[capitulo once]: ¡hay trabajo que hacer!

Fue y se sentó de nuevo junto a él. Sentía que había arruinado el ambiente. Se limitó a comer y beber en silencio. Paseó la mirada por la habitación y vio todo más oscuro de lo que recordaba que estaba hacía solo segundos. Dejó de lado la lata a medias, recargó su cabeza en la pared y llevó su mano frente a sus ojos. —Demonios... creo que he llegado al límite con el alcohol.

 

Llevaba unas 6 o 7 latas cuando Luki empezó a quejarse del hecho de no poder beber más— P-por favor... —reí mientras un sonido raro salía de mi boca— no seas marica, si has bebido menos que yo —tome una lata de cerveza y empecé a beberla hasta llenar mi boca, sin tragar el líquido, posteriormente tomé a Luki de su camisa y lo acerque a mi para besarlo y depositar el contenido en su boca— y si me dejas solo bebiendo, tendré que obligarte a beber —Len estaba que roncaba y Gakupo parecía muerto.

 

—¡¿Que--?!— Se quedó sin palabras, y sin la posibilidad de negarse, cuando de pronto Mikuo le besaba haciéndole beber la cerveza de su boca. Tragó con un poco de dificultad y cuando Mikuo se separó de él tosió un par de veces ates de respirar hondo. —¡¿Q-quieres matarme acaso?! ¡Casi me ahogo!— Se talló el rostro, rehusándose a caer vencido por el mareo: No era cansancio, era mareo. Indeciso entre su salud física y la mental, decidió tomar el resto de su lata y bebérsela de un tirón. —Inevitablemente caeré antes que tú ¿eh?

 

No pude evitar morir de risa en el suelo— ¡Realmente puedes ser más niño que Len! No intentaba matarte, solo quería ver que tanto puedes beber... ¡No pienso ganar tan fácilmente! —una sonrisa malvada se formo en mis labios mientras acababa lo de mi lata y tomaba una nueva— aunque no lo creas, tengo una enorme resistencia a la bebida —la abrí y empecé a beber— aunque bueno... —reí al recordar algo y guarde silencio.

 

—¡¡El maduro ha hablado!!— dijo con un gesto incrédulo. —Puedo con la bebida, pero no puedo con la resaca. Además nadie bebe cerveza de ese modo...— dijo abriendo otra lata y dándole un trago. —No lo dudo, para alguien que bebió por primera vez a los trece años...— Le miró con algo de curiosidad tras esa risa pero decidió no preguntar.

 

— Pues si soy bastante maduro —una sonrisa se formó en mi rostro para luego reír y acariciar nuevamente su cabeza— pero la resaca no es tan mala, yo conozco remedios culinarios para bajarla bastante a un simple dolor de cabeza —empecé a hacerle cosquillas para luego soltarle y seguir bebiendo— sobre mi primera vez, bueno... de noche salía, digamos fue mi etapa rebelde —saqué la lengua para mostrar mi perforación con su pequeña piedra verde— incluso casi fui capaz de hacerme un tatuaje, digamos que trataba de rebelarme ante lo que no quería ser.

 

Asintió con la cabeza de manera sarcástica justo antes de casi dejar caer su lata por las cosquillas del otro. —Bueno, de mi primera experiencia con la resaca no me gusta ni acordarme— dijo y luego se dedicó a escuchar a Mikuo. Vio algo asombrado la peforación que tenía el peliverde en la lengua, incrédulo de pensar que no lo había notado antes. —Entonces... ¿también te hiciste o estuviste a punto de hacerte un tatuaje?— Pensó un poco ese tema tan tabú de la rebeldía típica adolescente. —Yo me haría un tatuaje pero no creo que me perforaría.

 

— Vamos, puedes contarla —sonreí divertido mientras hablaba de su primera resaca, tenía curiosidad en parte de saber que tan mala había sido— sobre el tatuaje, me hice uno de henna, de esos que se quitan en dos semanas —añadí divertido— para mí es más doloroso un tatuaje que una perforación, un tatuaje te hacen una cicatriz que pigmentan, es permanente y el proceso doloroso puede tardar por más de 2 horas, dependiendo el modelo del tatuaje, y si un día te arrepientes... solo se quita con una cirugía láser —hice un silencio— una perforación en cambio el proceso es más rápido, y quitando los diez días en que no puedes comer sangre de res o puerco, comer fríos o pronunciar ciertas letras, pues de ahí no es del todo permanente y si uno quiere se cierra don dejar de usarla —sonreí— y tu te verías muy bien con perforaciones en el oído Luki —tomé su oreja mientras señalaba ciertos lugares.

 

—Bueno... Mis compañeros de habtación hicieron una fiesta en el departamento y me obligaron a probar la bebida— Señaló a Len. —En ese entonces me portaba de la misma manera que Len, pero duré más tiempo despierto.... para mi desgracia... para seguir bebiendo. La resaca me duró cuatro días: Fiebre y vómitos cada media hora. realmente no fue divertido... Ni hice amigos, que fue un pretexto que me dieron para no irme a dormir en el parque.— A como Mikuo describía el proceso de un tatuaje, vaya que se le quitaron las ganas. —Hmm... igual y en las orejas no suenan tan mal las perforaciones. No me atrevería a perforarme la lengua, y el labio, la ceja o el ombligo no me parecen buenas opciones.

 

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¿Cómo paso todo esto? T.T No volveré a ir a trabajar

Sentí cuando Len me jaló y fue divertido, sentía que era como un pequeño hermano que solo buscaba divertirse. Una vez en la habitación, Mikuo comenzó a repartir las latas de cervezas, no habían pasado más de 5 minutos cuando Len se emborrachó y comenzó a decir groserías, me sorprendió tanto que sin que se diera cuenta tomé su celular y lo grabé en silencio "¿Así que cabello de trasvesti, veamos que dices cuando veas este vídeo" Pensé con una sonrisa maliciosa. Tomé una quinta lata y la bebí, a decir verdad al igual que Mikuo tenía resistencia al alcohol...No fueron mis mejores tiempos. Observe en silencio la plática de Mikuo y Luki, después de todo el pelo rosa ya había hablado lo que quería conmigo. De pronto Luki pareció que ya estaba llegando a su limite y la ronda de los besos comenzó, enarqué una ceja sorprendido. Estaba seguro que esta noche no se iba a olvidar, para nadie.
—Que espectáculo— me dije en un susurro tomando mi sexta lata. Me puse de pie para irme a recostar a mi cama, tomé la katana del suelo y la coloqué encima de mí.

 

— Una perforación en tus oídos con discretos aretes te dará un toque más masculino y cruel, aparte también hay más tipos de perforaciones, si te interesa puedo hacerte una —reí mientras veía a Gakupo levantarse y tomar su katana— ¡Oh! Despertaste... ¿Vas a realizar la danza del cerezo para nosotros? —dije a modo de broma.

 

—¿Masculino y cruel?— preguntó riendo. Miró a Mikuo con algo de miedo. —Tal vez en otra embriagada, amigo...— Observó también como Gakupo se iba a su cama. Ahora que lo pensaba... ¿Ya se estaba olvidando de lo dicho y hecho en la noche? "Tal vez estoy entrando en negación..." pensó. De cualquier modo, nada grave había ocurrido, de eso estaba seguro.

 

Volteé a ver a Mikuo con una sonrisa maliciosa.
—No podrías hacerla aquí sin rebanarte la cabeza —reí y miré a Luki, ya había resistido estando consciente mucho. Miré a Len, tirado y roncando y no pude soltar una carcajada—. Ya quiero ver su cara cuando tenga la "resaca", sobretodo cuando le digamos que cayó con solo media lata. Mikuo, debo decir que has conseguido un buen ejemplar de cervezas en lata —dije con tono de orgullo. Tomé la katana y la acerqué a su cabeza—. Te bautizo como el "Lord de las cervezas"

 

— Pues ni con media cerveza fue —comenté con una sonrisa— escupió mucho en su primer trago —cuando Gakupo empezó a hablar sobre la cerveza y nombrarme lord, supuse que él estaba igual que nosotros— ¡Oye! ¡Oye! Tranquilo rey de espadas —comenté mientras me levantaba— a mí no me interesa ser ningún lord de la cerveza, pero quizás si el dueño de tu corazón —hice un movimiento pesado para acercarme a él y besar sus labios— ¡Es broma! —en cuanto me aparte me escude atrás de Luki— ¿Y no hay nombramiento para Luki?

 

—¡Puaj! ¡Mikuo! —me quejé mientras limpiaba mis labios con el dorso de la mano, tomé una lata más para no pensar en nada más que el sabor de la cerveza. Miré como se escondió tras de Luki—. No uses a Luki como escudo, aún así te partiría en dos. Luki....—lo miré, por más que quisiera decirle algo bueno, no lo conocía del todo bien como para decirle algo particularmente positivo—, ¿qué te gustaría ser? —pregunté con gesto serio, a pesar de las cervezas era una pregunta con muchos significados.

 

Rió a carcajadas. —Hay cosas que son perfectamente iguales en sobriedad y ebriedad. Que entre esas cosas este el hecho de que no nos matamos entre si, Gakupo— dijo tomando otro sorbo de su lata de cerveza. —Hmmm...— Alza su lata de cerveza semi vacía en alto. —¡Lord Fenómeno Gallina!— dijo, recordando algunas estupideces que había gritado rato atrás y otras cosas que vinieron a su mente. —No hay título más noble~ *hic*— Se acerca y le susurra. —No estamos taaan ebrios.

 

Sonreí, parecía que ya estaban -mejor dicho, estábamos- más ebrios de lo normal. Tomé la katana y lo bauticé.
—Ahora y par siempre, cuando tengamos día de bebidas serás llamado "Lord Fenómeno Gallina" —comenté para después reír. Saqué la katana de su funda y la mostré, incluso bajo la pálida luz del foco de la habitación, brillaba como estrella—. No me atrevería a cortar a mis amigos, digo...¿marchar esta preciosidad con su sangre? No señor.

 

— Prefiero el titulo de "Lord pelo chicle" —comenté sin poca gracia sobre el titulo de Luki, luego hice una sonrisa traviesa— ¿Acaso estás diciendo que nuestra sangre es poca cosa para ti Gakupo? —le miré— ahora que lo pienso ya Luki me dio un beso, ¿Cuándo Gakupo nos dará un beso? —agarré a Luki y pegue su cara a la mía— ¿O acaso no somos lo suficientemente adorables y dignos para un beso del grandísimo Gakupo Kamui? —reí mientras me tiraba al suelo— creo solo nos quedan unas cuantas bebidas.

 

Aunque se espantó, como la buena gallina que dictaba su título que era, al ver la katana, tuvo que partirse en carcajadas de nuevo con el comentario de Gakupo. Miró a Mikuo con un poco de molestia pero luego sonrió. —Que Gakupo se tome el resto de las cervezas antes y después de decidirse a besarnos— bromeó terminando su... ya no sabía que número de cerveza.

 

Miré a Mikuo con la mirada más seria que pude, como si estuviera sobrio.
—Créeme que nunca les daré un beso, ni siquiera estando inconsciente— dije con tono serio. Hice un gesto de decepción cuando mencionó que quedaban pocas cervezas, realmente tenían un buen sabor, la reacción de Len ante ella era exagerada.— No me atrevería dejarles sin cerveza, sobre todo cuando son del pelo verde, ¿no? Dinos Mikuo, ¿cómo, dónde y cuándo fue que las conseguiste? —pregunté mirándolo como si fuese un detective. Guardé la katana con un movimiento rápido.