[capitulo once]: ¡hay trabajo que hacer!

—¿Disculparte con Len? ¿Por qué? —pregunté sorprendido, no era como si lo hubiera ofendido—. Ese chico a pesar de que es algo...shouta y demasiado expresivo tiene muchos dones, yo lo llamaría "cajita de sorpresas" por que no sabes con que te saldrá después, aunque su autoestima es tan baja. Supongo que poco a poco irá evolucionando, después de todo creció con una mala hermana —dije serio. Los hermanos eran malos, al menos agradecía que hubiera sido hijo único. Miré un poco apenado a Luki—. Oh, lo siento me salí un poco del tema ja

 

—Cuando salimos del aula, Len salió corriendo y llorando confundido debido a que no se había enterado de lo que ocurrió con Kaiko y Mikuo. Hablé con él y creo... que no me porté de la mejor manera, dejándome llevar por la ira del momento...— No se permitió volver a pensar en ese asunto y rió. —Cajita de sorpresas es un término adecuado.— Miró a Gakupo con un poco de curiosidad. Tardó un poco en recordar lo que Len les había contado. —Es cierto ¿sabes? Ni Mikuo, ni Len, ni Kaiko ni yo tuvimos la mejor relación con nuestros hermanos...— Lo pensó un poco. —Bueno... Hasta donde recuerdo Mikuo y su hermana más bien tenían el problema de que Miku era el centro de atención...— Miró por la ventana. —Si, ¿cómo terminamos en este tema?— dijo riendo. —Mira ya que tarde es. ¿Y si pasamos por la cafetería a ver si siguen ahí?

 

Escuché todo lo que dijo, conociendo a Len quizá se había ofendido o enojado bastante con él por esas cosas. No lo culpaba, era normal reaccionar así su único problema era que expresaba muy bien sus emociones. Sacudí la cabeza.
—¡Claro! Después de todo me siento un poco culpable por haberles dejado el trabajo a Mikuo y a Len, ya que les pedí cosas que no les correspondía— sonreí apenado y me paré de la silla para abrir la puerta—, hombre o mujer se debe se amable —esperé a que saliera para después seguirlo. Suspiré, ¿quién iba a pensar que el día de hoy sería así?— Por cierto, ¿ya como te sientes?

 

Rió levantándose de la camilla y saliendo de la enfermería. Volteó a mirar a Gakupo con algo de confusión, sin saber exactamente qué contestar. Sin entender muy bien la pregunta, mejor dicho. —Bueno... Definitivamente mucho mejor tras haber conversado contigo, Gakupo— respondió con una sonrisa mientras seguían caminando hacia el café. Era verdad: había sido una meta alcanzada el haber conversado bien con Gakupo.

 

Sonreí, al menos había desahogado las emociones que bullían en su interior: ver a Mikuo besando a la chica que le gusta, la chica que le gusta engañándolo, todos enojados por culpa de ellos...¡En fin!
—Ha sido un largo día, ¿no crees? Y eso que aún no es fin de semana ¿Sigue en pie lo de ir al parque de diversiones? —comenté. No esperé a que se sorprendiera ya que Shion-san había dicho que podía invitar a quien quisiera.

 

—Oh, veo que Kaiko siguió mi consejo y corrió la voz— dijo muy contento. —A mi aún me fascina la idea: Me gustaría que fueramos los más posibles.— Conforme se acercaba al café, no dejaba de pensar que, aunque estuviera más tranquilo, debía calmarse y procesar toda la información reunida durante el día para no tener el impulso de querer golpear a Mikuo.

 

—Sí, me gustaría ir también, creo que nunca fui a un parque de diversiones —comenté con una sonrisa triste, los conocía por proyectos de empresas, por imágenes, etc pero nunca físicamente— ¿Qué día del fin de semana será? No es que me quiera poner especial cuando ustedes me invitaron pero debo checar horarios, ya sabes...por lo del café— dije algo apenado.

 

—Creo que debemos verlo entre todos: En especial por ti y por Len, en efecto, los que ya tienen trabajo. Creo que tanto en sábado o en domingo pueden darles horarios felxbles, pues casi toda la Academia aprovecha el fin de semana para salir.— Hablando de esa manera se sentía fuera de su edad: Le había pasado anteriormente con sus antiguos compañeros de cuarto, quedando a veces como el sabiondo bicho raro que solucionaba los problemas.

 

—Puede que sí, puede que no. Dependiendo que tan estrictos sean en la Academia, ¿no crees? También necesito ir a comprar un teléfono celular— comenté con una sonrisa. Al menos el ambiente era menos denso a como habíamos comenzado, incluso el camino se hizo corto ya que cuando menos lo esperaba ya estábamos frente al café. Lo miré para ver su reacción, él sabía que Len y Mikuo estaban dentro.

 

—¿Que clase de celular tienes en mente comprar?— Cuando entró al café se quedó petrificado. No sabía qué decir. —Hola...— dijo casi sin moverse. Tenía la idea de que Len seguía enojado con él y no sabía cómo aunque quería entablar conversación con Mikuo. Si, porque no podría concluir el tema si no hablaban ellos dos.

 

Estaba riendo con Len y sintiéndome divertido, esperando pacientemente a Gakupo, cuando escuche la campana de la puerta sonar, era posible fueran algunos clientes pero al voltear la mirada solo noté a Gakupo y a Luki— Oh... —susurré, suponía que Luki no tendría ninguna gana de verme— Bienvenidos al café... —traté de mantener compostura— estamos a punto de cerrar pero... —por un momento moví la cabeza y empecé a sonreír— Gakupo... ¿Te devuelvo el traje para que pueda ir a casa?

 

—¿Soy invisible?— sintió la necesidad de preguntar, no tan sorprendido de la reacción de Mikuo a su llegada. Pudo haber añadido algo como "¿En el aula también era invisible?", pero era echarle más leña a su propio fuego. Respiró hondo y dejó caer la mirada al suelo por un segundo. —¿No hay... nada que quieras decirme?— Él quería decirle algunas cosas, pero no iba a bombardearlo con lo que tenía en mente. —Ah, lo siento, Len...— Dirigió su mirada al rubio por un momento. —Lamento mucho mi comportamiento al salir del aula. Y gracias por la comida, todo estuvo delicioso.— Volvió a mirar a Mikuo.

 

Quería responder pero él entró al café sin darse cuenta, fue sorpresivo ya que no me esperaba que saludara con un hola pero supongo que no había otra forma mejor. No había modos que llegara con un "¡¿Qué tal?! ¡¿Qué onda?!" Asentí, un "hola" era lo mejor.

—Necesitare tu ayuda con respecto a eso —le dije en su oído. Me reincorporé y ligeramente comencé a caminar a la barra. Mikuo me preguntó acerca del traje de oso pero no conteste ya que Luki me robó el silencio. No era una situación agradable peor necesitaban hablar—. Lo siento Mikuo pero por ahora creo que no, necesitas solucionar algunas cosas primero— señalé a Luki desde la barra. Miré a Len y me encogí de hombros.

 

Me quede atónito cuando vi a Gakupo-san entrar junto a Luki-san, mi cuerpo se paralizo sin esperanza alguna... ¿¡Qué rayos esperaba Gakupo-san!? Mikuo lo vi actuar un poco raro, su ya lograda sonrisa se desvaneció para actuar como un mesero cualquiera, luego Luki se quejó, unos segundos me pidio disculpas, yo solo moví la cabeza confundido.

— ¿Ah? No me debes nada —comenté sonrojado mientras iba a las puertas de la cafetería— bueno ya no hay nadie en el café y dudo que alguien más entre, así que de una vez cerraré, finalmente es hora —suspiré para luego verlos con un rostro nervioso— creo lo mejor es así, podremos hablar en privado.

 

Asentí a los comentarios de Len.

—Sí, tienes razón —me senté en un banco que estaba a mi lado, me crucé de brazos y esperé a que Mikuo -o Luki- comenzará, después de todo ellos eran los del núcleo del problema. Claro que también estaba Shion-san pero...ella no entraba en esta conversación privada, después podría solucionar sus problemas por individual. Me quede ahí, esperando, ya habían pasado algunos segundos significativos y nadie decía nada.

 

Sentí que mi cuerpo se quebraba ante las palabras de Luki, luego Gakupo le secundo a una necesidad de hablar, yo solo mostré una mirada fría... ¿Qué podía decirle? ¿Qué podía pedirle?— Luki... —fue todo lo que susurre— si estas esperando una disculpa por mi parte, lamento decírtela que no puedo dártela —desvié la mirada— ¿Me arrepiento de mis acciones? Si, pero igualmente así siempre seré, hago lo que quiero y cuando quiero —le miré nuevamente— aparte... aunque diga "lo siento", esas palabras no te satisfaceran porque tú querrás un porqué y eso no puedo dártelo —mis ojos mostraron una mirada dolida, recordaba la declaración de Shion, era algo que no podía tampoco decirle, eso me dolía... yo... le había quitado el cariño de una persona importante— porque... —un nudo se hizo en mi garganta— sin importar que diga, sonará una simple excusa débil y estúpida, no puedo pedirte que estés de mi lado o que odies a Shion —hice un puño discreto con mis manos, mi cuerpo temblaba— ¿¡Cómo puedo pedirte que me escojas a mí en lugar de ella!? Sin importar como fueran las cosas, para ti debe ser claro que yo soy un maldito traidor patán —mantuve una voz firme— por eso no tengo nada más que decir, no te culpo si me golpeas, pateas o me odias... no te culparía.

 

—No espero... necesariamente una disculpa— dijo viendo hacia otro lado. —Mucho menos un por qué, porque me lo explicaron aunque debí haberlo imaginado—dijo mirando e reojo a Gakupo por un segundo. Las palabras de Mikuo lo sorprendieron un poco, el sentimiento que creí escuchar en ellas. Estaba seguro de que sentía culpa, pero las primeras palabras decían algo más. —¿Podrías al menos serme honesto con un par de preguntas que... necesito que me respondas?— Dejó un espacio de silencio, no para que Mikuo dijera que si o que no, sino para elegir las palabras correctas para formular sus preguntas. —¿Kaiko te dijo... que le gustas?— Tragó saliva a mitad de la oración, pero fuera de eso ni se inmutó. —Y... 'esta vez que nos estás ocultando a todos?

 

Miraba uno a uno, como vil espectador. No me sentía del todo cómodo pero era necesario estar ahí para escuchar lo que Mikuo nos quería decir, aunque no sabía si Luki entraba también en ello. Sí, después de todo era parte del "Club mapache". Noté como me miró de reojo para decir que ya le habían explicado lo de Shion-san, me sonrojé un poco...Me hacía quedar como un hablador o algo así. Me metí a la cocina y tomé un vaso de agua, salí y me senté en el mismo lugar con la mirada baja.

—Interesante— me dije en un susurro. Busqué con la mirada al rubio pero estaba cerrando todas las puertas y ventanas.

 

Me sorprendí ante su pregunta, sobre Shion... ¿Qué debía decirle? Yo no quería lastimarlo, me paralice levemente tratando de mantener la temple, guarde silencio esperando que dijera algo más, cuando preguntó que ocultaba solo me limite a suspirar e ignorar su primera pregunta— Tranquilo —le miré— planeaba decircelos pero estaba buscando el momento —saqué mi celular para mostrar algunos mensajes— verán... mi madre ha caído enferma, se teme que sea un enfermedad terminal —bajé la mirada— mis padres me están presionando a volver, dicen que como hijo mayor debo estar presente aparte de que ella quiere verme —no sabía como sentirme, una vez que pensé que era libre ahora me sentía nuevamente encadenado— solo he conseguido que me den una semana aquí para arreglar mis asuntos —desvié la mirada— después de eso no sé si volveré, dependiendo de las condiciones, ya sea si son o no favorables plantearé seguir en la academia, estaré ausente tres días —mi mirada se quedo en el suelo— si después de esos tres días no vuelvo, es probable que nunca me vuelvan a ver.

 

Entre a la cocina a preparar algunos bocadillos, no me sentía del todo cómodo con el aura de afuera, no parecían enojados, pero parecía que de un momento a otro podrían quebrarse, yo solo suspiré mientras preparaba unos mini-emparedados, poniendo todos los ingredientes y hacia una deliciosa salsa de nueces, avellanas y chile chipotle. Al final salí y me senté a lado de Gakupo-san, dejando la bandeja sobre la mesa.

— Seriamente... Mikuo y Luki-san tienen sus razones —comenté a Gakupo-san. Para cuando Mikuo respondió una de las preguntas de Luki-san, no pude evitar abrir la boca y gritar— ¿¡Qué!? ¿¡Qué rayos significa esto Mikuo!?