[capitulo catorce]: ¡vamos al parque de diversiones!

— Si quieres que no me vaya, entonces deja esas cosas ridículas de tu cabeza —comenté mientras sacaba el pastel de carne del horno— yo creo que tus decisiones han sido buenas y puedo apostarte que todos te queremos, incluso ese enojon rubio —reí mientras salía de la cocina y miraba a Gakupo— y aparte me agradas.

 

Miré hacia el suelo mientras me hablaba. En ocasiones como esta me sentía como un niño que necesitaba ser regañado a propósito para que aprendiera las cosas. ¿Cómo era posible que chicos menores que yo, me tuvieran que dar consejos? Solté una risita de cansancio...era tan patético. Sin embargo cuando dijo que le agradaba, levanté la vista y sentí como me sonrojaba. Parecía mujer pero me emocionaba saber que ellos me apreciaban. Sin duda, convertirme en su amigo había sido una de las mejores decisiones que había tomado.
—¿En serio? También me agradan —dije incluyendo a Len de manera indirecta. Con más emoción, seguí comiendo. Entre Len y Mikuo, conseguirían engordarme.

 

Miré a Gakupo un poco más animado y sonreí— Después de eso debes probar mi ensalada de puerros hervidos —reí con un chiste mientras empezaba a cortar el pastel de carne y prepararlo para servirlo a los clientes.

 

Me atraganté con un pedazo de pastel... ¿pu-puerros? Mi estomago comenzó a hacer ruidos extraños, no tenía buenos recuerdos con ellos. Miré a Mikuo con terror mientras él cortaba el pastel, seguro para los clientes.
—E-es broma, ¿verdad Mikuo? —pregunté con una sonrisita nerviosa.

 

Miré a Gakupo y sonreí malvadamente— Me gustaría decir que sí Gakupo, me gustaría decir que sí —dije con tono macabro mientras lancé una risita y luego le miré— te confieso algo Gakupo, por ahora creo esté es el traje de mesero que mejor te sienta y en segundo lugar el de oso —sonreí pensando nuevamente en mi situación actual.

 

¿Le gustaría decir que sí? ¡¿qué...qué estaba planeando?! De pronto mi alegría de la mañana se esfumó, este chico no se detenía por nada...
—Mikuo, por favor deja de bromear, ¿sí? —pedí con una sombra de pánico a mi alrededor y una sonrisa algo torcida pero cuando mencionó lo de los trajes, me sonrojé un poco. Sabía que este traje se ajustaba bien a mi físico pero que un hombre lo dijera...me sentía incomodo—. También digo que me viene bien, pero el de oso...dudo un poco —solté una risita.

 

Serví más té y empecé a beber— Gakupo, ¿Alguna vez has tenido novia? —pregunté, no teníamos muchos temas de conversación y nunca habías tocado ese campo. Si hablamos de Len era seguro que no, Luki quizá una o dos novias, cuando hablamos de Gakupo mi pregunta era si había tenido muchas o pocas— te seré honesto que me causa curiosidad si alguien como tú ha sido alguien tan mujeriego como yo.

 

Reí un poco, ¿a qué venía ese tema?
—He tenido pocas citas, pero nada serio. Principalmente salía con ellas por órdenes de mi padre para el negocio así que nunca les tomé importancia. Creo que... nunca me he conseguido enamorar —admití con una sonrisa apenada—. No todos somos como tu Mikuo...si fuiste mujeriego no esperes a que los demás lo seamos —dije mientras le daba un pequeño golpe en el hombro.

 

Sorbí mi taza de té con algo de seriedad— No es que espere que todos sean como yo, pero siendo mayor que yo supuse que habrías tenido una o dos novias —sonreí mientras recordaba levemente mis relaciones y el mismo final.

"¿Acaso eres capaz de amar a alguien? ¡Ni si quiera puedes amarte a ti mismo! ¡No! Es como si no existieras. Mikuo Hatsune sólo es una ilusión"

Hasta la fecha eran las palabras más hirientes que me habían dicho, yo sólo respondía a una sonrisa y fingía que no dolía.

"Esta bien, eres libre"

Eran mis palabras en el pasado. No es que fuera mujeriego, pero para ser el chico perfecto lo necesario era ser bueno en estudios, bueno en deportes, una persona amable, tranquila, sin impulsos y en una relación con una chica bonita, siempre traté de mantenerme en ese estándar. Al final cuando entre aquí me volví un chico impulsivo e inestable, estaba cansado de tratar de fingir ser algo que no era, complaciendo un objetivo inexistente. Tener novias era un desfile porque no podía amar a ninguna, aún cuando compartiera la cama y las viera en su máximo esplendor como flores de un jardín, yo no sentía amor, al final ellas lo notaban y me dejaban, por ello no podía enorgullecerme.

 

Miré a Mikuo, parecía perdido en sus pensamientos por lo que tomé un trozo de pastel y acerqué el tenedor en su boca.
—Pues no, no me tomo el amor muy enserio, creo que con la amistad es suficiente para ser feliz —dije con una sonrisa—. Ahora abre la boca y prueba esto...Len sabe cocinar, ¿verdad? Con ustedes dos aquí, perderé mis músculos —dije fingiendo enojo.

 

Miré a Gakupo extrañado, sólo sonreí mientras tomaba de su mano el tenedor y tomaba el trozo— Prefiero comerlo sólo si no es molestia, me sentiría como un chico con "novio" si me das de comer en la boca —reí como chiste mientras comía el pedazo— pues si hablamos de engordar, y si eso te preocupa —saqué mi ensalada de puerros hervidos y se la di a Gakupo— ¡Esto es muy saludable y delicioso!

 

Estaba riendo ante el comentario de Mikuo sobre los "novios" pero mi gesto se descompuso cuando sacó el plato de puerros que estaba escondiendo, así que...¿no estaba bromeando? Mi estomago dio un vuelco junto con mis intestinos.
—Mi-¡mikuo! No bromees —dije con un grito mientras alejaba el plato de mí. El olor y el color...no lo soportaba. Llevé una mano a mi boca y otra al estomago, tratando de controlarme.

 

Lo miré de forma insinuante— No seas un niño Gakupo —le miré fijamente mientras tomaba con un tenedor uno de los puerros— ¡También necesitas comer sano! Así que dí... ¡Ah! —dije mientras acercaba el puerro a su boca— o ¿Me dirás que eres tan inmaduro para no comer lo que no te gusta?

 

¿Inmaduro? ¿Infantil? ¿No recordaba lo que antes había pasado?
—Eso ha sido culpa tuya...por hacerme beber esas sodas mi cuerpo creo una resistencia hacia los puerros —dije con el ceño fruncido, en serio que mi estomago se revolvía tan solo con su olor pero no permitiría que se burlara de mí por lo que tomé el tenedor y metí el puerro a mi boca, los mastiqué un poco y tragué. Cerré los ojos y comencé a respirar—. Necesito agua...

 

— Por eso mismo, si creaste resistencia a los puerros... ¡Resistirás esto! —comenté mientras palmeaba su espalda y le daba un vaso especial de mi jugo de habichuelas con cebolla y puerros— ¡Toma! Bebe esto... ¡Seguro que Len no te consiente tanto como yo! —bromeé mientras iba al refrigerador por un platillo de berenjena asada y carne para darle a Gakupo después de que acabara la ensalada.

 

Mi cuerpo comenzó a temblar y me sentía caliente, ¿me había dado fiebre? Sin embargo seguí comiendo, tomé un poco de la bebida pero cuando sentí el sabor la escupí.
—¿Sigues bromeando? —alejé el vaso de mí y seguí comiendo la ensalada, sin probarles el sabor, las tragaba sin más... Era un poco difícil pero no imposible. Cuándo tomé la ultima deje caer mi cara en la mesa, no aguantaba más— Ahh~ —me queje mientras ponía mi mano en el estomago.

 

Miré a Gakupo tratando de aguantarme la risa— Si te acabas toda la jarra de jugo, te tengo una sorpresa —le mostré el guiso de berenjena con bistec y varias papas a lado— o tal vez ya te llenaste y ya no quieras —dije fingiendo que guardaba la comida— también tengo flan, pero supongo que si no terminas esa nutritiva comida, sólo yo cocino cosas sanas para ti —dije con una sonrisa.

 

Lo fulminé con la mirada... que niño era. Pero lo era más yo por dejarme manipular de esa manera.
—Desgraciado —dije con un susurro antes de tomar la jarra y beber todo de un jalón, en verdad quería ese platillo de berenjenas y bistec. Lo quería mucho, algo que le devolviera la vida a mi cuerpo...Lo odiaba por manipularme— ¿Feliz? —pregunté, pasando mi mano por mi boca, espere a que me entregara mi verdadera comida.

 

Reí mientras le ponía el plato enfrente— Estoy mejor. Todavía que cocino para ti, tú te enojas —sonreí mientras picaba su mejilla— te aseguro que Len no te prepara comida tan rica como yo —dije orgulloso de mí— después de probar esto deberás decirme quien cocina mejor —sonreí mientras le vertía a su comida una salsa especial de berenjena— ¡Provecho!

 

Miré con emoción al platillo, ¿por qué siempre me daban de comer y ellos no comían ni un solo bocado? Tal vez estaban conspirando para hacerme perder forma, claro...estaba actuando paranoico pero con esos chicos nada se sabía. Tomé un trozo y lo metía mi boca.
—Mmm —saboreé con felicidad, en verdad que estaba delicioso— ¿Cómo puedes decir que elija a uno? Ambos son muy bueno y preparan cosas diferentes...no puedo hacer una elección —dije frunciendo el ceño mientras lo miraba.