Capítulo VII

Taqui

Tras la pelea siguió al grupo de compañeros que avanzó hacia el claro donde una enorme montaña de objetos y joyas se alzó ante sus codiciosos ojos.

Se relamió los labios, ignorando todo cuanto acontecía a su alrededor y recuperó sus pertenencias con avidez, abrazando la lámpara de Gaseoso con cariño, incluso depositando un sonoro beso sobre su superficie lisa y brillante.

Casi perdía la oportunidad de liberar a los piratas y el genio por aguardar la fin de la misión por lo que había tomado una decisión.

Gastaría sus deseos antes de que pudieran arrebatársela de nuevo. Frotó la lámpara mientras equipaba sus otras pertenencias y aguardó con impaciencia a que el genio asomara.

— ¿Estás ahí Gaseoso? Espero que no te hayan comido.

 

Jasper

Una sonrisa asomó bajo sus bigotes al ver el reencuentro de los conejos con su pequeño hermanito. Comprendía muy bien los sentimiento que debían estar pasando por sus corazones, pues él había perdido a Telémaco y el dolor había sido inconmensurable; reencontrarse con un hermano perdido, ya sea en la muerte o no, era sumamente gratificante. Por el momento se apartó de ellos para darles su momento, dejarlos disfrutar del reencuentro. Se ocupó de desatar a los demás cautivos, que sólo eran aldeanos muertos de miedo, incapaces de luchar. Jasper no les dijo mucho, sólo les pidió tranquilidad y que no hicieran ruido.

Sin embargo, no pudo liberar de sus ataduras al rano gigante, que dormía como un tronco. Una cuchilla era inútil ante unas cadenas gruesas. El gato explorador se preguntó, para empezar, qué hacía un rano en aquel sitio. Era un bárbaro, por lo que su presencia fuera de las montañas también era intrigante. Tampoco podía determinar qué tan agresivo podría llegar a ser con ellos, pues la naturaleza de este tipo de guerreros le resultaba impredecible, hasta peligrosa. Pero tampoco podía abandonarlo allí a su suerte, quizá era buena idea el reclutarlo.

Jasper miró a Rash y alzó una pata para llamar su atención.

—Mira, este tipo es tan grande como tú. Pero se ve que es todo un guerrero bárbaro porque lo ataron con cadenas, no pudo liberarlo con este cuchillo de carnicero —explicó— ¿Te lo puedo encargar? Yo mientras debo ir a recuperar mis cosas.

Tras estas amables palabras, se dirigió ágil hacia al claro (2) donde había visto ir a Lanre y la mosquito unos momentos antes. En el lugar halló una cantidad ridícula de oro, además de su equipaje con sus cosas, que no tardó en recuperar y equiparse. Había otros aventureros enfrascados en lo mismo. Jasper tomó 100 de oro y rebuscó entré los equipajes perdidos, esperando hallar algo de utilidad.

 

Claro 2
[Zer, Jou, Avocato, Vite, Taqui, Jasper]​

-Te lo agradezco y prometo darle un buen uso a estos objetos, tu cruzada es ahora la mía, aventurero- aceptó Avocato, con gratitud, la curación y lo demás. Su salud ahora se había reestablecido por completo y Zer también se había recuperado sustancialmente de sus heridas. Acto seguido, el mago se concentró para detectar magia y el pirata se dispuso a equiparse.

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Gigavehl luego de tu d20 te digo si queda algo del equipo de Garret.

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La siguiente aventurera en ingresar a ese claro fue Taqui, dirigiéndose sin preámbulos a su lámpara mágica. Tras frotarla y llamar a su genio, éste apareció inmediatamente -Sus deseos son órdenes, ama, le recuerdo que aún le quedan dos de ellos- le dijo René con una complaciente sonrisa -Y no creo que quieran comerme, les causaría un severo malestar gástrico-

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Ayeah Podés pedir tu deseo cuando desees (?

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Por último entró Jasper, que no había encontrada nada muy interesante en los equipajes, más allá de ropas sin valor u odres vacíos. Pero, tras dirigirse a la montaña de oro y retirar unas monedas, varias más se desparramaron y parte de la pila cedió, revelando así la mitad de un objeto tan brillante y dorado como el oro mismo. Se trataba de una espada, mimetizada entre el color de las monedas, pero que la aguda visión del felino pudo captar. Podía notarse a simple vista que no era un arma común, se veía letal y tenía un pequeño dragón grabado en su empuñadura.

Contenido oculto

Zer, que se encontraba del otro lado de la montaña usando su hechizo de detección, pudo sentir un intenso poder mágico proveniente de la espada que había encontrado el explorador.

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Bruno TDF Jasper ha conseguido esta espada que se ve muy épica, pero hay que identificarla para conocer sus propiedades, un mago podría.

 

Jasper

No había encontrado objetos relevantes entre los equipajes abandonados, pero distinta fue su suerte cuando se abocó a retirar monedas de la gran pila de oro. En un momento dado, Jasper se sobresaltó, pues las monedas que había sacados provocaron un ligero desmoronamiento; observó las monedas deslizarse como agua dorada hacia el suelo, temiendo que la pila se derrumbara con un gran ruido. Sin embargo no fue eso lo que ocurrió, simplemente la montaña cedió un poco.

Entonces el gato vio la espada. Era dorada, brillante y tenía un dragón todo cool grabado. La miró con admiración, pues nunca había visto un arma igual. Sin saber por qué, sentía que era un objeto poderoso. Se acercó lentamente hacia las monedas y tomó la espada con cautela, esperando que se produjera un efecto mágico inesperado. Cosa que no ocurrió, el explorador pudo empuñar la espada con tranquilidad. Su peso era perfecto para su fuerza. La dejó reposando sobre la palma de sus patas para mirarla más de cerca. Era muy bella. Finalmente la empuñó y realizó unos cortes al aire.

"Desde luego, no es una espada ordinaria" —pensó— "Un objeto como este sin duda debe de poseer magia, tal vez debería pedirle a algún mago que revele sus secretos —miró el grabado de cerca— "Un dragón... ¿Qué relación tendrá con esta espada?"

 

Taqui

No tuvo que pensárselo demasiado, conocía sus deseos y no quería que Gaseoso se extraviara de nuevo antes de llevarlos a cabo por lo que sonrió ampliamente y adoptó una pose que se le antojó todopoderosa.

— Bien, he tomado mi decisión.— Anunció, dándose importancia. — En primer lugar, deseo que rompas la maldición que asola al barco fantasma que nos trajo hasta aquí.

Aguardó unos instantes, quizá buscando sentir algún tipo de poder o garantía de que su deseo era cumplido, y ensanchó su sonrisa.

— Y, por último...— Pausa dramática para darse importancia. — ¡Deseo que seas libre!

Meditó unos instantes y abrió sus diminutos brazos hacia el genio invitándolo a un abrazo.

— Ahora que eres libre, podrías unirte a nosotros y conseguir tu propio deseo del rey.— Sugirió.

 

Rash Colds

Ayudó en la asistencia de los civiles rescatados por Jasper, reuniéndolos cerca de ellos para no perderlos de vista. El corazón del monje pronto se tranquilizó al ver que esta segunda oportunidad que les otorgaba la Rana Tuerta era un regalo para sus seres queridos. El señor Horiazana encontraba a su hermano menor, habían logrado salir enteros a excepción de... Garret... Sacudió su gran cabezota para despejar esos pensamientos de su mente y siguió con la mirada a Jasper, al cual lo tomó como un animal con liderazgo nato; había encontrado a un gran rano salvaje de las montañas. Rash se acercó y se acuclilló sobre las cadenas que lo encadenaban al suelo. Debía de estar muy asustado.

—Lanre, quizá necesite de tu fuerza para liberar al rano. Esas cadenas se ven gruesas como mi cabeza.

Tomó las cadenas con sus patas y silbó cerca del rano para llamarle la atención.

—Te vas a casa, hermano.

Tiró de la cadena con sus patas.

 

Lanre

Se quedó de pie observando el movimiento del resto mientras acomodaba su plumaje, se equipó nuevamente con su armadura porque se sentía desnudo, revisó su mochila para asegurarse de que no dejaba nada. Iba a ir con Epifanía para mencionarle que iría por oro; pero fue Rash quién le habló para que lo ayudara a alguien que aun no podían soltar.

Lanre lo observó y afirmó —Eres fuerte, si seguro —dijo Lanre al rano atado para después mirar a Rash —Pensé que morirías, y me dejaste con un peso más grande que mis alas; no olvidaré esa confianza que tienes en mi —dijo desenvainando a Roronoa — No te vayas a romper, amigo. Vamos a intentarlo.

 

Claro 1
[Otto, Rash, Lanre, Dellen, Jasper, Taqui, Solerade, Kevin, Porthos, cautivos]​

Lanre y Rash se dirigieron al bárbaro encadenado que aún dormía, la mosquito seguía detrás a su huésped como si de su sombra se tratase, no quería que le pasara nada.

-Vaya, otro de los míos, seguro es alguien interesante- exclamó Roronoa mientras su portador lo elevaba en el aire para golpear. Monje y guerrero arremetieron contra las cadenas del rano, liberándolo.

El sonido del golpe lo había despertado, a lo que reaccionó tomando el ala del pato, uno de sus liberadores ¿Para agradecerle? No parecía ser eso, más bien la estaba olfateando toda a lo largo.

-Tu carne ser delicia- mencionó inhalando profundamente. Hablaba Doméstico, pero de una manera bastante rústica, con infinitivos y refiriéndose a él en tercera persona.

-¡DEJA EN PAZ A MI MANJAR!- le espetó Epifanía con su peor cara, pero el bárbaro ni se inmutó, la miró de frente como si nada.

-Pero Kildrak ya haber probado pato- dijo soltando el ala de Lanre, pero no la mirada sobre epifanía, denotando una enorme y bruta valentía. No lo había soltado por el miedo, sino porque se le había bajado el entusiasmo.

-Kildrak solamente comer lo más exótico. Kildrak haber oído de dragón en bosque. Kildrak matar dragón. ¡KILDRAK COMER DRAGON!- Vitoreó golpeándose el pecho. Era claramente un bárbaro sin modales ni educación civilizada, pero su gran fuerza bruta podría ser de ayuda para salir de ese lugar...

Kevin se resguardó detrás de su hermanito por las dudas, Porthos en cambio sacaba pecho sin temor alguno al brutal bárbaro.

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Amelie rapuma

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Claro 2
[Zer, Jou, Avocato, Vite, Taqui, Jasper]​

-Le recuerdo ama que de cumplir esa petición, la tripulación de ese barco zarpará hacia el más allá y ustedes tendrán que buscar otra forma de cruzar el mar de vuelta, pero sus deseos son órdenes- le dijo a Taqui su genio, cumpliendo la petición a la distancia. Aunque Taqui no lo viera, Roger y su tripulación estaban siendo libres en ese preciso instante, ella en particular pudo sentir las últimas palabras del capitán agradeciéndoles mientras su alma partía. Ahora estaban en paz.

Luego, la ranita pidió su tercer y último deseo, sorprendiendo notoriamente a su genio.

-¡Guau! ¿Enserio?- exclamó con una sonrisa -Jamás en todo este tiempo pensé que tendría un amo tan... ingenuo- comenzó a cambiar su mueca a la de una sonrisa más pícara y maliciosa, a la vez que se elevaba y salía despedido hacia el cielo, perdiéndose en el firmamento infinito con una carcajada malévola. Había desaparecido, quien sabe a dónde y su lámpara era un objeto ordinario ahora, estaba vacía. A lo sumo, Taqui podría intentar convencer a alguien de que alguna vez vivió un genio allí para venderla como rareza o algo así, pero no sacaría mucho.

Al menos, tras volver la vista abajo, tuvo la suerte de encontrar un bolso en el que sonaron unos frasquitos que albergaba en su interior. Tras revisarlo, podría percatarse de que contenía 2 viales con pociones de curación.

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Ayeah

Taqui ya no tiene a su genio

Pero ha encontrado: Poción de curación (x2): Restaura 10pv

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Mientras tanto, Zer había detectado magia cerca de los equipajes, topándose así con el de Garret. Tras abrirlo, encontró uno de los objetos que llevaba el ratón, los otros quizás habrían quedado consigo o quién sabe... Por lo pronto, el que había conseguido era muy útil, se trataba de un Colgante de la vitalidad como el que Zer ya poseía, por lo que ni necesitó identificarlo. No podría utilizar ambos, pero se lo podía prestar a algún compañero para aumentar su poder como equipo.

También había podido sentir levemente la magia de algunos objetos en otros equipajes, quizás fueran las pociones que acababa de encontrar Taqui, pero si era algo más tendría que revisar uno por uno los bolsos y eso llevaría tiempo.

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Gigavehl Zer ha encontrado uno de los 3 objetos encantados de Garret (se elegirán al azar de la lista)

edit: ha obtenido: Colgante de la vitalidad: +10 al total de pv

 

Rash Colds

—Eres al único al que le confiaría algo con tanta seguridad, Lanre. Sé que tu espíritu es noble y tu corazón se regocija en el acto de ser empático ante los animales. Eres el guerrero ideal, maese pato. Caminaría sin preocupaciones hacia el horizonte más lejano si sé que tú caminas a mi lado. —le sonrió mientras tiraba con sus patas la cadena, esperando que la fuerza de sus acciones logre desarmar ese pesado acero que retenía al rano de las montañas.

Se espantó al ver como aquél bárbaro sujetaba a su amigo del ala, amenazando con romperle el cartílago izquierdo de un simple movimiento. Desde la distancia, aún precavido y esperando no hacer ademanes exagerados, empezó a hablar. Lo hacía con voz firme pero intentando no elevar en demasía, podrían arruinar el factor sorpresa.

—Iremos a por el dragón luego de poner al resguardo a estos animales, noble rano de las montañas. Mi nombre es Rash Colds, monje al servicio de la Rana Tuerta... parece que ya conoce a Lanre, maese guerrero y el pato con el cabello más sedoso de las cuatro esquinas del reino. —movió las manos como para que bajara un poco la voz. —Vayamos a por nuestro equipo, intuyo que el tuyo se encuentra allí, como el del resto. Mientras más pronto estemos allí más rápido podremos ir a por el dragón... —no lo dijo convencido, quizá porque su meta ya no era matar a un dragón, no le traería ni gloria ni honor, solo sería una muerte más. Su deseo estaba allí, junto a él. Su Taqui.

 

Claro 1
[Otto, Rash, Lanre, Dellen, Jasper, Taqui, Solerade, Kevin, Porthos, Kildrak, aldeanos]​

-Kildrak aceptar- respondió el bárbaro colocándose frente a frente con el monje. Su altura y contextura corpulenta eran idénticas, tan sólo distaban por su color y la brecha cultural que separaba a los Silvestres de los seres civilizados como Rash.

-Si Domésticos guiar a Kildrak hasta dragón, Kildrak ayudar. Kildrak dar palabra- y la palabra de un bárbaro era sabido que se trataba de una garantía, siempre cumplían con ella.

Dicho esto, el Silvestre se dirigió al otro claro para buscar sus pertenencias. Porthos y Kevin hicieron lo propio, aunque guardando cierta distancia del rano.

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Monpoke Mori Gigavally rapuma Amelie madarauchiha Bruno TDF Alisse Madness Ayeah Sensy

Todos han ganado 30pts de experiencia por haber reclutado a Kildrak.

También tienen 120pts más, por los capas rojas que llegaron a derrotar (6 de ellos contando al matarife)

Con esto...

Taqui ha subido a nivel 3!
Suma 1d4 +2 a su total de pv (Ayeah, podés lanzar tu d4 cuando quieras en tu próximo post)
También tendrás la posibilidad de usar tu veneno en armas 3 veces por día a partir de ahora.

Solerade ha subido a nivel 2!
Suma 2d6 +2 a su total de pv (Sensy, podés lanzar tus dos d6 cuando quieras en tu próximo post)

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Claro 2
[Zer, Jou, Avocato, Vite, Taqui, Jasper, Kildrak, Porthos, Kevin]
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Kildrak ingresó al claro y tomó su equipaje; un hacha y una rudimentaria armadura de bárbaro de las montañas. También tenía un bolso con ollas y utensilios de cocina, al parecer se trataba de un amante del arte culinario.

En ese ínterin, también agarró un frasco con una poción de curación. Lo levantó de la punta con sus enormes dedos y le acercó la cara para examinarlo. Tras unos olfateos, realizó un gesto de repulsión y lo arrojó hacia atrás, a estos salvajes no les agradaba la magia. Incluso podían llegar a temerle a estas artes, pues no la entendían. Sin embargo, tampoco necesitaban de la magia, lo cual quedó de manifiesto cuando infló su pecho y engulló aire en su enorme papada para reestablecerse la salud por su cuenta.

Por otro lado, Porthos tomó sus cosas de guerrero. Tenía un escudo, una cota y una espada, todo en versión miniatura para que le quedaran. Se las había fabricado él mismo.

Kevin, no obstante, seguía sin encontrar su más preciada pertenencia. La armadura mecánica del ingeniero no estaba en ese lugar. Al menos no tenía nada que perder, por lo que intentó buscar algo de utilidad entre los equipajes.

En un rincón más cerca de la salida, estaban Zer y Avocato. Este último se colocó el colgante que el mago, de cierta manera, le devolvía. No obstante, el pirata no guardaba rencores por el hecho de que en un primer momento se lo hubiera quitado, le había perdonado la vida a cambio y eso era suficiente.

-No creas que mi confianza es gratuita o se debe a una estupidez como ver bondad en ti- le aclaró -Quizás otros podrían haber visto como un acto inmoral tu decisión ante esos caníbales, cuando elegiste abandonar a una compañera. A mí no me interesa tu moralidad, confío porque creo en tu inteligencia. Aunque todo terminó de otra manera, para mí habías tomado la decisión correcta, la más inteligente...- obviamente se trataba de un pirata, el bien y el mal no le interesaban, la inteligencia y prudencia era lo que le resultaba más digno de respeto y confianza.

 

Jou

Mi respiración empezó a descontrolarse después de este rato, así que alcé la mirada y note que quizás todos mis amigos estaban en la misma situación, debido a todos los sucesos que nos asecharon, seguramente la salud de todos estaba gravemente decendiendo.

Fue ahí cuando ví a vite, no muy lejos de Zer ye acerque a él— vite.... Se que no somos tan cercanos quizá pero... Podría pedirte un favor?— le dije algo tímida desviando la mirada —quisiera reunir a todos para...lanzar un hechizo de curación y no encuentro una manera....—

Cloud se poso en mi cabeza como un padre vigilando a su niña cuando se acerca un hombre a ella —podrias ayudarme?

 

Rash Colds

El monje corrió detrás de Kildrak, su nuevo a aliado de las montañas. Esperaba poder anticiparse a las reacciones de sus compañeros ante quizá la falta de cierto tacto por parte del nuevo integrante. Rash recogió sus cosas con rapidez, observando de soslayo a Taqui quién parecía encontrarse bien. Suspiró con pesadez, como si una ráfaga de viento apartara esas nubes henchidas de malos presagios, espantado como un cuervo. Ella estaba bien.

—Kildrak te presento a tus nuevos compañeros. —habló con rapidez, hablando siempre como si Kildrak fuera un recién nacido. —Tanto el señor Dellen como el maestro Zer son magos, pero no tiene de qué preocuparse, señor Kildrak, están con nosotros. —le sonrió. —También Jou, la pequeña elfa. Son nuestros arcanos en esta cruzada. El señor Jasper y el señor Otto son nuestros exploradores de más rango, logrando que nos mantengamos unidos... a pesar de las adversidades. La elfa Solerade también nos ayuda con su precisa vista en las prenumbras de la oscuridad. El señor Horiazana es nuestro pícaro por excelencia y de corazón salvaje y aventurado, sus propios hermanos ansían la aventura que nos llevarán rápido al objetivo. Confío en ellos. Y cómo no, no me olvidaré de Avocato, un hombre de mar, no lo conozco mucho como quisiera pero espero poder tener tiempo luego de salir de esta trampa mortal. Y... —miró a Taqui esta vez, con su corazón encogido por la dicha de verle viva. —Y la señorita Taqui es nuestra rana picara, procedente de un largo linaje místico de ranas fantasmas. Guardiana de mi corazón.

Se olvidó por completo de su monólogo con el bárbaro y se quedó embobado viento a Taqui con un poco de polvo de la pelea y sangre seca en su piel; le daba un aspecto de hembra dura que golpeó la quijada del monje.

 

Claro 2
[Zer, Jou, Avocato, Vite, Taqui, Jasper, Kildrak, Porthos, Kevin, Rash]​

El bárbaro tanteó a Taqui con el mango de su hacha, para notar que era corpórea, pero le habían dicho que era fantasma.

-Kildrak no entender. Domésticos ser extraños. Pero ser amables. Alimentar muy bien y colocar abrigadas cadenas a Kildrak. Pero Kildrak ya haber perdido mucho tiempo. Kildark venir por dragón ¡CROOARRR!- Realizó un gutural estruendo y volvió a golpearse el pecho, estaba ansioso por la cena.

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rapuma Ayeah

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-Ahh sé a lo que te refieres, malditos perros...- exclamó escupiendo a un lado -Mi bisabuelo era un sobreviviente de la gran guerra, luchó para el bando de Raúl V, El Siamés. Me contó que los antepasados más lejanos de Chester habían sido piratas, invasores de los felinos en un principio. Yo no sé si sea cierto, pero qué ironía más cliché sería que ahora nosotros seamos los corsarios- realizó una pausa negando con la cabeza -Es lo que te digo, la moral es nada más una cuestión de bandos... yo cometí un error en mi juventud, tuve un cachorro y ahora tengo una responsabilidad para con él. Y no me malinterpretes, daría mis vidas para protegerlo, pero de no haberlo tenido, no le regalaría mis vidas a nadie. En tu caso, que veo que eres libre, aprovéchalo y no te dejes atar por nada ni nadie. Es el consejo de un viejo pirata, créeme- concluyó entre risas.

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Gigavehl

 

Lanre

Nadie había confiado tanto en él, esto lo hizo sentir una presión que nunca había sentido; pues siempre vivió libre y carente de preocupación alguna, ahora tenía el peso de la confianza, un peso que no le era un estorbo o un deber que cumplir, era algo más liviano pero poderoso; sonrió sin saber que contestar, sólo sus acciones hablarían por él.

Después sintió el jaloneo —Vaya, soy irresistible —dijo tirando de su propia ala mientras se la intentaba alejarse del rano; sus plumas se esponjar al escuchar a Epifanía, sabía que haría aquel rostro que lo petrificaba; pero el rano no reaccionó a eso, un detalle interesante.

Rash habló con Kildrak y pactó un acuerdo, algo que alegró al pato, ahora tenían a otro fuerte guerrero, y todos se dirigieron a buscar sus pertenencias, Lanre sonrió aun más; era momento de ir a esa montañita de oro. Y así, mientras Rash hacía las presentaciones como el deber y la educación pactaban, Lanre se lanzó a la búsqueda de oro.

—¡Oye Zer!—gritó sin mirarlo, seguía buscando algo interesante —Deberías hacer popó aquí también. Podemos dejarles un recuerdito a estos... —se limitó pues ahora sabía que Kildrak también comía carne — ...secuestradores.

 

Taqui

Observó a Gaseoso marchar con una sonrisa bobalicona en el rostro mientras agitaba su manita efusivamente a modo de despedida. Se sentía bien con su acción y pudo sentir el agradecimiento de los marineros en un rinconcito de su corazón, lo que hizo que su sonrisa se ensanchara incluso más.

Cuando el genio se hubo perdido en el horizonte, la ranita se volvió hacia la montaña de objetos donde equipó sus pertenencias y, tras una mirada furtiva a ambos lados, las engrosó con un par de pociones de salud y todo el oro que pudo cargar.

Con la cabeza en alto, muy ufana, abandonó el lugar para acudir al encuentro de Rash y lo tomó de la mano con naturalidad. El contraste entre el tamaño de ambas patas resultaba llamativo pero no le importó.

— ¿Dónde vamos ahora?—Preguntó inocentemente, sin caer en la cuenta de los nuevos integrantes que se habían unido a su ya concurrido grupo.