Capítulo II

Otto

"Pero por los primeros domésticos". Lo refuerzos habían llegado, totalmente innecesarios a esta escala de la batalla, y atacaron al último enemigo en pie.

Fallo. Fallo. Fallo.

Está criatura, casi pareciera que despertó un nuevo plano de la conciencia al estar al borde de la muerte.

"Ya muere". Sin ganas de continuar presenciando tremendo chiste de batalla, vuelvo a recargar el arco y disparo.

 

Sala 2​

El reptil interponía su escudo ante cada ataque y no se daba por vencido hasta que finalmente el explorador retrocedió y descargó una precisa flecha que interceptó al enemigo. El último gecko había caído y todo quedó en calma y casi en absoluto silencio salvo por una leve plegaria que se oía a lo lejos en el pozo del pasillo que conducía a la habitación del cofre, allí aguardaba Rash. Por otra parte, la puerta desde donde provenían los geckos estaba abierta y ya no se divisaban enemigos al otro lado.

Contenido oculto

Todos han ganado 30 puntos de experiencia.

Ya pueden ir a buscar a Rash, investigar los objetos que consiguieron, revisar los geckos, ponerse de acuerdo, continuar hacia otra sala, etc. Lo que se les ocurra!

 

Otto

¿Y por qué se vuelve a ir? De nuevo el gato le dirijo la palabra al pato y partió hacia la otra sola, sin idea de que esperar de todos nosotros. ¿Y dónde está el rano?

Suspiró consternado al regresar mí arco a su lugar, dejándolo listo para una siguiente vez que lo uso.

En mi camino hacia los salvajes caídos, recojo la espalda que solté y la enfundó. "Esperaré aquí".

Saqueo las pertenecías y de los salvajes caídos, revisando por al menos algo útil. También reviso por las flechas usadas.

 

Rash Colds

Dejó de orar cuando Lanre descendió una bolsa con objetos, una espada, una armadura y una capa. Levantó la cabeza para dar las gracias pero ya no veía el plumaje blanco en la oscuridad, simplemente seguía oyendo chillidos y explosiones, gritos y el choque de acero contra acero. Volvió a cerrar los ojos para orar, deseando que sus compañeros tengan buena coordinación y un poco de suerte para lograr vencer en el combate. Y como si la Rana Tuerta le hubiera escuchado, dejó de oír el ruido del choque de espadas y el inconfundible sonido de un arco silbar un dardo. Se oyeron voces mas tranquilas que el eco de la caverna le traía a sus pequeños agujeros receptores de sonido. Sonrió y dio las gracias en su interior mientras se persignaba y se colocaba la capa y la armadura recién obtenidas. Miró la espada y se la guardó en su cintillo, ya vería que hacer con ella.

Esperó hasta que oyó la voz de Zer desde las alturas y acto seguido vio descender la cuerda nuevamente. Se sujetó a ella y se impulsó con un salto.

 

Vite Horiazana

Al parecer la coordinación con mi compañero pato Lanre fue tan buena, que al momento de atacar colisionamos ante de siquiera lograr tocar al largarton ese. Exhalé todo el aire de golpe, no demorando en caer al piso, por fortuna logrando evitar algún golpe en la cabeza, no así en mi espalda, hombros y lo que tocara.

Solté un chasquido, luego un leve quejido nacido de lo más profundo de mi interior al incorporarme ahí sentado, sintiendo el resentimiento de mi cuerpo.
—¿Estas bien? —pregunté a Lanre, aún buscado acomodarme el cerebro tras esa caída. Mamá siempre dijo que había que levantarse con cuidado tras caer, a saber uno por qué, pero servía. Exhalé todo el aire que inhalé de pronto, con velocidad, al son de mis orejas percibiendo el sonido de la batalla que aún se libraba.

¿Había atacado Zer? Le siguió Dellen y... Solté un chasquido, ya posicionado para arremeter contra él, frustrado de que la alimaña tuviera tan buenos reflejos. Pero no hice más que quedarme estático, porque el animalejo no demoró en caer culpa de una flecha en la zona precisa. Una flecha lanzada por Otto.

Entrecerré la mirada, enfocando con dificultad la silueta del ratón, para de inmediato repetir el proceso con el gran lagarto... Sí, ya estaba muerto. Se me asentó un mal sentimiento, que me sacó un suspiro pesado, mientras dejaba mi postura agazapada para erguirme como correspondía, viendo a la criatura de sangre fría... pues más frío que nunca.

Entonces una situación por el rabillo de mi ojo llamó mi atención, volteé a verles, en silencio. Mi rostro mas bien inexpresivo se acaloró tan solo un poco, inhalando hondo... ¿Eso había sido... una muestra de cariño? ¿Por parte de Zer?
—¿El señor Dash está en problemas? —pregunté tras escuchar lo que, parecía, solo dijo hacia Lanre. Lo seguí con la mirada después, para arrugar mi nariz y ceño, algo desconcertado—. Más les vale volver a salvo —hablé alto, viendo como se marchaban.

Tras eso solté un suspiro agotado, masajeándome los hombros y girando el cuello. Y eso que ni siquiera había sido útil.
—Supongo que estarán bien sí tuvieron tiempo de venir con nosotros —comenté al aire, sin importarme en realidad sí alguien escuchaba.

Vi entonces como Otto empezaba a husmear en los cuerpos muertos... aún me sentaba un poco mal la imagen, pero de momento era capaz de apartar esos pensamientos de ligera culpa. Mi gestó mutó en uno de desaprobación, a punto de exigirle que dejara algo para nosotros. Pero tuve que contener la queja, alcanzando a pensar que, en realidad, yo no había derrotado a ninguno de esos en realidad.

No merecía las cosas que portaban.

Me dirigí a recuperar mi antorcha. Tras eso recuperé la flecha malgastada desde el primer momento. Chasqueé otra vez ante la idea. Cerrando los ojos, inhalé hondo, para luego exhalar. Al final no sería tan fácil recorrer el mundo, ni tan alegres las aventuras.

 

Dellen
Al ver que el último Gekko caía muerto por la flecha de Otto suspiré aliviado, mientras veía que todo había acabado, al menos por el momento, solo para ver como de un instante a otro como Otto hurgaba en los cadáveres de los gekkos y Vite se tropezaba con Lanre mientras escuchaba como Rash estaba en problemas, algo que me hizo directamente acercarme a Lanre en busca de detalles. Si Rash estaba en peligro de todos modos nuestra integridad como equipo se vería comprometida y de todos modos, me caía excelente, que Rash corriera riesgos no era algo que estuviera dispuesto a permitir.
— ¿Donde se hallan Lanre? Debemos acurdir presto a donde se halla el clérigo. Es ujn fiel compañero y como dijiste, no estabas dispuesto a hacer que corriera riesgos y yo tampoco, Vite ¿Vienes? Porque si es así, debemos acudir prestos—. Contesté con cierta tensión en mi voz— Luego podrás venir aquí a por la antorcha y demás, no hay tiempo que perder

 

Vite Horiazana

A pesar de estar centrado en la mío, mis orejas se movían al son de las acciones de mi compañeros. En verdad las apreciaba, entre todas mis cosas ese par me traía una protección que, de seguro, muchos comprenderían. Era un fiasco en casa, claro, con todos esos críos alrededor, pero aquí y en los bosques en verdad sentía por completo su magnificencia.

Recorría calmo la zona, en absoluto silencio, buscando indicios de alguna cosa peculiar que pudiera ponernos en riesgo o, en una de esas, ventaja. Tampoco demoré en arrugar el gesto, preocupado, al escuchar sobre el señor Dash de boca de Dellen. A pesar de eso, no volteé a verles, incluso luego de que mencionara mi nombre. Aunque lo segundo fue por que me detuve, inhale hondo y luego exhale con suavidad. Volteé a verles con antorcha y todo, direccionando mi mirada a donde oía sus voces, antes de fiarme de mis ojos.

Mi expresión era seria de momento, no así enfadada o similar.
—Zer no nos obligó a seguirle, así que supongo que no será grave. Tampoco se veía alterado —solté con calma, monocorde. Luego ladee la cabeza, brindándoles una sonrisa genuina—. Confío en que entre ustedes dos —referí a Lanre y Dellen— más la ayuda de ese gato mago, podrán traernos al señor Rash de vuelta.

Y tras eso busqué tanto con ojos y oídos la presencia de Otto, deteniendo mi atención sobre él.
>>Nosotros no nos precipitaremos de acá, a menos que surja un inconveniente—. Volví a centrarme en el dúo, ahora con una sonrisa que demostraba algo más de confianza—. Otto parece concordar con eso—. Y ahora sí solté una sonrisa a ojos cerrados más alegre, como las típicas—. No pensamos moverlos hasta su regreso.

Tras eso seguí revisando los alrededores qué me faltaban, algo más alegre a saber por qué, supongo que me tranquilizaba ver la genuina preocupación entre nosotros.

—Has estado sorprendente en batalla, Otto —comenté tiempo después, a ausencias de los otros. Lo busqué con la mirada, formulando poco después una leve sonrisa entusiasta—, de seguro será algo digno de relatar en días futuros.

 

Otto

Muevo ligeramente las orejas por el comentario del conejo, quen decidió no dejar la sala tal como todos la demás.

"Los Geckos no tratan de grandes rivales, no esperes mucho de ellos en una confrontación en números igualdos. Si consideras lo visto aquí digno, es como tirar lodo en la travesía que nos espera delante. Tal vez me lucí en esta batalla, pero las siguientes son un misterio". Piso el pecho de Gecko 3, usando su cuerpo derrumbado para hacer fuerza y quitar la flechas alojadas en su cuerpo. "Este de aquí". Señalo al Gecko bajos mis pies usando la flecha. "Un caso raro. Si se podría contar una historia de este agil y determinado Gecko, pero solo sería aclamado por su propia especie".

Ágil. O todos malos a la hora de apuntar. Llegaron incluzo a chocarse. La práctica y coordinación hablara pronto si tal cosa volverá a suceder.

"Antes mencionaste algo de la sangre ¿Por cual motivo lo hiciste?".

 

Vite Horiazana

Mi sonrisa se desvaneció para escuchar a Otto con atención, mientras dejaba la antorcha en una pared de modo que nos alumbrara los cadáveres. No demoré en expresar mi extrañeza al fruncir el ceño, bajando las orejas tan solo un poco tras mi espalda, una leve inclinación triste en mi hocico, confuso. ¿Ti-tirarle lodo a lo que nos queda por delante?

Vaya... eso sonaba mal. Cerré el hocico, mirándolo con una leve frunción de ceño, dejando mis patas tan solo caer a los costados de mi cuerpo, atento, se notaba en el hecho de que volví a erguir ambas orejas. Solo sería aclamado por su propia especie. Sonreí entonces, con las puntas de las orejas caídas hacia adelante, relajandólas, puede que conmovido.

—Tu lo acabas de alagar —expresé con una entonación algo mas dulce, suave. De todas formas mi voz no dejaba de ser grave, lejos de esa cría menuda que fui alguna vez.

O puede que no.
Entonces mis orejas se volvieron a erguir, atento, con una leve sorpresa reflejaba en mi rostro.
—¿Ah, sangre? —exclamé en el mismo tono calmo, aunque menos conmovido, más sobrio. No demoré en reflejar en cada gesto mi duda, tratando de recordar a lo que se refería, cruzandóme de brazos y alzando la vista hacia aquel cielo oscuro—. Uhm... ¡Ah! —solté entonces, cuando recordé a lo que se refería.

La ilusión tras ese pequeño logro de recordar fue opacada de inmediato junto a cualquier brillo de entusiasmo. Cabizbajo y con las patas caídas a mis costados observé el suelo terroso, luego mi vista viajó hasta el gekko al cual Otto había inspeccionando recientemente y cuando mi vista volvió a sostener la silueta del ratón, ya me encontraba sonriendo de nuevo con ese deje de melancolía y pena. Las orejas caían por completo tras mi espalda en esta ocasión.

—Me dan lástima... —sonreí mostrando mis dos prominente incisivos, reflejando a ojos cerrados cierto nerviosismo—, supongo que sigo algo conmocionado—. Mengue la sonrisa, mirando el suelo esta vez y entrelazando mis dos patas por delante mío, brazos caídos con livianés—. Nunca es bueno ver sangre correr... o al menos eso creo.

Estaba la excusa de que eran gekkos, el peligro que corríamos era claro, podríamos haber terminado en sus barrigas antes que deteriorandónos con el viento y marea. Alcé el rostro aún sonriente, a ojos cerrados hasta para cuando seguí hablando.
>>No me gustaría que esto se repitiera con animales que no sean gekkos —sinceré sin mayores problemas.

¿Había dicho que ya no era aquella cría pequeña de conejo? Pues bueno, esa última palabra, en la sinuosidad de la madriguera abismal, me aclaró que no estaba tan lejos de ello como pensaba.

No conocía ni la mitad de la mitad de lo que anhelaba recorrer.

Lo que fuera, antes de seguir divagando en esa idea, la tranquilidad sobria me cubrió de repente. Separé mis patas para llevarlas a los bolsillos de mi pantalón, ladee la cabeza y le sonreí mas calmado y menos risueño o nervioso a Otto, sobrio. Pero claro, tan de improviso como llegó, una leve risilla brotó de mi interior, a dientes y ojos cerrados.
—Nijiji ¿Te molesta sí pregunto tu edad, Otto? —hablé ahora carente de esa voz tímida, vulnerable.

Volvía a ser más monocorde, reflejando en verdad la figura fantasiosa que me brindaba mi cabeza. La de un conejo grande, valiente. Uno que pudiera valerse por sí mismo; pero la idea de tener enfrente a un roedor de decenas de decenas, apoyaba esa día de que tan solo era un pequeñajo.

Un ignorante, principiante en este gran mundo... Pero en casa no era así...

Por eso deseaba llegar y ayudarles en lo que necesitaran...
​

Tenía que seguir creciendo en este viaje.​

 

Dellen
Tras escuchar con una sonrisa las palabras del conejo asentí devolviéndole la sonrisa, una verídica esta vez. Sin dudas algo había cambiado en él tras ese combate ¿Habría sido mi desempeño? Tal vez... Pero temía por Rash así que tras dedicarle una mirada seria a Lanre, le pregunté con amabilidad sobre su posición para poder acudir prestos hacia él.

Durante un instante miré a los cadáveres de los gekkos, siempre era extraño quitar una vida aunque fuera en un combate, era una sensación un tanto perturbadora pensar en ello, no iban a volver a moverse, a sisear, todo por nuestras acciones, aunque tampoco quise darle más vueltas, pues imperaban otras cosas.

Ignoraba el estado del rano, desde luego más prefería solventar cuánto antes toda esta situación solo para girarme de nuevo hacia el conejo y sonreírle de nuevo, claro que con mi mirada impasible pero mucho más amable.

—Gracias Vite, traeremos sano y salvo a Rash, te lo prometo—. Contesté con amabilidad, solo para mirar a Lanre— Guíame

 

Lanre

Afirmó hacia Dellen, no podía decir mucho después de su pésimo desempeño, avanzó hacia dónde habían dejado a Rash; se asomó para ver al rano y lanzó la cuerda nuevamente; entre más sujetaran ese extremo de la cuerda, más fácil sería levantarlo.

 

Sala 2
( Mori Monpoke )​

Otto recuperó una de sus flechas, la otra estaba muy dañada para ser reutilizada. Luego revisó los cuerpos de los enemigos caídos, no tenían más que unas armaduras, escudos y dagas mediocres de silvestre. Sin embargo, al revisar mejor al tercer gecko en caer, el que más trabajo había dado, encontró una raíz de ginseng morada, el explorador sabía que tenía propiedades similares a una poción de celeridad por lo que podría ser muy útil.

Por otra parte, Vite recuperó también una flecha y buscó trampas y entradas secretas en el lugar. No halló tal cosa, pero en la habitación había una puerta con dos pilares a los lados que permanecía sellada por un mecanismo, quizás podía investigarla con sus habilidades de pícaro para entender su funcionamiento.

Contenido oculto

Mori, si querés podés tirar un dado de 20 para investigar el mecanismo de la puerta y los pilares esos a ver si descubrís una forma de activarla sin la pieza faltante.

Por si no lo recuerdan, uno de los pilares es amarillo y tiene una espada amarilla y el otro es azul con un espacio donde iría algo circular, pero esa pieza falta.

Monpoke, la raíz de ginseng te da al turno siguiente del que te la comes velocidad aumentada sólo durante ese turno. Esto hace que tengas una acción extra para lo que quieras, que recorras el doble de terreno que solías recorrer normalmente, que te ataquen con desventaja y que tengas +2 a la CA.

Sala 3
( rapuma Gigavehl Amelie madarauchiha )​

Zer llegó con su soga para rescatar a Rash, pero el peso del rano casi lo tira a él dentro del hueco. Por surte, otra cuerda más apareció de pronto ante los ojos del clérigo. Era Lanre que venía escoltado por Dellen, pero no hizo falta que nadie lo ayude, apenas sujetó la cuerda y tiró, sacó a Rash de un santiamén cargado con la armadura nueva que se había puesto y todo.

Rash quedó en el piso unos momentos después de salir, le dolían bastante los huesos y necesitaba curar sus heridas, pero debía agradecer que estaba con vida.

Contenido oculto

Rash está con 3 puntos de vida.

Rapuma, la capa no te la habían dado así que no te la puedo contar xP Pero sí tenés puesta ya la armadura de placas (16 de CA tenés ahora) y guardaste esa espada y tu antigua armadura que era una cota (14 CA) también la guardaste en tu inventario.

Lanre creo que tiene la otra armadura de placas, si se la quiere colocar lo debe rolear.

 

Dellen
Seguí sin dudar a Lanre, solo para encontrarme igual con Zer, finalmente ví a Lanre lanzar la cuerda, poniéndome igualmente yo a sostenerla junto a él notando el tremendo peso del rano más me daba igual, salvarle la vida era la prioridad ahora, quizás uno solo de nosotros no podría con él, más puede que si los 3 cooperamos, sí que se pueda. Bajo esa premisa, y mirando a Zer de reojo, me dispuse a avisarle:
— ¡Zer, ven, quizás entre nosotros 3 tenemos una posibilidad!—. Dije, algo tenso por el esfuerzo que empleaba agarrando la cuerda para mirar a Lanre.—Saldrá bien, Lanre, los salvaremos juntos ¿Sí?—Suavicé mi tono ahora pasando a uno amable—¡Saldrás de esta Rash! Lo juro...

 

Lanre

Escuchó las palabras de Zer mientras se equipaba con la armadura; no podía volver a estar tan desprevenido —Así será señor Zer— respondió como solía hacerlo con su padre cuando lo reprendía.
Miró a Rash, bajó la frente y sujetó sus alas en un movimiento de vergüenza —Lo siento Rash.

 

Otto

Seguí escuchando las extrañas palabras del conejo, las cuales arrojaron duda en mi mente sobre su opinión de la sangre. Refleja inocensia o alguien de poco experiencia.

"La sangre correra aun si no lo deseas, si no es aquí es en otro punto del mapa". Expreso lentamente mi opinión permaneciendo de espaldas y revisando los cuerpos, arrojando alguna que otra daga o escudo al ir revizando. "Estaras entre los que hacen sangrar o los que sangran, pero no esperes paz en esta linea de trabajo".

¿Sentir algo por salvajes, aparte de odio? ¿Eso es posible? Por suerte no soy ninguna Madre para ir reprochando tales pensamientos. Estaremos bien mientras no vaya e intente hacerse amigo de uno...

"Existen cosas peores, siempre debe de existir algo peor".


"Oh". Se me escapo cierta exclamación de sorpresa al ver el último cuerpo, una raiz. Rapidamente revise por más, más intenso que intendo que antes.

Con esos sentidos que tenía, probablemente uso un par de estos. Si fue así o no, no lo sabre. Solo se que esta es la única pieza que carga.

"¿Mí edad?". Termino volteando por primera vez en toda la charla, habiendo terminado mí negocio, no hay nada más que mirar en los cuerpos. "Con que me consideres un adulto me basta".

 

Dellen
Apoyé mi mano en el hombro de Lanre, negando con calma —Ignoro lo que ha pasado aquí Lanre, más, estas cosas suelen pasar, no te apenes...—. Traté de sonar tranquilizador pero ignoro si eso acabó suponiendo algo— Lo importante es que Rash está sano y salvo—. Reverencié hacia el rano— Y que al final no hemos sufrido bajas más que un mero susto. Tanto Vite como Otto, Lanre y yo mismo acabamos con unos gekkos que nos habían obstruído el paso en el nivel inferior, de hecho, si gustáis esperar aquí yo puedo ir a avisarles. De ese modo podremos aplicar tu plan, Zer, el cual, de hecho y que quede entre nosotros 4, me parecía el mejor de los propuestos por su lógica, de hecho... Felicidades, admito que no se me habría ocurrido a mí, Zer más también mi despiste me ha hecho en parte "estrechar lazos" con Vite, veamos cuanto dura...—. Contesté con calma— En cuanto a tí, Lanre, admito que has demostrado gran valor rescantando a Rash aún en ésta situación y finalmente Rash, veo que la rana tuerta ha decidido concederte otra oportunidad, creo que tienes a los dioses de tu parte—. Esbocé una cálida sonrisa para reverenciar— Y Zer, lo lamento, odio quedarme sumido en mis pensamientos hasta el punto de perder la noción de la realidad que nos rodea, os perdí la pista y veo que ha sido de las peores decisiones, de ahí mi cordial apología

 

( Gigavehl )

Zer logró identificar únicamente la varita de entre los objetos, su función era justamente identificar objetos y sus propiedades además de poder tasar el valor de joyas y objetos similares. Por la energía que pudo sentir en el artefacto, dedujo que tenía bastantes cargas.

Contenido oculto

Zer ha conseguido una varita identificadora

Lanre ya se colocó la armadura y su CA es de 16 (+2 del escudo)