[Capitulo Seis]: Día Libre

Tosí un poco, vi a Akaito entrar al cuarto, me cuestionaría como consiguió el cuarto de la habitación o como escucho mi voz, pero tampoco le di importancia, di gracias estuviera ahí— s-si... —dije con pesades— solo estoy algo mariado —y sin poder casi evitarlo termine vomitando sobre el pobre de Akaito, para después perder el conocimiento.

 

En la habitación parecía estar medio moribundo, al escuchar que decía que estaba bien me alegré bastante, pero después... cuando me vomitó en sima, contuve mis ganas de vomitar cubriendo mi boca, cargándolo como un muñeco de trapo entre mis brazos lo llevé a la enfermería, no había nadie solo me quedó ponerlo en una camilla abriendo las cortinas que había alrededor. (Demonios... ¿que rayos le pasa a este peli-verde?- Pensé) toqué con mi mano su frente, parecía tener un poco de fiebre o tal vez estuvo expuesto al sol bajo la ventana toda la mañana... Me senté a la orilla de la camilla quitándome la camiseta que el peli-verde me había estropeado.

 

Soñé demasiadas cosas... ¿Cuánto había pasado desde la última vez que vi a Luka-san? En mis sueños la vi la primera vez que la conocí, siempre la admiré, a lo lejos, me sentía solo en el fondo de mi corazón, sin una voz o razón de ser, pero su voz me hizo pensar que había una razón para seguir adelante, para seguirme a mi mismo, me hacía pensar que quería alcanzarla, que quería estar a su nivel y tener esa mirada tan segura al cantar, ese era mi sueño.

— ¡Ah! —me quejé mientras abría los ojos, por un momento no supe que vi, pensé que era ella— ¿L-luka-san? —dije en un susurró, pero parpadee al ver que era Akaito— Lo siento... —dije apresurado mientras intentaba sentarme— lo siento, creo estoy siendo molesto —noté no llevaba camisa, pero recordaba que había vomitado sobre él, así que me sentí avergonzado— hoy creo que no me siento bien —trate de reír mientras volvía a toser.

 

Cuando por fin volvió en si murmuraba un par de cosas, entre ellas el nombre de Luka-san... se sentó de inmediato pidiendo disculpas, en su expresión parecía haber algo de vergüenza, para hacerlo sentir mejor simplemente sonreí. —No te preocupes, no pasa nada cualquier persona puede enfermar de repente, no encontré a el encargado de enfermería por ningún lado... tal vez necesites ir a un medico particular.— Por un momento creí que mi propuesta siguiente iba a ser un poco fuera de lugar, pero aún así me atreví a preguntar. —¿Mikuo... quieres que te lleve a el medico de mi familia? Al parecer hoy es el día de descanso de la/el enfermera/o. — Dije mientras tiraba mi camisa de vestir favorita a el cesto de basura.

 

— No —moví levemente la cabeza— en realidad solo es exceso de comida ayer —dije recordando la idiotez de ayer, parecía que en cuestiones de resistencia Gakupo me había ganado, pero en realidad como no me gustaba el sabor de la berenjena— pero... no deberías tirar esa camiseta —me sonroje un poco al pensar que era mi culpa, posteriormente volví a reír como siempre— yo puedo lavarla, es fácil quitar la mancha de vomito —le ofrecí mi mano para que me la diera— la ropa no se puede tirar tan fácilmente.

 

—¿Exceso de comida, estaban jugando o algo así?— Negué con la cabeza en señal de desaprobación riendo de lado, seguro era que su estómago estaba muy lleno y así se fue a dormir. —Me alegra que hayas despertado, pudiste haberte ahogado mientras dormías.— Era notorio que se sentía mal por mi camiseta, ofrecerse a lavarla me parecía demasiado. —En verdad no hace falta, ropa es lo que me sobra y a decir verdad casi no me gustaba (mentira).— Me sentía extraño estando en pantalones fuera de lugar... un pequeño sonrojo en mi cuerpo incluso sobre mis pequeñas pecas comenzaba a aparecer.

 

— No hables como si fueras niño rico —dije a modo de broma— aunque no parezca soy bueno en labores del hogar, yo lavaba la ropa de mi hermana —dije casi en tono de orgullo— y si no me ladas me sentiré ofendido —sonreí amablemente— estaría limpia y como nueva para hoy en la noche —diciendo eso volví a toser algo extrañado— dime Akaito... ¿Nunca has intentado comer algo que no te gusta en grandes cantidades?

 

—Espera, aunque no quiera soy un hijo de papi. — dije para seguir con el juego cuando escuché lo de lavar ropa me pareció algo súper gracioso, casi sin querer le entregué la camiseta cuando la saqué del cesto. —Sobre la comida... (Recordé cuando Len me ofreció un dulce de banana, de esos que le encantan) creo que si, pero en cantidades muy pequeñas, odio los dulces... nunca me dejaban comerlos de niño por eso les tengo cierto odio a su sabor... ¿Que te comiste ayer?— Mi sonrojo aumentaba ligeramente, para ocultarlo tomé una frazada y cubrí mis hombros con ella.

 

— Bueno... —empecé a reír mientras medio doblaba la camiseta— ayer hice una competencia de bebidas con Gakupo, él bebería mi soda favorita y yo la suya —sonreí algo frustrado por el resultado— realmente no me gusta el sabor de la berenjena —reí fuertemente— y no se a que hora perdí el conocimiento, pero parece Gakupo no le afecto mucho ya que se levanto antes que yo —luego le mire amablemente— tal vez un día guste de competir con nosotros.

 

Negaba con la cabeza sonriendo en todo momento, no me los imaginaba bebiendo sodas que no les apetecía beber. —Nunca le presto atención a lo que cómo, el punto es que no sepa dulce, entre más picante o amargo mejor para mí (osea, azúcar = el demonio mismo para Akaito) me encantaría jugar a ver quien aguanta más.— Extrañamente vino a mi mente un vago recuerdo, el tema de los equipos, ni Mikuo ni yo teníamos compañero, me tiré en la camilla de forma vertical, perpendicular a el asqueado chico con pelo verde. —Mikuo... ¿encontraste un compañero para el trabajo ese en equipo? le iba a pedir a la pequeña Lenka-chan que formara equipo conmigo pero la chica nueva con pelo color violeta me ganó la propuesta... (bufé).—

 

—Oh, así que me escuchaste...Bueno, sí. Necesitaba despejarme un rato, me sentía un poco, como decirlo...¿incómodo? ¿apretado? No lo sé, es que me he enterado de distintas cosas y luego lo que hice con Mikuo, de verdad que me sentía mal. —dije, sonriendo un poco y colocando mi mano detrás de mi nuca, esa siempre había sido mi señal de nerviosismo. Estábamos a punto de llegar y por alguna razón me sentiría inseguro de si le gustaría ese lugar pero más indeciso de si yo podría regresar ahí.

 

-¿Con Mikuo-san? ¿Qué hiciste con él? - Pregunté con curiosidad. Quería saber donde me llevaría, me pregunto si ya estamos cerca.

 

[el spoiler es la cafetería]
—Pues me reto haber quien aguantaba más en beber..Si él con el jugo de berenjena o yo con el jugo de puerros, fue raro y aunque no me gustan los puerros, no me incomodo —reí divertido, recordar la cara del peli-verde al beber la última soda, diciendo "ya no aguanto más" y cayendo desmayado me hacía reír como un niño pequeño. Por fin llegamos al lugar que quería: una cafetería alegre, informal y de muy buena comida. Mi corazón latió pero lo ignoré..pasado era pasado. Abrí la puerta y la invite a pasar— después de ti Kaiko

Contenido oculto

 

Le sonreí a Gakupo ante el acto de caballerosidad - Wow - Exclame al entrar, la cafetería era simple y tenía aire tranquilo, a primera vista me encanto el lugar - ¿Podemos sentarnos ahí? - Le pregunté mientras señalaba una mesa al lado de una ventana.

 

—Por supuesto— la seguí a la mesa y deje que ella pasara primero, me senté frente a ella y miré hacia afuera: las calles, los edificios altos, las personas y finalmente el sol que se colocaba en su punto más alto. —¿Te gusta?— pregunté fijando mi mirada en su rostro, ella miraba hacía afuera con una sonrisa ¿un recuerdo importante? Aún así espere su respuesta.

 

Me había distraído bastante observando por la ventana, ya que me gustaba ver el cielo, las personas, en fin... Me agradaba ver por una ventana. La voz de Gakupo-kun me saco de mis pensamientos - Me encanta - Respondí con una sonrisa, el lugar me gustaba bastante -Mmm... ¿Pedimos ahora? - Me atreví a preguntar - Y... ¿Estás seguro que no comerás nada de nada? Al menos podrías tomar algo - Sugerí, sabía que no era obligación que comiera algo, pero quizás me sentiría un poco más cómoda si lo hiciera.

 

—Que bien!— sonreí alegremente. —Claro, tal vez solo tomé un vaso de agua— levanté la mano y enseguida una joven mujer apareció, pidiendo nuestra orden. Ella me miró. Ya la había visto en varias ocasiones y suponía me conocía. Pedí el agua y miré a la peli-azul. —¿Que se te antoja? Aquí hay de todo, como te dije— estaba meditando la respuesta. Ella era muy linda, me gustaba ver a las personas así, por lo que no pude evitar sonreír sin apartar mi vista de ella.

 

-Amm... - Mire el menú de reojo - Quiero un pastel de chocolate y... ¡Un fresco de naranja estaría bien! - Antes quería café, sin embargo finalmente me decidí por otra cosa -Y dime, ¿que han pasado estos dos días? - Le pregunté, quería saber si había pasado interesante en esos dos días en los que había faltado.

 

—Sería mejor decirte lo que no ha pasado...¿Por dónde empezar? ¿Conoces a la chica nueva?— miré hacia la ventana, mirar a otro lugar mantenía fresca mi mente y por lo mismo podía recordar mejor— Me parece que se llama Yuzuki Yukari, es de cabello lila y largo— seguía con mi vista enfocada en las personas que pasaban. Creo que empezar por ella era la mejor opción.

 

¿Cabello lila y largo? A menos que Gakupo-kun se hubiera cambiado de genero en estos dos días, dudaba haber visto a una chica con tales características - No, no la conozco - Di una pausa - ¿Paso algo con ella? - Me intrigaba saber si había pasado algo con ella o no.