Capítulo II

Vite Horiazana

La tensión iba aumentando a medida que nos acercábamos, pues el sisear a lo lejos aumentaba la frunsión en mi ceño, obligándome a incrementar la fuerza con la que sostenía la antorcha. Mis dientes estaban apretados en similar medida, sintiendo el impulso de un gruñido que nunca llego, pero sí la suave exhalación de mi aire por la nariz.

Firme, solo con la espalda alta un poco encorvada, sin adelantar o atrasar mi paso. Cuando entramos el panorama quedó claro casi de inmediato, mientras oía las palabras de Otto. ¿Confiar? Solté un chasquido bajo, frustrado, desviando la vista de costado que ubiqué sobre él, para así poder enfocarme en la inminente apareción de esos... Gekkos. Relatos entre la ficción y al fantasía llegaban a mi mente, relatos de conejos jóvenes, viejos, en todo sus sentidos o teniéndose apenas en uno.

Lo que fuera, el momento actual no podía significar la gran cosa. Estábamos en peligro, y confiar en que llegarían otros a nuestra ayuda... era desconfiar de nuestras capacidades para enfrentar esto. Pues, ¿qué pasaría sí los otros se fiaban de que los alcanzaríamos pronto? Era absurdo, teníamos que valernos entre los que estábamos, confiar en que nosotros podríamos alcanzarles, encontrarles. No esperar una salvación poco menso divina.

Porque esas cosas no existían.

Para cuando escuché las palabras de Dellen, era tarde: Yo ya me había apresurado a colocar la antorcha en un lugar alejado de los siseos, procurando de paso, al notar los pilares roídos que servirían de escondites, que aquella luz delatadoras no fuera la que opacara las posibles sombras salvadoras. Es más, puede que incrementara la sombra en aquellas zonas gracias a la posición en que dejé la antorcha. Sonreí con sorna al identificar la voz de Otto escondido, la coincidencia logró emocionarme para bien un momento, disipando el frío roce de una muerte inminente.

Con esa sonrisa entre torcida y socarrona, me posicioné a un lado de Dellen, el que no estaba opacado por su gran bastón de mago. Entonces, al escuchar lo de la vanguardia, mi rostro volvió a una seriedad absoluta, pero menos dura de la que había mantenido tras cruzar el umbral de esta sala y sonreír ante la actitud escurridiza de Otto.

—Nadie será divertido —hablé templado, firme, sin siquiera alzar la voz, poniéndome por sobre los siseos cada vez más intensos presión alguna en mis cuerdas vocales. Entonces, se afianzó la frunsión en mi ceño, mi voz agarró real fuerza, aun monocorde—. No lo puede ser con sangre caer.

Y con cierta agilidad, no así silencio, desencajé el arco de dónde estaba, consiguiéndome una de mis flechas sin problemas. Apunté, expectante, listo para atacar a la primera criatura que se avalanzara contra nosotros.

—Cuidas tus espaldas, Dellen; pero no descuides tu frente—. Fue lo último que salió de mi boca, aún con el corazón acelerado, pero mucho más centrado y calmado que cuando íbamos en el pasillo. Una voz calma, sosegada, ya carente de volumen alguno.

Era un murmullo de quién cuida al otro, más frío, pero igual de precavido que cuando me dirigía a los más pequeños.

No el griterío del cual se valían algunos de mis hermanos mayores, imponente y desde arriba.
Era estoico, casi a la par del otro. ​

Contenido oculto: Last march of the Serpent King

 

Rash Colds

Su cuerpo quedó magullado pero en una sola pieza. Notó que podía ponerse de pie por su propia cuenta y se impulsó con las patas cortas, pero fuertes, y en un parpadeo estuvo de pie, sujetado a las paredes de aquel pozo oscuro. Elevó la mirada y apenas podía discernir algo en la penumbra que inundaba todo el lugar; solo oía los chillidos de las bestias y más voces distantes, que llegaban hacia él en forma de ecos. Cerró un ojo por el esfuerzo que estaba haciendo para no perder el equilibrio hasta que sintió un aleteo sobre su cabeza y la figura de Lanre se hizo presente sobre él, intentando alzarlo aunque en vano. Rash pesaba demasiado. El clérigo le sonrió.

—Tranquilo, Lanre. Ve y ayuda al resto, lo necesitan más que yo. —aseguró, hasta que vio la soga bajar por un lateral y la voz del mago desde la cima. El rano se sujetó con fuerza, implorando a la Rana Tuerta su bendición.

 

Sala 2
( Monpoke madarauchiha Mori )​

Uno de los geckos fue más veloz al reaccionar y arremetió contra Otto, que parecía el enemigo más férreo, intentando apuñalarlo con su rudimentaria daga de silvestre.

Sin embargo, el ataque falló, el pequeño tamaño del doméstico le había jugado a favor una vez más..

Turnos:
1) Gecko 1
2) Dellen
3) Otto
4) Gecko 2
5) Gecko 3
6) Vite

Contenido oculto

Tienen que seguir esos turnos, ahora le toca atacar a Dellen y luego a Otto, después vienen mis geckos y luego Vite.

Uno de los geckos está trenzado en combate cuerpo a cuerpo con Otto, los demás permanecen un poco más atrás.

Sala 3
( Gigavehl rapuma Amelie )

Mientras intentaban salir enteros como equipo de ahí, la batalla había acabado de desatarse en la sala contigua. Zer tiró la soga y ya estaba tirando de ella, sólo faltaba la ayuda de Lanre para juntar la fuerza suficiente y para que esto sea realmente un trabajo de equipo.

Contenido oculto

Rapu vos podés tirar dado también en tu post para hacer fuerza por salir de ahí y colaborar en el resultado final de la tirada

 

Lanre

No pudo subir a Rash, le faltaba mucha fuerza y eso lo avergonzó; después escuchó la voz de Zer, lanzó una soga, la inteligencia del felino lo sorprendía; aquello hubiese sido lo mejor desde un inicio. Después la voz de Rash lo hizo observarlo —No señor Rash, nadie se queda atrás; si este fuera un sitio seguro te dejaría aquí porque ahora estás herido por mi imprudencia, te mantendría a salvo— decía con absoluto arrepentimiento —Pero no sé si dejarte aquí sea aun peor. Por favor, sabrás disculparme—dijo volviendo hacia Zer para tirar de la cuerda juntos.

Algo en su confianza se fracturó en el momento que no pudo levantar a Rash; sabía que no era tan inteligente como su padre, por lo que caer en la trampa no lo había defraudado tanto como el hecho de no poder sacar al rano de allí. Sujetó la cuerda con fuerza sacudiendo su cabeza, no podía ser negativo en un momento como ese, escuchó los ruidos en la habitación contigua, los necesitaban, debían salir de allí lo más rápido posible.

—¡Arriba!— jaló la cuerda.

 

Rash Colds

Por su parte intentó trepar con mucho esfuerzo, pero simplemente era muy pesado; una montaña de músculos. Sus patas se quemaron y soltó la soga, era imposible al menos de momento. Rash miró hacia arriba y se llevó las patas a la boca, para que el sonido saliera fuerte y con decisión. —¡Ayuden al resto! ¡Los necesitan más que yo! Estaré aquí para curar las heridas, adelante, vayanse.

El clérigo cerró los ojos y juntó las patas. En el silencio de la penumbra que proyectaba la cueva sobre sí mismo, comenzó a orar.

 

Dellen
Agarré con firmeza mi bastón mirando a los Gekkos que se aproximaban. No titubeaba, no tenía miedo pues solo era un combate más entre los cientos que tuve que librar. Cerré los ojos para concentrarme golpeando con firmeza mi bastón contra el suelo y mi mente calmada como era lo usual, por ende, y deduciendo como podía ser un ataque más efectivo, me decidí por usar un potente Virote de hielo
— Bien misíl mágico—. Murmuré para mí mismo, solo para centrar mi mirada en el gekko al que iba a atacar.
Dejé el bastón clavado para mirar como primero mis manos se inundaban de un color rojo carmesí, pero no solo eso. Empezaba a notar como mi cuerpo empezaba a notarse como iba transparentándose, siendo mis manos en unos segundos, unas calavéricas mientras que por otro lado esa misma sensación, aparentemente visual iba extendiéndose por todo mi cuerpo.
Esbocé una sonrisa pues era un efecto que ocurría en mí aun sin entender del todo por qué pero, me gustaba. Una vez noté la energía concentrada junté mis manos para liberarla, siendo esta que salía disparada con una fuerza abrumadora notándolo por el temblor de mis manos, notando como la misma iba disparada con fuerza hacia el gekko 1.

 

Otto

Un ataque fallido de parte del salvaje, no se podía esperar menos de alguien me dobla el tamaño y triplica el peso. Le será difícil alcanzarme, a todos ellos.

Noto a tiempo un orbe brillante acercándose ferozmente por mí espalda, apenas dándome el tiempo de tirarme por un costado y evitar la exploración siguiente al impactar al salvaje. Un poco más bajo y tal vez perdía la oreja.

Es fácil quien fue el causante, por eso no me moleste de ver a mis espaldas y en su lugar me arroje hacía el enemigo herida (1).

Incluso tienes detrás te pueden lastimar si no avisan. Una flecha no se compara a al rango de esa cosa, pero estoy totalmente seguro que con una flecha soy más capaz.

Al arrojarme hacía el enemigo, mí espada atravesó su pecho desprotegido. Pasando por limpiamente por su armadura y cortando su carne.

La retiro rápidamente par echarme hacía atrás y dejar el cuerpo caer. "¿¡Ustedes que miran!?". Provocó con ferocidad a los enemigos restantes, esperando que mí tono y expresión les valga para entender el mensaje.

Yo soy su enemigo.

 

Sala 2
( madarauchiha Gigavehl Mori )​

El ataque conjunto del gato y el ratón terminó con la vida del primer gecko, pero aún quedaban dos. Uno de ellos (2) arremetió contra Otto y el otro (3) iba a ir contra Dellen, pues los dos habían matado a su compañero, pero la provocación del pequeño fue suficiente para que también se le vaya al humo. Ambos intentaron apuñalar al ratón con su dagas.

Sin embargo, aunque estuvieron realmente muy cerca, el pequeñín se volvió a escabullir entre medio de los ataques. El durazno que había encontrado en el camino realmente había hecho la diferencia.

• Gecko 1
• Gecko 2
• Gecko 3

• 
  
  PV: 0
  CA: 12 (+1)
  DAGA: 1d4
  
• 
  
  PV: 6
  CA: 12 (+1)
  DAGA: 1d4
  
• 
  
  PV: 6
  CA: 12 (+1)
  DAGA: 1d4
  

• Otto
• Vite
• Dellen

• 
  
  PV: 8
  CA: 12 (+2)
  ESPADA: 1d6
  ARCO: 1D6
  
• 
  
  PV: 6
  CA: 12
  DAGA: 1d4
  ARCO: 1D6
  
• 
  
  PV: 6
  CA: 10
  BASTÓN: 1d6
  

Contenido oculto: TURNO

Es el turno de vite!
Turnos:
1) Gecko 1
2) Dellen
3) Otto
4) Gecko 2
5) Gecko 3
6) Vite

Sala 3
( Amelie rapuma Gigavehl )
​

Mientras tanto, en la trampa del pasillo, Lanre y Zer no habían podido levantar Rash en su primer intento. Podían probar de nuevo, pero el pedido del clérigo solicitaba lo contrario.

Contenido oculto

Pueden intentar de nuevo, pero Rash quiere que lo dejen ahí y vayan a combatir..

 

Lanre

Se encontraba en una difícil decisión; había fallado ante Rash, pero las palabras del rano eran de sabiduría; Lanre subió la cuerda, amarró objetos a ella y la descendió a Rash, era una de las armaduras, la capa y una espada —Volveremos por ti, lo prometo; por favor, mantente a salvo.

Miró a Zer, era momento de cruzarlo al otro lado para ayudar a los demás, a pesar de que la culpa lo invadía. Jamás hubiera imaginado que los ranos pesaran tanto.

 

Vite Horiazana

Miré de reojo las acciones de Dellen y, bueno, apenas empezó a emanar luces brinqué hacia el lado contrario de su persona, con la cara demostrando mi extrañeza. Me desconcentré tan solo unos segundos, observando ese momento tan peculiar. Había visto cosas similares en la taberna donde nos encontramos por primera vez, pero vamos, ¡qué cada nuevo matiz no dejaba de sorprenderme!

El resto de acciones fueron rápidas, Otto tenía en verdad mucho coraje dentro de ese menudo cuerpo, ¿no? Sonreiria con sorna de no ser por la complejidad de la situación.

Debía aprovechar que ellos nos dieron la espalda. ¿Era ese el objetivo de Otto?

Como fuera, utilicé la distracción para atacar al 3° Gekko por la espalda, valiéndose de mi daga.

 

Sala 2
( madarauchiha Monpoke Mori Amelie Gigavehl )​

El gecko logró esquivar el ataque de Vite quien ahora se encontraba combatiendo al lado de Otto contra los dos geckos. Dellen observó la situación y vio que ya era momento de actuar.

Mientras tanto, Lanre había cruzado a Zer volando y ya se dirigían hacia la misma sala, hoy había aprendido que un gato es más liviano que un rano y que donde hay un cofre es probable que haya una trampa o algo protegiéndolo.

Contenido oculto: TURNOS

Turnos:
1) Gecko 1
2) Dellen
3) Otto
4) Gecko 2
5) Gecko 3
6) Vite
7) Lanre
8) Zer

 

Dellen
Al ver a Vite agarré impulso para, esta vez arriesgarme a atacar a Gekko 2. salté hacia él para usar mi bastón mientras le dedicaba una sonrisa a Vite, asintiendo afirmativamente a su ataque mientras me disponía a atacar en este caso con mi bastón, no quería arriesgar mi último ataque del día en un maldito gekko. Corrí hacia él para disponerme a atacar.
"Esta es la mía, gekko asqueroso"—. Pensé mientras me disponía a golpearle con suma fuerza en la cabeza.

 

Otto

La provocación dio donde quise al atraer la atención de los dos enemigos. Confiado logré esquivar por las orejas ambos ataques, ambos bastante parejos entre si.

Ambos, quienes deberían estar en retaguardia, se lanzaron al ataque cuerpo a cuerpo sin ningún aviso.

De los dos, es sorpresa ver cómo el gato se mata a un enemigo usando ese bastón.

Arrojo la espada al suelo y agarro el arco en ambas manos, preparando el tiro que sería el golpe decisivo para este salvaje final.

"Malditos come carne".

 

Sala 2
( madarauchiha Monpoke Mori Amelie Gigavehl )
​

Dellen logró eliminar al segundo de los geckos y Otto dejó mal herido al último que con su último aliento intento devolverle el ataque con su daga, pero ya le era imposible sacar fuerzas de su cuerpo maltrecho.

Ahora era el momento para que Vite rematara al enemigo que ya estaba en malas condiciones.

• Gecko 1
• Gecko 2
• Gecko 3

• 
  
  PV: 0
  CA: 12 (+1)
  DAGA: 1d4
  
• 
  
  PV: 0
  CA: 12 (+1)
  DAGA: 1d4
  
• 
  
  PV: 1
  CA: 12 (+1)
  DAGA: 1d4
  

• Otto
• Vite
• Dellen

• 
  
  PV: 8
  CA: 12 (+2)
  ESPADA: 1d6
  ARCO: 1D6
  
• 
  
  PV: 6
  CA: 12
  DAGA: 1d4
  ARCO: 1D6
  
• 
  
  PV: 6
  CA: 10
  BASTÓN: 1d6
  

Contenido oculto: TURNO

Turnos:
1) Gecko 1
2) Dellen
3) Otto
4) Gecko 2
5) Gecko 3
6) Vite
7) Lanre
8) Zer

 

Vite Horiazana

Mis ojos se lucieron ojiplaticos al ver como Dellen llevó a mejor vida al gekko con un solo movimiento maso. Tal vez ahora sí debía cuidar mis palabras con él, la sonrisa torcida y tensa no demoró en reflejar aquel pensamiento en mi expresión. Me había sorprendido más que su numerito de magia. Lo que fuera, mi atención no demoró en recaer con seriedad en el intercambio de golpes que llevaron a cabo el gekko restante junto a Otto.

Tampoco me detuve a pensarlo, en cuanto noté que ese gekko aún se mantenía con vida tras el último ataque de Otto, volví a utilizar mi daga.

Pobre criatura, que le tocara agonizar. ​

 

Lanre

Llegó junto a sus compañeros; se habían apresurado demasiado, pues habían logrado todo por su cuenta, sólo quedaba uno de los Geckos; Zer y él se pudieron haber quedado a levantar a Rash; pero no era momento de pensar, sino de actuar. Sujetó su espada y se abalanzó sobre el Gecko restante.

 

Dellen
"Uno contra uno, esto debe ser fácil"—. Pensé de forma constante mientras veía al otro gekko malherido. No debía quedarle mucho para su ineludible final.
De nuevo decidí usar el bastón para asestarle otro golpe. Si con esto no acababa con él, al menos habría ya molestado bastante a Vite, y admito que eso me gustaba, pero oculté excelentemente mi sonrisa.
Me abalancé contra él con firmeza y una dura mirada en mis ojos, alzando el bastón con ímpetu solo para alzarlo por encima de mi cabeza y....