[Capitulo Ocho]: Nueva semana... ¡Quiero Morir!

—Buenos días, Luki — Me animé a decir, las cosas más temprano no habían marchado bien, sin embargo debía de olvidarle y actuar como si nada hubiera sucedido — Hace mucho que no hablamos, ¿cómo has estado? — Tampoco había sido demasiado tiempo.

 

Kaito Shion



Me encontraba en el aula, no conocía a absolutamente nadie. Las clases eran aburridas ya que no me costaba hacer la tarea, pero trataría de estar allí el tiempo necesario solo por Kaiko.
Suspiré, aún permanecía en mi asiento. Me había sentado en un lugar ¿discreto? Era al fondo, en el último banco de la esquina. No sabía si ese lugar tenía anterior ocupante, pero yo me senté ahí al verlo vacío.

Esto se estaba poniendo aburrido…

 

Me quedé pasmado en mi lugar, reflexionando lo que había dicho Mikuo...él sabía algo pero no podía desperdiciar mis oportunidades.
—No me gusta ser usado así— me quejé. Miré a todos pero se veían tan inocentes, me estaba volviendo paranoico o idiota al no querer incomodar a la gente, haciéndoles preguntas. La clase de Dictado comenzó pero no podía distraerme, quería preguntarle a alguien pero...¿a quién? Agarré mi cabello con desesperación.— ¡Quiero mi katana!— grité. El profesor se enfadó y me sacó de la clase, como los típicos castigos: afuera con dos baldes de agua en cada mano...Lo que me faltaba, ahora me sentía hasta estúpido.

 

— Profesor su cabeza parece una pera con pelos —dije después de ver que sacaban a Gakupo, parecía realmente preocupado sobre la situación, no entendía muy bien porque era tan importante su katana, pero supongo necesitaba apoyo moral.

— ¡Al pasillo con Kamui! —dijo el profesor, yo me levanté tranquilo con las manos en los bolsillos y tome las cubetas de agua.

— ¿Causando también problemas? —le sonreí mientras me paraba a su lado.

 

Ya que había aclarado todo y el profesor entro para dar la clase corrí a mi lugar pero cuando llegue un chico de cabello azul fuerte estaba sentado en el – D-disculpa – fue lo único que salió de mi boca.

 

Quería gritar cuando llego el maestro, y estaba a punto de hacerlo cuando el chico pelimorado grito
—¡Quiero mi katana!—dijo y vi como sacaron tristemente
—Sera mejor callarme—pensé y vi como Mikuo dijo
—Profesor, su cabeza parece una pera con pelos—dijo Mikuo
Y estalle de risa, también me sacarían...

 

No lo podía creer. Vi como Mikuo se plantaba a mi lado con las mismas cubetas con agua.
—Ese profesor es muy estricto, soy un ángel, yo no causo problemas— traté de bromear, aunque la verdad siempre me pasaba esto, era parte de mi mala suerte—¿que hiciste para que te sacaran?— pregunté sin mirarlo, no podía pensar en otra cosa que no fuera mi Katana y aunque lo odiara, tenía que prestarme a los juegos de la dirección.

 

Observe todo y anote en mi libreta, según mi lista estas personas habían perdido objetos: Luki-san, Uta Utane-san, Maika-san y Gakupo, contaba 4 personas y por fin tenía lógica el porque desaparecían, la pregunta era ¿Quién era la quinta persona que perdió algo?

— Disculpen... —susurré— deberían comportarse, al final solo es un juego, todos recuperarán sus cosas —no es que apoyará la acción de los directivos, pero quería que todos se calmarán y se sintieran tranquilos.

 

— Bueno, solo le di un consejo de belleza al profesor —reí entre dientes, era obvio que Gakupo seguía preocupado, lo miré serio y tranquilo— ¿Era muy importante esa katana? —estaba en el juego, yo tenía un objeto, aunque aún no sabía cual y aún no lo había buscado en mis cosas, pero si tuviera la katana de Gakupo, y viendo como le ponía, a mi no me importarían los puntos y yo se la daría.

 

—Buenos días, que creí ya se me habían hecho tardes, Kaiko-chan....— Se decidió por mostrarse un poco más alegre de lo que se mostró con Len al despertar. "Me disculparé con él despues". —Estoy bien, aunque no encuentro mi MP3— Había decidido leer la nota que venia en la caja que le entregó Len en la mañana. "Que gente tan enferma".

 

El profesor me miro con odio
—¿Por que tanta risa, señorita?—me pregunto enojado
—JAJA, Jaja, jeje, e.es porque—Me tambalee en mi respuesta, apretando fuertemente mi estomago, por tanto reír—Porque es verdad, jajaja!
—Ahí están las cubetas—Me dijo el profesor y me pare de mi asiento,
—*Gran inicio de clases, Maika*—Pensé y salí, y antes de irme, volte a ver al profesor y me volví a reír

 

Kaito Shion


Estaba centrado en mi mundo, hasta que fui abruptamente interrumpido por la voz de alguien. Era una niña, la miré detenidamente; se veía muy adorable.— ¿Necesitas algo? — Pregunté con una sonrisa.

 

Después de que todos se fueran en la mañana dejándome solo de nuevo corrí a mi habitación y cambié mi ropa sudada, tomé las cajas de pastillas para la extraña alergia de Hatsune, corrí a el aula sentándome en donde Lenka acostumbraba tratando de no quedarme dormido. a final de cuentas si me quedé dormido, no tenía conciencia de cuando despertar, desperté sintiendo un "reglaso" en la oreja izquierda. — ¡¿QUE NO ME ESTÁ ESCUCHANDO SEÑOR SHION?! — El profesor me gritó, pasaba entre los bancos con un libro enorme en la mano mientras dictaba. — ¡Son un montón de alumnos indisciplinados! — Mil cosas como esas gritaba el señor mientras me tocaba la oreja y lo veía con una mirada de infinito desprecio, me dejo un examen y una pluma casi azotan dolos en el pupitre. Sin nada más que hacer solo bajé la cabeza a contestar. en cuestión de 15 o 16 minutos terminé y me dijo que tenía que pedir los apuntes a alguno de mis compañeros.

 

—Si seguimos así, sacaran a todo el salón—Les dije riendo a los hombres que estaban platicando —Pero no sabia que la gente Japonesa era tan disciplinada, por cierto, soy Maika—le dije al pelimorado

 

Reí bajito, Mikuo y sus ocurrencias. Bajé la mirada, ni siquiera sentía el peso de las cubetas.
Mikuo rompió el silencio, con gesto apenado lo miré:
—Digamos que si...es el único recuerdo que tengo de mis padres— comenté con una sonrisa melancólica— y es lo único que me mantiene tranquilo, es como si el espíritu de mi padre estuviera en ella y me cuidara— le dije tratando de quitarle importancia sin éxito, en ese instante se abrió la puerta y la chica de cabello plata salió colocándose frente a nosotros, sonreí cuando se quejó— ¿a ti también.? am ¿te puedo llamar por tu nombre?

 

—Oh, tienes razón... Ya es tarde, para decir buenos días — Reí un poco — Oh~ ¿A ti también te robaron algo? — A pesar de no haber participado en la conversación, había escuchado eso de los robos — Yo tengo todas mis cosas, aunque... Había algo realmente extraño en mi casillero, claro que no revise muy bien — Me aterraba la idea de tener algo de otra persona — Quizás no era nada — Dije finalmente.

 

—Por supuesto—le dije sonriendo—¡Es genial que tengas una katana!, aunque este perdida, yo perdí a mi robot flotante...

 

— ¿Acaso copiaste mi ejemplo Ma-chan? —sonreí un poco malvado— Gakupo, pienso que esta chica esta enamorada de mi —dije como broma, aunque molesto porque en realidad había hecho eso para poder hablar a solas con él, aunque no lo dijera abiertamente, Gakupo era un gran amigo para mi y quería entenderlo un poco más, no dije nada de la espada cuando apareció esta chica, porque lo consideraba una falta de respeto, pero sabía que era algo importante, entonces entendí que debía buscar en mis cosas que objeto tenía yo, si tenía esa katana, lo mejor sería devolverla.

 

Suspiró. —Creo que seguiré buscando otro rato y de rato le pregunte a mas personas... El juego es enfermizo... Igual, tarde o temprano o lo recupero o dejo de aferrarme a la musica...— Siguió sonriendo. Moría porque acabara el día. —¿Como ha estado tu día?

 

—No exactamente, Mikou-san—le dije—si no tu ejemplo, por culpa de aquí mis ojos me sacaron por reírme—me encoji de hombros—pero tendré que ir a mi habitación, quiero leer la carta "no entregada"