Capítulo II

Dellen
Le miré para ver como recogía los cristales, así que me puse a recogerlos, si tenían valor pues más que perfecto... Tras eso escuché a Zer diciendome algo sobre lo del contenido de la caja que Vite tenía en su poosesión, cierto era que yo tampoco tenía la menor idea de su futuro éxito al respecto, pero si que es verdad que al menos mis objetos resultaron ser cuanto menos útiles.
— Al menos con mis objetos he tenido suerte, un agujero portátil y una manta que reduce el tiempo de descanso a la mitad, sobre el agujero... Tendré que probarlo pero creo que podría llegar a ser muy útil

 

Lanre

—¿Su sabor es café? ¿Sabe a café? ¡Vaya! ¡me gusta el café! Una taza de café por la mañana también me da supervelocidad; mejor que el tabaco; si, seguro —mencionó bromeando mientras guardaba el vial —Muchas gracias por su ayuda, señor Edgar. ¿Qué otros sabores tienen las pociones? Porque desde que le compré la poción he querido probarla pero aun no estoy demasiado herido como para engullirla.

Dejó ir un fuerte suspiro —Ni usted, ni Roronoa conocen a ese conejo...—mencionó para después acercarse a Jasper —¿Y usted? señor Jasper; ¿No venía con algún conejo al entrar a este sitio? Porque vaya, como me intriga ese conejo — dijo para después correr hacia Zer y Dellen —Esperen, ¡no nos dejen atrás! —jaló a Jasper —Ustedes los gatos son complejos.

Avzanzó hacia Dellen y Zer —Señor Zer; por favor ya no use mas magia, si necesita bajar un libro de un estante puedo volar y alcanzarlo, no use sus poderes para bajarlo —dijo como broma pero estaba preocupado, después miró a Dellen—¿Cómo funcionan los nekomagos? ¿Hay algo que les recargue su magia?

 

Dellen
Zer no dijo nada sobre mi explicación, algo que la verdad me esperaba a éstas alturas, "así que si se dice algo sumamente obvio lo vás a ignorar, lo tengo en cuenta" pensé con calma mientras le veía cruzarse de brazos, no estaba enfadado, meramente trataba de entender su comportamiento.
Mis pensamientos no duraron mucho mientras Lanre entraba a la habitación bromeando sobre el tema de la magia, aunque me percaté casi inmediatamente después de que esa broma ocultaba un tono preocupado, haciendo que le empezara a seguir con la mirada.

Ook, eso me sorprendió, ¿Ser útil? ¿Realmente era capaz de llegar a tanto para probarse a sí mismo?
— Sí, pero Lanre tiene razón,no te sobreesfuerces, comprendo que busques ser fuerte, pero con cautela Zer... Además, es cierto que en esta misión has demostrado más que de sobra de lo que eres capaz. Incluso te has ganado mi respeto por tu valentía y creo que la validez no se obtiene simplemente con magia, también eres válido como líder aunque digas no serlo—. Contesté acercándome a él, diciendo honestamente lo que pensaba mientras le ponía una pata en el hombro, adoptando una actitud algo más calmada de la que he ido mostrando todo este tiempo.
Finalmente Lanre vino a preguntarme

Me sorprendió la pregunta, hasta ahora había pensado que la magia es una habilidad que tenemos, pero que iba vinculada a nuestra vitalidad, salvo que, teníamos cierto márgen residual para poder usar hechizos sin que afectara a nuestro organismo, así que con el descanso suficiente se iba a acabar recargando para poder utilizarla nuevamente.
— Es algo complejo de explicar, más en esencia con el descanso nuestro organismo acaba generando la magia de forma autónoma, al menos para evitar que pongamos nuestra salud en riesgo, no es que no podamos usar magia cuando queramos, pero como has podido comprobar, usarla en exceso nos provoca daños, así que debemos descansar para poder seguir usándola de forma segura—. Expliqué con calma mientras escuchaba a Zer gritarle a Edgar que se movilizaran mientras Zer explicaba que debíamos ser nosotros quienes debíamos luchar contra los No Muertos, generando una barrera que protegiera a Edgar, claro que en este caso no sabía si se lo decía a Lanre específicamente o se refería a ambos, así que de momento me quedé escuchando su explicación.
— Llámame espeso, más ¿Me incluye? ¿O prefieres que me mantenga tras vuestro como acordamos antes? Lo digo por vuestra ventaja con los objetos—. Pregunté con calma

 

Otto

Eleve alto el arco recién otorgado, procurando sentir y ajustarme a su peso antes de usarlo. De vieja costumbre, tiro la cuerda hacia atrás por algún efecto en la cuerda.

¿Un arco mágico? Pero lo observo con atención al ir fingiendo disparar una flecha imaginaria, apuntando al techo ante cualquier inconveniente.

Tal como niño en su juguete, no me percate de aquello a mi alrededor. Uff, nunca tuve una arma encantada.

Al menos, fue suficiente para hacerme calmar la irritación y ponerme al día con los demás. Un nuevo animo de exploración y deseo había despertado.

"Mirare por trampas, en la parte delantera". Declaro ante todos aquello que vengo repitiendo a cada rato. "Si quieres ir y probar por ti mismo y tal vez lastimarte me parece bien, ya por esa cosa que dices te da cierta vitaldad". Le hablo Gato1, aquel apurado siempre en ir adelante. "Pero que lo tengas en cuenta, esa es parte de mi tarea". Le sonrió a lo pícaro al decir eso último. "Es en donde puedo mostrar mi utilidad, mi grano para cuidar del equipo, no creas que alguien se sienta contento si le quitas su rol. Aunque no es que yo este enojado".

"Con o sin magia, objectos encantados o grandes armas. Es irracional dejar todo a un solo animal. Si uno se va a sentir inutil que sea por su incompetencia y poco saber, o por cometer errores, no por la cantidad de trabajo que realiza". Estiro ambas patas arriba de mi cabeza y afilo la mirada hacia el nuevo camino.

Muevo hacia un lado en hocico en duda hacia delante, pensando si es buen momento para hablar, luego miro a todos. "Podemos ir haciendo un stok de aquellas pociones que tenemos, claro, si es que están abierto para compartir".

"Tres pociones menores y una normal, dispongo repartir según haga falta. A quien sea". Serán mi escudo en la batalla, si se agrietan sera.

Todos menos el gato3. Ese puede quedarse aquí.

 

Jasper

Roronoa mencionó que el esqueleto había sido el hermano del herrero que forjó la espada donde ahora residía. Miré el polvo bajo mis botas. El rano fantasmal se mostraba tan sonriente como siempre, pero yo pensaba que debía sentirse extraño tener que vérselas con una parte de su pasado de esta manera. Resucitado y manipulado, como un arma. Al menos Zer le había evitado al tal Himo el bodrio de ser una marioneta de alguien más.

Me giré cuando Lanre me preguntó si había bajado a estas catacumbas acompañado de un conejo. Lo miré por un instante ladeando la cabeza, y luego negué.

—He venido solo —le respondí—. Llevo bastante tiempo moviéndome sin compañía. No te tomes a mala si me muestro desconfiado, es parte de mi naturaleza por que yo m… ¡¿Miau?! —exclamé de pronto cuando el pato me jaló de improviso, para arrastrarme hacia donde estaban los demás que se habían adelantado.

En el transcurso de los siguientes eventos, en los que permanecí junto al pato sin decir mucho, Zer comenzó a mostrarse afectado por el uso de la magia, cuyos efectos secundarios impactaban en su cuerpo. El grupo tenía razón: estaba esforzándose más de la cuenta, como si todos dependiéramos de él.

—Si un descanso es necesario para recuperarte, quizá deberías quedarte unos momentos junto a Edgar cuando luchemos —sugerí recargado en una pared, mirando al gato mago—. Permanecer detrás del escudo no te hará inútil, te vuelve prudente. Además, nunca sabemos si pueden sorprendernos con un ataque por la espalda —me giré hacia Otto cuando dijo lo de hacer un inventario de las pociones que teníamos disponibles… Qué encantador, parecía esforzarse por mostrar que era un ratón y no una rata, compartiendo sus cosas de ese modo. Evité comentarlo, pues la hostilidad de algunos animales de este grupo comenzaba a aburrir y no iba a ser yo quien la fomentara—. Tengo agua y raciones para tres días —fue lo que respondí, observando cómo ser marchaba a explorar.

Decidí ir tras de él para colaborar. Al fin y al cabo éramos exploradores. Busqué trampas y, de paso, intenté percibir si había algo más a tener en cuenta.

 

-Ah, las pociones de curación por lo general tienen gusto a jarabe de fresa. Pero no beba pócimas sólo por su sabor, espere a necesitar de sus efectos, estimado pato- le respondió el escarabajo a Lanre, quien una vez más sintió ese particular aliento al haberle hecho abrir la boca para que le respondiera.

Mientras tanto, Otto tomaba el arco y lo apuntaba al techo y tensaba simulando disparar. En el momento en que lo hizo, las runas se iluminaron y una flecha mágica se generó en la pata del ratón y salió disparada cuando éste soltó la tanza. La flecha quedó unos momentos clavada en el techo y luego se desvaneció. El arco generaba flechas infinitas.

Luego de esto, Otto, Jasper y Zer decidieron avanzar por el recodo de la sala cuidadosamente. Sendos tres estuvieron muy atentos y lograron detectar en una de las baldosas una especie de botón interruptor que activaba una trampa de piso, lo rodearon con cuidado de no pisarlo y pudieron acceder a la siguiente sala que era bastante similar a la anterior. En el lugar había pequeñas urnas y media docena más de sarcófagos, pero todos cerrados en este caso y con la figura de elfos grabadas con relieve en las tapas. Las huellas y el polvillo blanco persistían y las pisadas se extendían alrededor de los sarcófagos y luego terminaban en una puerta de acero que si tanteaban notarían que estaba cerrada con llave.

Zer y Jasper en particular, que tenían muy buena vista, pudieron divisar algo que brillaba dentro de las urnas, con certeza se trataba de oro.

Contenido oculto: EXP

Todos los miembros de la party obtienen 10 puntos de experiencia por detectar y sortear exitosamente una trampa.

Mapa:

Contenido oculto

El token color mostaza es Edgar.

 

Rash Colds

Al sentir la voz de la Rana Tuerta dentro de su mente fue un acto que comenzó otra senda para el clérigo, el cual se arrodilló y oró en silencio. Lloró por la emoción de esa contestación, había sentido la voz divina de su deidad. Existía, finalmente su escepticismo era totalmente arrebatado por esa muestra de Fe que pudo encontrar. Abrió los ojos, y con una sonrisa igual de grande en su rostro, se levantó y se persignó por última vez antes de continuar con el resto de animales su cruzada. Saludó a todos con un leve afirmativo hecho con su cabeza y esperó con su maza justo detrás de los exploradores. Rash Colds sería el azote de su Dios. Estaba listo para empuñar su maza.

 

Dellen
Al parecer mientras trataba de animar a Zer, me encontré con Otto, que parecía estar probando su arco a penas unos centímetros de nosotros, el cual al tensar la cuerda apareció una flecha en su pata así de la nada, algo sorpresivo sin dudas, ahora entendía cuál era su encantamiento, flecha que posteriormente fue a parar al cielo y desapareció instantes después, sin dudas era algo muy interesante y útil, lástima que nosotros como magos no pudiéramos usarlo, más sin dudas Otto acababa de aumentar mucho su capacidad de lucha, mientras que, del mismo modo que hicimos Lanre y yo, tratar de animarle sobre el tema de la incomprensión.
Así que al acabar de hablar, incluso Jasper poco después de que yo acabara de intentar animarle con lo mismo, más la reacción tan sumamente apática de Zer me hizo suspirar de nuevo mientras que Otto empezaba a decir que iba a adelantarse en busca de trampas y luego le dijo a Zer que si quería probar el arco, y dado que tenía un extra de vitalidad gracias a los objetos que tenía en su haber, no le importaba. Seguramente me habría sorprendido por éste tipo de comentarios pero proviniendo de Otto, como que ya eran normales aunque, la verdad es que empezaba a hastiarme tal dispersión, ¿No que se suponía que éramos un equipo? Porque luego se quejaban pero tampoco estaban haciendo nada para que el grupo cohesionara, pero bueno, tras eso se pusieron a examinar el Stock de curación, algo que también dada la reacción de Zer a lo que le aconsejamos pues...Tampoco estaba con muchas ganas, la verdad.
— Yo meramente tengo una poción de curación—. Contesté con calma para, acto seguido verlos adelantarse, por lo que tras un suspiro y una rápida oteada al lugar, me encaminé junto a ellos, los cuales, curiosamente parecieron sortear una trampa, pero antes preferí expresarme.
—La verdad es que ésto ya empieza a ser cada vez más incómodo, seguramente para todos—. Me expresé con claridad ante el resto de "personas"—¡ Somos un grupo supuestamnte y parecemos completos desconocidos! Prima el individualismo ante todo lo demás en vez de reunirnos todos para tomar una decisión, algunos se adelantan y otros se quedan atrás, en vez de avanzar como una unidad, sumado a la tensión entre todos nosotros, podemos caernos mejor o peor pero estamos juntos en ésto maldita sea, entiendo que he pecado de eso, pero si no dejamos de lado éstas querellas no vamos jamás a cooperar plenamente. No pido que seamos amigos, pero si que dejemos de lado de una vez lo que pensamos de cada uno hasta que la misión se acabe—. Expresé con firmeza— Y para ello, ni una palabra deja de ser válida depende de quien la exprese, las acciones o los ánimos. Sí, puedes ser lo que seas, más sin embargo, si queremos que ésto funcione, se avisa de las acciones que vamos a hacer y tomamos las decisiones, todos.

 

Jasper

Lograron detectar una baldosa floja que activaba una trampa en el suelo. Zer y yo habíamos tenido buena vista y Otto tampoco lo hacía tan mal, como el explorador que era.

—Tengan cuidado, hay una baldosa en este sector que les podría dar problemas —dije los suficientemente alto como para que me oyeran los más rezagados. Les describí con lujo de detalles cuál baldosa era, para que la tuvieran en cuenta.

Continuamos hasta llegar a una sala donde había más sarcófagos y unas urnas con monedas en su interior. Tal como ocurriese en la otra sala, había polvillo y huellas, pero los ataúdes aparecían cerrados; cuando se veía de ellos eran los motivos elfos que adornaban sus tapas. Eso era lo que me desconcertaba. ¿Habría una especie de engaño en todo este montaje?

En ese momento escuché a Dellen hablando. Se refirió a la tensión entre los miembros de este grupo, al cómo todo resultaba incómodo entre nosotros. Había mucha individualidad, y debía admitir que yo era el que más había pecado de aquello, cuando opté por ir por un camino separado en lugar de seguir las voces que escuchaba, en el preciso momento en que me adentré en este lugar.

Torcí el gesto, frustrado. No le faltaba razón en lo que decía, pero no dije nada. Ya venía un buen rato pensando que lo correcto era ser más colaborativo, al menos mientras estuviéramos en el interior de estas catacumbas. En la superficie, ya veríamos qué haríamos con nuestros caminos.

—Estoy de acuerdo contigo —suspiré, asintiendo a su vez—. Lamento si mi actitud les ha resultado molesta. He muerto dos veces por culpa del animal en el que más confiaba en este mundo, por eso me muestro poco receptivo con los demás —bajé las orejas bajo mi capucha, pero sacudí la cabeza. No quería hablar de algo doloroso—. Eso no importa. Pero prometo que colaboraré más con ustedes.

>>Ahora me ocuparé de buscar enemigos. Estén atentos.

Me aproximé a los ataúdes, uno por uno. Guardando una distancia prudencial, les di toques con mi espada. Si algún no-muerto pretendía aferrarme, le cortaría la mano en el acto.

 

Vite Horiazana

Lanre se veía entusiasmado con lo encontrado, hasta me entregó una cajita e informó que consiguieron las cosas con ayuda de Roronoa. Observé a ambos sosteniendo la cajita con una pata, no demoré en sonreírles también.
—Vaya, gracias a ambos —fue lo único que comenté antes de acercarme a un lugar donde pudiera poner la antorcha y observar con más comodidad la caja.

Rebusqué entre mis cosas algo con lo que pudiera intentar abrir esa caja, ¡vamos, que no debía ser tan difícil!

 

Rash Colds

Avanzó con parsimonia entre los ataudes, blandiendo su maza como si fuera tan liviana como un bastón, y golpeó directo a la calavera del esqueleto 1.

—Pues así como La Rana Tuerta ha muerto, también en la Diosa todos volverán a vivir, y yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano. —sentenció con fuerza mientras esgrimía su arma con fuerza y voluntad.

 

Otto

Hago un rápido conteo mental de los esqueletos, descubriendo rápidamente un numero que podría llegar a dar problemas.

Peligroso y estimulante.

Desenfundo la espada de plata con cierta duda, rápidamente lo descarto y me preparo para atacar, usar un arco puede esperar un poco.

Elevo la voz para ser oído por sobre el estallido que se avecina. "Es posible retroceder si la situación se pone peluda, dar marcha atrás y tratemos de usar el pasillo como cuello de botella para contener sus números". No sugerí huir, no, hay que pararse y luchar. Comprobar nuestras posibilidades.

Darle un uso a aquello que rodea, es uno de los fundamentos del explorador.

"Y, si hay suerte". Sonrió. "Esperemos la trampa de haya atrás les haga daño".

Fue lo último que dije antes de lanzarme a atacar (esqueleto 4), ajustando la capa de camuflaje sobre mi espalda con la esperanza de ayudar en un golpe certero.

 

Lanre

Se quedó allí con Vite mientras los demás avanzaban, estaba buscando entre sus cosas para poder responderle a Otto, ya que su idea de hacer un conjunto de pociones le parecía apropiado, y a su vez quería probar su poción de curación, Edgar ya le había dicho el sabor y deseaba probarla, así como cuando se infiltraba en el baño de su casa a beberse el jarabe para la tos de su padre pues sabía a uva.

Cuando levantó la mirada ya se habían ido, estaba siendo muy lento para sus compañeros, debía apresurar su paso. Miró hacia Vite, sin saber que este había abrierto la caja misteriosa —Vamos, Vite, no es bueno quedarnos atrás.

Lanre avanzó hacia donde estaba el resto, encontrándolos en una pelea con más, podía usar su espada plateada y eso lo emocionaba, también estaba Roronoa —¡Si alguien requiere flechas yo tengo guardadas!— dijo mientras atacaba al esqueleto 6