mikuo y Luki-san ya se reconciliaron, pero... ¿Qué haremos con Shion-san?

 

Comencé a acomodar los trastes, una vez listos me acerqué de nuevo a la mesa y tomé los guantes blancos para ponérmelos.
—Respecto a eso, la única que lo puede decidir es ella. ¿Sabes? Creo que ella no pensó con la cabeza fría, solo actuó sin media las consecuencias que seguirían así que, al menos yo...creo que primero debe analizar las cosas por si sola, después decidirá que hacer, ¿qué piensas tu? —traté de acercarme a la cocina, mis pies aún tambaleaban con las botas pero ya era menos notorio.

 

Guarde un minuto de silencio.
— Pienso que ella no tomará una decisión pronto y lastimará más a los demás —bajé la mirada— ella se ha bloqueado así misma, ni ella sabe que siente o quiere, se niega al pasado y estropea su presente. No es bueno vivir en el pasado, pero tampoco es bueno vivir sin él, porque es el pasado el que nos hace lo que somos —suspiré— pensándolo así, si no fuera por las cosas tanto buenas como malas que nos sucedieron, por nuestras decisiones no estaríamos aquí y no seríamos lo que hoy somos —el sonido del aceite me dio un segundo de reflexión— si yo hubiera tenido amigos y no hubiera vivido tan obsesionado con Rin, es probable tendría una personalidad más extrovertida, y también que nunca hubiera llegado aquí, me hubiera dedicado a otra cosa o quizá si hubiera llegado jamás les hubiera hablado o no les sería tan agradable —moví la cabeza— lo que quiero decir es que es el pasado quien forjo el presente, por eso no podemos renunciar a él, por muy cruel que haya sido.

 

Me encogí de hombros, a decir verdad era de las situaciones más difíciles que había sucedido en la Academia.
—Quizá solo deberían reunirse los tres y platicar...solucionar las dudas y confusiones que hayan, dar las disculpas necesarias...no sé, tal vez todo se solucione una vez que ellos sean capaces de arreglas sus diferencias —comencé a caminar de un lado a otro para adaptarme a las botas.

 

Ya había terminado de cocinar y me acerque a una mesa vacía a comer, nadie había llegado al café.
— Al ser día libre y con un parque de diversiones abierto, dudo que alguien venga a comer aquí —suspiré para luego ver a Gakupo-san y volver al tema de Shion-san— viste a Mikuo como actuó cuando la vio, la ignoró completamente —mi voz sonaba preocupada— y Luki-san parece muy sentido sobre el asunto, así que no estoy seguro quiera hablar con ella —mis ojos lagrimearon— el problema es que ninguno quiere saber nada de Shion-san.

 

—Todos estamos dolidos por lo que ocurrió, no tanto por ella sino por las personas y sentimientos involucrados —seguí caminando alrededor del lugar y miré por las ventanas— Además el día esta horrible, no he visto muchos alumnos hoy —bostecé, días así me desanimaban, por eso los odiaba—. Dudo que Mikuo solucione algo estando como esta, en cuanto a Luki...no sé que pensar respecto a él

 

Comiendo, suspirando.
— Me pregunto cuál es la verdadera gravedad del asunto de la madre de Mikuo —miré al techo— si el no volviera... ¿Cómo cambiarían las cosas? —pensarlo no ayudaba en nada, aún así no sé podía evitar— y aún así... ¿Por qué Mikuo querría que lo odiáramos en primer lugar para irse? Porque por eso besó de esa forma a Shion-san —metí comida a mi boca mientras seguía pensando en silencio— Mikuo es muy testarudo, como dijiste, gusta de hacer las cosas sólo, y Luki-san es muy cerrado y explosivo —miré a Gakupo-san— Shion-san está confundida y tú y yo, sólo podemos observar.

 

—Tal vez quería ahorrarnos la tristeza que sentiríamos si se hubiera ido —hablaba como si ya hubiera pasado pero es que hablar de que aún eran planes en marcha, aumentaba la tristeza de pensar en que pasaría con él y nosotros. No pare de caminar, era relajante una vez ignorabas las botas—. No tenemos más que hacer, independientemente si nosotros opinamos, al final serán ellos quienes elijan y decidan que hacer.

 

[Iré a dormir Syel, mañana seguimos]

— Pensar que algo así suceda —mi mirada se quedo pérdida en mi plato— son cosas que no quiero pensar pero las creo necesarias, las creo ciertas en este momento —pensé en lo que se debía hacer— tienes razón, no podemos hacer nada, aún así... me gustaría hacer algo —sin más palabras continué comiendo para luego dirigirme a la cocina.

 

Al terminar de comer aquel helado decidí seguir caminando por las calles mojadas de una manera algo "emo".

Veía como la gente conversaba mientras yo estaba en plena soledad.

 

—Desearía que Mikuo en verdad regresará pero...creo que es algo independiente de nosotros, es solo el destino el que decide —El día era demasiado triste y con estas situaciones lo era aún más. Vi caminar a alguien a través de las ventanas, era pequeña, quizá la chica de la que Mikuo habló. Me aterré de que me viera con ese traje, una impresión así no era buena por lo que seguí a Len a la cocina—. Lo sé, sentirse un inútil cuando tus compañeros te necesitan...La vida no es fácil.

 

Camine un rato sin saber que hacer, me quede suspirando, posteriormente me di cuenta que no tenía a dónde ir, así que regrese al café, peor vi que no había nadie y sólo me quede sentado en la orilla de la banqueta cerca del café.
— Supongo que debo enfriarme un poco —tomé un cigarrillo de mi bolsillo y lo metí en mi boca para empezar a fumar un poco, técnicamente estaba dejando de llover— me pregunto... ¿Qué debería hacer?