Capítulo II

Vite Horiazana

Solo mis orejas se movieron ante la propuesta de Otto, aquella de quedarme ahí presionando el botón. ¡Claro que no tenía problemas! Tenía fuerza y resistencia, ¡ninguna complicación! El pensamiento me hizo sonreír mostrando mis incisivos.
—Jiji.

Luego, tras soltar el interruptor, recibir aquella sonrisa... ¿sardónica, entusiasta, peculiar? de Zer tan solo logró iluminar la mía con entusiasmo, inhalando y todo. Aunque tan pronto como se puso a apoyar el punto de Otto, cerré el hocico para prestarle atención. Tras eso, al finalizar todo, me informó sobre el señor Rash y el resto.
—¡Genial! —fue lo único que exclamé en respuesta, a ojos cerrados y, claro, no faltaba la sonrisa.

Entonces llegó Dellen de entre las sombras, ¡bueno, sí llegaba él no tendrían por qué demorar los otros!
—Oh, bueno, verás... —iba a empezar a contarle lo sucedido, algún resumen o algo, con la sonrisa plasmada en la cara; pero entonces escuché la voz calma de Zer. De alguna forma lograba ponerse por sobre las otras, era admirable lograr eso sin gritar. Me callé el hocico otra vez, mirándolo sin ninguna expresión relevante, sin llegar a ser indiferente.

Sonreí cuando terminó de dar su resumen, y estaba por dar mi afirmativa en cuanto mencionó lo de la antorcha. Primero me quedé pasmado, aflojando el agarre que tenían mis manos tras la nuca. Mis brazos fueron cayendo a medida que mi ceño se fruncía con extrañeza, ¿mi corazón se aceleró también?

¿Y tú antorcha, Zer? Hice una sola sacudida de cabeza, veloz, para luego centrar la atención en Dellen... ¿Pa-pareja de investigación? Seguí mirando con la cabeza ladeada, confuso, se expresaba en mi ceño fruncido y la mueca de mi hocico. No demoré en dirigir mi vista al suelo, manos sobre la cadera, atento a las palabras que soltaba Dellen... ¿Tres y tres? Podría ser... ¡¿Eh?! Entonces levanté la vista, clavando con rapidez mis ojos sobre Dellen... ¡¿Cómo eso de quedarse mano sobre mano?¡ ¿Estábamos entendiendo lo mismo? Bufé con suavidad mientras hacía un mohín con los labios, sin deshacer la postura que había ganado.

El impulso me nació, claro, desde lo profundo de mi pecho. Decirle que quedarse acá no era "No hacer nada", ¡podría ser hasta un riesgo quedarse quieto! ¿Lo entendía, acaso? Pero bueno, que la voz de Zer no demoró en llegar, así que mi mirada fulminante se posó sobre él, mi pie también había empezado a marcar un ritmo monótono, ni tan rápido ni tan lento. Lo que fuera, igual me molestó que Zer asumiera que yo me quedaría solo por encontrar el mecanismo, pero al menos no tenía problemas en irse o quedarse, le era irrelevante y eso logró que esbozara una de mis sonrisas alegres de momento.
—Jiji —solté por reflejo, a ojos cerrados. No demoré en fruncir el ceño, centrado, en cuanto mencionó que tres eran multitud...

¿Qu-qué tres fueran estaba mal? ¡¿Y sí les esperaba una emboscada como a Otto y a mí con anterioridad?! Bu-bueno, que también estaba Dellen... Y hablando de gatos. Empecé con cierta confusión a escuchar sus palabras, luego... le miré con hastío, terminé por rodar los ojos mientras daba un suspiro. Luego otra vez mis ojos sobre él, frunciendo aún más el ceño mientras me cruzaba de brazos de una vez por todas.

¿Cómo terminamos hablando de esto? ¿Quedarse al margen? ¡Tch! De todas formas el ceño enfadado pasó a estar más bien confundido. E-estaba bien que se expresara y todo esto, pero... ¿ahora? Al menos hacíamos tiempo hasta que llegaran los otros dos. Vaya manía tener que tomar elecciones entre tantos... ¿Por eso existían los líderes? ¡O las reglas! Divagué al pensar eso, aflojando la cruzada de brazos mientras alzaba la vista al cielo... ¿Sería buena idea crear un par de reglas?

No soy líder de nadie... Miré entonces a Zer, atento otra vez. Fruncí el ceño cuando dijo lo de los Geckos, igual y terminé desviando la mirada al piso un poco apenado, sobándome la nuca como un crío regañado o yo qué sé. Pero lo último me hizo alzar miradas y orejas otra vez, llevándome las manos a los bolsillos. Sonreí a ojos cerrados, volteándome hacia Dellen.
—¡Está decidido entonces! —exclamé más suave que otra cosa, sin alzar la voz en realidad, no hacía falta entre tanto... ¿Ehhh? La confusión otra vez bañó mi rostro, ¡¿Y ese suspiro a que venía?! ¡Sí te daban lo que querías, chico! Hice otro mohín con la boca, frunciendo el ceño acomplejado más que enojado.

Hasta a mí me daban ganas de suspirar a estas alturas. Busqué con la mirada a Otto, en cuanto lo localicé le sonreí. Supongo que silencio en esa discusión era apreciado, ¡¿se imaginan de haberlo hecho los cuatro?! Dioses, ahora sí que suspiré a ojos cerrados.
—Uhmpf —solté entonces a su queja sobre saberlo todo—. Nunca podrás saberlo todo, Dellen —dije más firme que otra cosa, igual algo hastiado por la discusión que se cargaban estos. Cerré los ojos, eso no aminoró la fuerza en mi voz—; y saber cosas requieren tiempo...

¿Eh? Miré extrañado a Zer... otra vez esa palabra que no entendía... ¿Inopia? Como fuera, volví a sacudir la cabeza y esta vez les brindé una sonrisa determinada al gato quejón, osea, Dellen.
—Bueno, ya está decidido, ¿no? —dije y no demoré en apuntar a Otto con el pulgar, ladeando la cabeza— Ofrezco que vayan Otto...— Y entonces mi rostro volvió a una seriedad estoica, para pasar de los ojos verdosos a... el verde y rojo de Zer—. Propongo que también vaya Lanre... o Rash con ustedes...

Me crucé de brazos, cabizbajo... Entonces alcé la cabeza, y a pesar de que quise mantenerme firme, el recuerdo de mi mediocre actuar con lo geckos me hizo sentir bastante miserable.
>>Por acá no nos esperan más sorpresa, pero no sabemos qué nos depara atrás de esa puerta secreta —solté sin dejar filtrar mis emociones angustiantes, para luego sonreír como siempre al ladear la cabeza—, ¡entre dos, acá, nos protegeremos bien las espaldas!...

Y entonces alcé las orejas, abriendo los ojos de par en par... ¡Ah, que cierto que Zer dijo de no ir dos magos a la vez! Sonreí otra vez, llevándome las patas tras las nuca.
—Contradiciendo a mi compañero acá presente— Me referí a Zer, pues mis ojos cerrados le apuntaban, tampoco demoré en sostener su mirada—. Una división tres y tres me parece bien...— Y entonces cambié de inmediato mi rostro a uno más bien indiferente, desviando la mirada a una pared cualquiera, deshaciéndome de la cera en mis oídos—, o sí quieres un cuatro-dos, pues yo creo que esos dos son los que se deben quedar acá...

Y me crucé de brazos, ceño fruncido más por meditar que por otra cosa... Mi mirada se posó sobre Otto entonces, ladeé la cabeza y le miré con ese deje de confusión.
>>¿Qué crees tú, Otto?

 

Rash Colds

Siguió a Lanre con tranquilidad, sus pasos resonaban por el peso de su cuerpo, generando ecos de impactos. Finalmente encontró al grupo reunido y como siempre, hablaban y gesticulaban airados. Rash miró al pato con una pequeña sonrisa.
—Que grupo pintoresco, Maese pato. —se persignó una vez más, feliz de ver que todos estaban en una pieza. Se acercó a Vite y miró la puerta extraña, colocando la maza sobre su hombro. —Lo mejor será ir con el explorador guiando el camino, luego podremos seguirle de cerca. —miró a todos los presentes. —La Rana Tuerta esta con nosotros, compañeros, no tenemos nada que temer. —y se acercó a la puerta, esperando que Otto se adentre primero en busca de trrampas.

 

Riku

"Se adelantan a los echos". Una continua charla que solo termina en un bucle de los mismo. Ideas, formación y quien hace que. Lo prefiero así, es mejor de esta manera...

Por su parte, el rano dice una oración y se manda de boca para seguir adelante. Anda a saber si bueno o malo, aunque la idea de que haya caído en una trampa apunta para otro lado.

"Has soltado el interruptor". Me dirijo al conejo medio en acusación, quien solo se rié antes de sacar la pata y hacer cerrar la puerta. ¿Rebeldía quizás? ."Supondre confias en poder reativarlo. Pero, mientras no lo hagas tu u otro, el grupo que vaya se dirige a un callejón".

"Es solo una mirada a que hay detrás de la puerta, la cual no deberá estar a más de 20 metros". Si tanta discusión por unos 20 metros, no me logro creer que se decidieran para ir a un viaje del cual hace falta subirse a un barco. "Dos es suficiente, dos que vayan, vean y se vuelvan. Si sucede un imprevisto se escuchará". Dos animales que no le guste perder el tiempo permaneciendo en un solo lugar.

Señalo con el hocico hacía el pilar amarillo. "Para aquel que quiera distraerse por ese fatídico minuto. Hay una espada ahí llamando por ser tocada".

"Está catatumba me huele a rompecabezas. Si queremos entenderlo, hay que desmantelar un poco".

 

Dellen
Zer estuvo expresándome su opinión con muestras claras de creciente hastío cuánto más se prolongaba, no le culpo más tampoco soy la clase de gato a la que le gusta obedecer órdenes de ningún tipo. Era más de ir a mi bola completamente, en parte porque quería a su vez también agarrar las riendas de la situación, no era indecisión sinó que meramente estaba exponiendo mi forma de actuar. Ni siquiera se trataba de conformidad o disconformidad, sinó que si hay que tomar decisones, quería participar activamente, siendo precisamente uno de los que tomaban las riendas de la situación en cada momento.
Asentí frente a Zer, siendo también que veía que Vite se disponía a abrir la boca... Sabiendo de antemano que tratar de pasar de él si empezaba a desvariar era la mejor solución.

Lo sé, pero el conocimiento está para adquirirlo, es cierto que no puedo saberlo todo, pero tampoco iba a quedarme dentro de mis posibilidades, quedarme sin conocimiento, cerré los ojos con calma mientras apoyaba mi espalda en la pared.

— Lo sé, pero en lo concerniente a la misión soy el primero que no quiero qudarme sin un detalle que conocer, no puedo planificar ni tomar las riendas de nada si no poseo toda la información, Vite, eso es crucial en una misión al no saber nunca que te vas a encontrar y siendo un grupo, eso es crucial—. Dije, ni enojado ni nervioso sinó tan calmado como de costumbre, aunque sabía que eso era más que obvio a esas alturas...— Sin embargo—. Abrí los ojos para mirar a Zer— Cierto es que no tiene sentido que me ocultes información dado que todos estamos en el mismo barco.

Tras eso escuché la propuesta de Vite en silencio, no tenía nada que objetar si no quería que me viera incluso en una teistura infantil, hasta que escuché los pasos de Rash, haciendo que se agitaran mis orejas mientras le escuchaba orar, ¿Sería para conciliarnos? ¿Sería por contraparte para su tranquilidad? No...Eso no tenía sentido dado que ahora estábamos temporalmente fuera de peligro.

Simplemente no tenía nada que decirle nada por el momento a Rash, pero sí que Otto empezó a exponer sus opiniones... Curiosamente concordaban casi perfectamente con las de Zer, algo que ya me esperaba, eran demasiado similares en muchos aspectos.

Finalmente escuché a Zer hablar con hastío por la situación y la "indecisión" del grupo, solo cuando quise dejar claro que antes de mantenerme como alguien que obedece órdenes, me tuvieran más en cuenta a la hora de planificar, claro que yo mismo debería demostrar en las próximas decisiones que podrían contar conmigo para ello.

Asentí con la cabeza, mirándole para decirle que no era nada personal, simplemente que a partir de ahora contaran conmigo para la toma de decisones...

 

Lanre

Las palabras de Rash lo hicieron sonreír, vaya que si eran un grupo pintoresco. Después afirmó ante la propuesta de Zer a pesar de que por impulso él se hubiera ofrecido a avanzar; pero hoy había tenido malas decisiones —Esperaré con ustedes —mencionó ante Zer mientras observaba también a Vite, sin entender que había sucedido —¿Tu pata está bien?

 

Vite Horiazana

Sonreí avergonzado ante Otto por el comentario de sí sería capaz de revertirlo. ¡Vamos! El lugar era asombroso, pero no creo que eso incluyera cambiar el mecanismo cada vez que se usaba... o eso espero. Luego no demoró en llegar Lanre junto al señor Rash. El rano de tamaño considerable se ubicó frente a la puerta. Yo le concedí de mis sonrisillas a ojos cerrados.
—La entrada secreta está por allá, señor Rash —apunté hacia donde recordaba que estaba el pasillo, dejándome guiar por el sonido.

Y bueno, con un par de comentarios más, cada quién en su lugar y ¡Listo!
—Contaré hasta quince y activaré el interruptor! —informé con una sonrisa plasmada en la cara, volviéndome a acercar al mecanismo y tal. Lo observé... sí, parecía ser lo mismo. Por suerte~

Entonces me habló Lanre, volteé a verlo y no demoré en sonreírle con una mirada suave.
—Sí, tranquilo, estoy bien —respondí sin más, saltándome el orgullo roto tras mi mediocre resultado en batalla. Fruncí el ceño y no borré mi sonrisa, observando el mecanismo y tanteando de acá para allá—; solo tengo que abrir esto...

Uno... dos... tres... Siete... Nueve... Empecé a marcar un ritmo con el pie algo veloz, girando la cabeza hacia cualquier dirección, como distraído.
—¡Quince! —exclamé entonces de improvisto, con energía, apretando el interruptor con la fuerza normal. Entonces le dirigí otra sonrisa a Lanre, cerrando los ojos—. Ahora solo hay que esperar.

 

En cuanto Vite terminó el conteo y zambulló la mano en el mecanismo, todos pudieron oír la puerta de la sala (4) levantándose una vez más y Jasper en particular, que se encontraba atrapado dentro de esa sala, pudo ver como se abría.

( Monpoke Mori Gigavehl Amelie rapuma madarauchiha Bruno TDF )​

 

Dellen
Al notar como Vite pulsaba el mecanismo no dudé ni un instante en caminar a través de la compurta que se abría ante mis narices para notar a Rash y Otto que se acercaban para intentar resolver el misterio que se ocultaba tras la puerta. Decidí ir delante, accediendo al pasillo sabiendo que mis otros dos compañeros me seguían de cerca. Solo esperaba que toda esta exploración no sirviese de nada. Claro que era ahora demasiado pronto para decidir nada.
— Id delante Rash, Otto, no espero que sea un enemigo pero si lo es, es mejor que me quede en retaguardia—. Expresé con calma decidiendo aminorar la velocidad de mis pasos por el pasillo, aunque si no lo era, habría quedado como un imbécil. Mientras avanzábamos me parecía ir viendo algo, como una silueta que se formaba en la oscuridad....

 

Otto

Contengo el impulso de suspirar, solo apenas disimulando una expresión de desaprobación.

No hacia estos animales, no. Sino hacia mi mismo.

"Espero resolvamos este tema del tabaco rápido. A este paso se acabara el plazo dado por el pirata". Seria lo peor perdernos aquí y dejar zarpar el barco sin nosotros en el.

"Les confiare mi espalda. Veré por trampas". Digo rapido a los dos animales.

Ojala encontrara algún tesoro aquí. Eso sería al menos un minimo de zastifación.

 

Sala 4
( Bruno TDF madarauchiha Monpoke rapuma )​

Mientras la puerta se abría, Otto, Rash y Dellen, se dirigieron a la sala. Lanre y Zer se quedaron protegiendo a Vite que estaba activando el mecanismo.
Cuando el grupo que fue explorar, encabezado obviamente por el explorador, llegó a la sala (4) se encontraron con otro cuarto circular con un cofre en el centro. Pero lo más interesante que había adentro no era esto, sino el gato atigrado, alto y encapuchado que había al lado del cofre. Era un doméstico igual que ellos.

Mapa:

Contenido oculto

 

Dellen
Poco a poco empecé a fijarme en el doméstico que se hallaba frente a nosotros ¿Otro gato? Ésto era excelente. Siempre he admitido que es agradable encontrarse a uno de su propia especie aunque... Lo primero que noté fue una de sus principales particularidades, parecía más alto que un gato promedio ¿Era normal? No me parecía, claro que las alturas eran algo bastante irrelevante para tratar de buscar peculiaridades aunque era algo que me gustaba hacer.
Avancé con calma hacia él, para dirigirle una amable sonrisa.

— Encantado, me llamo Dellen Norsa, ¿Que haces aquí solo? Éstas catacumbas son peligrosas, pero si has llegado tan lejos es que debes ser diestro en el combate—. Le volví a sonreír, ofreciéndole la pata enguantada por si quería estrecharmela.
Aunque finalmente me percaté del cofre en el centro de la misma sala, decidiendo avanzar hacia él con la intención de cerciorarme qué había en el interior, hasta que finalmente me mantuve delante de él con el fin de tratar de abrirlo y examinar su contenido...

 

Jasper

Abrí los ojos al sentir aquel sonido, el de la puerta de piedra iniciando su lento ascenso. Me puse de pie con lentitud y permanecí de pie ante la misma, aguardando que el camino hacia las catacumbas volviera a estar abierto. Como ya me había hecho a la idea de que los otros exploradores del lugar se habrían acercado a investigar el lugar, había ocultado la daga y la espada encantada entre mis ropajes gatunos. Así podrían asimilar que el cofre no contenía otra cosa que telas sucias y anillos oxidados.

Me encontré de frente con otro ser de mi especie, además de un ratón y, para mi extrañeza, un rano al que me quedé mirando unos instantes: no era muy común verlos, al menos para mí. El otro gato , visiblemente gustoso de estar ante otro congénere, se acercó para presentarse y preguntar qué hacía ahí abajo.

—Me llamo Jasper, acabo de bajar a estas catacumbas —respondí educadamente, aunque sin estrechar su pata, pues era así de desconfiado con los extraños. Me giré para verlo ir hacia el cofre, como dispuesto a examinarlo—. Dos capas, dos viales con algo rojo, un anillo y una llave. Ya lo revisé, aunque no sé para qué sirven —le informé. Luego me giré hacia el rano y el ratón con el ceño fruncido— ¿Y ustedes quiénes son?

En realidad sabía quiénes eran, pero no conocía sus nombres ni a qué se dedicaban.

 

Rash Colds

El clérigo avanzo por detrás del mago felino, siguiendo de cerca la figura de Dellen para estar alerta máxima ante algún acechador. Sus pasos resonaban a hierro, coraza y algún especie de tanque pesado, pero era él mismo. Rash no era consciente de sus dimensiones corporales y tampoco estaba familiarizado con el sonido de impacto que producía su andar, ya que él mismo lo provocaba. Así, con estruendo y una sonrisa congelada en su rostro, ingresó a la habitación misteriosa, observando al gato que se encontraba atrapado.

—Ya contar con catorce vidas era simbolo de esperanza, contar con veintiuno es sinónimo de logros y triunfos. Rash Colds, clérigo de la Rana Tuerta y al servicio de esta expedición. —hizo una reverencia, al menos lo que su cuerpo le dejó. —Y al servicio de todos los creyentes y ateos. ¿Qué hacías atrapado aquí, don Jasper?

 

Otto

Con que hay otro animal rondando por aquí, más uno que se metió y reviso el contenido del cofre de la sala detrás.

El rano y gato2 se presentan de manera... glamorosa. Demasiadas palabras y formalidad a un completo desconocido que puede guardar secretos.

No estamos aquí para ser amigos. Por su comentario de las vidas, el rano ya pareciera dispuesto de invitarlo al grupo. ¿De verdad?

¿No sé supone hay un conejo por aquí? ¿Se equivocó el pato? Tal vez ande por aquí.

"Revelas el contenido del cofre, del contenido actual". Doy pasos sigilosos hacia delante, adetrandome a la sala. Acusando con los ojos al gato3 por sus palabras y cualquier movimiento. "Pero dudo no agarraste algo. A fin cuentas, te encontramos aquí dentro". Entrando quizás al primer abrir de Vite. "Eligiendo revisar un cofre en vez de comprobar que o quien abrió la puerta, interesado más en sus contenido que en quien anda aquí. Dudo que alguien que tomé tal movimiento no se quede con algo". Sumado al riesgo de poder quedarse encerrado por días o meses, tuviste suerte.

Y todavía va al descaro de preguntar quienes somos. Disimular ser alguien que piensa en el prójimo. No te daré mí nombre.

No te robes mis tesoros. Si empiezas siendo mentiroso, no confiaré. A fin de cuentas, eres un externo a este grupo. No te daré el beneficio de ser neutral hacia tu actitud.

Cerca del cofre, muevo la pata con rapidez y me apiadó del anillo, llave, frasco y una de las capaz.

"Hablen cuánto quieran con este nuevo amigo, pero no pierdan demasiado tiempo. No olviden estamos en moviendo, no me haré responsable si Vite decide volver a cerrar la puerta y no logran salir". Por las aves, incluso quisiera que lo hiciera. Un espacio cerrado sería perfecto para que se conozcan.

Me retiro rápido de la sala, dándole mí espalda a todos al moverme hacia la sala anterior (2)

Si está fuera un búsqueda de tesoro, no los eligirá como grupo.

 

Jasper

Observé como aquel rano corpulento se me acercaba haciendo temblar el suelo bajo mis botas y llenando mis orejas con el estruendo de su armadura. Ahora que le veía más de cerca se veía bastante amenazante, pero detrás de todo ese armatoste me encontré con un ser bastante educado y formal… Demasiado para mí gusto. Me encogí de hombros, si es que los gatos teníamos algo que se podía definir como tal.

—Entré y la puerta se cerró a mis espaldas —dije—. Pero mi instinto gatuno me dictó que pronto alguien aparecería —no iba a mencionar que había escuchado sus voces con anterioridad, no pretendía ofrecer a esos desconocidos más información de la que me convenía.

Entonces me encontré con los ojos acusadores del ratón. Benditos seres los ratones, pero éste era peculiar. Su desconfianza hacia mi gatusona competía con la mía con intensidad. Lo escuché hablar con una expresión de indiferencia, desentendiéndome de su acusación. No era ningún tonto, pero tampoco tenía pruebas. Y tan poco de tonto tenía, que luego de lanzarme todo aquel palabrerío se llevó cosas del cofre sin preguntar a los demás. Se fue sin dar su nombre.

Volví a hacer un gesto similar a encogimiento de hombros.

—Debo reconocer que su desconfianza me agrada —comenté—. Pero él no ha visto eso de allí —señalé hacia un punto de la sala, donde la flecha del cofre había quedado clavada—. Esa flecha envenenada salió disparada del cofre, pero logré esquivarla. Puede que ustedes también lo lograran, o no… Pero les ahorré la trampa.

Me acomodé la capucha sobre la cabeza, salí hacia el pasillo y me giré, esperando a los demás. Seres tan confianzudos no me suponían un peligro.

 

Dellen
Me aparté justo cuando ví que Otto se acercaba a mí solo para que su desconfianza le hiciera examinar de nuevo el cofre solo para dirigirle una mirada de refilón "Si buscábamos la confianza de Jasper era más que evidente que tu comportamiento tan distante y apático a la par de desconfiado no ayuda, Otto..." pero decidir guardar esas palabras en mi cabeza solo para mirar como Jasper y Rash se ponían a hablar entre ellos. Era obvio que ir siendo amable con el resto de personas no era mi fuerte, comprendo la desconfianza de Jasper de todos modos más ¿Por qué ser básicamente amable suscita de todos modos desconfianza? De acuerdo, Otto era un apático pero no era la primera vez que parecía, aunque solo fuera con la mirada, que estaba completamente en desacuerdo con mi forma de presentarme hacia los demás.

Finalmente le ví alejarse mientras me acercaba a Jasper y Rash con calma.
— Bueno ¿Nos vamos nosotros también?—. Pregunté dirigiéndoles una sonrisa mientras apuntaba con mi pulgar derecho hacia atrás en dirección al pasillo con el que vinimos, me daba igual que Otto no estuviera de acuerdo con mi forma de hacer las cosas, ¿Yo realmente estaba cómodo con mi forma de ser? Por supuesto y eso era lo que me importaba.

 

Vite Horiazana

A hocico cerrado me quedé ahí, con leves movimientos de pie, a ratos tambaleándome incluso, mientras cerraba los ojos y entonaba una de las canciones que me sabía. Una calmada, melodía relajante que gustaba de tocar cuando veía el mar desde los riscos, en madrugada, cuando todo estaba nublado.

Un sonido como el mar, el viento calmado. En todo caso no demoré en aburrirme, callando la de por sí baja melodía, para mi fortuna el gato Zer habló. Lo miré por sobre el hombro, sin descuidar mi labor de mantener el interruptor activado.
—¿Mecanismo? —reiteré con mi propio tono calmo. Volví a enfocar mi vista en el interruptor, haciendo memoria—. Hm... Una de las estatuas, la verde, estaba con la manos vacías, a diferencias de sus compañeras—. Y volví a mirar por sobre el hombro al Zer, una sonrisa un pelín apenada—, es lo único que sé—. Y cerré los ojos, mostrando los dientes aún sonriente— Pero seguro ya lo sabías...

Y miré otra vez el interruptor, pensativo.
>>La espada lo entiendo... pero, ¿y el cráneo?—. Con la frunsión en el ceño encaré a Lanre, luego volví a mirar a Zer, destensando el rostro—, ¿creen que signifique algo?