Capítulo VI

Lanre

Le gustaban esos escenarios; muy bellos; buscó un poco de ramas secas y hojas para juntarlas; dejó su mochila frente a él sacando el yesquero para encender la fogata —Dormir bajo las estrellas, en un campamento rodeado de amigos y una hoguera; no hay nada más cálido, sólo estos momentos vigorizan el alma —se arrancó una pluma para también lanzarla a las llamas— que mi pluma arda, dejando parte de mi en este recuerdo — dijo sentándose y tomando su manta la cual también sacó de su mochila junto a más objetos, como el espejo y un poco del polvo de café, después tomó el ungüento a voz de Roronoa mientras reía con el tema de la sangre, aunque internamente lo hizo pensar un poco "matar a alguien que lleva mi sangre..." colocó el ungüento con ayuda del espejo y después con café escribió en su manta.

"No morder o aténgase a las consecuencias. Gracias"

Se cubrió con su manta, revisando que sus palabras se pudieran leer con claridad para después tomar una posición cómoda, observó a sus compañeros, todos ocupaban sus mentes con algo mas que el simple combate que les esperaba, aquello lo hizo reflexionar... "Quiero saber que hay más allá del horizonte... y sólo como aventurero lo lograré entender. Pero tal vez... debería detenerme un poco y pensar en algo mas que mi deber como guerrero... Tal vez... No; seguro que me estoy confundiendo solito" Sonrió cerrando sus ojos.

 

Jou

Mis lágrimas cesaban ante las palmadas de Zer, limpie mi rostro al ver que los demás se aproximaban e iniciamos el viaje, caminaba al lado de Zer hasta que cierto conejo hizo paralizar mi corazón de lo inesperado que fue , parecía que quería un duelo ? Rei en mis adentros pues en correr siempre fui la más rápida , solté la capa de zer y lo mire con una mano en el amuleto, suponiendo que sabía que significaba, " me alejaré pero el amuleto siempre lo tendré" por si acaso, y bueno ahora que sabía la verdad creo que no tenía que preocuparme tanto.

Le di una señal a Cloud para que jalara de su ropa de aquel conejo y me dejara alcanzarlo —no crees que una apuesta sería suficiente impulsó?— le dije mientras me adelantaba —el último en llegar le debe algo al ganador— grité por último tomando la delantera hasta que Cloud lo soltó, volando sobre nosotros ganando como si me animará.

 

Vite Horiazana

La sorpresa que explayé en mi rostro ante sus palabras se vio opacada pronto por una sonrisa en verdad competitiva, esto se había puesto serio. Claro que aceptaba el reto, era una mejor idea de lo que se me había ocurrido en un principio y en parte me alegraba la competitividad de la chica. En un momento la sobrepasé, vamos, sí algo tenía era musculatura en las piernas por andar siempre saltando de acá para allá. Lo que no me esperé fue el ataque sorpresa de su cuervo Cloud, casi le pego un patazo, pero me contuve para solo cubrirme un poco la cabeza y acelerar el paso, que maltratar aves te deba mala suerte y de frentón no era para nada lindo hacerlo. De cualquier forma terminé en la cima y tras observar el cielo iluminado gracias a las pintitas blancas volteé a ver tras mi hombro.

—Y bueno...— Fruncí el ceño con seriedad en cuanto me percaté de algo y volteé de inmediato a ver hacia adelante, una sonrisa socarrona cubrió mi hocico mientras mantenía las patas sobre mi cintura. Antes de hablar le brindé a la chica una sonrisa más alegre a ojos cerrados— ¡No tuve que haberte subestimado, eres veloz!— Me acerqué a ella—, pero esto aún no termina —comenté con una sonrisa a boca cerrada y que tenía esa vibra de tranquilidad y seguridad, aunque mis ojos entornados daban a entender que estábamos aún dentro de una competencia, también había posado un momento mi pata sobre su cabeza color manzana. No la despeiné como lo hacía con Lanre, fue tan solo un topón y luego devolví las almohadillas sobre mi propia cintura, para admirar el panorama que nos daba la altura de la colina. La miré de reojo, sonriendo a hocico cerrado, ojos sugerente y la sonrisa tranquila pintándose de diversión al estirarse—, sí logras seguirme el paso, habrás ganado la recompensa.

Y sin esperar reacción alguna, pegué un brinco y me tiré colina a bajo, solo dejando atrás un enérgico y melodioso "Wujú"

Había rodado colina abajo, luego di un salto y bajé el último tramo con tres saltos de altura bastante considerable. Tal vez la emoción me pudo y de puro placer al final pegué el salto más alto y giré en el aire, solo para caer de pie y patas abiertas hacia los costados, como una gran T. La firme postura se me desbarató por completo en una risa incontrolable de mera energía. Me giré de inmediato buscando con una sonrisa a la niña, le animaría a bajar con un grito de aliento sí es que no me sorprendía antes con su silueta corriendo cuesta abajo.

 

Jou.

Di un suspiro de alivio cuando llegue primero soltando una carcajada de victoria después, aunque Vite llegó después no se dió por vencido, quizo continuar la carrera y se adelantó nuevamente, silvé a Cloud activando su anillo para volverlo gigantesco y poder trepar en sus patas, bajando rápidamente detrás de vite, pensaba en lo rápido que son los conejos, pero no era imposible ganarles.

Así que apenas tocar el piso colina abajo, corrí lo las rápido que pude sin poder ubicar a Vite

 

Vite Horiazana

—¡¿Ehhhhh, qué es eso?! —miré con los ojos abiertos como platos y agarrando una posición algo a la defensiva, flexionando las rodillas y poniendo un brazo por delante de mi pecho, posición ideal para partir corriendo otra vez. Pero me mantuve estático y terminé por sonreír algo jocoso. Eso... esto era más un uno contra dos, ¿cierto? No me iba a quejar ahora por los detalles cuando todo se había armado a la rápida. Eso sí, patas sobre la cintura me alejé un par de pasos para que el ave ahora agigantada bajara bien... y no me agradaba estar muy cerca, era atemorizante y por ello intenté centrarme en la chica, para no pensar en la incomodidad que me daba aunque por poco y casi sudara frío.

Entonces ladeé la cabeza y sonreí radiante a hocico cerrado, recibiendo con eso a la Jou con los pies sobre la tierra. Igual y debía ser asombroso volar, no recordaba habérmelo cuestionado alguna vez.
—¿Y bien, ya pensaste en qué quieres de premio, pillina? —solté con una sonrisa más altanera con mis ojos algo oscurecidos, la gracia se me coló en la voz de paso. Y podía parecer un cría, pero incluso los mismos niños elegían cosas alocadas e incluso imposibles.

Vamos, que la emoción no se perdía y eso siempre afilaba cada una de mis acciones.

 

Taqui

Canturreó durante todo el camino, deteniéndose cada pocos pasos para examinar todas aquellas cosas que veía por primera vez...

Masticó un poco de trigo crudo para escupirlo después con una mueca de disgusto. Olisqueó un enorme girasol y trató de colocárselo a Rash en la camisa, pero termino por destrozarlo en su afán, quedando mustio y con la mitad de sus gigantescos pétalos amarillos.

– Te queda estupendo, Flash.– Sonrió, antes de salir corriendo nuevamente hacia la puesta de sol.

Continuó correteando de lado a lado hasta que llegaron a lo alto de la colina. Observó desde la cima e hinchó sus pulmones de aire fresco.

– ¡¡VAMOS A POR TÍ, DRAGÓN!! – Exclamó, haciendo bocina con ambas patas antes de dejarse caer de espaldas sobre la mullida hierba.

Rodó sobre si misma como una croqueta y dando vueltas llegó hacia donde estaba el rano y, sin más, se arrebujó en su capa, cerró los ojos y comenzó a roncar.

Se sentía segura junto a Rash, y aquel día habia sido tan largo como agotador.