[capitulo doce]: una historia de amor no se pinta sola

Ladeé la mirada y sonrei confundida. Me encogí de hombros puesto que no entendía a que se refería.
—Supongo que la... ¿Verdad?...—

 

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@Ruari @Natsuro Kishima @Yoko Higurashi

Sin darme cuenta, escuché de pronto la voz de Mikuo, sonaba tan alegre...No sabía si en verdad se sentía así o solo estaba actuando.
—Loca sí, pero divertida...Aunque esta mañana no todo comenzo bien, ¿sabes? Len me vomitó encima y creyó que le habíamos hecho algo pervertido —solté una risita pequeña. Escuchaba más regaderas correr, así que decidí preguntar—. ¿Luki-kun? ¿Len-kun?

 

Luki terminó de ducharse y se vistió con movimientos lentos y poco equilibrados. Sus sentidos no estaban en su máximo punto. Hasta que salió de la regadera fue que escuchó la voz de Gakupo. —Necesito tomarme media caja de aspirinas ¿y ustedes?— Era imposible que la resaca no fuera tema de conversación; al menos el pelirosa, literalmente, era lo único en lo que tenía ocupada su cabeza.

 

—Quizá una caja completa —me quejé mientras comenzaba a peinar mi cabello para amarrarlo—, ya sabes...soy más grande que ustedes. Me miré en el espejo, no era de los mejores rostros que había tenido ya que se me notaba cansado, incluso demacrado. Ignoré eso y me recargué en los lavabos para mirar al pelo rosa —Aún así fue una noche divertida, ¿no?

 

Luki miró a Gakupo con el rostro en blanco. —He de admitir que no recuerdo mucho después de que Len cayera desmayado...— Desearía estar mintiendo: Estaba seguro de que habría hecho algo ridículo como Len, o peor que eso, y mentir sobre cosas humillantes que uno hace no ayuda a que la vergüenza desaparezca a la larga. —Recuerdo haber estado hablando con Mikuo y que tu y yo estabamos hablando despues de un video de Len.

 

Me levanté a prisa, asustado como la vez anterior, pensando que quizá había dormido de más. Sin mirar la hora tome mis cosas y me dirigí a las duchas gritando lo más fuerte que podía.
—¡Voy pasando, sí los golpeo será su culpa por no quitarse!
Al entrar dejé de gritar, encontré a los chicos que parecían tener resaca... Es imposible que la tengan, no creo que admitan cerveza en este sitio... ¿O sí lo admitirán? Quizá debería comprobarlo...
—¡Buenos días! —exclamé a todo pulmón, con la voz más aguda posible, hasta a mí me resonó en la cabeza mi grito.

 

Lo miré con los ojos entornados, ¿Luki era de las personas que después de beber tenían lagunas mentales? ¿Sería bueno decirle o no que se había besado con Mikuo dos veces? Estaba a punto de decirle lo del vídeo hasta que llegó Tenchou gritando tan fuerte que lleve las manos a mis oídos y los apreté.
—¡Duele! —me quejé. La cabeza me estaba punzando horrores, le lancé una mirada furiosa a Tenchou—. ¿No puedes ser más silencioso?

 

—¿Por qué debería ser más silencioso? ¡Es una hermosa mañana! —exclamé fuertemente y muy alegre, quizá podría molestar un poco a Gakupo.
—¡Ayer casi tuve una cita con Defoko, sí no fuera porque el tiempo me cortó el día, pero aún así! ¡Quizá hoy tenga esa cita con ella! —exclamé alegre nuevamente y me dispuse a ducharme, procurando hacer pequeños ruidos insoportables de vez en cuando.

 

Estaba un poco confundido por la mirada que Gakupo le puso al decirle lo que recordaba de la noche anterior. ¿En efecto habrá hecho alguna tontería? Iba a pensarlo más pero la entrada triunfal de Tenchou y sus gritos activaron o desactivaron algo en el cerebro de Luki, haciendo que cayera semi desmayado junto a los lavabos. Se sentó contra pared sosteniendo su cabeza entre sus manos. —Siento mucho decirte que deseo con el alma que no tengas esa cita...— Estaba algo amargado por dos motivos: La cruda y el hecho de que la excesiva felicidad de Tenchou le recordaba lo que había ocurrido ayer con Kaiko. No es que no estuviera feliz por él, y tampoco se sentía específicamente atacado, pero no era dificil notar que él y Gakupo estaban... cansados. —Por favor no alces la voz...

 

—¿Y por qué debería hacerte caso sí me acabas de decir que no quieres que tenga esa cita? —apunté un poco de agua fría al cuello de Luki, luego de esto salí de la ducha y comencé a vestirme.

 

De verdad no odiaba la alegría excesiva de algunos de mis compañeros pero en esta ocasión quería colocar mis manos alrededor del cuello de Tenchou y apretarlas hasta que el cayera al suelo. Una sonrisa maliciosa apareció en mi rostro y la deshice rápidamente.
—Felicidades Tenchou, pero...enserio...baja la voz. Solo es un favor que te pedimos, como amigos que somos— dije con una sonrisa algo nerviosa. Miré a Luki que reposaba en la pared, quizá el estaba peor que yo. Lo único que no recordaba era quien había bebido más.

 

—Vale... Dejaré de gritar porque me lo pediste así... —miré de reojo a Luki haciendo mala cara, pero creo que tenía más cosas de las que preocuparse... Por ejemplo su moribunda situación.
Cuando terminé de vestirme con una camisa blanca de botones, un pantalón de cuadros y una corbata roja algo floja gracias a la poca habilidad que tengo con estas mismas, me acerqué a Luki y toqué su espalda.
—¿Te encuentras bien? Es como sí estuvieras entre la vida y la muerte... —al estar tan cerca de él logre detectar un cierto olor, para comprobar sí esto tenía que ver con su situación me acerqué a Gakupo para oler su aliento. —¿Cerveza? —les pregunté

 

Le sonrió a Tenchou y colocó su dedo frente a sus labios en señal de que bajara más la voz: O mejor dicho, que fuera discreto. —Estoy seguro de que me mantendré vivo, pero no bromeaba con las aspirinas...— dijo mientras se ponía lentamente de pie. Se vio al espejo y empezó a contar usando sus dedos. —Estoy bastante seguro de haber bebido de seis a diez latas...— dijo tallándose el rostro. Por un momento pensó, bastante divertido por la idea, que sería genial que tuviera la salud y los ánimos para maquillarle las ojeras. "La cruda es como la lenta perdida de la creatividad que provoca la ebriedad" pensó. Estaba prácticamente delirando.

 

Miré a Tenchou, y lleve una mano a mis labios, indicándole que guardara el secreto. Escuché que Luki había bebido se 6 a 10 latas y me sorprendió, quizás era el que había bebido más.
—Yo no recuerdo cuantas bebí, estuve en silencio un rato y después tomé latas como si no hubiera un mañana —me acerqué al espejo y peine mis últimos cabellos que habían quedado sueltos. Mikuo aún no salía de la ducha, ya se había quedado en silencio...¿Era posible de que se hubiera quedado dormido ahí?— Por cierto...¿quién es Defoko? —pregunté distraído para cambiar de tema...la verdad es que ni siquiera me acordaba de si esta era la realidad o un sueño.

 

—Tomar te ha dejado más tonto de lo normal... ¿Cierto Gakupo? —me reí en voz baja, de la bolsa que traía con bloomers saqué unas mentas y las entregué a Gakupo. —Ten, reparte esto entre los ebrios porque su aliento es horrible... Como un dragón, me quemaron la nariz —volví a reír.
—Volviendo a Defoko... La chica de cabello morado, que también usa ropa morada, pequeña y muy dulce —la describí mientras me sonrojaba poco a poco

 

Miré a Tenchou.
—¿Eh? ¿Mas ton-to de lo...normal? —pregunté un poco dolido, ¿era un tonto? Llevé una mano a mi pecho, hoy me habían herido ya dos veces: un rubio y un pelirrojo, ¿qué más faltaba? Tomé las mentas sin ánimo y comí una para después pasársela a Luki—. Gracias —mi voz fue casi un susurro...No dejaba de pensar en la palabra "tonto". Escuché lo que me explicaba pero no podía tener una imagen adecuada de ella, hasta que me acordé de los helados—. Ya...oye, ¿estas sonrojado? —pregunté mientras miraba su rostro.

 

—¿Yo, sonrojado? —me miré en un espejo rápidamente notándolo, pensé por un momento en alguna excusa. —A eso me refiero con lo de tonto, ves todo diferente, no te ofendas —di una palmada en su hombro ya que parecía bastante triste, lo iba a abrazar, pero no estaba seguro sí sería cómodo para él.
—En fin... No estoy sonrojado... ¿Entiendes? —gruñí

 

Tomó las mentas sin muchos animos y las metió a su boca. Ya estaba de pie pero se mantuvo recargado contra la pared y sostenido de un lavabo. Al escuchar a Gakupo y voltear a mirar a Tenchou se dio cuenta de que si estaba sonrojado, y le sonrió. —Supongamos que eres el primer suertudo de la Academia en conseguir pareja, y sin tanto drama— dijo con las mejores intenciones. —Tienes todo el derecho de sonrojarte al hablar de ella ¿no?

 

—Que no estoy sonrojado. —le repliqué —Es porque ustedes andan con resaca que ven a las personas sonrojadas —insistí algo molesto.
Me miré en el espejo nuevamente e intenté acomodar mejor la corbata, pero siempre terminaba con el mismo resultado, algo floja.
—¿Y por qué decidieron quedar en ese estado tan deprimente? —pregunté mirando de reojo a Luki, que era el que se veía peor.

 

—¿Ayer estabas tan ocupado en tu felicidad que no te enteraste del drama?— preguntó el pelirosa con... esa extraña sonrisa sinceramente divertida pero a la vez algo cínica que le había mostrado a Len el día anterior. —Pasaron muchas cosas que decidimos... Al menos yo quería ¡olvidarlas bebiendo!— Lo último lo dijo en un susurró y rió un poco antes de intentar recobrar la compostura. —Lo siento si me alteré o si lo hago durante el día.