Capítulo II

Otto

No me gusto nada el esfuerzo puesto en tratar de levantarme, apoyarme cansado contra la pared. Tomando unos segundos en recuperar energía.

Observo el campo de batalla, donde la situación sigue siendo el mismo ida y vuelta.

Llego escuchar como planean irse ante mi forma de arruinarla. Eso lo acepte. No es alguien contra quien podamos, no estando nosotros tres.

De igual forma debía atreverme, dejar muestra que estoy dispuesto a soportar lo que quieran elegir.

"Hasta aquí llega su determinación, eh". Paso una pata por mi nariz, limpiando un pequeño chorro de sangre. "Todo juego acaba una vez alguien sangra".

"Esta bien entiendan eso". Me despego brusco de la pared, preparando rapidó el arco con tal disparar en caso de emergencia. "Significa que piensan en su compañeros por sobre sus ideales". Todos tienen su manera de demostrarlo.

Salir herido es un pequeño precio a pagar con tal de conocerlos.

"Dejemoslo para otro momento". Termino antes de salir a escondidas.

 

Rash Colds

Sorprendido observó como el ratón voló por la fuerza descomunal de esa armadura reanimada; el explorador golpeó la pared y allí quedó, tendido, sin movimiento. Luego llegó el grito del guerrero, preocupado por el compañero guía. Rash ahogó un grito, más preocupado por no perder la firmeza frente la armadura.

—Otto, no... —musitó con desesperanza, el explorador había querido combatir junto a ellos y había salido herido. Las palabras del pato hicieron que el clérigo afirmara hacia su presencia. —Podemos derrotarlo, pero al precio de tener herido a nuestro compañero. No es el precio que busco. —dijo dando pequeños pasos hacia atrás, evitando el lucero del alba de la armadura. Observó al explorador y le escuchó sus palabras. —Tienes razón, Otto. Esta batalla quedará inconclusa pero puedo decir que tu valentía y gallardía serán poemas que cantarán los bardos de aquí a varios años. Nadie olvidará tu arrojo en esta lucha. Vamos, maese Lanre, la armadura ganó este combate, de momento. —buscó al pato con la mirada y afirmó en su dirección. Debían seguir.

 

Lanre

Era cierto lo que decía Rash y Otto, era una batalla inconclusa, no perdida; esto motivó a Lanre, convencido de que era la mejor elección —¡Volveremos por ti vieja armadura! No te oxides demasiado y recuerda este rostro —dijo señalando su pico —Pues no te derroté hoy, pero entre tú y yo; mis plumas siguen intactas mientras tu vieja fachada se llevó recuerdos míos —sonrió para después incorporarse con sus compañeros que huían.

 

Pasillo
[Zer, Dellen, Vite, Jasper, Otto, Rash, Lanre, Edgar]​

Liderados por Otto, todos se metieron por la puerta como si fuera una ratonera y la armadura no pudo pasar por su gran tamaño. Renegó unos momentos del otro lado del umbral y luego regresó hasta el centro de la sala y se volvió a desarmar y quedar inerte como estaba cuando la encontraron. Quizás no habían derrotado al enemigo, pero habían adquirido mucha experiencia.

En el pequeño pasillito entraron todos apretados porque no estaba hecho para tanta concurrencia, cabían justo y eso si alguien alzaba en brazos a Otto. La puerta que había que atravesar si querían continuar era de madera y si la investigaban comprobarían que estaba bloqueada del otro lado, habría que hacer fuerza para romperla. Una barreta también sería de ayuda..

A todo esto, el brazalete de Vite volvió a parpadear y envolver un segundo a su portador con su luz verde para que de inmediato éste volviera a ser el conejo negro con manchas blancas de siempre.

Contenido oculto

Han obtenido 70pts de experiencia por la armadura (les iba a dar 100 si la mataban xP) y 20 por el mimic y con eso ya suben a nivel 2!

En su siguiente post pueden tirar sus dados de vida y el resultado se le sumará a su PV total.

Es 1d9 para los tres gatos, 1d8 (+2) para Lanre, 1d6 (+2) para Otto y Rash y 1d4 (+2) para Vite.

Para abrir la puerta es 1d20 + bonificador de fuerza. Con una barreta se tira con ventaja.

 

Lanre

—Podemos descansar. Si, seguro— dijo hacia Zer mientras comenzaba a sentirse un poco claustrofóbico en aquel lugar. Mas que cansado estaba ansioso por salir de un sitio tan angosto —pero puedo esperarlos del otro lado— dijo preparándose para embestir la puerta—necesito estirar mis alas.

 

Otto

"Volver a esa sala puede ser complicado". Hablo hacía el Rash y Lanre. Trato de hacer tronar un poco el cuello, liberar tensión acumulada ahí, pero no hay demasiado espacio para tal cosa. "Para ese momento, deberemos encontrar la manera. Son preocupaciones para otro día".

La puerta un par de salas atrás se cerró, algo me dice que no será sencillo volver. O tal vez me equivoco.

"¿Descansar? Estaré bien por un combate más". Respondo hacía el Gato1. "Será más beneficioso salir de aquí pronto, ". Tiro ojitos discreto hacía el cliente, un escarabajo. Solo los Dioses saben si tenemos la suerte que ese aliento se esparza a la otra sala.

"Iré a revisar. Una vista rápida, será más beneficioso saber que nos espera". Antes siquiera quieran detenerme, me coloco el anillo.

Parpadeo unos segundos para acostumbrarme a la nueva perspectiva, orientado. Me deslizó entre las patas de todos y paso por debajo de la puerta

 

Jasper

El Mimic fue derrotado por uno de los misiles mágicos de Dellen. Ni corto ni perezoso, el gato hechicero se acercó al ahora fallecido cofre para apropiarse de todo los que había en su interior. Eso incluyó mi espada de fuego, la cual no tenía duda de que fue vista por todos los presentes durante la lucha contra los esqueletos de elfos; ese color naranja llamaba mucho la atención. Y sin embargo, Dellen se la apropió sin hacer ningún cuestionamiento. Este hecho me hubiera molestado mucho hace unas horas, pero la realidad era que tenía intenciones de entregarla al grupo para que dispusiera de esa espada como quisieran, puesto que fueron sus acciones las que abrieron el camino hacia el cofre que abrieron al principio. Iba a ser mi modo de redimir mi mentira del principio. Esta manera no era la más deseable, pero supuse que contaba. Además, aún contaba con la daga.

Me quedé cerca de la puerta de la sala para observar la pelea contra la armadura, por si las cosas se torcían. Que lo hicieron cuando Otto fue el primero en caer por la descomunal fuerza del enemigo, pero se levantó enseguida y se escurrió lejos del combate, como buen ratón que era. Esto bastó para hacer entender a Rash y Lanre que era mejor dejar la batalla para después, por lo que terminamos todos apretujados en el pasillo.

Una vez allí, Zer propuso quedarnos a descansar, siendo desoído por el pato y el ratón, quienes trataron de adelantarse. Suspiré, preparándome mentalmente para ver otra cara de rabieta de ser el espectáculo de luces que eran sus runas. Por mi parte, cubrí mis ojos con la capucha y me senté en el suelo, con intención de descansar, aunque sea por unos segundos.

—Si ven peligro más allá, será mejor que regresen —dije.

 

Vite Horiazana

Me aliviaba un poco qu hubieran desistido de luchar contra esa gran armadura, aunque Lanre se veía decidido en arreglar cuentas si llegábamos a volver a pasar por ahí.

Una vez todos en el pasillo, el espacio se redujo bastante a diferencia del olor del escarabajo, por mi parte traté de disimular lo mejor posible las muecas que me causaba este. Al parecer algunos se iban a quedar descansando un momento, no sonaba tan mal.
—Yo avanzaré con Lanre y Otto —comenté con simpleza, tampoco es que hubiera echo demasiado a través de las batallas, ¡podía continuar!

 

Dellen
Simplemente estaba ahí, sin pizca de remordimiento por las decisiones que tomé, es cierto que quiero estar a bien con el grupo y sin embargo, una cosa es llevarse bien y otra muy distinta es que vaya a cometer una segunda insensatez.
Zer me dirigió una mirada que a mi juicio parecía inquisitiva, claro que en lo personal ya llegaba un punto en que tenía ganas de decirle que si había de luchar junto a una pandilla de insensatos prefería que ellos aprendieran la lección por las malas ya que debí de ser un buen ejemplo mi inconsciencia, pero me callé porque era lo mejor, tampoco iba a decir nada que fuera a resultar completamente irrelevante, tampoco tenía nada que decir si nadie tenía tampoco nada de lo que hablar.
La lucha contra la mole se mantuvo durante un rato hasta que me pareció ver una figura volando, diminuta...Otto el cual parecía ahora hallarse inconsciente mientras que en mi interior empezaban a entrarme unas ganas casi incontrolables de reir denotando un "Idiota, siendo tu el primero que has visto de lo que la misma armadura era capaz" irónico destino, o mejor dicho irónica incosnciencia, pero también ocurría que de un modo u otro era verdad que dicha acción de dejar inconsciente a Otto pareció hacer reaccionar al resto de animales, bravo... Ni mis acciones tienen peso y que el animal más sensato ha sido el primero que ha decidido enfrentarse a algo imposible ¿Y de verdad esperaba que cooperara? Imbéciles...
Con el tiempo los mismos animales parecieron empezar a hablar sobre qué hacer mientras Zer se empezaba a movilizar para tratar de curar a Otto cuando Ronoroa se le adelantó y a juzgar por la reacción del otro gato mago no quería que lo hiciera para ahorrar recursos, lo que me hizo suspirar. ¿De verdad te sigues sobreesforzando? ¿Te haces una idea de lo que te estás jodiendo?
El caso es que los mismos animales empezaron a caminar dejando la armadura detrás, al menos hasta que Zer propuso descansar, algo que empezó a reabrir un debate.
— Opto por descansar, es lo más sensato. El combate de ha debido de resultar duro y precipitarse no es algo que sea conveniente si desconocemos que hay delante—. Añadí con calma, aunque parecía que mi propuesta no fue tampoco tenida en cuenta dado que tanto Otto como Rash y Zer empezaron a tomar la delantera, algo que ya a estas alturas me daba igual....

 

Pasillo
[Zer, Dellen, Vite, Jasper, Rash, Lanre, Edgar]
​

En el reducido pasillo el aire se acortaba y el aliento del escoltado no ayudaba. Algunos se querían tirar a descansar ahí nomás, otros disimulaban el asco del olor y lo intentaban soportar, pero otros también se empezaban a desesperar y darse de bruces contra la puerta como Lanre. Quizás en otro intento por salir despavorido de ahí, Otto usó su anillo para hacerse diminuto como la cabeza de un alfiler y pasar por debajo de la puerta.

Sala 12
[Otto]
​

Al pasar al otro lado, lo primero que el ratón notó fue que también esta sala estaba encantada con oscuridad mágica como la que ya habían visto atrás. Igualmente, avanzó unos micro pasitos en la penumbra y enseguida se topó con algo que bloqueaba el paso. Lo tocó con sus patas y era algo sólido y frío, además comenzó a seguirlo todo alrededor para descubrir su forma y era circular y plano. A todas luces, aunque se las hubieran apagado, eso se trataba de una moneda de oro. Pero no era sólo una moneda, inmediatamente al lado tenía otra, que tenía otra encima y otra y otra. El piso estaba completamente forrado por monedas de oro en toda la sala. En cuanto a la puerta, no había un mueble o algo así que la bloqueara, seguramente tenía una barreta trabándola, pero para comprobarlo tendría que volver a su tamaño original.

 

Dellen
No sabía el rato que había pasado, porque en esencia con la situación con el aire y el hedor se estaba tornando cuanto menos nauseabunda. Así que, ni corto ni perezoso decidí levantarme, doblar la manta y mirar al resto de animales que ahí se hallaban.
— Bueno, voy a adelantarme yo también, si alguien tiene a bien seguirme, avanti—. Dije sin más, para mirar a Jasper, dirigiendole una ténue sonrisa— Antes de nada, debo agradecerte y felicitarte por haber cambiado tu perspectiva para con nosotros—. Saqué la espada del explorador de mi zurrón y se la ofrecí— Soy mago, no soy hábil con la espada, toma, es toda tuya.
Por otro lado, me introduje al pasillo que conectaba ambas zonas para encontrarme con una puerta al final, la cuál traté de abrir, lo cual era inútil ¿Estaría atorada? En fin, solo me quedaba la opción de tratar de derribarla de alguna forma, por lo que me preparé esperando tener éxito en mi labor, aunque tenía un muy mal presentimiento sobre ello, la verdad, pero cualquier cosa era mejor que aguantar el aliento del escarabajo un minuto más.
Suspiré preparándome y deseando que al menos la suerte estuviera de nuevo de mí lado, aunque, conociendo mi suerte, la respuesta iba a ser que no.

 

Otto

Quedé sintiendo las monedas por unos segundos. No todos los días das con un muro de oro, refrescante.

Estaba por quitarme el anillo cuando un estruendo suena desde atrás, seguido de una gran ventisca. Una amenaza para mandarme a volar en este tamaño.

Las orejas me quedaron zumbando de lo que bien pareció un trueno cayendo en pleno interior. En este tamaño mucho pasa a ser mortal.

Un choque devastador, capaz de hacer templar montaña y arrasar una ciudad... Cuando no es más que alguien imprudente chocando contra una simple puerta.

Sacudo la cabeza pidiendo reorganizar mis sentidos al quitarme el anillo. Seguido de una corta lucha por equilibrarme, apoyándome en la puerta y también con tal de no perderla.

En una segunda costumbre, estiro la cola y me acerco unas de esas monedas (100).

Reviso con las patas la puerta, comprando que es aquello que la traba, par así abrirla.

 

Pasillo
[Otto, Zer, Dellen, Vite, Jasper, Rash, Lanre, Edgar]​

En la sala contigua, el ratón tanteó la puerta en la oscuridad y pudo notar que tenía una simple traba de madera, desde este lado se veía muy fácil... bueno, desde este lado no se veía nada. Pero Otto levantó sin ningún esfuerzo la traba y abrió la puerta para ver allí a todos los que estaban apretujados en el pasillo que ahora cedían un poco hacia adelante como si hubieran estado sellados al vacío.

Al abrirse la puerta, la luz de Zer a la que aún le quedaban unos minutos se extendió hasta donde su alcance le permitía, iluminando la sala. La habitación estaba derruida como las demás, pero en su interior no había más que montones de oro esparcido por el suelo. El piso estaba completamente forrado de monedas y no se podía ver el fondo, solo un pequeño sector estaba libre de monedas, el que Otto ya había limpiado previamente. Al fondo a la derecha, continuaba otra sala o pasillo sin puerta que las delimitara, pero sí con la misma oscuridad que no permitía ver que más había.

Mapa:

Contenido oculto

 

Lanre

Escuchó las palabras de Zer mientras se sobaba la cabeza por irse a estrellar a la puerta, primero había sido el muro, luego una simple puerta —No soy bueno a golpe limpio, debo mejorar estrellándome en mas cosas.

Después Otto los liberó del pasillo, y Lanre salió disparado de aquel sitio tan angosto para después acercarse a Otto y abrazarlo por los hombros —¡Gracias, Otto! Odio estar en lugares tan comprimidos— después observó el brillo de las monedas.

—¿Monedas?—dijo levantando un puñado y metiéndoselo a su mochila sin ningún orden, ni siquiera veía lo que guardaba a continuación, metiendo también algo de tierra y una que otra rosa. El único sitio que tenía bien cuidado era el pequeño bolsillo donde guardó la joya más importante —Seguramente el arca de los elfos; armadura avara, justo como el dragón en el libro del perro de los anillos. No puedo creer que estuviera protegiendo oro, vaya trabajo tan más aburrido.

 

Otto

Acepto desprevenido el abrazo del emocionado Pato, acompañado de una pequeñas palmadas a sus alas antes de alejarse. Usando el abrazo para acomodar un poco mis ajetreados sentidos.

El zumbido de silencio siguió perdurando en ambos oídos. Lo vi mover el pico, pero por mucho que haya intentado escuchar, no logre registrar ninguna palabra.

"¿¡Perdon!? ¿¡Dijeron algo!?". Pregunto con duda, perdido ante la reciente carencia de ruido.

"¡Avancemos con calma hasta tener luz! ¡Tanto oro huele mal!". Hablo trantando de acomodar un poco la situación en este silencio, cuidando ninguno se lance mucho más lejos. Por suerte agarre mi parte antes.

Miro un hacía Lanre, quien se arrojo de inmediato a por monedas, cuidando no caiga en un trampa.

 

Rash Colds

El pasillo era tan angosto que era imposible que el corpachón del clérigo pudiera avanzar sin antes arrastrar al resto de animales como muñecos hacia el interior de la habitación que había logrado abrir Otto. Rash intentaba observar por encima del resto de los animales pero no podía distinguir mucho más.

—¿Por qué no avanzan, noble Jasper? ¿Ocurre algo? —le preguntó al gato que estaba más próximo a él. Observó hacia atrás, siempre atento a que la armadura reanimada no volviera a por más golpes.

 

Sala 12
[Otto, Lanre, Zer]​

-Vaya, cuánto oro...- exclamó Roronoa al entrar con su portador -Ten cuidado, guerrero, yo que tú me fijaría donde piso... aunque no se puede ver donde se pisa con tantas monedas estorbando- y así era, el oro no dejaba ver lo que había debajo y el pato activó por accidente una trampa de piso mientras recogía monedas. Por suerte, Otto estaba ahí para agarrarlo de un ala y hacerlo reaccionar para que retrocediera a tiempo. La trampa había dejado un pozo de 5 patas de diámetro y 6 de profundo, pero Lanre era un tipo con suerte, no sólo no había caído sino que además había recolectado 100 monedas más. Tenía salud y dinero, ¿qué más podía pedir?

Un poco más adelante, Zer caminó hasta el borde donde comenzaba la oscuridad y lanzó una bola de luz que iluminó otra sala. Era casi una continuación de la sala donde se encontraban y también era como una especie de pasillo. A la derecha de Zer había un cofre y a la izquierda continuaba la habitación hasta un recodo, estaba todo vacío y no había enemigos, pero las paredes de los costados estaban minadas de agujeritos hasta el final de la sala.

Mapa:

Contenido oculto