[Capítulo dos] Continuemos.

Acepté la mano de Dell, tenía un aura un poco oscura, tal vez intentaba intidimadornos. Miré preocupado a Len, él era tan sensible que podía afectarle su actitud.
—Un placer Dell Home, es una sorpresa que seas medio hermano de Yowane, ella me pidio ayuda para que dejare de beber— dije rascandome la cabeza y cerrando los ojos con una sonrisa apenado, quizas estos temas no tenian que salir a flote

 

Estaba temblando literalmente, mi boca se movía a causa de no poder aguantar por mucho la respiración y este chico había ignorado mi saludo totalmente, ahora veía claro su relación, pero a decir verdad eran opuestos en actitud, aunque ambos eran igual de viciosos, trate de seguir sonriendo, no podía permitirme quejarme y gastar el poco aire que me quedaba a causa de todo esto, así que volví a hablar.

—Ya veo... —estaba sudando y volviéndome loco... ¡Ayuda!

 

No llevaba mucho de haberme inscrito a la academia, a decir verdad me entusiasmaba este tipo de vida, pero no me gustaba estar sin mi hermana menor y dejarla a la intemperie de que cualquier idiota se le acercará, igual ella dijo que pensaría si unirse o no, yo decidí no presionar, así que empecé mi viaje, me registre como era debido, pero aún no me asignaban habitación, así que temporalmente deje mis maletas en un cuarto solo y salí a conocer el lugar, las clases ya habían dado inicio y gustaba de conocer a alguien que me pusiera al corriente, y no se como llegué a la cafetería, donde vi a varios chicos hablando, uno de cabello morado en una larga cola de caballo, un chico de pelo rosa dormido en la mesa, un enanito de pelo amarillo que parecía sofocarse mientras le sonreía a un chico de pelo blanco, del cual solo apreciaba su espalda, entonces decidí ser espontaneo y me colgué de la espalda del chico de pelo blanco, como si fuera lo más natural del mundo mientras hablaba pausadamente.

—¿Qué tenemos aquí? —dije con una sonrisa calmada para ver del frente la inestable actitud del rubiecito— no deberías torturar a los más pequeños —dije amablemente en el oído del chico de pelo blanco, para luego alejarme de su hombro y ponerme firme y extender mi mano— ¡Hola! Mucho gusto, soy nuevo aquí, me llamo Mikuo Hatsune —he hice una reverencia calmada— por favor cuiden de mi y ayúdenme a crecer desde hoy.

 

--Venga, que no muerdo... Bueno, solo si te me acercas mucho...

Me gustaba molestar a ese shota, se veía muy gracioso asustado, pero recordé algo importante

--¿Alguno sabe en donde esta mi hermana?

De repente sentí que alguien se me pegaba a la espalda y luego se soltaba presentándose

--con que Mikuo, ¿Eh? Me llamo Dell Honne, un gusto

Correspondí al apretón de manos con una sonrisa tenebrosa

 

Mande justo el mensaje con el de Mikuo... Ahora que hago? D:

 

Improvisa
— ¡Ah! —dije mientras respiraba frenéticamente para luego toser como loco, así que opte por volver a usar el trapito para hablar— ¡Mucho gusto Hatsune-san! —dije dándole la mano, parecía un chico amable y luminoso, algo opuesto a Honne-san, al cual cuando preguntó por su hermana le contesté— cuando pasábamos por aquí la vi dormida en una banca con una cerveza en su mano, no se de donde la saco, pero se le veía contenta —sonreí por detrás del pañuelo mientras veía animoso a los dos chicos.

 

Ya lo edite, igual gracias

 

--Muy bien, entonces tardará un rato en despertarse, ¿Podría quedarme con ustedes?

 

Su advertencia era muy extraña, morder...que curioso! Len estaba asustado, me preocupe por él, así que en cuanto preguntó por su hermana no dudé en contestar, sin embargo él contesto primero.
—Mucho gusto Hatsune Mikuo, que alegría ver tantos hombres por aquí. Me llamo Gakupo Kamui, llamame por mi nombre. igual cuida de mí— me puse de pie e hice una reverencia, mire a Delll— Por supuesto, tomen asiento por favor— dije mientras señalaba los lugares restantes, menos mal las mesas eran grandes

 

--Bien

Me senté en donde me había señalado Gakupo y me puse a observar el menú decidiendo que comer, porque la verdad para ese momento ya me había entrado un poco de hambre

 

—Genial —dije sonriendo y con ganas de molestar al chico que decía llamarse Dell Honne— ya que parece que el chico de la mafia cisne —refiriéndome a Dell Honne— y yo somos nuevos por aquí —me senté al lado del rubiecito que me llamaba la atención y le sonreí— ¿Y tú que? ¿Estás enfermo? —me parecía como un niño pequeño y luego advertí al chico de pelo rosa— aunque dudo más enfermo que ese chico, parece muerto... —empecé a reír— o me dirán que fue por la comida.

 

--Tch... Mafia cisne

Resoplé por el comentario del peliverde mientras encendía otro de mis cigarrillos y comenzaba a fumar

 

Mikuo es pelo verde, es hermano de Miku, el de pelo azul de Kaito y Kaiko

— ¡No estoy enfermo! —respondí enojado, mientras al mismo tiempo me reía de su comentario sobre Honne-san ¿La mafia del cisne? no se me hubiera ocurrido— y él es Luki Megurine-san, es mi compañero de cuarto pero no se siente muy bien —parecía un chico muy agradable, aunque a veces sus comentarios parecían fuera de lugar, claro que me parecía más seguro que el tal Dell Honne que parecía feliz de verme avergonzado, me recordaba tanto a mi fastidioso primo Rinto.

 

La actitud de Hatsune me gustaba, era tan relajante. Tan pronto se sentaron, lo hice yo igual
—¿Así que acaban de entrar hoy? Posiblemente los asignen en el mismo dormitorio— reí. El chico volvio a prender un cigarrillo, suspire exasperado. —¿Qué elegirán de comer? —miré a Len que me observaba como si me pidiera Ayuda, ¿se sentía rodeado? ¿molesto?— ¿enserio estas bien Len?

 

— Chico cisne —dije mientras tomaba su cigarro lo tiraba al piso y lo apagaba con el pie— cuando decían que comiéramos se referían a la comida no a los cigarros sonreía, ya que había notado que ese humo le afectaba al rubiecito, pero este parecía muy infantil como para decirle algo— te recomiendo unos puerros, son deliciosos con ciertas salsas —dije tratando de ser animado mientras le guiñaba el ojo al que parecía un preocupado Gakupo, claro que uno se preocuparía por un niño tan shota como este rubiecito, aunque no culpo a chico cisne, incluso a mi me darían ganas de molestarlo un poco.

 

--No lo sé... tal vez solo tome un café

Observé que Gakupo suspiraba por prender otro cigarrillo. Sonreí de medio lado

-¿Qué pasa? ¿No estás acostumbrado a la gente que fuma? Por lo menos el de mi hermana es un poco más sano, el alcohol... ¡¿Qué rayos te pasa?!

Grite y me levante al ver como apagaba mi cigarrillo aplastando lo en el suelo

 

—No es eso, es que los vicios son algo que no estoy acostumbrado a ver. Por cierto, tengo el celular de tu hermana— saqué el celular y se lo ofreci— solo por si gustas llamarla—traté de sonreír. —Mikuo...¿puedo llamarte así?—pregunté mientras lo miraba— me parece que te he visto en otro lugar ¿tienes una hermana gemela o algo así?— eran raros pero agradables, que compañeros tenía en la Academia.

 

— ¡Ah! —casi bendecía a Hatsune-san por lo que había hecho, pero Honne encendió otro cigarrillo, mis ojos lagrimeaban y decidí hundir mi cabeza— estoy bien Gakupo-san, yo creo que ordenaré solo un licuado de banana con chocolate, y quizás alguna pasta —dije tratando de calmar mis pulmones que estaban a punto de morir.

 

— Si, puedes llamarme Mikuo —dije mientras le echaba la botella de agua a la cara del chico cisne— y tengo una hermana menor llamada Miku, lo sé... los padres y su ingenio al poner un nombre —reí mientras sentía una mirada penetrante sobre mi— pero bueno, parece me divertiré mucho, a todo esto... ¿Solo somos hombres? —dije viendo a todos lados tratando de distinguir a alguna imagen femenina— el niño shota esta bien para llenar el vacío de mujeres, pero le falta algo si saben a que me refiero —dije poniendo mis manos en el pecho a señal de los dos grandes atributos que las chicas bellas tienen, ¿Si me da pena mencionarlo? Para nada, creo lo mejor es hablar sin rodeos.

 

Reí como un niño, Mikuo era genial, simpatizaría muy bien con él. Mikuo y Dell se llevaban...como explicarlo...¿se conocían de antes?
—Vamos, pobre Len, ha sufrido mucho y sí, si hay chicas pero se encuentran en la biblioteca. Solo eramos luki— mire al pelirosado que aún estaba dormido, a él no lo molestaba nadie— len y yo así que decidimos dejarlas para hablar entre nosotros pues eramos los únicos chicos— miré a len— pero llegaron ustedes