[capitulo quince]: un líder en camino.

— ¡Me gustan las bananas! —repliqué de forma bochornosa, deseando que la tierra me tragara— seguro también a Shion-san le han de gustar cosas así, ¿No? —comenté con una sonrisa insinuante.

 

—No critico gustos, Len —le dije, parecía estar tratando de decirme algo en doble sentido, así que decidí responder de esa forma—. A mi me gustan los helados, nada más —agregué, los helados para mi siempre serían lo mejor.

 

Suspiré de alivio.
— ¡Me alegro! Pero no es tan vergonzoso —comenté triste— siempre que digo que me gustan las bananas, por eso en mi antigua escuela se burlaban de mí, porque era algo raro para un chico —suspiré triste— por eso es bueno que alguien lo entienda.

 

Rió por un momento antes de darse cuenta de que su espalda estaba contra el suelo y Mikuo estaba encima de él. Se quedó sin aliento por un momento y sentía una extraña opresión en su pecho. Le molestaba saber que además estaba sonrojado a más no poder. ¿Qué tanto le divertía a Mikuo jugar de esa manera sin llegar al extremo de que admitiera de que le atraían los hombres? Frunció el ceño y desvió a mirada al tiempo que chasqueaba la lengua contra los dientes. —¿Qué haría...?— En un principio, se convenció de que no tenía que detenerse a pesarlo porque era una tontería. Lo empujó levemente antes de, de forma contradictoria, acercarse más a él, sonriendo. —Te recordaría que yo no soy gay, aunque me sentiría halagado.— No pudo evitar volverse a reír antes de alejarlo. —Si que estás loco, Mikuo.

 

—Bueno, yo solo veo la banana como una fruta, Len —le aclaré—. Las personas que te molestaban seguramente no tenían la suficiente madurez como para entender que la banana es tan solo una fruta —le dije, en realidad me parecía estúpido que lo hayan molestado algo como eso. Todo eso sin mencionar que Len es demasiado tierno para molestarlo de forma verdadera.

 

Miré de forma confundida a Shion-san.
— Pues claro que solo es una fruta —respondí— por eso jamás entendí porque no era normal para un chico que le gustaran las bananas —inflé las mejillas— siempre me perdí de ese chiste —comenté mientras continuaba comiendo.

 

Me reí un buen rato entre el silencio de ese salón y suspiré— lo siento —dije con una sonrisa— siempre quise intimidar así a un chico, pero si lo hacia con Len es seguro que me hubieran matado todos por pervertido, Len estaría llorando y yo en prisión —me recargue en mis brazos— y Gakupo ya me hubiera matado a patadas y con muchos cortes —miré el techo para luego mirara a Luki— tú eras una buena víctima —sonreí— y no puedes negar que te sonrojaste en extremo —solté una carcajada.

 

—Eso es por que tienes la mente de un niño y no comprendes los "segundos sentidos" —interrumpí. Aún estaba enojado y dudaba que el mal humor se me pasara pronto, vi a Kaiko y solo le di una pequeña sonrisa, "saludándola". Vi sus platillos, ¿omelette de atún? Por alguna razón, no tenía hambre...

 

Miré a Gakupo un poco sorprendido para después inflar mis mejillas voltearme a ignorarlo para seguir comiendo, sin más que hacer saqué mi celular y tomé los audífonos para ponerlos en mi oído y así no escuchar nada.

 

—Oh, hola Gakupo-kun —lo saludé—. Ciertamente parece que Len no entiende los segundos sentidos —estuve a punto de dirigirme hacía Len pero él ya tenía sus audífonos puestos. Pude notar como Gakupo había visto de más el omelette de atún, así que decidí ofrecerle —. Gakupo-kun, ¿quiere un poco de omelette? —le pregunté.

 

Miré como Len se colocaba los audífonos y suspiré... por alguna razón estaba comenzando a tomarle la medida, seguramente me ignoraría como hizo ayer. Me encogí de hombros, quizá se le pasaría, quizá no...
Volteé a ver a Shion-san, ¿me estaba ofreciendo su omelette? ¿Qué tenía yo para que todo el mundo me diera comida? Negué con la cabeza.
—Para serte sincero... no se me antoja —sonreí de lado. Con ella no podía enojarme... Ni siquiera sabía que había ocurrido.

 

Si antes los juegos de Mikuo le parecían algo molestos, ahora se sentía algo ofendido. Supuso que si, Mikuo tenía buenos puntos para no molestar a Len de ese modo (y en ese caso, Luki lo prefería así), y que ya molestaba lo suficiente a Gakupo: Pero que ahora resultara que Luki fuera una presa fácil para sus juegos lo ponía furioso. Volteó hacia otro lado sin decir nada, seguro de estar sonrojado aún, pero molesto más que nada porque sin duda era cierto que estaba incluso más sonrojado segundos atrás.

 

—¿No? bueno —acepté cuando rechazó el omelette —, aunque quiero que sepa que está delicioso —agregué. Y no dije nada más. Por el hecho de que él me estuviera hablando podía suponer que no estaba molesto conmigo, pero... ¿Sabía lo que había pasado aquel día? Lo mire por un momento. No, si él no había dicho nada, no debía darle demasiadas vueltas.

 

Miré como Luki se volteaba, ¿Acaso se habría enojado?— ¡Hey Luki! —agité su hombro de forma amigable— solo jugaba, por favor no te enojes, lo siento... —dije con sinceridad— en realidad pienso que Luki es muy adorable cuando se sonroja, quizá más que Len.

 

Realmente no quería nada de comer, creía que si algo se depositaba en mi estómago me haría escupir fuego. Sentí su mirada en mí y volteé a verla para sostenérsela, no lo había notado antes pero ella era muy linda. Considerando que Len nunca había tenido a otra chica ante sus ojos, más que su hermana, era obvio que le gustara.
—¿Hay algo atractivo que mirar? —bromeé con una sonrisa.

 

Después de terminar de comer suspiré, Gakupo y Shion-san estaban bastante entretenidos platicando, así que sin decir más ni despedirme me retiré sigilosamente sin que se dieran cuenta, al final tenía clases. Camine afuera de los comedores con destino al salón, una cosa era clara: ¡Gakupo era un completo idiota insensible que merecía ser atropellado por 500 toronjas gigantes del tamaño de big mamá!, así mismo sabía que sería un día pesado en el salón ya que Luki-san y Mikuo no estarían, y no tendría con quien hablar.

— Quizá debería ir a la biblioteca después de clases —susurré para mí, mientras llegaba a las puertas de la escuela.

 

Reí levemente —Nada más su cabello, Gakupo-kun —respondí a modo de broma inflando mis mejillas—. Ya se lo he dicho ¿no? Me gusta bastante su cabello —elogié, y no decía una mentira en lo más mínimo, realmente me gustaba el cabello de Gakupo-kun.

 

—No creo que estés ayudando del todo a que no esté enojado— dijo negándose a voltear a verlo, ya fingiendo un poco su indignación, siendo que le hacían algo de gracia sus palabras a esas alturas. Había que admitir que también seguía algo sonrojado: Sin embargo se mantuvo serio.

 

La miré un poco sorprendido y debía admitir que me sentí un poco apenado pero aún así le sonreí.
—Solo mi cabello, ¿eh? Bueno que se le puede hacer —dije, encogiéndome de hombros—. Supongo que no debería decir lo que me gusta de ti Shion-san —seguí bromeando, coquetear nunca fue lo mío...

 

Fruncí el ceño ante la negativa de Luki— Conste que intenté hacerlo por las buenas —susurré, para después abrazarlo por la espalda para inmovilizarlo, lamer su cuello y morderlo con fuerza sacando un poco de sangre— ahora deberé ser un vampiro y comerte.