Capítulo VII

Claro 2
[Zer, Jou, Avocato, Vite, Taqui, Jasper, Kildrak, Porthos, Kevin, Rash, Lanre]​

Lanre ingresó al recinto, seguido detrás por la mosquito que no le perdía pisada. Mientras bromeaba con Zer, el pato pudo ver y agarrar dos frascos con pociones de curación mayor; serían muy útiles.

El fantasma de Roronoa se lanzó al suelo a reír, agarrándose la panza, tras el comentario de Lanre hacia Zer, quien charlaba un poco más lejos con Avocato.

El pirata no pudo evitar reír un poco también, pues si bien no había estado en ese momento, ya el grupo se había encargado de que estuviera al corriente con las bromas que le hacían al mago. Sin embargo, lo que más lo descolocó fue la pregunta de Zer acerca de tener hijos.

-Oh, vaya... veo que no has tenido una figura paterna que te lo explique, pero lo entiendo chico, yo todavía no sé cómo le explicaré todo el asunto a mi cachorro- se encogió de hombros, había malinterpretado la pregunta.

Por último, Taqui preguntó a dónde irían ahora, a lo que le respondió la mosquito.

-Por allí- dijo señalando la otra salida del primer claro, por donde el matarife había venido -Pero debemos avanzar con cuidado, podríamos cruzarnos con otros Capas Rojas...-

En el primer claro, aún permanecían Otto, Dellen y Solerade, junto a los aldeanos rescatados.

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Monpoke madarauchiha Sensy
Sólo faltan ustedes por ir a buscar sus equipajes (y buscar objetos si quieren)
Si no, en dos o tres días los tendré que hacer avanzar yo...

Mori Gigavehl rapuma Amelie Bruno TDF Alisse Madness Ayeah

Lanre encontró: Poción de curación mayor (x2): Restaura 20pv

Para continuar hay que dirigirse al Claro número 3, la mosquito irá delante guiándolos y lista para paralizar a algún enemigo de ser necesario.

 

Rash Colds

El tacto de Taqui lo trajo al mundo real y el monje se obligó a tomar el liderazgo, al menos por esta vez. Necesitaba que todos empezaran a moverse, no se podía perder más tiempo. Esta segunda oportunidad que la Rana Tuerta les había ofrecido no era para desperdiciarla. Giró el rostro y miró a Taqui, le dedicó una sonrisa brillante y miró al grupo, entre civiles asustados, un bárbaro inestable y a sus compañeros, sus eternos compañeros... sus amigos.

—A prisa, sigamos a la mosquito... no podemos hacer otra cosa más que confiar en ella. —miró entonces a Lanre, el guerrero que sacrificaba más que nadie por la libertad de los suyos. —Que la Rana Tuerta siempre te bendiga, hermano.

Intentó posicionar a sus compañeros para que los civiles se mantengan en el centro, escoltados por los aventureros de más experiencia. Aunque no encontraba a Otto... ¿seguiría detrás?

"Otto estamos yendo al claro, es mejor que se den prisa. No tenemos tiempo que perder, amigo mío"

Envió el mensaje telepáticamente gracias al anillo que cargaba consigo y lideró la marcha tras Epifanía.

 

Dellen
Con tantas cosas que habían estado ocurriendo en estos últimos días no entendía como sinceramente seguíamos en pie, ni yo mismo era capaz de comprender del todo que narices había pasado y en ocasiones me preguntaba, preocupado si es que mi cabeza no había llegado ya a mi límite, cuando vi a un rano dirigirse a Vite con alegría sacudí mi cabeza preguntándome en como se conocían aunque supe que la alegría que el rano mismo emitía era sincera. La verdad es que rememorando en mi cabeza todos los eventos, los enemigos y mi comportamiento he empezado a intentar relajarme un poco y no perderme en mis propios sentimientos negativos, ugh... me iba a costar pero debía intentar moderarme o con el tiempo ninguno del equipo me iba a agüantar y honestamente muchos de ello ni siquiera lo merecían.

Me mantuve en silencio, hasta que de reojo vi como el gato amarillo, gracias a su nueva arma lograba salvar al cachorro pero que, al abrir la boca alcé las cejas para contener una risa, menuda boquita tenía para ser tan pequeño, pero cierto, debíamos acabar con esos bastar... ¡Era contagioso! vaya con el conejito, hermano de Vit....AGH!! DELLEN NO. Curioso porque las primeras palabras que le dedicó a Jasper fueron super cordiales y entiendo que estuviera cabreado pero, madre de la rana tuerta, cada vez estábamos encontrándonos especímenes de lo más curiosos aunque ante todo, no pude sino alegrarme de que al final ambos hermanitos se pudieran reencontrar, haciendo que de mis bigotes saliera una sonrisa e incluso un ligero ronroneo inconsciente. Luego desvié la mirada al rano que, evidentemente resultaba bárbaro y guerrero aunque lo que realmente me llamó la atención de todo ello era su color, azul y una perenne sonrisa aparentemente.

Finalmente decidí seguir a Jasper hacia el claro (2) pero al llegar no había nada que mereciera la pena, pero bueno, era hora de seguir junto a los demás pues, en realidad el agradecimiento de Avocato por los objetos y la cura de Zer al final acababan siendo suficientes recompensas para mí, aún así no tenía ganas de hablar, tratar de ser menos enojón admito que me estaba empezando a fatigar al tener que recurrir a todas mis fuerzas para ello. De todos modos los gemidos de Zer captaron mi atención, fijándome un instante en él ¿Habría localizado algo de valor? al final acabé mirando a Rash y justamente el que acabara mandando a su hermano a casa era otro motivo de dicha, menos mal que al final todo estaba acabando bien.

Al final como si las cosas no pudieran ir peor, nuevamente venían enemigos a jo...robar, en especial cuando Lanre mismo decidió salvar al bárbaro que, al golpe de las cadenas despertó, afortunadamente como el mismo bárbaro había comido pato perdió su interés con la misma rapidez con la que lo ganó al despertar, al menos estaba ahora interesado en otro tipo de carne, así que, pese a no ser precisamente un aliado ni por nuestras hazañas sinó meramente por comida se nos unió, y en lo personal tampoco me importaba, al contrario, lo prefería. Al fin y al cabo, al tener que enfrentarnos a un dragón, tal como dijo Zer hace tiempo, cualquier ayuda era poca.

Taqui se nos presentó, a la pregunta de donde nos podíamos dirigir a continuación pero cuando quise darme cuenta, solo pude ver como me había quedado solo junto a Otto y Solerade, suspirando.

— Iré a buscar primero mi equipaje, luego me iré con los demás, de paso veré si encuentro aún algo de valor, cosa que dudo. ¿Queréis venir?—. Pregunté con cierta amabilidad, algo extraño por mi comportamiento de mis últimas semanas.

 

Lanre

Pues no hubo popó; Así que sin dejar aquel "recuerdito" siguió a Rash y Taqui mientras observaba a Epifanía —Sé que haces esto por el trato al que llegamos; pero debo decir que agradezco mucho tu ayuda —mencionó guardando las pociones pensando que tal vez debió haber comprado de esas antes en lugar de comprarse su flamante armadura; luego sonrió y negó. No, no se arrepentía; se veía genial en ella. Si, seguro.

 

Claro 3
[Todos]​

Los que restaban por recuperar su equipaje lo hicieron y Dellen se encontró dos pociones de curación mayor en otros bolsos.

Una vez todos equipados y listos, caminaron por la guarida del bosque, guiados por la mosquito -Haría lo que fuera por un majar como tú- le respondió ésta a Lanre.

-No ser para tanto...- mencionó Kildrak que ya había comido pato, lo realmente exótico no sólo volaba, también escupía elementos.

Jou, que tenía la intención de curar al grupo, ahora podía hacerlo porque estaban todos juntos.

La mosquito marchaba delante y frenó de golpe antes de cruzar hacia el tercer claro, extendiendo su brazo para indicarles que también tuvieran cuidado de no hacer ruido.

El claro era considerablemente más amplio que el anterior, había un pozo para sacar agua y una edificación más adelante. No podía verse lo que pasaba dentro de esta última, pero sí llegaba a oírse el murmullo de un jolgorio y el sonido de una pianola de tertulia. Había una puerta de madera que, si bien estaba cerrada, su contorno destellaba con la iluminación proveniente del interior.

Sin embargo, lo más urgente y de lo que la mosquito les alertó, fue sobre un Capa Roja que estaba agachado sacando agua del pozo.

-Es un elfo, no podré paralizarlo...- susurró Epifanía. Tras mirar mejor al elfo, pudieron notar que no era cualquier elfo...

Se trataba de Soren, el Capa Roja masoquista, que seguía con algunas heridas frescas de la batalla con los aventureros.

​

No lo podían paralizar, pero lo podían empujar al pozo de una patada como Leonidas, lo cual requería tanto de sigilo como de fuerza.

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El elfo está agachado, de espaldas a ustedes, sacando agua del pozo. Si quieren empujarlo tendrán que superar dos tiradas, una de sigilo y una de fuerza (1d20 cada una).

Algunos cuentan con objetos que otorgan ventaja al sigilo (como la capa de otto) y otros ventaja a empujar (como el anillo de lanre). También los magos pueden hacer invisible a alguien y el objetivo tendrá ventaja en el sigilo. También hay un hechizo de silencio, que creo que sólo lo tiene Jou, este hará que directamente el sigilo tenga éxito sin tirada (en este caso particular, dado que el elfo está de espalda y no hay manera de que voltee a ver si no escucha nada, la invi en cambio deja la posibilidad aún de que los escuche y es por eso que sólo da ventaja).

 

Rash Colds

Frenó sus piernas al vislumbrar la silueta del Capa Roja, un elfo que estaba tan absorto en sus asuntos que no sabía la tormenta que estaba por caer sobre él. Rash calculó con rapidez los pocos segundos que les quedaban del factor sorpresa y tenía detrás de sí un grupo lleno de sorpresas. ¿Cuanto tardaría un grito del bárbaro que retumbaría entre los árboles y llevaría el sonido en forma de eco por todo el campamento enemigo? ¿Cuánto hasta que alguien pise una pequeña rama seca? Tenía que actuar rápido.

—Lanre. —llamó al guerrero al que le confió la vida de Taqui, no hablaba con un guerrero pato, estaba hablando con la persona en quién confiaba ciegamente. —Otto no esta por aquí para idear uno de sus increíbles planes de acción: debemos improvisar. Tienes que empujar al elfo al pozo, pero es imposible que lo logres sin ser visto... debes tomar vuelo y atacar desde el cielo, no te verá, no te sentirá... hasta que sea demasiado tarde. Lanre, puedes hacerlo. —dijo con convicción, acentuando sus palabras con una afirmación de su cabeza.

Apretó levemente la mano de Taqui, rogando a la Rana Tuerta en silencio.

 

Jou

Nos habíamos movido todos juntos a la siguiente habitación, nos reunimos y algunos con sus pertenencias decidimos seguir avanzando, pero senti la presencia de alguien maligno, alguien de mi misma raza, un miedo me invadió y me acerque rápidamente a Larne jalando de su ropa para llamar su atención demaciado apurada—Necesito tu ayuda ... Aún no nos a detectado ese elfo y para evitar más conflicto, podríamos deshacernos de él— me posicioné atrás de él y prepare mi baculo apuntando a él— lánzate un hechizo de silencio para que no se escuche ningún ruido por algunos segundos, así no se dará cuenta que vas tras él, ni resonará su caída , evitando alertas— finalice preocupada

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Amelie

 

Lanre

"Tienes que tirar al elfo al pozo" Lanre sonrió ante las palabras de Rash "Debes tomar vuelo, atacar desde el cielo" su sonrisa se disipó —Pero Epifanía me dijo que si volaba sólo alertaría a los demás — dijo confundido, a él no se le ocurrían planes como a Otto que parecía disperso y tampoco sabía como rezarle a la rana tuerta; se giró y miró al elfo acomodándose su anillo del bruto; pero antes de que hiciera algo estúpido; Jou habló con temor pero con gran sabiduría —Señorita, es usted muy lista; si, seguro. Me alegra acompañar a un equipo tan versátil, la verdad yo sólo iba a correr esperando lo mejor, ahora con su hechizo de silencio; podré lanzarlo sin que se de cuenta — sonrió.

Lanre esperó a que Jou le indicara que era seguro correr; miró sus patas, se acomodó sus polainas y después salió disparado contra el elfo.

 

Claro 3
[Todos]
​

La pequeña elfa se acercó al guerrero emplumado y tramaron rápidamente el plan de acción. Jou lanzó un hechizo a la altura del pozo, que produjo un silencio absoluto en una esfera de 20 patas. Así, el elfo ni llegó a enterarse que Lanre estaba arremetiendo contra él en ese preciso momento, era la clase de ataques que ese retorcido más disfrutaba.

El pato empujó al objetivo con una fuerza tremenda, impulsándose con un poco de vuelo incluso, tirando al elfo por el pozo. No se escuchó nada por el encantamiento, pero Soren había lanzado un alarido de placer mientras caía, aplacado únicamente por el abrupto choque contra el suelo. Había sentido el placer más grande de su vida mientras agonizaba, pues si se asomaban, podrían ver a la luz de la luna que había dejado este mundo con una sonrisa de oreja a oreja grabada en el rostro.

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​

Mientras tanto, en esa edificación seguía sonando una pianola...

​

En el interior, podía oírse el clima propio de una taberna, con el barullo de las conversaciones y el ruido de los jarros de cristal. Pero nadie se había enterado de la presencia de los aventureros.

-¡Por aquí!- los guio en cambio la mosquito, para otro lado, evitando la construcción.

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Monpoke Mori Gigavehl rapuma Amelie madarauchiha Bruno TDF Alisse Madness Ayeah Sensy
Todos están en el Claro número 3.

La mosquito les dice que hay que continuar por el "pasillo" formado por árboles que les indiqué con una flecha roja (hacia el Claro número 4).

No obstante, son libres de arriesgarse yendo a otros sectores...

 

Jou

Rei levemente pues Larne parecía disfrutar ese pequeño silencio que le regaló la oportunidad de no contenerse, al ver que elfo había caído suspiré de alivio pues sentía el cansancio de todos —Acérquese porfavor— les dije con voz no tan alta para no aletrtar a nadie más, y alcé mi báculo pronunciando el hechizo de curación iluminando levemente el entorno para sanar sus heridas .

Posteriormente me acerque a Vite y tomé una de sus patas —vite..note que estabas algo herido, te quedó alguna sin curar?

 

Lanre

Fue tan sencillo, se asomó para ver si el elfo había caído; pero fue una pésima idea; su cabello ondeó con la brisa nocturna mientras la luna iluminaba el rictus en el que había quedado el elfo al fondo del pozo. Lanre no pudo contener su expresión de impacto mientras se alejaba del pozo siguiendo la voz de Epifanía.

—Yo no vi nada —se repitió a sí mismo — nada, nada —en su rostro seguía la cara de impacto para después acercarse a la voz de Jou que indicaba que se juntaran para ser curados, mientras pensaba si la pequeña conocía un hechizo para borrar su memoria más reciente, la cual lo perturbaría de por vida.

—Vámonos de aquí —dijo hacia Epifanía pero diciéndole también al resto —Estos si están locos; si exploramos nos darán más traumas psicológicos; ¡si, segurísimo! —se estremeció mientras su plumaje visible se esponjaba.

 

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Vite Horiazana

Por todos los mares... El regocijo mezclado con alivio colosal me llevaron a entornar la mirada desde arriba, sonriendo amplio sin siquiera tener fuerzas para contener las emociones que se apoderaban de mis acciones. Podría llorar, pero no lo haría, pero si que cerré los puños con fuerza debido a que no podía abrazarle. Osea, podía, pero ya había tomado una acción y abrazarlo otra vez... ¿era tiempo innecesario? De todas formas ladee la cabeza, conmovido incluso delante de su gran valía. No podía hacer otra cosa más que estar con una profunda alegría, cualquier temor infundado ahora se repelía, las esperanzas renacían y, sinceramente, el dragón quedó en segundo plano.

Mi batalla se libraba ahora. La real amenaza a mi gente.

—Por la familia se hacen cosas inimaginables —dije con suavidad mientas mi gran para caía entre sus orejas, con un toque cuidadoso, pero firme— Porthos... —pronuncié su nombre como por magia.

Entre tantos hermanos, hermanas, pequeños... Perdidos, ahora encontrados... Las memorias parecían revivir cuando más lo necesitábamos, ¿cierto? La sonrisa suave se agudizó en mis ojos, un filo de ligera astucia. Tras eso hablé con firmeza a los aldeanos y terminé por irme a buscar las cosas.

Escuché casi todo a mi alrededor al husmear entre los objetos perdidos, pero receloso como podía llegar a ser a veces mis patas estaban por completo volcadas en la labor de encontrar mis pertenecías, ¡por suerte lo logré! Tener el arco entre mis patas me hizo sonreír con suficiencia, una calma rara, la seguridad de tener con qué defenderme...

Tenía que defender a mi familia y, claro, ahí también entraban mis vecinos, que con sus altos y bajos, al final del día era o pelearnos o cuidarnos, ¿cierto? Reí con amargura ante los recuerdos. Parece que el mago de Taqui era una malaña, que Avocato siguiera preocupado por su hijo me pesaba en el corazón, era otra razón por la cual salir de acá.

Los conejos no parecían emitir ruido, a lo lejos pude escuchar a a Porthos con ligereza, sonreí con suavidad mirando el suelo... era más valiente de lo que yo era... En parte era preocupante, tendría que enseñarle a tener precaución, ¡Pero seguía en pie! Cuanto menos merecía el reconocimiento de un guerrero, ¿se llevaría bien con Lanre?

¿Con Rash...? Oh, Rash... Era increíble, se mantenía de pie, con vida... junto a Taqui.

Entonces una suave voz me sacó de mi raro ensimismamiento, observé a verla sin rasgo de crítica, tranquila expectativa que no demoró en ser ocupada por sus palabras. Sonreí con ternura, mis orejas dejaron estar en alerta por mera compasión. Exhalé con suavidad por la nariz, pues mis rasgos volvieron a agarrar firmeza, una sonrisa firme y sutil mientras le echaba con suavidad una hebra rojiza tras su oreja.

—Claro —sonreí radiante y soné seguro. Distraerme en el actuar me borraba las preocupaciones, así que sería mejor para ambos. Alcé la mirada, entrecerre los ojos y observé el panorama. Tenía que usar el tono justo para no captar la atención de las otras criaturas, esas macabras que devoraban a los suyos... mejor ni pensarlo, no quería otro mal de estómago—. Cuándo terminen de recoger sus cosas v.olvamos a juntarnos donde encontramos a los aldeanos —soné firme y mi ceño se frunció aportando seriedad a mi rostro. Duró poco, claro, porque no demoré en mirar a Jou y sonreírle otra vez con suavidad— Vamos— Y tal vez por desconocer su real edad, al igual que Lanre, tuve la naturalidad de ofrecerle mi pata. Era un gesto tan de reflejo que ni siquiera me importaría si lo rechazaba.

Nos acercamos al resto, estábamos todos reunidos. Sonreí con malicia y no demoré en desordenarle el cabello a Porthos tras acercarme por detrás de su espalda con sigilo.
—Te escuché gritonear, revoltoso —susurré a su costado, inclinándome sin problemas a su altura para más cercanía, confidencialidad—, de noche debes saber callar.

Me ergui firme, le sonreí desde arriba, cerré los ojos.
>>Sino, te encontrarán con facilidad—. Entonces abrí los ojos, mirándolo serio—, y créeme, ellos siempre podrán verte en lo oscuridad... —sonreí con cierto regocijo mirando de lejos a los felinos magos, con la misma mirada volví a encarar a Porthos—, no te fies de los gatos...— Antes de alejarme de Porthos, concluí—, pero siempre intenta ganarte su confianza. Son buena compañía si les tienes paciencia —le guiñe un ojo con la pata cubriendo mi hocico con confidencialidad.

Tras soltarle un par de cosas a Porthos terminé por ubicarme tras los cuatro conejos gordos y vulnerables. No importaba la seriedad que me invadiera, al momento de hablarles la sonrisa radiante cubría mi rostro, incluso yo al mirar en retrospectiva me sorprendía de esa naturaleza.
—¡Yo cuidaré sus espaldas!— Y se me tiñó el rostro de compasión—, pero necesito que intenten seguirnos el paso, aunque no dejaré a ninguno atrás, independiente de lo que pase —terminé con una expresión animosa otra vez, confiado...

Ignorando que todos podíamos morir, en cualquier momento. Cada que nadie miraba, cada que yo observaba la oscuridad y reaccionaba al más mínimo ruido ajeno mi rostro se tornaba serio, no había pizca de ese ser risueño y juguetón que por tantos días me caracterizó. En soledad... no siempre era tan alegre.

Y ver cómo ese elfo caía por el poso, oír su cuerpo chocar con el fondo... no me animaba. Cerré los ojos, no fue mejor idea, pero mi capacidad de presenciar muertes tenía un límite bastante cerrado, el único amargo alivio que prevalece era... que si no eran ellos, seríamos nosotros los muertos.

No podía permitirme eso, puede que jamás...

—¿Eh?— Jou volvió a sacarme de mi trance, ese que me mantenía alerta de cualquier amenaza, como la pequeña no solía significar ninguna amenaza ni siquiera mi cuerpo se puso encontrar de su toque, yo solo miré nuestro lazo, el de nuestras patas... y sus raras patas de elfa— Jejeje, estoy bien —sonreí medio flojo. Le acaricié la cabeza luego, esa cabeza color manzana, sin ser brusco como podía llegar a serlo con mis hermanos—, ufff, pero esto y algo agotado —sincere a pesar de que no solía gustarme reconocer mis debilidades, a un médico no se le mentía... ¿cierto? Le sonreí con suavidad, mi volumen desde un inicio se había mantenido bajo, para evitar preocupar más a los otros—, si no es invoncentiente, puedes curarme de vuelta, ¡A ver si consigo más vigor! —solté lo último con más energía y se reflejaba en la sonrisa a hocico abierto que me brindé. Me llevé las manos a los bolsillos, me gustaba mantenerlas ahí... o sobre mis dagas.

Esperé su magia, sin dejar de tener en cuenta que debíamos mantenernos en constante movimiento. Había que salir de esta peculiar guarida cuanto antes.

 

Claro 4
[Todos]​

Jou se detuvo frente a todo el grupo, como si les fuera a tomar una fotografía, pero en su lugar extendió su bastón y el destello amarillo que iluminó brevemente el área les alivió las heridas y restauró un poco de salud.

Hecho esto, los aventureros continuaron hacia el siguiente claro. A simple vista, todo lo que había ahí eran dos arcas rectangulares cerradas con llave, encima de una de ellas había dos rollitos de vendajes pequeños. Además de eso, algunas antorchas de pie iluminando el lugar y bancos de madera. Parecía que utilizaban este claro como vestíbulo para vendarse y reponer energías.

Los cuatro conejos aldeanos ingresaron al último escoltados por los Horiazana. Una señora, de entre los cuatro regordetes, le pellizcó las mejillas a Vite y le agradeció besuqueándolo como una tía cargosa, luego que se mostrara tan valiente a la hora de rescatarlos. También les prometió a los tres que podrían pasar por su casa a buscar dulces cuando quisieran, luego de todo esto pasara, si pasaba...

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Monpoke Mori Gigavehl rapuma Amelie madarauchiha Bruno TDF Alisse Madness Ayeah Sensy

Muevo también a quienes no respondieron porque algunos ya me lo pidieron por pm o leí su elección en el wsp. Si de todos modos querían volver al claro anterior o ir a otro por lo que sea igual pueden con simplemente rolearlo.

Los vendajes pequeños son 2 y restauran el equivalente al 50% de los pv de una criatura. Sólo puede usarse fuera de combate porque lleva unos 5min de tranquilidad colocárselos. Rash tiene una versión mejor que es un vendaje normal que restaura el 100% de pv de una criatura.

Las arcas están con llave, se puede lanzar 1d20 por abrir cerraduras.

También pueden buscar objetos, criaturas, entradas, trampas, etc. dentro del claro.

Recomendación personal: Utilicen este momento de tranquilidad para vendarse, tomar pociones, etc. porque algunos están bajos de salud y la precisarán lo más alta posible para lo que viene...

 

Dellen
De camino a buscar el equipaje acabé encotnrándome afortunadamente dos pociones de curación, excelente... las íbamos a necesidad al saber como estaban yendo las cosas a nuestro alrededor, una cosa lleva a la otra y me temo que no íbamos a salir prontamente de esta espiral de problemas provocándome un suspiro por respuesta, así que una vez agarré el equipaje, decidí sentarme un instante en una roca quedándome atrás de los demás, preguntándome que tal difícil iba a ser enfrentarnos al dragón, eso realmente era lo que me acababa por preocupar enormemente, aunque tenía el presentimiento de que matar al dragón solo iba a meternos en más problemas y a decir verdad, yo mismo no anhelaba esto... no me importa la fama ni las formas, solo quería... encontrarme a mi mismo, creí que estar con los demás podría ayudarme a recordar quién era pero, me temo que ni siquiera la más nímia de mis memorias han vuelto a mí desde que inicié el viaje, quizás debería tener paciencia y seguir adelante, quizás no fuera relevante recuperar mis recuerdos pero a la vez, me sentiría como inútil si es que recuperando mi memoria resultara que sabía matar dragones, ugh... odio la amnésia. Tras un largo suspiro decidí levantarme pues era hora de reunirme con los demás, solo esperando poder tener un poco de paz antes de nuestro siguiente obstáculo, menos mal que al menos ahora todos parecían mucho mejor coordinados.

Perdido entre mis pensamientos acabé llegando al claro para reunirme con los demás aliviado de saber que todos estaban ahí, teniéndome que aguantar la risa cuando dijo Kildrak que los patos no eran para tanto, lo que sí que acabó por sorprenderme fue como al final nos acabamos topando con el capa roja, Soren, provocando que Rash se tensara, ordenándole a Lanre algo que no me esperaba viniendo de él, lo matara. Yo mismo lo habría hecho sin titubear pero decidí mantenerme al margen, pues al final, quería ver hasta donde llegaban mis compañeros y si realmente Lanre era capaz de algo así, seguía siendo alguien patoso e inocente pero, a su vez empezaba a tener salidas que empezaban poco a poco a gustarme. Me acerqué lentamente a ellos para simplemente mantenerme alerta sobre como lo iban a hacer y vaya que no defraudaron.

Aprovechando que no nos había detectado, dicho por Jou, sacó su báculo para evitar que Soren escuchara nuestros pasos, y con una coordinación perfecta (obviando la Lanreadas) Soren acabó en el pozo, sabiendo que con ello no había manera de salir, provocándome que los mirara con una sincera sonrisa, la cual no había podido emitir desde que los conocí en un primer momento.

— Ahora si que podéis consideraros un excelente equipo chicos, felicidades—. Esa fueron mis palabras antes de empezar a seguir al mosquito tras la cura bienvenida de Jou, incluso pese a la punzada que me dio al verla agarrar a Vite de la pata, haciendo que solo pudiera seguir en silencio, emitiendo un leve gruñido al ver la escena, ugh... ¿por qué a mi no me había ido a curar la pata? simplemente les dirigí una leve mirada incriminadora, además ver a Vite tan alegre ¿es que había algo entre ellos? ugh... definitivamente tenía que hablar con Jou al respecto, pero ¿hablar de que? desde su acercamiento en el altar en el que recé y me sinceré con ella, creo que me gustaría tenerla mas cerca cada vez, pero tampoco era la clase de persona que montara escándalos, quizás debería hablar con ella más en privado y preeguntar si hay algo entre Vite y ella, aunque no me gustó que le acariciara la cabeza y no sabía explicarme por qué, joder, simplemente dada la cantidad de gente que había ahí..... Mejor seguía las instrucciones de Zer de seguir adelante y no decir nada más.

Finalmente el camino transcurrió en silencio hasta llegar al claro, el cual, a diferencia del tercero parecía estar realmente tranquilo aunque, sabiendo como había sido nuestro camino hasta ahora era mejor no fiarse, así que solo quedaba la opción de saber si iba a ocurrirnos algo, aunque visto lo visto y como se estban comportando los demás, deseché la idea, solo necesitaba hablar con Jou, a quien me acerqué para tirarle de la manga.

— ¿Como vas? quiero decir, esto ha sido un vaivén de cosas, admito que estoy exhasuto—. Comenté en un intento de hablar con ella a solas mientras aporveché para curarme.

 

Zer recorrió el claro con la mirada, mientras Dellen se curaba y Avocato se dirigía a uno de los arcones.

-Intentar puedo...- mencionó con sinceridad el pirata, agachándose a investigar la cerradura y desplegando sus garritas para usarlas de ganzúa. Colocó su oreja cerca del mecanismo y en unos segundos consiguió abrirla. En su interior había unas pociones celestes, Avocato las desconocía -No sé qué valor pueda tener esto- exclamó con los brazos en jarras.

En ese momento, los ojos de Zer detectaron un leve brillo entre unos arbustos, habían utilizado ramas para tapar algo y que pareciera que ahí continuaba la arboleda. Tras acercarse, el gato pudo ver que lo que había ahí embutido y mediocremente camuflado, era la armadura mecánica de Kevin.

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Gigavehl
Contenido del arca: Viales con pociones celestes (x3)

 

Taqui

Sin soltar la mano de Rash avanzó por aquel laberinto hasta llegar al lugar del pozo. Se sentía tentada de entrar en aquella taberna, pues dentro parecían pasarlo bien pero el agarre firme del rano evitó que se dispersara.
Ahogó una suave risa con su mano libre cuando el elfo cayó al pozo y siguió diligentemente a la mosquito hacia el nuevo lugar.

El grupo se había hecho realmente grande y eso le hacía feliz.

Mientras bebía una de sus pociones de curación escuchó al gato hablar sobre las cerraduras y se acercó con curiosidad a una de las arcas para tratar de abrirla a su vez.

 

Rash Colds

Bebió una poción de curación mayor y su cuerpo se estableció por completo, pero su corazón latía deprisa mientras sus ojos, acostumbrados a ver en la oscuridad, le revelaban hasta el detalle más pequeño de sus alrededores. No sabía cuánto tiempo les quedaba, no podían darse el lujo de perder el tiempo en abrir los cofres en una situación tan crítica como lo era en esos momentos. Pero ver a su Taqui intentarlo le dio el arrojo para romper su cerebro e intentar abrir una de esas arcas, quizá, solo quizá... contuviera algo destinado por la Rana Tuerta.