[capitulo quince]: un líder en camino.

—Si no puedes contra la ilógica, únete— dijo ates de hacer un pequeño gesto de queja y haciendo que soltar su mejilla. —De hecho desde niño tengo la piel algo reseca...— Era algo sin importancia que no le gustaba admitir. Rió pensando en una tontería. —¿La suavidad de tu pie puede definir tu masculinidad?

 

Me quedé pensando— No lo sé... pero si así fuera, Gakupo debería ser la mole —conté como un mal chiste— ¡Demonios! Creo acabo de contar un chiste de miel —sonreí a Luki— pero aún así lo de la piel aplica a Len, donde lo veas es una linda chica —miré el techo— bueno... Luki, ¿Cómo te verías si vistieras de verde?

 

Lo mira algo confundido por el chiste. En cambio se ríe cuando menciona lo de Len. —Nunca digas cosas así delante del rubio— señaló. Pensó sus siguientes palabras un poco y tuvo que echarse un pequeño vistazo. —Amm... ¿depende del verde? Quiero decir, del tono. Un verde muy claro no.

 

Tomé mi corbata y se la puse a Luki en la cabeza— Pues creo mis tonos no te sientan —comenté con una sonrisa cruel— pero volviendo a Len, hoy se veía un poco deprimido —suspiré— ese chico incluso se comporta de una forma... ¿Delicada?

 

Se mantuvo sonriendo hasta que mencionó algo sobre Len estando deprimido. —¿Sabes? A veces cando una broma pesada afecta tanto a una persona, le traspasa algo de mal humor a otros...— dijo intentando darse a entender sobre lo sucedido. Suspiró relajando los hombros. —Creo que yo también estaría en un estado alerta si hubiese vivido los acosos que el vivió.

 

Sonreí un poco apenado— ¿Sabes? Yo no le juego esas bromas a Gakupo por ser malo, sino porque es una forma de decir que me importa —susurré levemente para luego mirar a Luki— es cierto que Len es como es por la vida que ha tenido, como tú eres tan distraído o Gakupo tan serio, pero creo todos deberíamos cambiar, madurar —moví la cabeza, las ideas eran difusas— porque al final... creo ninguno de los cuatro estamos satisfechos con lo que somos.

 

Suspira. ¿Qué será más siginificativo? ¿Las bromas pesadas a Gakupo o el acoso sexual a Luki? Muestras de ... afecto, son muestras de afecto a fin de cuentas. Piensa un poco lo que dice Mikuo, no del todo de acuerdo. —Bueno, hay cosas que no se pueden borrar, sea que queramos cambiar o no. Supongo que para algunos es más difícil...— Ignoró por un momento el haber sido llamado distraído (a fin de cuentas, lo era).

 

— La verdad es que ni yo mismo me comprendo —reí nervioso— pero a veces creo que ustedes tres deberían valorarse más —el burro hablando de orejas, al pensar eso me reí— pero cambiando tema... ¿Qué piensas hacer en el futuro Luki?

 

Por un segundo miró a Mikuo seriamente molesto con su pequeño sermón fuera de lugar; pero sólo se debió dar cuenta de que no tenía nada que decir así que se limitó a negar con la cabeza. —Me encanta la idea de triunfar en el mundo de la música...— Rió. —Pero seguro terminaría en una carrera de contaduría.

 

— Contaduría... —me reí— dudo que alguien como tú quede bien como contador, aunque como músico tienes esperanza —sonreí— por lo menos la apariencia la tienes, aunque dejando eso de lado... —miré un momento de arriba a abajo— ¿Cómo sería tu debut para la música?

 

Frunce los labios. —Las matemática se me dan muy bien,— se encoge de hombros riendo —contrario a cantar...— No podía estar en desacuerdo con eso: No se consideraba la gran cosen cuanto al físico, pero suponía ser lo suficientemente llamativo para la carrera. El tener, a ratos, tan alta autoestima, le causaba gracia. —¿A qué te refieres?

 

Sonreí— No digo que seas malo para ello, pero no te imagino en algo así —dije como un cumplido sincero— y si fuera lo que realmente quieres, no tendría sentido que estés aquí —miré a Luki— por lo que pienso que al acabar la academia, deberíamos hacer una banda —sugerí— ¿Qué tal un cuarteto de mapaches? Y necesitaremos un vocalista, así que será mejor saber quien de ustedes tres canta mejor.

 

Se quedó boquiabierto y confundido, sin saber que decir por un momento. Sonrió. —Eso me parece un estupenda idea...— Lo miró con un signo de interrogación en el rostro. —Pero... ¿quién de nosotros? Debes incluirte en eso— dice dando un pequeño golpe a su hombro. —¿O qué? ¿Jamás piensas dejar que te escuchemos a ti?

 

Miré a Luki con una sonrisa un poco siniestra— ¿Quieres escucharme? —le miré de reojo— puedo cantar, por mi no hay un verdadero problema, pero eso te costará algo... —saqué un poco los colmillos— te costará cantar para mí.

 

Se llevó las manos al rostro, mostrando un rostro algo frustrado y descontento. Alzó una ceja. —Podría considerarlo...— se atrevió a decir. Luki tenía la mala costumbre de callarse a sí mismo mientras cantaba cuando estaba solo, porque sabía que solo estaba destrozando una canción que le gustaba al cantarla mal: Era algo desesperante para él. Pero por algo estaba en el taller de voz, trabajando en ello.

 

Suspiré mientras acariciaba la cabeza de Luki— No te lo tomes en serio, en realidad no tengo intención de forzarte... —sonreí para acomodarme y empezar a tararear— si canto quedará como un secreto, en realidad detesto mi voz —empecé a hacer algunos graves para dar paso a la letra, debo admitir que desafinaba en las partes altas— No hay un lugar a donde ir... —suspiré tratando me mantener la voz— por la culpa de este amor... —cante solo la primera estrofa para parar en seco— verás que no es anda buena mi voz.

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No soy fanática de la canción ¿sabes? Pero la voz de Mikuo está más que bien ;)

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Negó con la cabeza, sonriendo incrédulo. No podría sabe nunca cuando decía las cosas en serio y cuándo no, ¿verdad? Lo miró algo sorprendido y expectante, sin creer que simplemente decidiera cantar frente a él. Estaba ligeramente sorprendido de sus graves. Sonrió algo decepcionado cuando se detuvo. —Considera un logro el que se te entiendan las palabras. No suena nada mal.

 

Me senté y bufé— Si escucharás a mi hermana te darías cuenta que sonamos casi igual con dos diferencias —alcé mi dedo indice— ¡Number one! Mi voz es un poco más grave, aunque no deja de sonar femenina —fruncí el ceño para sacar el segundo dedo, haciendo técnicamente el signo de amor y paz— ¡Number two! Mi hermana no desafina, yo sí —me encogí de hombros— en todo caso mi hermana es mejor que yo, por tanto no tiene sentido que una voz barata como la mía cante cuando ya existe Miku Hatsune —sonreí un poco amargado.

 

Se cruzó de brazos por un momento, dejándolo terminar de hablar. Cuando supuso que había terminado, se levantó y le dio un buen coscorrón, evidentemente molesto. —No seas así de estúpido, por favor.— Rió un poco. —¡Está bien que te señales tus errores pero no hay necesidad de compararte a ti mismo!— Más que enojado, hablaba muy rápido. Se detuvo a suspirar. —No te sirve de nada compararte con tu hermana. Tú eres tú. Por millones de diferencias, eres tanto o más especial que ella, ¿de acuerdo? No me hagas golpearte de nuevo.

 

Me reí— Bueno si hablamos de voz, no tengo nada especial —guiñe el ojo— por eso decidí dedicarme a los instrumentos en lugar de cantar —sonreí un poco— dame una batería y te mostraré mi verdadero valor —dije con confianza— aparte... ¿Quién se queja de cantar mal? No solo soy yo.